Sun­tuo­sa Ver­sión de una Popu­lar Novela

ANNA KARE­NI­NA. Gran Bre­ta­ña, 2012. Un film de Joe Wright

La cele­bra­da nove­la Anna Kare­ni­na de Leo Tols­toy escri­ta en 1877 cobra nue­va vida en la pan­ta­lla a tra­vés de la visión del direc­tor Joe Wright quien se valió de la adap­ta­ción hecha por el renom­bra­do dra­ma­tur­go Tom Stop­pard para apor­tar algo dife­ren­te de lo que has­ta aho­ra se ha vis­to en las nume­ro­sas ver­sio­nes ofre­ci­das tan­to por el cine como la televisión.

Keira Knightley

Kei­ra Knightley

La adap­ta­ción de Stop­pard es fiel al con­te­ni­do de la nove­la ori­gi­nal. El año es 1874 y esta­mos en la ciu­dad de San Peters­bur­go de la Rusia impe­rial. Ahí vive la joven y bella Anna Kare­ni­na (Kei­ra Knightley) gozan­do de un exce­len­te nivel eco­nó­mi­co y social al estar casa­da con Kare­nin (Jude Law), un fun­cio­na­rio de gobierno de impor­tan­te jerar­quía. El matri­mo­nio que tie­ne un peque­ño hijo fun­cio­na más por iner­cia que por la exis­ten­cia de un ver­da­de­ro amor. El día en que Anna via­ja a Mos­cú a pedi­do de su don­jua­nes­co her­mano Oblonsky (Matthew Mac­fad­yen) a fin de que le ayu­de a evi­tar de que su matri­mo­nio con Dolly (Kelly Mac­do­nald) zozo­bre, cuan­do el tren lle­ga a la esta­ción de des­tino cono­ce a Vronsky (Aaron Tay­lor-John­son) un ofi­cial de caba­lle­ría e hijo de una dis­tin­gui­da con­de­sa (Oli­via Williams). El fle­cha­zo amo­ro­so entre ellos es ful­mi­nan­te y al poco tiem­po Anna se con­vier­te en su aman­te, trans­gre­dien­do de ese modo las con­ven­cio­nes de la socie­dad en que ella se desenvuelve.

Si hay un ras­go impor­tan­te que jus­ti­fi­ca el paso impro­pio come­ti­do por Anna es que Tols­toy con­ci­bió a su heroí­na como un ser vul­ne­ra­ble con­su­mi­do por una incon­men­su­ra­ble pasión; es en ese aspec­to que radi­ca el víncu­lo o empa­tía que el lec­tor o bien en este caso el espec­ta­dor debe­ría sen­tir por la pro­ta­go­nis­ta; sin embar­go, en este film, esa pasión está ausen­te. Hay dos razo­nes impor­tan­tes por la que la fuer­za emo­cio­nal de esta tra­ge­dia román­ti­ca que­da dilui­da: en pri­mer lugar, Anna es aquí des­crip­ta no como la mujer vul­ne­ra­ble a quien el des­tino le depa­ró un amor irre­sis­ti­ble que la con­du­ce a la infi­de­li­dad matri­mo­nial, sino más bien la pre­sen­ta como una per­so­na mima­da, capri­cho­sa, neu­ró­ti­ca que difí­cil­men­te logra ganar la sim­pa­tía del públi­co; otro fac­tor impor­tan­te es la fal­ta de quí­mi­ca exis­ten­te entre los aman­tes, don­de uno no alcan­za com­ple­ta­men­te a con­sus­tan­ciar­se con la gran atrac­ción que Vronsky des­pier­ta en Anna y su con­se­cuen­te affair que des­tru­ye su vida con­yu­gal y la apar­ta del hijo que tan­to quie­re. 

El mayor méri­to del film des­can­sa en el sun­tuo­so toque de dis­tin­ción que el direc­tor brin­da a esta his­to­ria. Visual­men­te, lo que se obser­va es irre­pro­cha­ble y uno se sien­te ten­ta­do de par­ti­ci­par de la mag­ni­fi­cen­cia de los bai­les de salón mag­ní­fi­ca­men­te coreo­gra­fia­dos y bella­men­te foto­gra­fia­dos; así tam­bién la pin­tu­ra de épo­ca y las cos­tum­bres de la alta socie­dad están bien refle­ja­das. 

A nivel de inter­pre­ta­ción Law es el que más se des­ta­ca como el heri­do cón­yu­ge que por razo­nes de dig­ni­dad de nin­gu­na mane­ra pue­de con­sen­tir que el adul­te­rio de su espo­sa per­sis­ta. Knightley cola­bo­ra por ter­ce­ra vez (Ato­ne­ment, Pri­de and Pre­ju­di­ce) con el rea­li­za­dor con lo que se supo­ne la exis­ten­cia de una ver­da­de­ra sin­to­nía entre ambos; sin embar­go, su actua­ción aun­que correc­ta no logra expre­sar total­men­te los sen­ti­mien­tos entre­mez­cla­dos de pasión, cul­pa y deses­pe­ra­ción que Gre­ta Gar­bo (en 1927 y 1935) y/ Vivien Leigh (en 1948) tan bien brin­da­ron en sus res­pec­ti­vas carac­te­ri­za­cio­nes de la román­ti­ca heroí­na. Final­men­te, la par­ti­ci­pa­ción de Aaron Tay­lor-John­son como Vronsky está com­ple­ta­men­te fue­ra de tipo al ofre­cer una inter­pre­ta­ción uni­di­men­sio­nal y ano­di­na. 

Con­clu­sión: Joe Wright ofre­ce una pro­duc­ción ambi­cio­sa cuya frial­dad impi­de trans­mi­tir el impac­to emo­cio­nal de la nove­la ori­gi­nal; con todo lle­ga a atraer por su ele­gan­cia y exu­be­ran­te rique­za visual.  Jor­ge Gutman

Flo­ja Come­dia Romántica

PLA­YING FOR KEEPS. Esta­dos Uni­dos, 2012. Un film de Gabrie­le Muccino

El direc­tor ita­liano Gabrie­le Muc­cino retor­na a Holly­wood para incur­sio­nar en una come­dia román­ti­ca que ade­más tra­ta de refor­zar los lazos fami­lia­res entre padre e hijo. El pro­ble­ma con esta pro­duc­ción es que no ofre­ce varian­te algu­na sobre lo ya vis­to en otras opor­tu­ni­da­des y que ade­más está empa­ña­da con un guión poco coherente.

Gerard Butler

Gerard Butler

Gerard Butler ani­ma a Geor­ge Dryer un juga­dor de fút­bol que vein­te años atrás tuvo su momen­to de glo­ria pero que aho­ra sin la fama que lo rodeó deci­de retor­nar a Vir­gi­nia don­de viven su ex espo­sa Sta­cie (Jes­si­ca Biel) e hiji­to Lewis (Noah Lomax). Apre­ta­do por situa­cio­nes finan­cie­ras que has­ta le impi­den pagar el alqui­ler don­de vive, sien­te la impe­rio­sa nece­si­dad de bus­car tra­ba­jo y la opor­tu­ni­dad se le pre­sen­ta cuan­do el equi­po de fút­bol en el que Lewis par­ti­ci­pa requie­re un exper­to entre­na­dor para que los chi­cos que for­man par­te del mis­mo pue­dan lle­gar a con­ver­tir­se en bue­nos deportistas.

De este modo, su ocu­pa­ción hace que Geor­ge tome dia­rio con­tac­to con su hijo lo que le faci­li­ta cimen­tar un más estre­cho víncu­lo que pue­da com­pen­sar la caren­cia afec­ti­va del padre ausen­te duran­te lar­go tiem­po. Más difí­cil es para Geor­ge recon­quis­tar el afec­to de Sta­cie por­que aun­que la rela­ción man­te­ni­da es civi­li­za­da y cor­dial, ella no pue­de per­do­nar­le su acti­tud don­jua­nes­ca que fue lo que arrui­nó la rela­ción de pare­ja y el aban­dono de hogar; ade­más, ella está vivien­do con su novio (James Tup­per) con quien pien­sa casar­se en poco tiem­po más.

Lo que estro­pea al rela­to es la intro­duc­ción de per­so­na­jes feme­ni­nos que poco tie­nen que ver con el tema cen­tral pro­pues­to. Con poca ima­gi­na­ción, el guión hace que Geor­ge ten­ga que sopor­tar el ase­dio de 3 muje­res que son madres de los chi­cos que jue­gan al fút­bol y que apa­re­cen aquí como explo­ta­do­ras sexua­les. Así se apre­cia a Barb (Judy Greer), una llo­ro­sa divor­cia­da que con poca suti­li­dad se arro­ja a los bra­zos de Geor­ge, otra aco­sa­do­ra es Deni­se (Cathe­ri­ne Zeta-Jones) quien como locu­to­ra de tele­vi­sión tra­ta­rá de uti­li­zar sus influen­cias para que el entre­na­dor pue­da ser con­tra­ta­do por el canal como comen­ta­ris­ta de fút­bol; final­men­te se encuen­tra Pat­ti (Uma Thur­man) quien es la frus­tra­da mujer del adi­ne­ra­do aus­pi­cia­dor del equi­po (Den­nis Quaid) que tra­ta de encon­trar en Geor­ge lo que su mari­do no le brin­da. De haber sido los men­cio­na­dos per­so­na­jes mejor desa­rro­lla­dos y no uni­di­men­sio­na­les, es pro­ba­ble que el resul­ta­do habría sido más con­vin­cen­te, pero tal como aquí están pre­sen­ta­dos adquie­ren una dimen­sión caricaturesca.

El des­en­la­ce del film no ofre­ce sor­pre­sa algu­na. Todo es pre­vi­si­ble des­de el comien­zo y de este modo se verá que en for­ma mila­gro­sa Geor­ge final­men­te logra el obje­ti­vo que se ha pro­pues­to, o sea lle­gar a con­ver­tir­se en una per­so­na más madu­ra, for­ta­le­cien­do el cari­ño y afec­to de su hijo y con­si­guien­do que Sta­cie le brin­de una segun­da opor­tu­ni­dad amorosa.

No hay mucho que se pue­da hablar sobre el nivel del elen­co. Fren­te a las limi­ta­cio­nes del guión, los acto­res hacen lo que pue­den; a pesar de todo, Gerard Butler logra des­ta­car­se brin­dan­do vul­ne­ra­bi­li­dad, sen­si­bi­li­dad y afec­to en la carac­te­ri­za­ción de su personaje.

Con­clu­sión: Un film que aun­que se deje ver es en últi­ma ins­tan­cia pres­cin­di­ble y fácil­men­te olvi­da­ble. Jor­ge Gutman

Entre­te­ni­do Thri­ller Criminal

DEAD­FALL. Esta­dos Uni­dos, 2012. Un film de Stephan Ruzowitsky

El direc­tor vie­nes Ste­fan Ruzo­witsky ‑cuya pelí­cu­la The Coun­ter­fei­ters (2007) obtu­vie­ra el Oscar al mejor film extran­je­ro- rea­li­za su pri­mer film en Esta­dos Uni­dos abor­dan­do un thri­ller que tra­ta de apar­tar­se de los cáno­nes tra­di­cio­na­les en este tipo de géne­ro. El guión de Zach Dean con­si­de­ra tres his­to­rias sepa­ra­das que con­flu­yen a tra­vés del víncu­lo que se esta­ble­ce entre sus per­so­na­jes y en don­de las con­flic­ti­vas rela­cio­nes fami­lia­res se van refle­jan­do en cada una de las mis­mas. 

El rela­to comien­za con Addi­son (Eric Bana) y su her­ma­na Liza (Oli­via Wil­de) que vie­nen esca­pan­do de la poli­cía des­pués de haber asal­ta­do un casino y haber­se apo­de­ra­do de un sucu­len­to botín; en una deso­la­da ruta neva­da que los lle­va­ría has­ta la fron­te­ra cana­dien­se, el coche sufre un des­co­mu­nal vuel­co y y cuan­do un poli­cía cami­ne­ro quie­re pres­tar­les ayu­da Addi­son lo mata a san­gre fría para evi­tar que el robo sea des­cu­bier­to. En pocos minu­tos que­da bien esta­ble­ci­do el víncu­lo que une a estos dos her­ma­nos, leve­men­te sugi­rien­do la exis­ten­cia de una rela­ción inces­tuo­sa. En la segun­da his­to­ria e Kay (Car­lie Hun­nam), un ex boxea­dor, sale de la cár­cel por un deli­to come­ti­do y al comu­ni­car­se tele­fó­ni­ca­men­te con su madre (Sissy Spa­cek) ella lo invi­ta para cele­brar jun­to con su padre (Kris Kris­tof­fer­son) –de quien se encuen­tra dis­tan­cia­do- el día de Acción de Gra­cias. La ter­ce­ra tra­ma pre­sen­ta a Han­na (Kate mara) una joven ofi­cial de poli­cíal quien al ser­vi­cio de su padre (Treat Williams), que es el she­riff local, se sien­te des­de­ña­da por­que él no la con­si­de­ra lo sufi­cien­te­men­te apta para ocu­par­se en la inves­ti­ga­ción del ase­si­na­to que tuvo lugar en la ruta.

Eric Bana y Olivia Wilde

Eric Bana y Oli­via Wilde

Aun­que en líneas gene­ra­les el guión es satis­fac­to­rio no todos los per­so­na­jes se encuen­tran com­ple­ta­men­te desa­rro­lla­dos y hay cier­tas situa­cio­nes no muy vero­sí­mi­les: por ejem­plo, resul­ta difí­cil ima­gi­nar que en tan solo 24 horas de haber­se cono­ci­do, dos de sus per­so­na­jes lle­guen a ena­mo­rar­se tan fuer­te­men­te como para que no haya fuer­za del mun­do que los lle­gue a sepa­rar. Pero las obser­va­cio­nes seña­la­das están más que com­pen­sa­das por el buen sus­pen­so de la tra­ma y por expo­ner con­vin­cen­te­men­te la vul­ne­ra­bi­li­dad psi­co­ló­gi­ca de sus per­so­na­jes con sus sen­ti­mien­tos de amor y abu­sos de fami­lia así como las con­tra­dic­to­rias leal­ta­des que los animan.

Los intér­pre­tes son de pri­mer nivel, des­ta­cán­do­se entre ellos Bana como el mal­va­do psi­có­pa­ta y celo­so her­mano, así como la joven y bella actriz Wil­de quien es lo sufi­cien­te­men­te dúc­til para expre­sar en su per­so­na­je el per­tur­ba­dor amor fra­ter­nal hacia Addi­son; tam­bién impre­sio­na favo­ra­ble­men­te Hun­nam en un papel sobrio pero a la vez demos­tran­do ener­gía cuan­do lle­ga la oca­sión. Entre los acto­res vete­ra­nos tan­to Kris­tof­fer­son como Spa­cek apor­tan enver­ga­du­ra dra­má­ti­ca carac­te­ri­zan­do al madu­ro y armo­nio­so matri­mo­nio que ha teni­do que sopor­tar los emba­tes delic­ti­vos de su hijo. En los aspec­tos téc­ni­cos se des­ta­ca la mag­ní­fi­ca foto­gra­fía de Sha­ne Hurl­but que cap­ta realís­ti­ca­men­te el pano­ra­ma de invierno de Michi­gan con sus géli­das tem­pes­ta­des de nie­ve, brin­dan­do así una exce­len­te ambien­ta­ción a la vio­len­ta his­to­ria des­crip­ta. 

Con­clu­sión: Bue­na inter­pre­ta­ción en un film que sin lle­gar a memo­ra­ble logra un sos­te­ni­do sus­pen­so a lo lar­go de su metra­je Jor­ge Gut­man

Un Clá­si­co Inmortal

LES MISE­RA­BLES. Esta­dos Uni­dos, 1998. Direc­ción: Bille August. Dis­tri­bu­ción: Sony Pic­tu­res Home Enter­tain­ment (2012) 

Anti­ci­pán­do­se al lan­za­mien­to del dra­ma musi­cal que se cono­ce­rá en pocos días más, Sony Pic­tu­res lan­zó al mer­ca­do el film Les Mise­ra­bles rea­li­za­do en 1998 por el direc­tor danés Bille August en el for­ma­to Blu-Ray. La céle­bre nove­la de Víc­tor Hugo fue obje­to de innu­me­ra­bles ver­sio­nes, sien­do la pre­sen­te una de las mejo­res que se hayan cono­ci­do. 

Valién­do­se del la adap­ta­ción rea­li­za­da por Rafael Ygle­sias y con­den­san­do en su guión los aspec­tos más impor­tan­tes que Hugo trans­mi­te en la nove­la, August cla­ra­men­te expo­ne las con­si­de­ra­cio­nes éti­cas de la nove­la inclu­yen­do la implí­ci­ta crí­ti­ca a un sis­te­ma judi­cial obso­le­to, la moral de una épo­ca defi­ni­da por dis­cu­ti­bles com­por­ta­mien­tos socia­les que tien­den a cas­ti­gar a los des­po­seí­dos, la denun­cia que rea­li­za su autor sobre la des­hu­ma­ni­za­ción impe­ran­te en la Fran­cia de prin­ci­pios del siglo 19 así como su res­pues­ta defen­dien­do la cau­sa de aque­llas per­so­nas de bajo nivel social que viven opri­mi­dos sin que se les ofrez­ca opor­tu­ni­dad algu­na para modi­fi­car su suer­te. 

Como es bien cono­ci­do, la esen­cia de la obra lite­ra­ria des­can­sa en la per­se­cu­ción impla­ca­ble de un seve­ro fun­cio­na­rio poli­cial a un ex con­vic­to social­men­te refor­ma­do. August con­tó con la cola­bo­ra­ción de dos impe­ca­bles acto­res que logran trans­mi­tir la com­ple­ta dimen­sión y rique­za psi­co­ló­gi­ca que el gran escri­tor crea­ra en las per­so­na­li­da­des de estos dos per­so­na­jes cla­ves. 

Liam Nee­son ofre­ce su pre­sen­cia físi­ca así como emo­cio­nal a Jean Val­jean , un hom­bre que habien­do per­di­do su huma­ni­dad duran­te los años de pri­sión y el duro tra­ta­mien­to al que fue some­ti­do, logra su reden­ción por el ejem­plo de un clé­ri­go, con­vir­tién­do­se en un gene­ro­so bene­fac­tor de la socie­dad. No menos impor­tan­te es la carac­te­ri­za­ción que ofre­ce Geof­frey Rush en la figu­ra del ins­pec­tor Javert, un rígi­do ser­vi­dor de la jus­ti­cia que no pue­de lle­gar a admi­tir la posi­bi­li­dad de reha­bi­li­ta­ción de una per­so­na y que como paté­ti­co mora­lis­ta que teme infrin­gir la ley, no pue­de ven­cer sus demo­nios inter­nos que le están ago­bian­do. 

Liam Neeson y Claire Danes

Liam Nee­son y Clai­re Danes

Los otros per­so­na­jes de la nove­la encuen­tran tam­bién efi­cien­tes acto­res en la actual ver­sión. Ése es el caso de Uma Thur­man dan­do vida a la trá­gi­ca Fan­ti­ne, en tan­to que Clai­re Danes brin­da encan­to y fres­cu­ra al rol de Coset­te, que habien­do que­da­do huér­fa­na encon­tra­rá en Val­jean la figu­ra de un padre adop­ti­vo que la ado­ra y le pro­di­ga pro­fun­do afec­to y ter­nu­ra al pro­pio tiem­po que tra­ta de pro­te­ger­la de los amo­res que sien­te por Marius (Hans Mathe­son) un joven com­ba­tien­te con­tra el orden impe­ran­te en los con­vul­sio­na­dos tiem­pos de la revo­lu­ción pari­si­na de 1832. 

En esen­cia, August logró refle­jar este pro­fun­do dra­ma humano dotán­do­lo de un rit­mo ágil y flui­do que per­mi­te con­cen­trar su inte­rés a lo lar­go de sus dos horas y 15 minu­tos de dura­ción. 

En su for­ma­to Blu-ray las imá­ge­nes en alta defi­ni­ción son deci­di­da­men­te más cla­ras y de mejor reso­lu­ción que las logra­das a tra­vés del tra­di­cio­nal DVD. La úni­ca obje­ción a la pre­sen­te edi­ción es que prác­ti­ca­men­te no exis­te mate­rial adi­cio­nal sal­vo un peque­ño cor­to de 3 minu­tos y medio –A first Look at Les Mise­ra­bles- que se ase­me­ja a un trai­ler, sin agre­gar nada sig­ni­fi­ca­ti­vo o de espe­cial inte­rés. Jor­ge Gutman

Un Gran Tra­ba­jo de Daniel Day-Lewis

LIN­COLN. Esta­dos Uni­dos, 2012. Un film de Ste­ven Spielberg

Con toda segu­ri­dad será uno de los fil­mes más comen­ta­dos de esta tem­po­ra­da inver­nal y posi­ble­men­te logra­rá varias nomi­na­cio­nes para el Oscar. Aun­que sin ser el tra­ba­jo más des­ta­ca­do de Ste­ven Spiel­berg, Lin­coln cons­ti­tu­ye un inte­li­gen­te retra­to de la per­so­na­li­dad del déci­mo sex­to pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos a la vez que una bue­na ilus­tra­ción del fun­cio­na­mien­to demo­crá­ti­co de ese país.

Daniel Day-Lewis

Daniel Day-Lewis

La inten­ción del rea­li­za­dor no ha sido narrar una bio­gra­fía de Abraham Lin­coln sino más bien con­cen­trar la aten­ción en un momen­to deci­si­vo de su vida, jus­to en los ini­cios de su segun­do man­da­to en enero de 1865 y tres meses antes de su trá­gi­co ase­si­na­to. Con la valio­sa cola­bo­ra­ción del cono­ci­do dra­ma­tur­go Tony Kush­ner quien pre­pa­ró el guión basa­do en el libro Team of Rivals: The Poli­ti­cal Genius of Abraham Lin­coln, elo­gia­da bio­gra­fía de la his­to­ria­do­ra Doris Kearns Good­win, Spiel­berg enfo­ca los esfuer­zos del pre­si­den­te en lograr la apro­ba­ción par­la­men­ta­ria de la déci­mo ter­ce­ra enmien­da a la cons­ti­tu­ción de los Esta­dos Uni­dos, con­sis­ten­te en la abo­li­ción de la escla­vi­tud. A pesar de que la Gue­rra de Sece­sión aún no había con­clui­do, el rela­to con­si­de­ra ese dra­má­ti­co hecho en for­ma secun­da­ria –una bre­ve esce­na al comien­zo del film- para con­sa­grar­se fun­da­men­tal­men­te a la noble cau­sa empren­di­da por el pre­si­den­te. De todos modos, Lin­coln no igno­ra­ba el ries­go asu­mi­do con su pro­pues­ta por­que la apro­ba­ción de la men­cio­na­da enmien­da podría incen­ti­var la pro­lon­ga­ción del con­flic­to béli­co por par­te de los sure­ños par­ti­da­rios del man­te­ni­mien­to de la escla­vi­tud. 

En la anto­ló­gi­ca inter­pre­ta­ción de Daniel Day-Lewis ani­man­do a Lin­coln, se lo ve al pre­si­den­te ayu­da­do por su efi­cien­te y leal secre­ta­rio de esta­do William Seward (David Strathairn) y del ardien­te con­gre­sal abo­li­cio­nis­ta repu­bli­cano Thad­deus Ste­vens (Tommy Lee Jones) para pro­cu­rar que la enmien­da pro­pues­ta por la pre­si­den­cia fue­ra san­cio­na­da por la cáma­ra de repre­sen­tan­tes. 

La tarea no era sen­ci­lla por­que para lograr el pro­pó­si­to desea­do había que lidiar con un con­gre­so de la nación alta­men­te divi­di­do, que reque­ría ven­cer la resis­ten­cia de los miem­bros del par­ti­do demó­cra­ta opo­si­tor así como tam­bién de algu­nos con­gre­sa­les repu­bli­ca­nos. 

Dicho lo que ante­ce­de, el film se con­vier­te en un lar­go y con­ver­sa­do rela­to don­de la acción gira en torno de los argu­men­tos a favor o en con­tra de los dife­ren­tes par­la­men­ta­rios defen­dien­do o negan­do los dere­chos que asis­ten a los escla­vos como per­so­nas libres. Las per­so­na­li­da­des his­tó­ri­cas de la épo­ca que tuvie­ron a car­go esos lar­gos deba­tes si bien pue­den ser cono­ci­das por los his­to­ria­do­res en la mate­ria y/o por el públi­co ame­ri­cano, lo más pro­ba­ble es que no lo sean para el res­to del mun­do. Asis­tir al deba­te inte­lec­tual de los par­la­men­ta­rios pue­de resul­tar de inte­rés en un comien­zo, pero el mis­mo va dis­mi­nu­yen­do en la medi­da que domi­na gran par­te del rela­to; de algu­na mane­ra, ese fac­tor con­tri­bu­ye a que el film carez­ca de ver­da­de­ra acción al no pro­veer emo­ción o ten­sión en tér­mi­nos de entre­te­ni­mien­to. 

Los deta­lles apun­ta­dos están en gran par­te com­pen­sa­dos por Day-Lewis quien cons­ti­tu­ye el cen­tro de gra­vi­ta­ción del film. Aun­que el públi­co no haya cono­ci­do a Lin­coln, la com­po­si­ción logra­da por el actor per­mi­te al espec­ta­dor iden­ti­fi­car­se con la leyen­da y el aura que rodea la figu­ra del míti­co per­so­na­je. Sumer­gién­do­se en la piel del pre­si­den­te, el gran méri­to del intér­pre­te es haber sabi­do repro­du­cir la sim­ple­za, cal­ma y sere­ni­dad de su per­so­na, sus movi­mien­tos y mira­das, su tono sua­ve de voz, el sen­ti­do del humor apli­ca­do a la polí­ti­ca, así como otros deta­lles que van refle­jan­do las moti­va­cio­nes, psi­co­lo­gía y el con­si­de­ra­ble huma­nis­mo que lo carac­te­ri­zó. El res­to del elen­co es de pri­mer nivel, inclu­yen­do una apa­sio­na­da y jus­ta com­po­si­ción de Sally Field como la espo­sa del pre­si­den­te que tuvo una enor­me influen­cia en él y la efi­cien­te inter­pre­ta­ción de Joseph Gor­don-Levitt como el hijo mayor del matri­mo­nio que man­tie­ne una rela­ción con­flic­ti­va con su padre.

Con­clu­sión: Un film que des­pier­ta inte­rés y será recor­da­do por la estu­pen­da actua­ción de Daniel Day-LewisJor­ge Gutman