Un Docu­men­tal Musi­cal de Car­los Saura

FLA­MEN­CO, FLA­MEN­CO. Espa­ña, 2010. Direc­ción: Car­los Saura

UN DOCUMENTAL MUSICAL DE CARLOS SAURA

Aun­que gran par­te de la fil­mo­gra­fía de Car­los Sau­ra está inte­gra­da por nota­bles dra­mas (La Caza, Ana y los Lobos, La Pri­ma Angé­li­ca, Cría Cuer­vos, etc.), a par­tir de los años 80 comen­zó a incur­sio­nar en el géne­ro musi­cal con la tri­lo­gía que abar­có a Bodas de San­gre (1981), Car­men (1983) y El Amor Bru­jo (1986). Tran­si­tan­do por ese sen­de­ro, pos­te­rior­men­te abor­dó la músi­ca fla­men­ca en Sevi­lla­nas (1992) y sobre todo en Fla­men­co (1995), don­de el públi­co pudo apre­ciar la pasión que Sau­ra sien­te por este valio­so géne­ro, al haber tra­du­ci­do en bellas imá­ge­nes la músi­ca, el can­to y la dan­za andaluza.

Quin­ce años des­pués, incur­sio­na nue­va­men­te en el géne­ro con Fla­men­co, Fla­men­co demos­tran­do que esta veta resul­ta inago­ta­ble en la medi­da que van sur­gien­do nue­vos valo­res artís­ti­cos que brin­dan su entu­sias­mo e ima­gi­na­ción para enri­que­cer aún más a esta valio­sa expre­sión musical.

Es mate­ria opi­na­ble si real­men­te este film encua­dra den­tro de lo que tra­di­cio­nal­men­te se espe­ra de un docu­men­tal. Aquí no hay narra­dor alguno que pro­vea comen­ta­rios, tam­po­co exis­ten diá­lo­gos entre los artis­tas ni entre­vis­ta­dos que pudie­ran refe­rir­se a lo que se está con­tem­plan­do. En tal sen­ti­do, el cineas­ta pre­fie­re renun­ciar al enfo­que narra­ti­vo para dejar que la suce­sión de los núme­ros brin­da­dos cons­ti­tu­ya una infor­ma­ción de lo que el géne­ro ofre­ce en la fusión de la ima­gen con el soni­do median­te el can­to y la dan­za; en otras pala­bras, Sau­ra quie­re que la músi­ca fla­men­ca se expre­se por sí mis­ma sin nece­si­dad de recu­rrir a nin­gún tipo de expli­ca­ción que pudie­ra des­na­tu­ra­li­zar su pure­za artís­ti­ca. Eso no impi­de que Sau­ra des­ta­que su pre­sen­cia a la hora de deci­dir la mejor ubi­ca­ción de su cáma­ra y la de sus intér­pre­tes en un estu­dio prác­ti­ca­men­te vacío que obra como esce­na­rio natu­ral; aho­ra bien, para que el espec­tácu­lo logre plas­mar­se y adquie­ra belle­za visual, ahí cuen­ta con la inva­lo­ra­ble pre­sen­cia del excep­cio­nal fotó­gra­fo ita­liano Vit­to­rio Sto­ra­ro quien logra mara­vi­llas en todo lo que con­cier­ne con la ilu­mi­na­ción del espectáculo.

Ana­li­zan­do su con­te­ni­do pro­pia­men­te dicho, el públi­co tie­ne opor­tu­ni­dad de con­tem­plar una anto­lo­gía que abor­da dife­ren­tes esti­los en don­de no están ausen­tes, las farru­cas, fan­dan­gos, bule­rías y rum­bas, entre otros, pero sin nin­gu­na his­to­ria que los una. 

Entre los artis­tas par­ti­ci­pan­tes hay algu­nos que hoy día son mons­truos sagra­dos como en el caso de los gui­ta­rris­tas Paco de Lucía, Mano­lo San­lú­car y Toma­ti­to; en lo vocal se des­ta­can las voces de la vete­ra­na María Bala y de los can­tao­res Miguel Pove­da y José Mer­cé; en las dan­zas, uno de los nom­bres des­ta­ca­dos es el de la renom­bra­da bai­la­ri­na fla­men­ca Sara Baras. El docu­men­tal tam­bién inclu­ye a nue­vos y pres­ti­gio­sos valo­res de la pre­sen­te gene­ra­ción inclu­yen­do, entre otros, a las can­tao­ras Estre­lla Moren­te y Ánge­les Fer­nán­dez, el joven can­taor Car­los Gar­cia, Eva “Yer­ba­bue­na” bai­lan­do en un mag­ní­fi­co due­to en la inter­pre­ta­ción de una emo­ti­va can­ción de cuna bajo una llu­via arti­fi­cial, el bai­laor y zapa­tea­dor Farru­qui­to, la bai­la­ri­na y coreó­gra­fa Rocío Moli­na, etc.

Con­clu­sión. La con­jun­ción de los valo­res des­crip­tos per­mi­te ase­gu­rar que esta expre­sión del can­te y bai­le hon­dos cons­ti­tu­ya un ver­da­de­ro fes­tín para los aman­tes del géne­ro. Jor­ge Gutman