Cuen­tos de Odesa

TALES FROM ODES­SA. Autor: Isaak Babel — Adap­ta­ción: Derek Gold­man ‑Direc­ción: Audrey Fin­kels­tein – Músi­ca y letra: Josh Dol­gin – Elen­co: Mark Bas­sel, Gab Des­mond, Jonathan Eidel­man, Billy Fin­kels­tein, Stepha­nie Fin­kels­tein, David Flic­ker, David Herz, Bron­na Levy, Damian Nisen­son, Benny Win­kel­man-Bat­che­lor – Deco­ra­dos: John C. Din­ning – Ilu­mi­na­ción: Nico­las Des­cô­teaux – Ves­tua­rio: Moni­ka Heré­di – Dura­ción: 1h15 (sin entre­ac­to) – Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 7 de Julio de 2013 en el Segal Cen­tre (www.segalcentre.org) 

Foto de André Lanthier

Foto de André Lanthier

Isaac Babel, naci­do en Ode­sa en 1894, ha sido uno de los más impor­tan­tes cuen­tis­tas rusos de ori­gen judío. Como bri­llan­te cuen­tis­ta, en 1931 logró reu­nir una serie de his­to­rias per­te­ne­cien­tes a sus pri­me­ras narra­cio­nes que estu­vie­ron vin­cu­la­das con su infan­cia en su ciu­dad natal y entre ellas hay algu­nas que se refie­ren a Benia Krik, apo­da­do el “rey” de los ladro­nes judíos de la ciu­dad. Basa­do en los mis­mos, Josh Dol­gin –cono­ci­do como “Soca­lled”- quien es un lec­tor apa­sio­na­do por las his­to­rias de Babel, creó la músi­ca y pala­bras para la obra musi­cal en idish que se comen­ta.  

Para dar­le estruc­tu­ra a los cuen­tos de Babel y con­den­sar­los en una úni­ca his­to­ria Derek Gold­man ela­bo­ró el libre­to tra­tan­do de ilus­trar musi­cal­men­te la tra­yec­to­ria de un mafio­so judío. Sin embar­go, la adap­ta­ción no ha sido muy feliz por­que lo que se apre­cia es un rela­to con­fu­so sin que ver­da­de­ra­men­te pue­da lle­gar­se a com­pren­der la fan­ta­sía o leyen­da de su prin­ci­pal per­so­na­je.  

En una bre­ve sín­te­sis, la obra que trans­cu­rre en Ode­sa a prin­ci­pios del siglo 20 y poco antes de la Revo­lu­ción Rusa, comien­za con un rabino (David Flic­ker) con­tán­do­le a un niño (Benny Win­kel­man-Bat­che­lor) la leyen­da de Ben­ya Krik (Gab Des­mond) des­de sus orí­ge­nes has­ta su meteó­ri­co ascen­so rei­nan­do en el vecin­da­rio judío de Mol­da­van­ka y con­ver­ti­do en el “rey de los gangs­ters” aun­que con­ser­van­do un cier­to códi­go de honor. 

El resul­ta­do de esta expo­si­ción es una suce­sión de viñe­tas no del todo cohe­sio­na­das, sin desa­rro­llo dra­má­ti­co alguno y en don­de para enten­der mucho de lo que está suce­dien­do en el esce­na­rio es nece­sa­rio acu­dir al volan­te que se adjun­ta al pro­gra­ma rela­tan­do el argu­men­to de la pie­za. En todo caso, la cró­ni­ca sobre este anti­hé­roe de fan­ta­sía y sus deseos de eman­ci­pa­ción den­tro de un uni­ver­so pobla­do de gen­te humil­de y decen­te entre­mez­cla­da con mal­vi­vien­tes nun­ca alcan­za reso­nan­cia. 

Dicho lo que ante­ce­de, los valo­res de esta pie­za des­can­san en su músi­ca, la direc­ción escé­ni­ca y su elen­co. En lo que cons­ti­tu­ye una inno­va­ción a las come­dias musi­ca­les del tea­tro idish, la músi­ca de Dol­gin es una acer­ta­da com­bi­na­ción del klez­mer tra­di­cio­nal judío con la melo­día pop, eje­cu­ta­da por un peque­ño con­jun­to de efi­cien­tes ins­tru­men­tis­tas. Audrey Fin­kels­tein ha logra­do una bue­na pues­ta escé­ni­ca tenien­do en cuen­ta las dimen­sio­nes del redu­ci­do esce­na­rio dis­po­ni­ble, a la vez que rati­fi­ca ser una efi­caz con­duc­to­ra de intér­pre­tes tal como lo demos­tró el año pasa­do con la revis­ta musi­cal On Second Ave­nue. El repar­to cuen­ta con 32 acto­res no pro­fe­sio­na­les quie­nes se desem­pe­ñan satis­fac­to­ria­men­te e inclu­so algu­nos de los mis­mos poseen bue­nas con­di­cio­nes para el can­to. Final­men­te, cabe des­ta­car la labor de Clea Mina­ker como dise­ña­do­ra de los títe­res pro­yec­ta­dos en pan­ta­lla don­de la inser­ción de los mis­mos a mane­ra de som­bra se ajus­ta muy bien den­tro del con­tex­to del espec­tácu­lo. Jor­ge Gutman

Mosaï­cul­tu­res Inter­na­tio­na­les Mon­tréal 2013

Por Jor­ge Gutman

Des­de el 22 de junio has­ta el 29 de sep­tiem­bre el Jar­dín Botá­ni­co de Mon­treal alber­ga un even­to deci­di­da­men­te espec­ta­cu­lar. Se tra­ta de la expo­si­ción hor­tí­co­la Mosaï­cul­tu­res Inter­na­tio­na­les de Mon­tréal 2013 (MIM)  reco­no­ci­da como una de las más impor­tan­tes del mun­do.  

Foto de Guy Boily

Foto de Guy Boily

Esta es una mues­tra com­pe­ti­ti­va que se rea­li­za cada tres años en una ciu­dad ele­gi­da por el Comi­té Inter­na­cio­nal quien tam­bién se encar­ga de deter­mi­nar el tema que debe ser abor­da­do en cada edi­ción para la crea­ción de los tra­ba­jos que par­ti­ci­pa­rán en la mis­ma. Las 4 edi­cio­nes ante­rio­res tuvie­ron lugar en Mon­treal en 2000 y 2003, Shan­gai (Chi­na) en 2006 y Ham­matsu (Japón) en 2009.  Este año com­pi­ten poco más de 50 obras pro­ve­nien­tes de Asia, Euro­pa, Áfri­ca, Ocea­nía y el con­ti­nen­te ame­ri­cano, refle­jan­do la exis­ten­cia de  un arte com­ple­jo y refi­na­do que está en gran par­te vin­cu­la­do con la escul­tu­ra por su estruc­tu­ra y volu­men, así como con la pin­tu­ra por su viva­ci­dad de colo­res y obvia­men­te con la hor­ti­cul­tu­ra por el empleo de plan­tas vivien­tes en un medio ambien­te de per­ma­nen­te cam­bio.  

Com­bi­nan­do esfuer­zo con una dosis de gran inge­nio­si­dad, más de 200 hor­ti­cul­to­res par­ti­ci­pan­tes aspi­ran a obte­ner el Grand Prix d’honneur (Gran Pre­mio de Honor) que será otor­ga­do por un jura­do inter­na­cio­nal al mejor tra­ba­jo, así como el Gran Pre­mio del Públi­co dis­cer­ni­do por la com­pa­ñía de avia­ción Qatar Airlines. 

Foto de Guy Boily

Foto de Guy Boily

El tema de la expo­si­ción se deno­mi­na Tèrre d’Espérance que tie­ne como pro­pó­si­to ilus­trar la belle­za y fra­gi­li­dad de la vida en nues­tro pla­ne­ta al pro­pio tiem­po que crear con­cien­cia sobre la impor­tan­cia de su pre­ser­va­ción. A no dudar­lo que las obras pre­sen­ta­das han cum­pli­do satis­fac­to­ria­men­te con dicho obje­ti­vo en la medi­da que se apre­cian las espe­cies y eco­sis­te­mas ame­na­za­dos en el mun­do así como la inter­ac­ción posi­ti­va que exis­te entre el hom­bre y el medio ambien­te al que per­te­ne­ce, como tam­bién la inter­de­pen­den­cia vin­cu­la­da entre el ser humano y la natu­ra­le­za. 

Foto de Guy Boily

Foto de Guy Boily

Des­pués de reco­rrer un intere­san­te iti­ne­ra­rio de poco más de dos kiló­me­tros e ir obser­van­do a tra­vés del camino los dife­ren­tes tra­ba­jos, resul­ta un tan­to difí­cil mani­fes­tar cate­gó­ri­ca­men­te cuál es el mejor de los mis­mos; de todos modos, hay tres de Cana­dá fue­ra de com­pe­ti­ción, por haber sido pre­sen­ta­dos y pre­mia­dos en edi­cio­nes ante­rio­res, que cau­san ver­da­de­ro impac­to.  Uno de ellos es  L’homme qui plan­tait des arbres (El Hom­bre que Plan­ta­ba Árbo­les); cons­ti­tu­ye un home­na­je a Fré­dé­rick Back que cola­bo­ró en la rea­li­za­ción de esta obra y es tam­bién el rea­li­za­dor del film del mis­mo nom­bre que obtu­vo el Oscar al mejor cor­to­me­tra­je de ani­ma­ción en abril de 1988; esta crea­ción refle­ja como a base de tesón y esfuer­zo un pas­tor de ove­jas es capaz de trans­for­mar una tie­rra ári­da y deso­la­da en un ver­da­de­ro jar­dín natu­ral que sim­bo­li­za el retorno a la vida. Otra crea­ción des­ta­ca­ble es La terre-mère (Tie­rra Madre) que ins­pi­ra­da en la cul­tu­ra autóc­to­na nor­te­ame­ri­ca­na repre­sen­ta la inter­de­pen­den­cia entre el ser humano y la natu­ra­le­za. La ter­ce­ra colo­sal crea­ción es L’arbre aux oiseaux (El Árbol de los Pája­ros) que ilus­tra 56 dife­ren­tes espe­cies de pája­ros ame­na­za­dos de extin­ción; con un extra­or­di­na­rio dise­ño de inge­nie­ría esta obra de 15 metros de altu­ra se ins­pi­ra en la misión per­se­gui­da por el fotó­gra­fo, con­ser­va­cio­nis­ta y escri­tor cana­dien­se Har­vey Loc­ke de desa­rro­llar un amplio pro­gra­ma de pro­tec­ción de las áreas natu­ra­les del mun­do, tan­to de la super­fi­cie terres­tre como de la mari­na.   

Foto de Guy Boily

Foto de Guy Boily

Infor­ma­ción adi­cio­nal sobre esta excep­cio­nal expo­si­ción y las acti­vi­da­des vin­cu­la­das con la mis­ma pue­den ser obte­ni­das en el sitio www.mosaiculturesinternationales.ca

La Gue­rra Sucia

DIRTY WARS. Esta­dos Uni­dos, 2013. Un film de Richard Row­ley 

Una escena de este documental

Una esce­na de este documental

Un sóli­do dra­ma es lo que ofre­ce Richard Row­ley en el docu­men­tal Dirty Wars cuyo titu­lo refle­ja cabal­men­te el nefas­to jue­go de las gue­rras frías que se gene­ran cuan­do el celo de la segu­ri­dad de los Esta­dos Uni­dos hace que la polí­ti­ca exte­rior para ata­car el terro­ris­mo se con­vier­ta en una des­me­su­ra­da inva­sión que ava­sa­lla los dere­chos huma­nos. Esa es la con­clu­sión a la que se lle­ga des­pués de haber con­tem­pla­do este film que toma como refe­ren­cia las inves­ti­ga­cio­nes rea­li­za­das por el perio­dis­ta Jeremy Scahill quien jun­to con David Riker son los res­pon­sa­bles del guión de este des­car­na­do retra­to.  

¿Actúa el actual gobierno de los Esta­dos Uni­dos en for­ma dema­sia­do pro­tec­to­ra tra­tan­do de sal­va­guar­dar la vida de sus con­ciu­da­da­nos? Este docu­men­tal res­pon­de afir­ma­ti­va­men­te  a dicha pre­gun­ta a tra­vés de la visión de Scahill. Este perio­dis­ta estu­vo muy invo­lu­cra­do y arries­gan­do su vida  en la región del Medio Orien­te des­pués de lo acon­te­ci­do en Sep­tiem­bre de 2001. En sus pri­me­ras imá­ge­nes Dirty Wars refle­ja la inves­ti­ga­ción por él rea­li­za­da en Afga­nis­tán don­de reve­la un ata­que encu­bier­to de los Esta­dos Uni­dos en febre­ro de 2010 en Gar­dez, que pro­du­jo la muer­te de cin­co per­so­nas civi­les, de las cua­les tres de ellas eran muje­res y de las mis­mas dos esta­ban emba­ra­za­das, ade­más de un jefe de la polí­cia afga­na; esa sal­va­je incur­sión fue rea­li­za­da por orden del Joint Spe­cial Ope­ra­tions Com­mand (JSOC) ‑Man­do Con­jun­to de Ope­ra­cio­nes Espe­cia­les- que es aus­pi­cia­do por el gobierno esta­dou­ni­den­se y que actuó bajo la sos­pe­cha de que había una reu­nión de tali­ba­nes pre­pa­ran­do a un már­tir sui­ci­da, cuan­do en reali­dad se tra­tó de una reu­nión fami­liar cele­bran­do el naci­mien­to de un niño. Uno de los habi­tan­tes que logró sal­var­se rela­ta cómo los sol­da­dos ame­ri­ca­nos extra­je­ron con sus cuchi­llos las balas de los cadá­ve­res antes de sepul­tar­los. Según Scahill el JSOC regis­tra en su haber más de 1500 incur­sio­nes encu­bier­tas de simi­lar natu­ra­le­za.  

Cues­tio­nan­do una vez más la lega­li­dad de los Esta­dos Uni­dos en este tipo de inter­ven­cio­nes Scahill tam­bién denun­cia las acti­vi­da­des del JSOC en Yemen y Soma­lia, tenien­do una exten­sa lis­ta de enemi­gos como mira de ata­que. Una impor­tan­te par­te del docu­men­tal está refe­ri­da a Anwar al-Awla­ki, un musul­mán ame­ri­cano que en prin­ci­pio se pro­nun­ció con­tra el terro­ris­mo y que final­men­te se unió al gru­po terro­ris­ta Al Qae­da; aun­que nun­ca lle­gó a pro­bar­se sus acti­vi­da­des cri­mi­na­les, fue eje­cu­ta­do sin jui­cio alguno. Inclu­so más dis­cu­ti­ble y abe­rran­te fue que su hijo de 16 años tam­bién fue ase­si­na­do pre­vien­do que en el futu­ro pudie­ra actuar con­tra los intere­ses de los Esta­dos Uni­dos. 

La narra­ción del film está a car­go de Scahill quien de hecho se con­vier­te en su pro­ta­go­nis­ta y la labor de Row­ley como rea­li­za­dor es la de lograr que el men­sa­je del perio­dis­ta con la docu­men­ta­ción pro­por­cio­na­da lle­gue al espec­ta­dor sin crear sen­sa­cio­na­lis­mo alguno a pesar del impac­to de las reve­la­cio­nes ofre­ci­das.  

Con­clu­sión: Des­pués de haber pre­sen­cia­do este per­tur­ba­dor pero ilus­tra­ti­vo docu­men­tal que­da la tris­te sen­sa­ción de que la gue­rra con­tra el terror no tie­ne final y que por el con­tra­rio, a tra­vés de los argu­men­tos que aquí son expues­tos pare­ce­ría que el mun­do en que vivi­mos se ha con­ver­ti­do en un ver­da­de­ro y eter­nal cam­po de bata­lla. Jor­ge Gutman

Lle­nan­do el Vacío

FILL THE VOID. Israel, 2012. Un film escri­to y diri­gi­do por Rama Bursh­tein 

Hadas Yaron

Hadas Yaron

Lo pri­me­ro que lla­ma la aten­ción en esta pelí­cu­la israe­lí es que enfo­ca a la comu­ni­dad orto­do­xa judía de Tel Aviv des­de el pun­to de vis­ta de la rea­li­za­do­ra Rama Bursh­tein don­de ella mis­ma for­ma par­te de un gru­po ultra­or­to­do­xo. Con­se­cuen­te­men­te, se pue­de supo­ner que su guión refle­ja autén­ti­ca­men­te lo que allí se ilus­tra. La direc­to­ra ha cui­da­do has­ta el míni­mo deta­lle para que el públi­co se sumer­ja en la his­to­ria logran­do de este modo un film que ade­más de inte­re­sar por las carac­te­rís­ti­cas cul­tu­ra­les que rodea a esta comu­ni­dad tam­bién trans­mi­te inten­sa­men­te el dra­ma que vive el per­so­na­je prin­ci­pal. 

La his­to­ria comien­za jubi­lo­sa­men­te pre­sen­tan­do a Shi­ra Men­del­man (exce­len­te inter­pre­ta­ción de Hadas Yaron), la joven hija de 18 años de una fami­lia orto­do­xa jasí­di­ca que se encuen­tra entu­sias­ma­da ante la pro­pues­ta de un matri­mo­nio dis­pues­to por sus padres con un hom­bre joven bien pare­ci­do y pro­ve­nien­te de una bue­na fami­lia. Como sue­le dar­se en este tipo de arre­glos, has­ta ese momen­to ella no lle­gó aún a cono­cer a su pro­pues­to pro­me­ti­do pero ese es un deta­lle de menor impor­tan­cia. Sin embar­go un ines­pe­ra­do y malé­fi­co jue­go del des­tino malo­gra los pla­nes cuan­do su her­ma­na mayor Esther (Rena­na Raz) que está casa­da y se encuen­tra en un esta­do avan­za­do de emba­ra­zo, a quien ella quie­re con gran devo­ción, mue­re en el momen­to del par­to. De acuer­do a las cos­tum­bres reli­gio­sas, como nin­gún hom­bre debe vivir solo cui­dan­do de un bebé  recién naci­do y debi­do a que no sur­ge a la vis­ta una can­di­da­ta ade­cua­da en Israel, los padres del viu­do Yochay (Yif­tach Klein) que viven en Bél­gi­ca están a la bús­que­da de una nue­va espo­sa para cubrir el vacío crea­do con la des­apa­ri­ción de la des­afor­tu­na­da Esther; así, todo pare­ce­ría indi­car que Yochay debe­rá via­jar a Euro­pa para salir al encuen­tro de una futu­ra espo­sa.  

Fren­te a este dra­ma, Riv­ka (Irit She­leg) la madre de Shi­ra, temien­do per­der con­tac­to con su nie­ti­to Mor­de­chai, desea que su hija for­me pare­ja con su cuña­do para  cum­plir el doble rol de madre y espo­sa. Es allí don­de la joven debe­rá deci­dir sobre si obe­de­cer los reque­ri­mien­tos de su fami­lia tal como lo impo­ne el medio social al que ella per­te­ne­ce satis­fa­cien­do de ese modo la volun­tad de su madre, o bien seguir los dic­ta­dos de su cora­zón para casar­se con el hom­bre que real­men­te desea y for­mar su pro­pio hogar. La his­to­ria adop­ta algu­nas vuel­tas de giro intere­san­tes que per­mi­ten man­te­ner el inte­rés del públi­co a lo lar­go del rela­to has­ta lle­gar a un des­en­la­ce con­vin­cen­te. 

No hay duda que el film se pres­ta a lar­gos deba­tes. Eso se debe a que la con­duc­ta y moti­va­cio­nes de los per­so­na­jes aquí expues­tos no pue­den ser ana­li­za­das con­ven­cio­nal­men­te por­que ellos actúan de acuer­do a mol­des cul­tu­ra­les com­ple­ta­men­te dife­ren­tes de los que pue­den obser­var­se den­tro de un medio social secu­lar. De allí que aún cuan­do se pudie­ra infe­rir que el rela­to ilus­tra la exis­ten­cia de una comu­ni­dad pater­na­lis­ta o machis­ta don­de el rol de la mujer que­da rele­ga­do al de la sumi­sión y obe­dien­cia irres­tric­ta a pre­cep­tos reli­gio­sos arcai­cos y sin otra vida fue­ra del hogar o de la sina­go­ga, esa situa­ción resul­ta com­ple­ta­men­te dife­ren­te bajo la ópti­ca de los miem­bros de esas comu­ni­da­des ultra reli­gio­sas quie­nes nacen, cre­cen, se edu­can y actúan con jui­cios y/o esca­las de valo­res dife­ren­tes.  

Con­clu­sión: Más allá de cual­quier dis­cu­sión o aná­li­sis sobre el tema del film, lo cier­to es que Bursh­tein ofre­ce en su ópe­ra pri­ma un rela­to cau­ti­van­te sobre las tra­di­cio­nes, cos­tum­bres y ritua­les de un par­ti­cu­lar gru­po reli­gio­so; con una sobria narra­ción, la direc­to­ra se ha limi­ta­do a trans­mi­tir el dra­ma de la fami­lia des­crip­ta sin nin­gu­na inten­ción de pro­mo­ver los valo­res aquí expues­tos, con per­so­na­jes muy bien ela­bo­ra­dos y muy bien actua­dos por su efi­cien­te elen­co. Jor­ge Gutman

Roban­do a Celebridades

THE BLING RING. Esta­dos Uni­dos, 2013. Un film escri­to y diri­gi­do por Sofia Coppola

Taissa Farmiga, Israel Broussard, Emma Watson, Katie Chang y Claire Julien

Tais­sa Far­mi­ga, Israel Brous­sard, Emma Watson, Katie Chang y Clai­re Julien

Dado que la rea­li­za­do­ra Sofía Cop­po­la cono­ce muy bien el ambien­te de Holly­wood, no es extra­ño que abor­de nue­va­men­te dicho medio como lo hizo en su tra­ba­jo pre­ce­den­te Somewhe­re (2011), aun­que en este caso lo reali­ce des­de una ópti­ca dife­ren­te. Este film tra­ta de repro­du­cir y dra­ma­ti­zar acon­te­ci­mien­tos que se lle­ga­ron a cono­cer a tra­vés del artícu­lo de Nancy Jo “The Sus­pects Wore Lou­bou­tins” publi­ca­do en la revis­ta Vanity Fair en 2010; el con­te­ni­do del mis­mo está refe­ri­do a acon­te­ci­mien­tos delic­ti­vos que tuvie­ron lugar en Cali­for­nia en 2008 y 2009 por par­te de estu­dian­tes de ense­ñan­za media per­te­ne­cien­tes a hoga­res de muy bue­na situa­ción económica. 

A tra­vés de una his­to­ria de fic­ción que se vuel­ve repe­ti­ti­va des­pués de cier­to tiem­po, Cop­po­la rela­ta las andan­zas de Rebec­ca (Katie Chang), una joven­ci­ta asiá­ti­co-ame­ri­ca­na,  quien jun­to con Mark (Israel Brous­sard), un nue­vo com­pa­ñe­ro de su escue­la y de aspec­to soli­ta­rio, Nik­ki (Emma Watson), su adop­ta­da her­ma­na menor Sam (Tais­sa Far­mi­ga) y la audaz Chloe (Clai­re Julien), for­man un gru­po deno­mi­na­do “The Bling Ring”. Estos ado­les­cen­tes tie­nen como pro­pó­si­to des­va­li­jar las casas de cele­bri­da­des per­te­ne­cien­tes al mun­do artís­ti­co de Holly­wood. Para seguir los pasos de sus ído­los, el gru­po se vale de los  sitios web de Inter­net y de  las redes socia­les como Face­book y Twit­ter para saber cuán­do sus posi­bles víc­ti­mas están ausen­tes de sus hoga­res. Así comien­zan con la resi­den­cia de París Hil­ton para pro­se­guir con las de Orlan­do Bloom, Audri­na Patrid­ge, Lind­say Lohan y Megan Fox. Todo pare­ce fácil y sen­ci­llo, aun­que resul­ta increí­ble con­ce­bir que las man­sio­nes de esta gen­te famo­sa no ten­ga sus puer­tas cerra­das con lla­ves, ni que tam­po­co exis­tan con­tro­les de alar­ma o per­so­nal de segu­ri­dad que vigi­le la entra­da de ter­ce­ros. Ya en su inte­rior, estos jóve­nes se toman todo el tiem­po que sea nece­sa­rio para apro­piar­se de las valio­sas joyas, bol­sos, zapa­tos, car­te­ras, finas ropas de impor­tan­tes mar­cas comer­cia­les así como los obje­tos artís­ti­cos de sus víctimas. 

Adop­tan­do un aire de come­dia livia­na, el rela­to no ofre­ce una idea cla­ra sobre lo que impul­sa a esta ban­da delic­ti­va de ado­les­cen­tes para obrar de la mane­ra en que lo hacen; lo cier­to es que por esos mis­te­rios de la natu­ra­le­za huma­na encuen­tran un mór­bi­do pla­cer roban­do a famo­sos ico­nos de Holly­wood sin que haya nada que lo jus­ti­fi­que, excep­to el de hacer­lo por puro entre­te­ni­mien­to. 

En esta pro­duc­ción fil­ma­da ele­gan­te­men­te, Cop­po­la des­cri­be la obse­sión de este gru­po de amo­ra­les, pero sin abrir jui­cio alguno. El rela­to se con­vier­te final­men­te en una his­to­ria insí­pi­da don­de el com­por­ta­mien­to de sus per­so­na­jes pro­du­ce un nota­ble recha­zo. Si aca­so es posi­ble infe­rir algu­na con­no­ta­ción social de la pre­sen­te his­to­ria  es que este asal­to a las casas de los famo­sos por par­te de ado­les­cen­tes de situa­ción aco­mo­da­da solo podría ser­vir como el retra­to de una juven­tud evi­den­te­men­te des­orien­ta­da y no muy sana emo­cio­nal­men­te hablando. 

Con­clu­sión: Éste es un film que deja una sen­sa­ción de vacío y frus­tra­ción pre­sen­tan­do una visión banal a la vez que super­fi­cial de una juven­tud mima­da y ocio­sa; con un rela­to que se vuel­ve repe­ti­ti­vo y que se ago­ta bas­tan­te antes de su con­clu­sión,  no lle­ga final­men­te a con­for­mar por su fal­ta de con­te­ni­do dra­má­ti­co. Jor­ge Gutman