Un Artis­ta y Acti­vis­ta Social

AI WEI­WEI: NEVER SORRY. Esta­dos Uni­dos, 2012. Un film de Ali­son Klayman UN ARTISTA Y ACTIVISTA SOCIAL

¿Quién es Ai Wei­wei? Aun­que se tra­te de uno de los más impor­tan­tes artis­tas chi­nos des­ta­ca­do en los dise­ños arqui­tec­tó­ni­cos y en la foto­gra­fía, es posi­ble que su nom­bre no sea muy cono­ci­do en Occi­den­te. Con todo, cabe acla­rar que él ha sido el ase­sor artís­ti­co del Esta­dio Nacio­nal de Bei­jing, deno­mi­na­do Nido de Pája­ro, don­de tuvie­ron lugar los Jue­gos Olím­pi­cos de la capi­tal chi­na de 2008. Pero ade­más de artis­ta mul­ti­dis­ci­pli­na­rio, Wei­wei es tam­bién un mor­daz comen­ta­ris­ta crí­ti­co sobre la situa­ción anti­de­mo­crá­ti­ca de Chi­na así como un acti­vis­ta social. Entre algu­nas de sus denun­cias figu­ra sus crí­ti­cas sobre la pobre cali­dad de la cons­truc­ción de escue­las que fue­ron des­trui­das en el terre­mo­to de Sichuan en 2008 y que cau­só la muer­te de miles de estudiantes. 

Este es el per­so­na­je que la direc­to­ra Ali­son Klay­man abor­da en Ai Wei­wei: Nun­ca Arre­pen­ti­do don­de en un perío­do de dos años (2008 a 2010) ubi­có su cáma­ra para enfo­car la lucha de este hom­bre diná­mi­co y caris­má­ti­co por lograr una mayor aper­tu­ra demo­crá­ti­ca de su país. 

El docu­men­tal enfo­ca tan­to el apor­te cul­tu­ral de Wei­wei a tra­vés de sus tra­ba­jos artís­ti­cos como sus esfuer­zos en denun­ciar las irre­gu­la­ri­da­des socia­les impe­ran­tes en Chi­na valién­do­se de las redes socia­les (Twit­ter) como medio de comu­ni­ca­ción con el público. 

En la par­te artís­ti­ca se des­ta­ca su exi­to­so tra­ba­jo “Semi­llas de Gira­sol 2010” que fue ins­ta­la­do en la Tate Gallery de Lon­dres y que con­sis­te en 100 millo­nes de semi­llas de por­ce­la­na en for­ma de cerá­mi­ca rea­li­za­das por impor­tan­tes arte­sa­nos. En su carác­ter de acti­vis­ta que­da refle­ja­do los gol­pes reci­bi­dos por un ofi­cial de poli­cía en Cheng­du por el que debió ser obje­to de una ope­ra­ción de cere­bro, la demo­li­ción de su estu­dio en Shan­gai por par­te de las auto­ri­da­des chi­nas, su arres­to domi­ci­lia­rio en noviem­bre de 2010 cuan­do se apres­ta­ba denun­ciar ese hecho, su “des­apa­ri­ción” en abril de 2011 en el aero­puer­to de Bei­jing cuan­do esta­ba par­tien­do para Hong Kong y su pos­te­rior libe­ra­ción des­pués de 81 días de cautiverio. 

De una rea­li­za­ción téc­ni­ca impe­ca­ble y de fácil acce­so a todo tipo de públi­co, el docu­men­tal per­mi­te refle­xio­nar sobre el difí­cil equi­li­brio exis­ten­te entre arte y polí­ti­ca y cuán volá­til es la posi­ción de un artis­ta cuan­do se atre­ve a denun­ciar los males de la socie­dad en que vive. 

Este valio­so docu­men­tal logró el Pre­mio Espe­cial del Jura­do en el Fes­ti­val de Sun­dan­ce de este año. Jor­ge Gutman