De Hop­kins a Hitchcock

HITCH­COCK. Esta­dos Uni­dos, 2012. Direc­ción: Sacha Ger­va­si. Dis­tri­bu­ción: 20th Cen­tury Fox (2013) 

Alfred Hitch­cock ha sido uno de los más gran­des rea­li­za­do­res del siglo XX y a pesar de haber muer­to hace casi 33 años, sus fil­mes per­du­ran como clá­si­cos de la cine­ma­to­gra­fía uni­ver­sal. Este film que lle­va su nom­bre no es una bio­gra­fía de este gran maes­tro del cine sino la recrea­ción de un capí­tu­lo de su vida que tuvo espe­cial tras­cen­den­cia tan­to a nivel pro­fe­sio­nal como per­so­nal. 

Basa­do en el libro del escri­tor Stephen Ribe­llo Alfred Hitch­cock And The Making of “Psi­cho” la pelí­cu­la es un recuen­to de la para­fer­na­lia vin­cu­la­da con el roda­je de Psi­co­sis, don­de nin­gún espec­ta­dor que lo haya vis­to podrá olvi­dar la esce­na de la ducha, una de las más anto­ló­gi­cas de la his­to­ria del cine.

Des­pués del estreno de su últi­mo film North by North­west (1959), ins­ti­ga­do por algu­nos crí­ti­cos que pen­sa­ron que qui­zá podría haber lle­ga­do el momen­to de reti­rar­se, Hitch­cock (Anthony Hop­kins) se sien­te obse­sio­na­do por fil­mar la nove­la Psy­cho de Robert Bloch, basa­do en un ver­da­de­ro ase­sino de Wis­con­sin que sir­vió de ins­pi­ra­ción para la con­cep­ción del per­so­na­je Nor­man Bates. Sin embar­go, la difi­cul­tad de poner en mar­cha el pro­yec­to se debió al recha­zo de los estu­dios Para­mount Pic­tu­res para finan­ciar­lo. Empe­ci­na­do en fil­mar­lo, Hitch­cock logra supe­rar el obs­tácu­lo obte­nien­do los fon­dos nece­sa­rios a tra­vés de un prés­ta­mo sobre la hipo­te­ca de su casa que tam­bién per­te­ne­ce a su espo­sa Alma Revi­lle (Helen Mirren). 

Anthony Hopkins animando a Alfred Hitchcock

Anthony Hop­kins ani­man­do a Alfred Hitchcock

Simul­tá­nea­men­te con el pro­ce­so del cas­ting del film pro­ta­go­ni­za­do por Janet Leigh (Scar­let Johans­son) y Anthony Per­kins (James D’Arcy), el comien­zo del roda­je y lo acon­te­ci­do a lo lar­go de su desa­rro­llo, el rela­to cen­tra su aten­ción en Alma. Ella fue la devo­ta cón­yu­ge quien duran­te los 30 años de matri­mo­nio ‑has­ta ese enton­ces- había cons­ti­tui­do la fuer­za mag­né­ti­ca pero ocul­ta que gra­vi­tó posi­ti­va­men­te en la carre­ra del rea­li­za­dor. Ade­más de exce­len­te com­pa­ñe­ra, fue la ínti­ma con­fi­den­te que leía sus guio­nes y suge­ría cam­bios si fue­ran nece­sa­rios, quien par­ti­ci­pó anó­ni­ma­men­te en las tareas de mon­ta­je y estan­do siem­pre aler­ta en todo lo que con­cer­nía a la labor fíl­mi­ca de su mari­do, quien a su vez pres­ta­ba gran aten­ción a sus obser­va­cio­nes. 

En lo que con­cier­ne a un nivel más ínti­mo, el rela­to inser­ta la rela­ción exis­ten­te en la pare­ja des­ta­can­do joco­sa­men­te la obse­sión del direc­tor por las actri­ces rubias que no hace mucha gra­cia a Alma; ella, por su par­te ‑en una situa­ción fic­ti­cia intro­du­ci­da por el guión de John J. McLaugh­lin- comien­za a tra­ba­jar con su ami­go, el escri­tor Whit­field Cook (Danny Hus­ton), man­te­nien­do un flir­teo estric­ta­men­te pla­tó­ni­co que hace celar a su mari­do. Aun­que estas esca­ra­mu­zas con­yu­ga­les podrían dis­traer leve­men­te del obje­ti­vo cen­tral del film lo cier­to es que ponen de relie­ve el apo­yo moral que Alma brin­dó a Alfred y que éste sabía muy bien la impor­tan­cia del valio­so apor­te pro­fe­sio­nal y afec­ti­vo que ella le brin­dó. 

Vol­vien­do al film, en la dra­má­ti­ca esce­na de la ducha don­de Hitch­cock pre­fe­ría pres­cin­dir de cual­quier fon­do musi­cal, es Alma quien lo con­ven­ce de intro­du­cir el tema espe­cial­men­te con­ce­bi­do por el com­po­si­tor Ber­nard Herrmann que en com­bi­na­ción con la ima­gen pro­yec­ta­da logra que el públi­co cobre una real sen­sa­ción de horror. 

Hitch­cock ofre­ce muchos momen­tos de humor. Como buen ejem­plo bas­ta­ría citar la secuen­cia en que tie­ne lugar la pri­me­ra pro­yec­ción públi­ca del film con el direc­tor apos­ta­do en el ves­tí­bu­lo del cine don­de se lo exhi­be; ahí sal­ta con­ten­tí­si­mo como un niño chi­co al oír y ver la reac­ción de la audien­cia fren­te al mie­do y espan­to cau­sa­do cuan­do Nor­man Bates acu­chi­lla sal­va­je­men­te a la infor­tu­na­da visi­tan­te de su hostería.

La nota emo­ti­va del film está tam­bién pre­sen­te cuan­do por pri­me­ra vez en for­ma expre­sa Hitch­cock reco­no­ce públi­ca­men­te la con­tri­bu­ción fun­da­men­tal que tuvo su espo­sa en su vida pro­fe­sio­nal como realizador.

La inter­pre­ta­ción de Hop­kins –exce­len­te­men­te maqui­lla­do para la oca­sión y brin­dan­do un buen pare­ci­do físi­co a la cor­pu­len­ta pre­sen­cia físi­ca del rea­li­za­dor- cap­ta mara­vi­llo­sa­men­te la per­so­na­li­dad del per­so­na­je que ani­ma, en tan­to que Mirren apor­ta cali­dez y afec­to como Alma. Johans­son está acer­ta­da como Janet Leigh en tan­to que D’Arcy apor­ta la per­so­na­li­dad un tan­to ambi­gua de Per­kins que se aso­cia al rol que inter­pre­ta en Psi­co­sis.

Aho­ra los colec­cio­nis­tas y faná­ti­cos de Hitch­cock tie­nen opor­tu­ni­dad de apre­ciar en su hogar el video de esta bue­na pelí­cu­la que vie­ne pre­sen­ta­do en un com­bo con­te­nien­do dos dis­cos en los for­ma­tos DVD y Blu-Ray más una copia digi­tal. 

Ade­más del film en sí mis­mo, lo más impor­tan­te de esta edi­ción radi­ca en los valio­sos suple­men­tos con­te­ni­dos. De gran inte­rés es la pre­sen­ta­ción de una esce­na eli­mi­na­da del film don­de Hitch­cock se refie­re a su madre fren­te a un psi­quia­tra que lo está ana­li­zan­do; otros agre­ga­dos mues­tran el “detrás de la esce­na” acon­te­ci­da duran­te el pro­ce­so de roda­je don­de los intér­pre­tes del film, el rea­li­za­dor y el equi­po téc­ni­co rela­tan cómo se tra­tó de repro­du­cir el espí­ri­tu de lo que real­men­te acon­te­ció cuan­do tuvo lugar el roda­je de Psi­co­sis. Para quien no esté al corrien­te de los secre­tos de un buen maqui­lla­je, ésta es la opor­tu­ni­dad para seguir aten­ta­men­te los deta­lles de uno de los cor­tos (Beco­ming the Mas­ter: From Hop­kins to Hitch­cock) sobre esta ardua y difi­cul­to­sa tarea a fin de lograr que Anthony Hop­kins trans­for­ma­ra su ros­tro para adqui­rir la expre­sión facial del recor­da­do mago del sus­pen­so. Espe­cial­men­te sig­ni­fi­ca­ti­vo es un cor­to (Hitch and Alma) refe­ri­do a la espe­cial y entra­ña­ble rela­ción sen­ti­men­tal del rea­li­za­dor con su espo­sa Alma y de qué modo el víncu­lo con­yu­gal per­mi­tió que exis­tie­ra entre ambos una crea­ti­va cola­bo­ra­ción pro­fe­sio­nal. Muy gra­cio­so resul­ta una esce­na espe­cial­men­te fil­ma­da para esta edi­ción (Hitch­cock Cell Pho­ne PSA) en don­de el mago del sus­pen­so soli­ci­ta a los espec­ta­do­res de la gene­ra­ción actual que duran­te la pre­sen­ta­ción del film se abs­ten­gan de escri­bir tex­tos en sus telé­fo­nos celu­la­res. Final­men­te hay un comen­ta­rio audio con el direc­tor Ger­va­si y el autor Stephen Rebe­llo. 

La ban­da audio es en inglés, espa­ñol y/o fran­cés con sub­tí­tu­los opta­ti­vos en inglés y/o espa­ñol, sal­vo los suple­men­tos que no están sub­ti­tu­la­dos (pre­sen­ta­dos en inglés sola­men­te). Jor­ge Gutman

The Great Gatsby abre el Fes­ti­val de Cannes

EL GRAN GATSBY INAU­GU­RA EL FES­TI­VAL DE CANNES

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

THE GREAT GATSBY

Carey Mulli­gan y Leo­nar­do DiCa­prio en una esce­na de THE GREAT GATSBY

Como es tra­di­cio­nal, la pelí­cu­la ele­gi­da para inau­gu­rar un fes­ti­val sue­le tener amplia visi­bi­li­dad. Este año será The Great Gatsby, el film que abri­rá el Fes­ti­val de Can­nes el pró­xi­mo 15 de mayo en el Gran Tea­tro Lumiè­re de Can­nes. La pro­duc­ción del direc­tor aus­tra­liano Baz Luhr­mann se pro­yec­ta­rá en 3D y será pre­sen­ta­do fue­ra de com­pe­ti­ción den­tro de la selec­ción ofi­cial. Ese mis­mo día se dará a cono­cer en Fran­cia, cin­co días des­pués de su estreno en los Esta­dos Unidos.

No es la pri­me­ra vez que la céle­bre nove­la de Fran­cis Scott Fitz­ge­rald publi­ca­da en 1925 es lle­va­da a la pan­ta­lla; en 1974 el direc­tor Jack Clay­ton la abor­dó con un libre­to pre­pa­ra­do por Fran­cis Ford Cop­po­la y la inter­pre­ta­ción cen­tral de Robert Red­ford y Mia Farrow. En este caso, es Luhr­mann quien ha teni­do a su car­go el guión escri­to jun­to con su habi­tual cola­bo­ra­dor Craig Pear­ce, tra­tan­do de repro­du­cir el cli­ma de efer­ves­cen­cia que exis­tía en la cos­ta este de Esta­dos Uni­dos en la déca­da de los 20.

El elen­co está inte­gra­do por un con­jun­to de figu­ras de pri­mer nivel. Leo­nar­do DiCa­prio es el pro­ta­go­nis­ta encar­nan­do la román­ti­ca y trá­gi­ca per­so­na­li­dad de Jay Gatsby, Carey Mulli­gan inter­pre­ta a Daisy Bucha­nan y Tobey Magui­re es Nick Carra­way, el ami­go de Gatsby que se ocu­pa de narrar la his­to­ria; el repar­to tam­bién inclu­ye a Joel Edger­ton, Ami­tabh Bach­chan ‑la figu­ra más popu­lar del cine indio- y el rape­ro ame­ri­cano Jay‑Z.

Cabe agre­gar que Luhr­mann ya estu­vo en Can­nes en dos oca­sio­nes ante­rio­res: la pri­me­ra para la pre­sen­ta­ción de Strictly Ball­room en 1992, y por segun­da vez en 2001 con Mou­lin Rou­ge que inau­gu­ró la mues­tra de ese año.

El Film Osca­ri­za­do en Video

ARGO. Esta­dos Uni­dos, 2012. Direc­ción: Ben Affleck. Dis­tri­bu­ción: War­ner Bros Home Enter­tain­ment (2013)

A pesar de que aún el film sigue en la car­te­le­ra, ya apa­re­ció el video de Argo, que a esta hora todo el mun­do sabe que hace pocas sema­nas ha obte­ni­do el pre­mio más pres­ti­gio­so de la indus­tria del cine; así, con el Oscar a la mejor pro­duc­ción del año, esta pelí­cu­la ha hecho his­to­ria por­que hace dos meses atrás nadie habría ima­gi­na­do este des­en­la­ce; eso se debió a que su direc­tor Ben Affleck no había sido nomi­na­do en su cate­go­ría y por lo gene­ral el pre­mio al film y al mejor direc­tor siem­pre van de la mano. Pero en todo caso tenien­do en cuen­ta que pre­via­men­te al Oscar ya había reci­bi­do los hono­res de la pren­sa extran­je­ra de Holly­wood (Gol­den Glo­bes), la de las aso­cia­cio­nes de pro­duc­to­res, direc­to­res, acto­res y guio­nis­tas, ade­más de haber reci­bi­do las dis­tin­cio­nes inter­na­cio­na­les de Baf­ta de Gran Bre­ta­ña y César de Fran­cia, Argo era núme­ro fijo para el Oscar y así resul­tó. 

Como es bien sabi­do, la pelí­cu­la se basa en la cri­sis de los rehe­nes ame­ri­ca­nos que se ori­gi­nó con el asal­to arma­do que estu­dian­tes acti­vis­tas efec­tua­ron en la emba­ja­da de Esta­dos Uni­dos en Irán el 4 de noviem­bre de 1979 El film es un muy buen thri­ller polí­ti­co, expre­sa­do con inte­li­gen­cia, suti­le­za y exce­len­te humor, per­mi­tien­do que la genui­na emo­ción del rela­to se tra­duz­ca en dos horas de efi­caz entre­te­ni­mien­to. 

Para quien no lo haya vis­to en sala o desee vol­ver a ver­lo en su hogar, la edi­ción lan­za­da al mer­ca­do la sema­na pasa­da vie­ne en com­bo con dos dis­cos, uno para el for­ma­to Blu-Ray y el otro para el DVD, y con copia digi­tal ultra­vio­le­ta; igual­men­te, está dis­po­ni­ble sepa­ra­da­men­te. 

Ben Affleck, director y actor protagónico de ARGO

Ben Affleck, direc­tor y actor pro­ta­gó­ni­co de ARGO

Entre algu­nos de los mate­ria­les adi­cio­na­les que acom­pa­ñan a la pelí­cu­la, en el for­ma­to DVD se inclu­ye un cor­to de 16 minu­tos con decla­ra­cio­nes del agen­te espe­cial de la CIA Tony Mén­dez que fue el autor del audaz plan que per­mi­tió la repa­tria­ción de los 6 emplea­dos de la emba­ja­da de los Esta­dos Uni­dos refu­gia­dos en la resi­den­cia del emba­ja­dor cana­dien­se en Tehe­rán, del pre­si­den­te Jimmy Car­ter y de algu­nos de los pro­ta­go­nis­tas reales que al haber esta­do embar­ca­dos en esta odi­sea narran las dra­má­ti­cas expe­rien­cias que tuvie­ron que afron­tar. En el for­ma­to Blu-ray se agre­gan otros cor­tos intere­san­tes don­de en uno de los mis­mos Affleck expli­ca el modo en que fue recrea­da la cri­sis de los rehe­nes para ofre­cer com­ple­ta auten­ti­ci­dad al rela­to; en otro cor­to el rea­li­za­dor y Mén­dez expo­nen deta­lles sobre cómo se con­ci­bió la fal­sa pelí­cu­la de cien­cia fic­ción; no menos intere­san­te es el exten­so docu­men­to con­te­ni­do con comen­ta­rios adi­cio­na­les de Affleck y del escri­tor Chris Terrio quien obtu­vo el Oscar por el mejor guión adaptado.

La trans­po­si­ción al video es prác­ti­ca­men­te irre­pro­cha­ble con res­pec­to a soni­do e imá­ge­nes y resul­ta cla­ra la repro­duc­ción de diá­lo­gos en las esce­nas caó­ti­cas y/o de con­si­de­ra­ble mul­ti­tud. 

La ban­da audio es en inglés y dobla­da al fran­cés (Blu-Ray) como tam­bién al espa­ñol (DVD); ambos for­ma­tos tie­nen sub­tí­tu­los opcio­na­les en espa­ñol, fran­cés e inglés.  Jor­ge Gutman

Con Voz Femenina

JOCAS­TE REINEAutor: Nancy Hus­ton — Direc­ción: Loui­se Pin­tal — Elen­co: Hugues Fre­net­te, Clai­re Gig­nac, Mary­se Lapie­rre, Marian­ne Mar­ceau, Loui­se Mar­leau, Mon­que Mer­cu­ree, Jean-Sébas­tien Oue­llet­te, Hubert Proulx, Éric Robi­doux — Deco­ra­dos: Jean Hazel – Ves­tua­rio: Sébas­tien Dion­ne — Ilu­mi­na­ción: Denis Gué­ret­te – Direc­ción Musi­cal Ori­gi­nal: Clai­re Gig­nac – Coreo­gra­fía: Este­lle Cla­re­ton — Dura­ción: 1h45 (sin entre­ac­to). Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 30 de Mar­zo de 2013 en el Théâ­tre du Nou­veau Mon­de. Para más infor­ma­ción pre­sio­nar aquí

Con Jocas­te Reine la escri­to­ra fran­co­ca­na­dien­se Nancy Hus­ton abor­da el deli­ca­do tema del inces­to basán­do­se en Edi­po Rey de Sófo­cles, en un enfo­que que tie­ne en cuen­ta la ópti­ca de la rei­na Yocas­ta como espo­sa y madre de Edi­po. Evi­den­te­men­te el desa­fío que tuvo que enfren­tar la auto­ra era inmen­so: no sólo se tra­ta­ba de pre­sen­tar una visión feme­ni­na de la míti­ca tra­ge­dia grie­ga escri­ta hace dos mile­nos y medio, sino lograr que la rees­cri­ta his­to­ria man­tu­vie­se inte­rés. Feliz­men­te, la par­ti­da ha sido gana­da por­que Hus­ton logró un rela­to cau­ti­van­te y de ple­na vigencia. 

Una de las notas dis­tin­ti­vas de la obra es que el coro de la ver­sión ori­gi­nal de Sófo­cles es aquí reem­pla­za­do por el per­so­na­je del Cori­feo (Hugues Fre­net­te) quien ves­ti­do con atuen­do moderno va comen­tan­do y cap­tan­do lo que acon­te­ce en esce­na adop­tan­do de este modo el jui­cio que le mere­ce al espec­ta­dor. Aun­que en esta decons­truc­ción rea­li­za­da por Hus­ton el cen­tro de gra­vi­ta­ción es Yocas­ta (Loui­se Mar­leau), tam­bién cuen­ta aquí la visión de sus dos hijas muje­res Antí­go­na (Marian­ne Mar­ceau) e Isme­ne (Mary­se Lapie­rre), en tan­to que sus hijos varo­nes, Étéo­cle (Hubert Proulx) y Poly­ni­ce (Éric Robi­doux), a tra­vés de una dan­za gue­rre­ra cons­ti­tu­yen un ele­men­to de tran­si­ción entre las dife­ren­tes esce­nas de la pieza. 

La obra comien­za con un inter­lu­dio amo­ro­so de Yocas­ta y Edi­po (Jean-Sébas­tien Oue­llet­te), con­si­de­ra­ble­men­te más joven que ella, quie­nes con­for­man un matri­mo­nio dicho­so duran­te 20 años. La feli­ci­dad comien­za a alte­rar­se cuan­do una pes­te azo­ta el rei­na­do de Tebas y, según el anun­cio del orácu­lo de Del­fos, para que se extin­ga la pla­ga es nece­sa­rio loca­li­zar al ase­sino de Laïos, el pre­ce­den­te rey y pri­mer mari­do de Yocas­ta. A medi­da que Edi­po comien­za su inves­ti­ga­ción detec­ti­ves­ca para resol­ver el gra­ve pro­ble­ma va des­cu­brien­do que su espo­sa es ver­da­de­ra­men­te su madre; com­ple­ta­men­te escan­da­li­za­do, rehú­sa pro­se­guir la rela­ción inces­tuo­sa a pesar de los deses­pe­ra­dos esfuer­zos de Yocas­ta que desea rete­ner­lo y sal­var su matri­mo­nio. De allí en más todo comien­za a des­mo­ro­nar­se has­ta desem­bo­car en un trá­gi­co desenlace.

La actua­ción magis­tral que rea­li­za Loui­se Mar­leau valo­ri­za enor­me­men­te a esta bri­llan­te pro­duc­ción; la sen­sua­li­dad, pasión, angus­tia y amor ava­sa­llan­te de Yocas­ta están allí pre­sen­tes en la magis­tral carac­te­ri­za­ción que brin­da esta gran artis­ta de la esce­na que­be­quen­se. Pero a su lado no des­me­re­ce la inten­si­dad de Jean-Sébas­tien Oue­llet­te como el cons­ter­na­do y deses­pe­ra­do Edi­po,Hugues Fre­net­te ofre­cien­do la nota de humor de esta pie­za, y muy en espe­cial Moni­que Mer­cu­re como la sir­vien­ta de la reina.

Louise Marleau y Jean-Sébastien Ouellette (Foto de Yves Renaud)

Loui­se Mar­leau y Jean-Sébas­tien Ouellette

La sobria pues­ta en esce­na de Lorrai­ne Pin­tal man­te­nien­do una flui­da com­pli­ci­dad artís­ti­ca con Hus­ton per­mi­te que el públi­co se aden­tre en esta relec­tu­ra edí­pi­ca que deve­la com­ple­jos aspec­tos de la psi­quis feme­ni­na con esme­ra­da rigu­ro­si­dad. Otros ele­men­tos des­ta­ca­bles son el apor­te del ves­tua­rio de Sébas­tien Dion­ne y la pre­sen­cia musi­cal de Clai­re Gig­nac como ins­tru­men­tis­ta y can­tan­te. Todo en con­jun­to hace que Yocas­te Reine pro­por­cio­ne una vela­da tea­tral de gran cali­dad. Jor­ge Gutman

Home­na­je a Maha­lia Jackson

THE MAHA­LIA JACK­SON MUSI­CAL. Autor: Roger Pea­ce - Direc­ción: Roger Pea­ce - Elen­co: Ranee Lee, Adrien­ne Mei Irving, Tris­tan D. Lalla - Deco­ra­dos: Jean-Clau­de Oli­vier - Ilu­mi­na­ción: Peter Spi­ke Lyne – Direc­ción Musical/Piano: Tau­rey Butler –Direc­ción del Coro: Mar­cia Bai­ley – Dura­ción: 2h00 (con entre­ac­to). Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 24 de Mar­zo de 2013 en el Segal Cen­tre.

El Cen­tro Segal para las Artes tri­bu­ta un bello home­na­je a Maha­lia Jack­son (1911 – 1972) con­si­de­ra­da la mejor intér­pre­te de músi­ca gos­pel de todos los tiem­pos, a la vez que una nota­ble acti­vis­ta en la defen­sa de los dere­chos civi­les de los Esta­dos Uni­dos; al pro­pio tiem­po, la pie­za brin­da la opor­tu­ni­dad para que la gene­ra­ción actual pue­da cono­cer algu­nos aspec­tos de su vida y de qué mane­ra con­tri­bu­yó a difun­dir y divul­gar la músi­ca ritual afro­ame­ri­ca­na. 

A tra­vés de un sen­ci­llo pero bien ela­bo­ra­do guión del direc­tor Roger Pea­ce y con la valio­sa cola­bo­ra­ción de la vete­ra­na y bien cono­ci­da voca­lis­ta cana­dien­se Ranee Lee, el públi­co asis­te a un espec­tácu­lo musi­cal sen­ci­llo, a la vez que cáli­do y emo­ti­vo de Maha­lia. Naci­da en uno de los dis­tri­tos más pobres de Nue­va Orleans, des­de peque­ña fue incul­ca­da en el camino de la fe reli­gio­sa, hecho que tuvo gran impor­tan­cia en su incli­na­ción para el can­to de la músi­ca sacra. Cuan­do por razo­nes eco­nó­mi­cas su fami­lia emi­gró al ghet­to negro de Chica­go su encuen­tro con algu­nas figu­ras cla­ves del mun­do del jazz con­tri­bui­rán al ini­cio de una extra­or­di­na­ria carre­ra pro­fe­sio­nal. 

Lo que hace intere­san­te a esta obra es la for­ma en que los monó­lo­gos y/o diá­lo­gos se ajus­tan y entre­mez­clan con los núme­ros musi­ca­les ani­ma­dos por las her­mo­sas can­cio­nes que cons­ti­tu­yen un buen tes­ti­mo­nio de los spi­ri­tuals que hicie­ron famo­sa a Maha­lia y que en esta opor­tu­ni­dad están tan bien trans­mi­ti­dos por Lee. Su expre­si­va voz ilus­tra las dife­ren­cias gamas tona­les que Maha­lia solía adop­tar cap­tan­do el entu­sias­mo no sola­men­te de los afro­ame­ri­ca­nos sino del públi­co en gene­ral. Entre algu­nas de las 18 can­cio­nes se des­ta­can The Chris­tian Tes­ti­mony, If I Could Hear My Mother Pray Again, Sum­mer­ti­me, When The Saints Go Mar­ching In y God Put The Rain­bow In The Sky. 

Ranee Lee animando a Mahalia Jackson (Foto de George Allister)

Ranee Lee ani­man­do a Maha­lia Jack­son (Foto de Geor­ge Allister)

De hecho, Lee es la figu­ra cen­tral de este musi­cal quien cap­ta en toda su dimen­sión el espí­ri­tu y la esen­cia de lo que fue la cele­bra­da can­tan­te ade­más de infun­dir­le una sin­gu­lar cali­dez; sin embar­go su inter­pre­ta­ción no des­me­re­ce las bue­nas actua­cio­nes de Adrien­ne Mei Irvin y Tris­tan D. Lalia dan­do vida a varios inte­gran­tes de la fami­lia y de los ami­gos de Maha­lia, asi como el mag­ní­fi­co gru­po coral per­te­ne­cien­te al Ima­ni Gos­pel Sin­gers que acom­pa­ña a Lee en sus canciones. 

Final­men­te cabrá men­cio­nar el emo­ti­vo home­na­je que la pie­za brin­da al gran após­tol de la paz Mar­tin Luther King cuan­do en los Esta­dos Uni­dos se esta­ba libran­do la gran bata­lla para poner pun­to final a la segre­ga­ción racial. En tal sen­ti­do su famo­so dis­cur­so de 1963 “I have a dream” (Yo ten­go un sue­ño) lle­ga a sen­si­bi­li­zar hon­da­men­te a la pla­tea. 

En resu­men, un espec­tácu­lo deci­di­da­men­te reco­men­da­ble que gra­ti­fi­ca ple­na­men­te al espec­ta­dor.  Jor­ge Gutman