Varia­ción Moder­na de Lisistrata

ET MAIN­TE­NANT ON VA OU. Fran­cia-El Líbano-Ita­lia-Egip­to, 2011. Un film de Nadi­ne Laba­ki. Elen­co: Clau­de Baz Mous­saw­baa, Lavia Hakim, Nadi­ne Labaki. 

VARIACIÓN MODERNA DE LISISTRATA

Una come­dia paci­fis­ta bien inten­cio­na­da es la que Nadi­ne Laba­ki ofre­ce en ¿Adón­de vamos aho­ra? Des­pués del éxi­to obte­ni­do con su pri­mer film Cara­mel (2007), la rea­li­za­do­ra vuel­ve a des­ta­car­se por obte­ner una com­ple­ta auten­ti­ci­dad por par­te de su elen­co. Aun­que el film no espe­ci­fi­ca lugar ni momen­to pre­ci­so en que se desa­rro­lla la acción, se pre­su­me que trans­cu­rre en El Líbano, país natal de Laba­ki, don­de las gue­rras intes­ti­nas sufri­das no hace mucho tiem­po atrás debie­ron haber influi­do en el guión que ella con­ci­bió jun­to con los guio­nis­tas Jihad Hojeily, Rod­ney Al Had­dad y Tho­mas Bidegain. 

Los hechos trans­cu­rren en una aldea rural que se ve azo­ta­da por la into­le­ran­cia reli­gio­sa de su pobla­ción mas­cu­li­na ori­gi­nan­do un cli­ma de vio­len­cia que se tra­du­jo en un con­si­de­ra­ble núme­ro de víc­ti­mas a tra­vés de los años. 

En su pri­me­ra esce­na se con­tem­pla a un gru­po de muje­res dolo­ri­das y ves­ti­das de luto tran­si­tan­do por un cemen­te­rio antes de dis­per­sar­se hacia dife­ren­tes direc­cio­nes para visi­tar las tum­bas de sus mari­dos, padres e hijos muer­tos en una gue­rra sin mayor sen­ti­do. Para evi­tar que la situa­ción per­sis­ta Ama­le (Laba­ki), una mujer viu­da cris­tia­na que regen­tea un café y sus ami­gas Afaf (Lay­la Hakim), Say­deh (Antoi­net­te Nou­faily), Takla (Clau­de Baz Mous­saw­baa) e Yvon­ne (Yvon­ne Maa­louf) han deci­di­do recu­rrir a una serie de tác­ti­cas para lograr que los hom­bres de la aldea dejen de lado las ten­sio­nes reli­gio­sas que los sepa­ran y no sigan luchan­do entre ellos. Obvia­men­te, el obje­ti­vo per­se­gui­do no será tan sen­ci­llo de conseguir. 

Fun­da­men­tal­men­te es el tono humo­rís­ti­co que cam­pea a lo lar­go de esta his­to­ria; eso se mani­fies­ta en algu­nos de los ardi­des uti­li­za­dos por las muje­res, como por ejem­plo cor­tar los cables de la tele­vi­sión y des­co­nec­tar la radio para evi­tar que las noti­cias del mun­do exte­rior se fil­tren en el lugar y pue­dan incen­ti­var la beli­ge­ran­cia mas­cu­li­na, así como con­tra­tar a un gru­po de chi­cas jóve­nes de Ucra­nia para que per­ma­nez­can una sema­na en el lugar y entre­ten­gan a los aldea­nos para dis­traer­los del ger­men de la violencia. 

Los aspec­tos favo­ra­bles del film resi­den en la pre­sen­cia de per­so­na­jes cáli­dos, impe­tuo­sos y entu­sias­tas que con faci­li­dad se gran­jean la sim­pa­tía de quien los está obser­van­do y la agra­da­ble músi­ca y can­cio­nes de Kha­led Mou­za­nar que dotan al rela­to de cier­ta ener­gía. Con todo, la línea narra­ti­va resul­ta des­igual, en par­te por­que al pro­me­diar el film el rit­mo se resien­te per­dien­do el ímpe­tu ini­cial y por­que la adi­ción de un inci­den­te dra­má­ti­co debi­do a la muer­te de un joven mucha­cho (Kevin Abboud) de nin­gún modo lle­ga a gra­vi­tar emo­cio­nal­men­te como debie­ra haber ocurrido. 

A pesar de las obser­va­cio­nes prec­den­tes, el film –en cier­to modo, una varia­ción moder­na de la come­dia Lisís­tra­ta de Aris­tó­fa­nes- se des­ta­ca por su men­sa­je de paz y por­que a tra­vés de sus per­so­na­jes ‑aun­que no pro­fun­da­men­te delineados‑, la rea­li­za­do­ra va refle­jan­do la natu­ra­le­za de su tie­rra y la com­ple­ji­dad que emer­ge de las dife­ren­tes cul­tu­ras que la pueblan. 

Con­clu­sión: Un film liviano que aun­que no logra­do total­men­te se deja ver con agra­do. Jor­ge Gutman

Cri­sis de Iden­ti­dad Sexual

TOM­BOY. Fran­cia, 2011. Un film escri­to y diri­gi­do por Céli­ne Sciam­ma. Elen­co: Zoé Héran, Jean­ne Dis­son, Sophie Cat­ta­ni, Matthieu Demy

La orien­ta­ción sexual de una per­so­na que­da deter­mi­na­da en los años de infan­cia y eso se mani­fies­ta a tra­vés de cier­tos ras­gos que los niños evi­den­cian en la for­ma de ves­tir, la par­ti­ci­pa­ción en cier­tos jue­gos y pasa­tiem­pos y sobre todo en la iden­ti­fi­ca­ción que hallan con rela­ción a las per­so­nas de su pro­pio sexo o del opues­to. Este com­ple­jo tema es lo que la rea­li­za­do­ra Céli­ne Sciam­ma con­si­de­ra en Tom­boy.

El rela­to se cen­tra en Lau­re (Zoé Héran), una niña de 10 años que hubie­ra desea­do haber naci­do varón. Al comien­zo del film su fami­lia inte­gra­da por sus padres (Sophie Cat­ta­ni, Matthieu Demy) y su her­ma­ni­ta de 6 años (Malonn Léva­na), se mudan a un nue­vo barrio en un dis­tri­to ubi­ca­do cer­ca de París.

Des­de el comien­zo, el públi­co apre­cia que Lau­re se mira, vis­te y actúa como si fue­se un niño; ese deta­lle pasa des­aper­ci­bi­do por su padreCRISIS DE IDENTIDAD SEXUAL que duran­te la sema­na se encuen­tra ausen­te por razo­nes de tra­ba­jo, y por su madre que se encuen­tra en avan­za­do esta­do de gra­vi­dez. Como es épo­ca de vaca­cio­nes y sin nin­gún tipo de obli­ga­cio­nes esco­la­res, al poco tiem­po Lau­re lle­ga a cono­cer y se hace ami­ga de Lisa (Jean­ne Dis­son), una chi­ca veci­na de su mis­ma edad que la lle­ga a con­fun­dir cre­yen­do que ella es un varón por su atuen­do mas­cu­lino y su pei­na­do poco feme­nino; como tal, Lau­re es inte­gra­da al círcu­lo de ami­gos de Lisa y cuan­do le pre­gun­tan por su nom­bre, dice lla­mar­se Michael. En gene­ral no le resul­ta difí­cil disi­mu­lar su con­di­ción con excep­ción de cier­tos momen­tos como cuan­do sur­ge la nece­si­dad de ori­nar, la niña/niño se ve en peque­ñas com­pli­ca­cio­nes al estar obligada(o) a hacer­lo con los otros chi­cos o bien cuan­do Lisa mani­fies­ta hacia ella un sen­ti­mien­to de atrac­ción sexual al supo­ner­la varón. Como es de supo­ner, esta fic­ción no pue­de eter­ni­zar­se, pero es mejor dejar al lec­tor que des­cu­bra por sí mis­mo el deve­nir de los acontecimientos.

Aun­que Laure/Michael se vea for­za­da a tener que optar entre dos iden­ti­da­des opues­tas, la cual influi­rá para afian­zar su per­so­na­li­dad fren­te al entorno social que la rodea, la rea­li­za­do­ra no inten­ta dra­ma­ti­zar la situa­ción ni tam­po­co pro­fun­di­zar el pro­ble­ma plan­tea­do. En cam­bio uti­li­za la pre­fe­ren­cia sexual de la niña como un recur­so para esta­ble­cer la diná­mi­ca inter­ac­ción exis­ten­te en el mun­do infan­til y cómo des­de tem­pra­na edad, los niños tie­nen una cla­ra noción de lo que aguar­dan sobre el com­por­ta­mien­to del géne­ro sexual al que per­te­ne­cen y al opuesto.

Den­tro de su sen­ci­llez, el film ilus­tra muy bien la eta­pa e ino­cen­cia de la pre­ado­les­cen­cia y cuen­ta con un elen­co fun­da­men­tal­men­te inte­gra­do por chi­cos cuyas eda­des fluc­túan entre los 5 y 10 años que impre­sio­nan por su asom­bro­sa natu­ra­li­dad; den­tro del con­jun­to mere­cen des­ta­car­se el pro­mi­so­rio debut de la peque­ña Léva­na que ofre­ce algu­nos momen­tos de humor y espon­tá­neo encan­to así como el mag­ní­fi­co desem­pe­ño de la niña Héran en el difí­cil rol pro­ta­gó­ni­co sin recu­rrir a ama­ne­ra­mien­tos o afec­ta­cio­nes que pudie­ran res­tar­le credibilidad.

Con­clu­sión: Un sen­si­ble film, muy bien rela­ta­do y que se lo apre­cia con con­si­de­ra­ble sim­pa­tía. Jor­ge Gutman