De Hop­kins a Hitchcock

HITCH­COCK. Esta­dos Uni­dos, 2012. Direc­ción: Sacha Ger­va­si. Dis­tri­bu­ción: 20th Cen­tury Fox (2013) 

Alfred Hitch­cock ha sido uno de los más gran­des rea­li­za­do­res del siglo XX y a pesar de haber muer­to hace casi 33 años, sus fil­mes per­du­ran como clá­si­cos de la cine­ma­to­gra­fía uni­ver­sal. Este film que lle­va su nom­bre no es una bio­gra­fía de este gran maes­tro del cine sino la recrea­ción de un capí­tu­lo de su vida que tuvo espe­cial tras­cen­den­cia tan­to a nivel pro­fe­sio­nal como per­so­nal. 

Basa­do en el libro del escri­tor Stephen Ribe­llo Alfred Hitch­cock And The Making of “Psi­cho” la pelí­cu­la es un recuen­to de la para­fer­na­lia vin­cu­la­da con el roda­je de Psi­co­sis, don­de nin­gún espec­ta­dor que lo haya vis­to podrá olvi­dar la esce­na de la ducha, una de las más anto­ló­gi­cas de la his­to­ria del cine.

Des­pués del estreno de su últi­mo film North by North­west (1959), ins­ti­ga­do por algu­nos crí­ti­cos que pen­sa­ron que qui­zá podría haber lle­ga­do el momen­to de reti­rar­se, Hitch­cock (Anthony Hop­kins) se sien­te obse­sio­na­do por fil­mar la nove­la Psy­cho de Robert Bloch, basa­do en un ver­da­de­ro ase­sino de Wis­con­sin que sir­vió de ins­pi­ra­ción para la con­cep­ción del per­so­na­je Nor­man Bates. Sin embar­go, la difi­cul­tad de poner en mar­cha el pro­yec­to se debió al recha­zo de los estu­dios Para­mount Pic­tu­res para finan­ciar­lo. Empe­ci­na­do en fil­mar­lo, Hitch­cock logra supe­rar el obs­tácu­lo obte­nien­do los fon­dos nece­sa­rios a tra­vés de un prés­ta­mo sobre la hipo­te­ca de su casa que tam­bién per­te­ne­ce a su espo­sa Alma Revi­lle (Helen Mirren). 

Anthony Hopkins animando a Alfred Hitchcock

Anthony Hop­kins ani­man­do a Alfred Hitchcock

Simul­tá­nea­men­te con el pro­ce­so del cas­ting del film pro­ta­go­ni­za­do por Janet Leigh (Scar­let Johans­son) y Anthony Per­kins (James D’Arcy), el comien­zo del roda­je y lo acon­te­ci­do a lo lar­go de su desa­rro­llo, el rela­to cen­tra su aten­ción en Alma. Ella fue la devo­ta cón­yu­ge quien duran­te los 30 años de matri­mo­nio ‑has­ta ese enton­ces- había cons­ti­tui­do la fuer­za mag­né­ti­ca pero ocul­ta que gra­vi­tó posi­ti­va­men­te en la carre­ra del rea­li­za­dor. Ade­más de exce­len­te com­pa­ñe­ra, fue la ínti­ma con­fi­den­te que leía sus guio­nes y suge­ría cam­bios si fue­ran nece­sa­rios, quien par­ti­ci­pó anó­ni­ma­men­te en las tareas de mon­ta­je y estan­do siem­pre aler­ta en todo lo que con­cer­nía a la labor fíl­mi­ca de su mari­do, quien a su vez pres­ta­ba gran aten­ción a sus obser­va­cio­nes. 

En lo que con­cier­ne a un nivel más ínti­mo, el rela­to inser­ta la rela­ción exis­ten­te en la pare­ja des­ta­can­do joco­sa­men­te la obse­sión del direc­tor por las actri­ces rubias que no hace mucha gra­cia a Alma; ella, por su par­te ‑en una situa­ción fic­ti­cia intro­du­ci­da por el guión de John J. McLaugh­lin- comien­za a tra­ba­jar con su ami­go, el escri­tor Whit­field Cook (Danny Hus­ton), man­te­nien­do un flir­teo estric­ta­men­te pla­tó­ni­co que hace celar a su mari­do. Aun­que estas esca­ra­mu­zas con­yu­ga­les podrían dis­traer leve­men­te del obje­ti­vo cen­tral del film lo cier­to es que ponen de relie­ve el apo­yo moral que Alma brin­dó a Alfred y que éste sabía muy bien la impor­tan­cia del valio­so apor­te pro­fe­sio­nal y afec­ti­vo que ella le brin­dó. 

Vol­vien­do al film, en la dra­má­ti­ca esce­na de la ducha don­de Hitch­cock pre­fe­ría pres­cin­dir de cual­quier fon­do musi­cal, es Alma quien lo con­ven­ce de intro­du­cir el tema espe­cial­men­te con­ce­bi­do por el com­po­si­tor Ber­nard Herrmann que en com­bi­na­ción con la ima­gen pro­yec­ta­da logra que el públi­co cobre una real sen­sa­ción de horror. 

Hitch­cock ofre­ce muchos momen­tos de humor. Como buen ejem­plo bas­ta­ría citar la secuen­cia en que tie­ne lugar la pri­me­ra pro­yec­ción públi­ca del film con el direc­tor apos­ta­do en el ves­tí­bu­lo del cine don­de se lo exhi­be; ahí sal­ta con­ten­tí­si­mo como un niño chi­co al oír y ver la reac­ción de la audien­cia fren­te al mie­do y espan­to cau­sa­do cuan­do Nor­man Bates acu­chi­lla sal­va­je­men­te a la infor­tu­na­da visi­tan­te de su hostería.

La nota emo­ti­va del film está tam­bién pre­sen­te cuan­do por pri­me­ra vez en for­ma expre­sa Hitch­cock reco­no­ce públi­ca­men­te la con­tri­bu­ción fun­da­men­tal que tuvo su espo­sa en su vida pro­fe­sio­nal como realizador.

La inter­pre­ta­ción de Hop­kins –exce­len­te­men­te maqui­lla­do para la oca­sión y brin­dan­do un buen pare­ci­do físi­co a la cor­pu­len­ta pre­sen­cia físi­ca del rea­li­za­dor- cap­ta mara­vi­llo­sa­men­te la per­so­na­li­dad del per­so­na­je que ani­ma, en tan­to que Mirren apor­ta cali­dez y afec­to como Alma. Johans­son está acer­ta­da como Janet Leigh en tan­to que D’Arcy apor­ta la per­so­na­li­dad un tan­to ambi­gua de Per­kins que se aso­cia al rol que inter­pre­ta en Psi­co­sis.

Aho­ra los colec­cio­nis­tas y faná­ti­cos de Hitch­cock tie­nen opor­tu­ni­dad de apre­ciar en su hogar el video de esta bue­na pelí­cu­la que vie­ne pre­sen­ta­do en un com­bo con­te­nien­do dos dis­cos en los for­ma­tos DVD y Blu-Ray más una copia digi­tal. 

Ade­más del film en sí mis­mo, lo más impor­tan­te de esta edi­ción radi­ca en los valio­sos suple­men­tos con­te­ni­dos. De gran inte­rés es la pre­sen­ta­ción de una esce­na eli­mi­na­da del film don­de Hitch­cock se refie­re a su madre fren­te a un psi­quia­tra que lo está ana­li­zan­do; otros agre­ga­dos mues­tran el “detrás de la esce­na” acon­te­ci­da duran­te el pro­ce­so de roda­je don­de los intér­pre­tes del film, el rea­li­za­dor y el equi­po téc­ni­co rela­tan cómo se tra­tó de repro­du­cir el espí­ri­tu de lo que real­men­te acon­te­ció cuan­do tuvo lugar el roda­je de Psi­co­sis. Para quien no esté al corrien­te de los secre­tos de un buen maqui­lla­je, ésta es la opor­tu­ni­dad para seguir aten­ta­men­te los deta­lles de uno de los cor­tos (Beco­ming the Mas­ter: From Hop­kins to Hitch­cock) sobre esta ardua y difi­cul­to­sa tarea a fin de lograr que Anthony Hop­kins trans­for­ma­ra su ros­tro para adqui­rir la expre­sión facial del recor­da­do mago del sus­pen­so. Espe­cial­men­te sig­ni­fi­ca­ti­vo es un cor­to (Hitch and Alma) refe­ri­do a la espe­cial y entra­ña­ble rela­ción sen­ti­men­tal del rea­li­za­dor con su espo­sa Alma y de qué modo el víncu­lo con­yu­gal per­mi­tió que exis­tie­ra entre ambos una crea­ti­va cola­bo­ra­ción pro­fe­sio­nal. Muy gra­cio­so resul­ta una esce­na espe­cial­men­te fil­ma­da para esta edi­ción (Hitch­cock Cell Pho­ne PSA) en don­de el mago del sus­pen­so soli­ci­ta a los espec­ta­do­res de la gene­ra­ción actual que duran­te la pre­sen­ta­ción del film se abs­ten­gan de escri­bir tex­tos en sus telé­fo­nos celu­la­res. Final­men­te hay un comen­ta­rio audio con el direc­tor Ger­va­si y el autor Stephen Rebe­llo. 

La ban­da audio es en inglés, espa­ñol y/o fran­cés con sub­tí­tu­los opta­ti­vos en inglés y/o espa­ñol, sal­vo los suple­men­tos que no están sub­ti­tu­la­dos (pre­sen­ta­dos en inglés sola­men­te). Jor­ge Gutman