Un Thri­ller Mediocre

THE WOMAN IN THE FIFTH (La fem­me du 5e). Fran­cia-Polo­nia-Gran Bre­ta­ña. Un film escri­to y diri­gi­do por Pawel Paw­li­kows­ki. Elen­co: Ethan Haw­ke, Kris­tin Scott Thomas

UN THRILLER MEDIOCRE

Dos impor­tan­tes acto­res como Ethan Haw­ke y Kris­tin Scott Tho­mas ani­man un medio­cre film que si bien al prin­ci­pio pue­de intri­gar, al poco tiem­po comien­za a per­der rum­bo a tra­vés de un rela­to arti­fi­cial­men­te incier­to e inconcluso. 

La his­to­ria con­ce­bi­da por el rea­li­za­dor Pawel Paw­li­kows­ki pre­sen­ta a Tom Ricks (Haw­ke), un pro­fe­sor de lite­ra­tu­ra y escri­tor ame­ri­cano que ha lle­ga­do a París con el pro­pó­si­to de mejo­rar las rela­cio­nes con su espo­sa Natha­lie (Delphi­ne Chui­llot), de quien está sepa­ra­do, y para reu­nir­se con su niña de 6 años (Julie Papi­llon). Drás­ti­ca­men­te recha­za­do por su seño­ra que no lo tole­ra, poco tiem­po des­pués com­prue­ba que le han roba­do su bille­te­ra y otras per­te­nen­cias des­pués de haber­se que­da­do dor­mi­do en un auto­bús; final­men­te reca­la en un hotel veni­do a menos, cuyo due­ño (Samir Gues­ni) le ofre­ce un tra­ba­jo como guar­dia noc­turno a cam­bio de alo­ja­mien­to y comida. 

Cier­to cli­ma de mis­te­rio comien­za a aflo­rar cuan­do en una vela­da lite­ra­ria lle­ga a cono­cer a Mar­git (Scott Tho­mas) una mis­te­rio­sa y ele­gan­te tra­duc­to­ra que vive en el 5to. Dis­tri­to de París (de allí el nom­bre del film) y con quien de inme­dia­to ini­cia una rela­ción apa­sio­na­da que ter­mi­na ins­pi­rán­do­lo para reno­var su talen­to de nove­lis­ta. Sin embar­go, el lado nega­ti­vo de ese víncu­lo se pro­du­ce a tra­vés de una serie de inex­pli­ca­bles acon­te­ci­mien­tos que adqui­rien­do el carác­ter de una tor­tuo­sa pesa­di­lla con­du­ce a Tom hacia un camino infernal.

De allí en más, el espec­ta­dor debe dis­cer­nir entre lo que apa­ren­ta ser reali­dad y las situa­cio­nes que se deben con­si­de­rar como pro­duc­to de las alu­ci­na­cio­nes que ator­men­tan al nove­lis­ta. De este modo varias pre­gun­tas que­dan flo­tan­do en el aire sin que el rela­to ‑si aca­so qui­so ilus­trar la cri­sis emo­cio­nal de un indi­vi­duo- jus­ti­fi­que el esfuer­zo de encon­trar res­pues­ta a las mis­mas por­que en nin­gún momen­to exis­te comu­ni­ca­ción entre los per­so­na­jes y la audien­cia que los obser­va. Otros aspec­tos secun­da­rios que rodean a la tra­ma no le con­fie­ren mayor inte­rés y su frus­tran­te des­en­la­ce no ayu­da para obte­ner una mejor impre­sión del rela­to. La inter­pre­ta­ción es nada más que correc­ta sin que exis­ta una logra­da quí­mi­ca entre Haw­ke y Scott Tho­mas, en tan­to que la ciu­dad de París –don­de trans­cu­rre la his­to­ria- apa­re­ce más des­lu­ci­da que nunca.

Con­clu­sión: Este film a modo de thri­ller decep­cio­na a tra­vés de una tedio­sa y vacua his­to­ria dis­fra­za­da de “cine arte” que lo con­vier­te en medio­cre y pres­cin­di­ble. El úni­co méri­to es su bre­ve dura­ción de 80 minu­tos. Jor­ge Gutman