Un Buen Dibu­jo Animado

PARA­NOR­MAN. Esta­dos Uni­dos, 2012. Un film de ani­ma­ción de Sam Fell y Chris Butler

Des­pués del éxi­to logra­do con Cora­li­ne (2009) la empre­sa pro­duc­to­ra Lai­ka entre­ga otro buen rela­to de ani­ma­ción que se ubi­ca en el géne­ro del thri­ller entre­mez­cla­do con un poco de horror.

Efec­tua­do en 3D y en “stop-motion”, téc­ni­ca de ani­ma­ción que con­sis­te en lograr el movi­mien­to de obje­tos está­ti­cos a tra­vés de una serie de imá­ge­nes suce­si­vas, cabe apre­ciar el meticu­loso tra­ba­jo rea­li­za­do por el equi­po de pro­duc­ción al ser­vi­cio de un film inge­nio­so que segu­ra­men­te atrae­rá a chi­cos –aun­que no dema­sia­do peque­ños- como así tam­bién a sus padres.UN BUEN DIBUJO ANIMADO 

El film codi­ri­gi­do por Sam Fell y Chris Butler con guión de este últi­mo abor­da un terreno pare­ci­do al que el rea­li­za­dor Tim Bur­ton ha incur­sio­na­do en algu­nos de sus tra­ba­jos. La his­to­ria se desa­rro­lla en un tran­qui­lo pue­blo del nores­te ame­ri­cano don­de vive Nor­man (voz de Kodi Smit-Mc Phee), quien es un chi­co de 11 años incom­pren­di­do por su fami­lia inte­gra­da por sus padres (voces de Jeff Gar­lin y Les­lie Mann) y de su super­fi­cial her­ma­na (voz de Anna Ken­drick), ade­más de ser obje­to de bur­las e inti­mi­da­ción por par­te de Alvin (voz de Chris­topher Mintz-Plea­se), un com­pa­ñe­ro de escue­la a la que asis­te. Par­te de la cau­sa de su pro­ble­ma es que él insis­te en tener la capa­ci­dad de poder ver y hablar con las per­so­nas muer­tas. Su carác­ter soli­ta­rio encuen­tra sosie­go vien­do pelí­cu­las de zom­bis (muer­tos vivien­tes) y gozan­do de la com­pa­ñía fan­tas­mal de su que­ri­da abue­la (voz de Elai­ne Stritch). 

El con­flic­to dra­má­ti­co de la his­to­ria se pro­du­ce cuan­do Nor­man se ente­ra por su excén­tri­co tío Pren­derghast (John Good­man), con simi­la­res pode­res extra­sen­so­ria­les, que una mal­di­ción pesa des­de hace tres siglos sobre el pue­blo don­de sus ante­pa­sa­dos muer­tos emer­ge­rán de sus tum­bas para sem­brar el caos. Cuan­do efec­ti­va­men­te un sep­te­to de zom­bis salen de las mis­mas, Nor­man, acom­pa­ña­do por un peque­ño equi­po de cola­bo­ra­do­res, pro­ce­de a enfren­tar­los expul­sán­do­los del lugar y con­vir­tién­do­se en el héroe del pueblo.

Aun­que la tra­ma argu­men­tal es peque­ña, el film satis­fa­ce por sus momen­tos de humor, la bien logra­da acción que se des­pren­de de sus ins­tan­cias de horror así como por la aca­ba­da ela­bo­ra­ción de sus per­so­na­jes, con espe­cial refe­ren­cia al mejor ami­go de Nor­man, un sim­pá­ti­co gor­di­to bien carac­te­ri­za­do con la voz de Tuc­ker Albrizzi. 

Con­clu­sión: Visual­men­te inob­je­ta­ble, este film se ubi­ca en algu­nos esca­lo­nes más ele­va­dos al pro­me­dio de su géne­ro y cons­ti­tu­ye un buen entre­te­ni­mien­to. Jor­ge Gutman