Una Niña En Pro­cu­ra De Afecto

WHAT MAI­SIE KNEW. Esta­dos Uni­dos, 2012. Direc­ción: Scott McGehee y David Sie­gel. Dis­tri­bu­ción: Mongrel/Métropole (2013)

En muchas opor­tu­ni­da­des el cine ha tra­ta­do el deli­ca­do tema de los niños juz­gan­do la inapro­pia­da con­duc­ta de sus padres; con todo, pocas veces se ha logra­do un rela­to tan humano y pro­fun­do como lo expues­to por los rea­li­za­do­res Scott McGehhe y David Sie­gel en este film que se comen­ta y que no fue estre­na­do comer­cial­men­te en Cana­dá; afor­tu­na­da­men­te, se tie­ne oca­sión de juz­gar­lo con la recien­te edi­ción en video.

Onata Aprile y Alexander Skarsgard

Ona­ta Apri­le y Ale­xan­der Skarsgard

Basa­do en una nove­la de Henry James (1897), esta ver­sión con­tem­po­rá­nea adap­ta­da por Carroll Cartw­right y Nancy Doy­ne tie­ne amplia vigen­cia al ilus­trar las que­re­llas enta­bla­das por padres divor­cia­dos que quie­ren asu­mir el cui­da­do de los hijos. En este caso se tra­ta de Mai­sie (Ona­ta Apri­le), una muy sen­si­ble cria­tu­ra de 6 años que obser­va la lucha coti­dia­na de su hogar frac­tu­ra­do por la sepa­ra­ción de sus padres y la for­ma poco civi­li­za­da en que se tra­tan dispu­tan­do su tenen­cia. La madre de Mai­sie es Susan­na (Julian­ne Moo­re) una tem­pe­ra­men­tal músi­ca de rock que pue­de pasar par­te de su tiem­po libre pro­di­gan­do aten­cio­nes y cari­ño a la niña, así como de repen­te des­apa­re­ce de su vis­ta por días ente­ros como si nada hubie­ra pasa­do; en cuan­to a su padre Bea­le (Ste­ve Coogan), que es un nego­cian­te de arte, no deja de con­cen­trar su aten­ción en su telé­fono móvil cuan­do su hiji­ta lo acompaña. 

La niña que lo obser­va todo tras­lu­ce en su sem­blan­te una pro­fun­da tris­te­za de saber­se con­ver­ti­da en una suer­te de paque­te don­de quie­nes ver­da­de­ra­men­te le pro­di­gan el amor y afec­to real son su joven nana Mar­go (Joan­na Van­derham) que ter­mi­na casán­do­se con su padre y Lin­coln (Ale­xan­der Skars­gard), un bar­man con quien Susan­na se ha casa­do para ven­gar­se de su ex marido. 

Huel­gan los elo­gios para cali­fi­car la extra­or­di­na­ria actua­ción de Ona­ta Apri­le quien trans­mi­te en peque­ños pero exce­len­tes deta­lles el trau­ma que su per­so­na­je expe­ri­men­ta así como sus esca­sos momen­tos de ale­gría al esbo­zar en su ros­tro la dul­ce son­ri­sa ya sea cuan­do inter­ac­túa con sus com­pa­ñe­ri­tas de escue­la o cuan­do se encuen­tra con Mar­go y/o Lin­coln; a pesar de su esca­sa edad, Apri­le está capa­ci­ta­da para per­mi­tir que Mai­sie dota­da de un gene­ro­so espí­ri­tu expre­se silen­cio­sa­men­te el dolor que sien­te fren­te al tre­men­do egoís­mo y des­apren­sión de sus padres. 

Los direc­to­res han logra­do un melo­dra­ma de con­si­de­ra­ble rique­za emo­cio­nal con­tan­do con un elen­co de pri­mer nivel, don­de Apri­le se lle­va las pal­mas al haber sabi­do brin­dar una Mai­sie de increí­ble natu­ra­li­dad, como si la peque­ña actriz estu­vie­se atra­ve­san­do en la vida real un pro­ble­ma similar. 

El DVD, que no con­tie­ne mate­rial adi­cio­nal, es pre­sen­ta­do en su ver­sión ori­gi­nal ingle­sa, con sub­tí­tu­los opta­ti­vos en espa­ñol y/o inglés. Jor­ge Gutman

La Doble Identidad

TODOS TENE­MOS UN PLAN. Argen­ti­na-Espa­ña, 2012. Direc­ción: Ana Piter­barg. Dis­tri­bu­ción: Mongrel/Métropole (2013)

Estre­na­do inter­na­cio­nal­men­te en el TIFF 2012, esta ópe­ra pri­ma de la rea­li­za­do­ra Ana Piter­barg no se dio a cono­cer en las salas de cine y es así que su apa­ri­ción en video adquie­re el carác­ter de novedad. 

Varios son los temas que abor­da la joven direc­to­ra en este psi­co­ló­gi­co thri­ller pero el más impor­tan­te de los mis­mos es el que se vin­cu­la con la doble iden­ti­dad que en cine se tuvo oca­sión de apre­ciar más de una vez, como la obra maes­tra de Alfred Hitch­cock que es Vér­ti­go (1958) y/o el exce­len­te film fran­cés Plein Soleil (1960) de René Clé­ment que lue­go fue obje­to de una nue­va ver­sión en The Talen­ted Mr. Ripley (1999). Cabe reco­no­cer que Todos Tene­mos Un Plan no alcan­za dichas altu­ras, aun­que de todos modos resul­ta intere­san­te apre­ciar los recur­sos visua­les de este film y la ambien­ta­ción logra­da del esce­na­rio en que trans­cu­rre la mayor par­te de su acción.

2.Viggo Mortensen

Vig­go Mortensen

El cono­ci­do actor Vig­go Mor­ten­sen ani­ma a Pedro y Agus­tín, dos her­ma­nos geme­los de dife­ren­te esti­lo de vida vivien­do en Argen­ti­na y per­te­ne­cien­tes a medios socia­les com­ple­ta­men­te opues­tos. Pedro es un delin­cuen­te api­cul­tor de aspec­to des­ali­ña­do que vive en el del­ta del Para­ná y que pade­ce de una seria enfer­me­dad. Su her­mano Agus­tín es un res­pe­ta­ble pedia­tra que habi­ta en la capi­tal jun­to con su espo­sa Clau­dia (Sole­dad Villa­mil) quien des­pués de varios años de con­vi­ven­cia y cuan­do todo está dis­pues­to para la adop­ción de un hijo que habían pla­nea­do, Agus­tín se opo­ne a ello entran­do en un esta­do de páni­co y angus­tia exis­ten­cial, en tan­to que Clau­dia está a pun­to de abandonarlo. 

A pesar de la nota dra­má­ti­ca des­crip­ta, el deto­nan­te de la his­to­ria se pro­du­ce cuan­do el pedia­tra reci­be la visi­ta de su her­mano des­pués de 15 años de no haber­se vis­to; como con­se­cuen­cia de la mis­ma, y fren­te a una situa­ción impre­vi­si­ble que no con­vie­ne reve­lar, Agus­tín apro­ve­cha la opor­tu­ni­dad de eva­dir­se de su cri­sis per­so­nal asu­mien­do la iden­ti­dad de su her­mano en el medio ambien­te en que Pedro se des­en­vuel­ve. Deam­bu­lan­do entre el cine negro y el géne­ro poli­cial, la his­to­ria des­pier­ta intri­ga pero sin embar­go el rela­to ado­le­ce de la ten­sión nece­sa­ria para crear un cli­ma de mayor emo­ción, moti­van­do a que el sus­pen­so que­de un tan­to desdibujado. 

Con todo y a pesar de su narra­ción un tan­to des­igual, el film es aten­di­ble en lo que con­cier­ne a la des­crip­ción de ambien­tes, espe­cial­men­te en los deta­lles vin­cu­la­dos con el mun­do de mar­gi­na­dos y ex con­vic­tos que sue­len bus­car refu­gio en las islas del Tigre; al pro­pio tiem­po y sin ser su esen­cial pro­pó­si­to, el film echa una mira­da crí­ti­ca al com­por­ta­mien­to de una socie­dad de dudo­sos valo­res morales. 

El nivel de actua­ción de Mor­ten­sen es en gene­ral acep­ta­ble en su carac­te­ri­za­ción de dos per­so­na­li­da­des dife­ren­tes aun­que le resul­ta más incó­mo­do asu­mir el papel sal­va­je de Pedro; con todo está lejos de sus mejo­res pape­les como lo logró en Eas­tern Pro­mi­ses (2007) y muy espe­cial­men­te en A His­tory of Vio­len­ce (2005). Del res­to del elen­co quie­nes más se des­ta­can son Sofía Gala Cas­ti­glio­ne y Daniel Fanego. 

En el plano téc­ni­co es remar­ca­ble el tra­ba­jo de foto­gra­fía de Lucio Bone­lli dotan­do al film de una con­si­de­ra­ble rique­za visual. 

El DVD no con­tie­ne suple­men­tos y es pre­sen­ta­do en su ver­sión ori­gi­nal espa­ño­la con títu­los opta­ti­vos en inglés. Jor­ge Gutman

Una Inter­pre­ta­ción Excep­cio­nal de Cate Blanchett

BLUE JAS­MI­NE. Esta­dos Uni­dos, 2013. Un film escri­to y diri­gi­do por Woody Allen. 

Es incier­to has­ta dón­de Woody Allen pudo haber­se ins­pi­ra­do en Blan­che Dubois, el trá­gi­co per­so­na­je de Un Tran­vía Lla­ma­do Deseo de Ten­nes­see Williams pero en reali­dad Jas­mi­ne, el per­so­na­je que Cate Blan­chett magis­tral­men­te carac­te­ri­za en Blue Jas­mi­ne, tie­ne muchos ras­gos que se le ase­me­jan al con­tem­plar el esta­do de cri­sis espi­ri­tual que atra­vie­sa, su pro­gre­si­vo esta­do de deli­rio y la com­ple­ta vul­ne­ra­bi­li­dad que la envuel­ve lle­gan­do a trans­for­mar­la en un ser inde­fen­so y des­pro­vis­to de razón para con­tem­plar la cru­da reali­dad que enfrenta.

1.Cate Blanchett y Alec Baldwin

Cate Blan­chett y Alec Baldwin

Dejan­do de lado las recien­tes come­dias roda­das en Euro­pa, Allen vuel­ve a enca­rar algu­nas zonas oscu­ras y per­ni­cio­sas que con­tri­bu­yen a un pro­ce­so de auto­des­truc­ción del ser humano y es por eso que, aun­que no esté exen­to del humor que sur­ge de algu­nos de los inge­nio­sos diá­lo­gos de su autor, éste es un film que pro­du­ce una gran tris­te­za por­que en su final abier­to no hay cabi­da para un opti­mis­mo esperanzador. 

Com­pe­ne­trán­do­se ple­na­men­te en el per­so­na­je que con­ci­bió, Allen des­cri­be mara­vi­llo­sa­men­te a Jas­mi­ne en los dos pri­me­ros minu­tos del film al ver­la con­ver­sar com­pul­si­va­men­te con una pasa­je­ra del avión que la con­du­ce de Nue­va York a San Fran­cis­co. En un esta­do de ner­vio­sis­mo neu­ró­ti­co esta mujer de dis­tin­gui­da y ele­gan­te pre­sen­cia lle­ga al peque­ño depar­ta­men­to de su her­ma­na Gin­ger (Sally Haw­kins) para resi­dir tem­po­ral­men­te con ella y con sus dos hijos pre­ado­les­cen­tes. Jas­mi­ne, quien has­ta hace poco había goza­do de los lujos y el con­fort del jet set en su esplen­do­ro­so piso neo­yor­kino de Park Ave­nue, se encuen­tra aho­ra sola y sepa­ra­da de su mari­do Hal (Alec Bald­win) quien está en pri­sión al haber­se des­cu­bier­to los enor­mes frau­des finan­cie­ros come­ti­dos per­ju­di­can­do a ino­cen­tes inversionistas. 

Como pocas veces lo ha hecho, Allen enfo­ca aquí el con­tras­te de cla­ses socia­les exis­ten­tes al mos­trar el esti­lo de vida de Gin­ger, deci­di­da­men­te muy infe­rior al que solía adop­tar Jas­mi­ne, así como en lo que hace a un com­por­ta­mien­to mucho menos dis­tin­gui­do y deci­di­da­men­te más sim­ple y llano que el de su her­ma­na. Pron­ta­men­te se lle­ga­rá a saber que Gin­ger al igual que su ex mari­do Augie (Andrew Dice Clay) han sufri­do per­so­nal­men­te las esta­fas de su cuña­do al haber­le con­fia­do dos­cien­tos mil dóla­res gana­dos en una lote­ría. Lo impor­tan­te es que no pudien­do des­pren­der­se de una reali­dad que ya no le per­te­ne­ce, Jas­mi­ne no pue­de ver con bue­nos ojos a Chi­li (Bobby Can­na­va­le), el nue­vo ami­go de su her­ma­na que al igual que Augie res­pon­de a moda­les no muy finos o refi­na­dos, aun­que indu­da­ble­men­te estos expo­nen­tes de la cla­se tra­ba­ja­do­ra de meno­res ingre­sos gozan de una ine­quí­vo­ca hon­ra­dez e inte­gri­dad éti­ca de las que Hal carece. 

Si bien, en prin­ci­pio uno qui­sie­ra ver en el rela­to el reen­cuen­tro entre dos her­ma­nas per­te­ne­cien­tes a dife­ren­tes medios socia­les, el foco del film des­can­sa fun­da­men­tal­men­te en el esfuer­zo que rea­li­za Jas­mi­ne por inte­grar­se a un tra­ba­jo que le pro­duz­ca un modes­to ingre­so así como en la difi­cul­tad que enfren­ta al no poder olvi­dar o des­pren­der­se del ambien­te de sofis­ti­ca­ción y con­fort que su mari­do le sumi­nis­tró duran­te gran par­te de su exis­ten­cia. Sin ser capaz de con­ci­liar entre su pasa­do y el pre­sen­te, en la medi­da que su fan­ta­sía colap­sa con el mun­do real, don­de el reco­no­ci­mien­to social de la vida pri­vi­le­gia­da a la que esta­ba acos­tum­bra­da ya no exis­te más, ella va cayen­do en una cri­sis exis­ten­cial sin vía de esca­pe. Cuan­do for­tui­ta­men­te está a pun­to de cam­biar satis­fac­to­ria­men­te el rum­bo de su vida al encon­trar a un sen­si­ble diplo­má­ti­co (Peter Sars­gaard) que gus­ta de ella, su acti­tud de auto­en­ga­ño para dis­fra­zar la reali­dad lo echa todo a perder. 

Aun­que el film dis­te de ser gra­cio­so, Allen siem­pre acos­tum­bra a ofre­cer algu­na nota de humor por más lace­ran­te o dolo­ro­sa que pue­da ser. En tal sen­ti­do, una de las varias esce­nas exce­len­te­men­te logra­das es cuan­do Jas­mi­ne se encuen­tra sola con sus dos sobri­ni­tos y les da cier­tas expli­ca­cio­nes inopor­tu­nas que gra­cio­sa­men­te reve­lan su esta­do de ines­ta­bi­li­dad emocional. 

Todos los per­so­na­jes secun­da­rios están exce­len­te­men­te deli­nea­dos per­mi­tien­do que los acto­res lo apro­ve­chen a su favor con gran luci­mien­to. Pero con todo, el alma del film es Blan­chett don­de a cada ins­tan­te trans­mi­te mara­vi­llo­sa­men­te la bipo­la­ri­dad de su com­ple­jo per­so­na­je. Sin reve­lar el des­en­la­ce, cabe anti­ci­par que la últi­ma esce­na del film enfo­can­do la inde­fen­sa y paté­ti­ca expre­sión de Jas­mi­ne en un momen­to deci­si­vo de su vida es anto­ló­gi­ca don­de Blan­chett aca­ba hip­no­ti­zan­do a la audiencia. 

Con­clu­sión: Uno de los fil­mes dra­má­ti­cos mejor logra­dos de la pro­lí­fi­ca carre­ra de Allen que aquí se ve agra­cia­do con la inter­pre­ta­ción excep­cio­nal de Cate Blan­chett. Jor­ge Gutman

Pri­me­ros Estre­nos De La Nue­va Tem­po­ra­da Teatral

JEAN DUCEP­PE

Patrice Robitaille

Patri­ce Robitaille

El 11 de sep­tiem­bre la com­pa­ñía tea­tral fran­có­fo­na Jean Ducep­pe estre­na la obra La vénus au vison (Venus In Fur) del dra­ma­tur­go ame­ri­cano David Ives. 

Esta pie­za que ya ha sido tras­la­da­da al cine por Roman Polans­ki es un inte­li­gen­te estu­dio de la domi­na­ción y del poder de atrac­ción que pue­den exis­tir entre dos seres. Basa­da exclu­si­va­men­te en dos per­so­na­jes, la tra­ma que se desa­rro­lla total­men­te en una desier­ta sala de tea­tro gira en torno a Tho­mas, un autor y direc­tor tea­tral que tras un día frus­tran­te de haber efec­tua­do audi­cio­nes para encon­trar a la actriz que dé vida a la intér­pre­te ideal de su obra, una adap­ta­ción de la nove­la “Venus in Fur”, se encuen­tra que a últi­mo momen­to se pre­sen­ta Van­da, una joven actriz febril y ansio­sa de obte­ner ese rol a toda cos­ta. Tras el reluc­tan­te encuen­tro entre ambos, Van­da se sumer­ge por com­ple­to en el per­so­na­je y al así hacer­lo obli­ga al autor a recon­si­de­rar su manus­cri­to sus­ci­tan­do en con­se­cuen­cia dis­cu­sio­nes per­ti­nen­tes sobre las moti­va­cio­nes que habi­tan los dos per­so­na­jes de la obra. La reali­dad y la fic­ción se uni­fi­can a fin de gene­rar una bata­lla de los sexos don­de que­da por deter­mi­nar quién domi­na a quién en la sin­gu­lar rela­ción esta­ble­ci­da entre el direc­tor y la actriz. 

En esta obra den­tro de otra, los pape­les pro­ta­gó­ni­cos están a car­go de Hélè­ne Bour­geo­is Leclerc y Patri­ce Robi­tai­lle bajo la direc­ción de Michel Poi­rier. Se repre­sen­ta en el Tea­tro Ducep­pe de la Pla­ce des Arts has­ta el 19 de octu­bre. (www.duceppe.com

TNM 

El Théâ­tre du Nou­veau Mon­de abre su nue­va tem­po­ra­da el 17 de Sep­tiem­bre con la obra Le mur­mu­re du coque­li­cot sobre una idea ori­gi­nal y tex­to de Sébas­tien Sol­de­vi­lla.

Le murmure du coquelicot

La his­to­ria gira en torno de un actor que a pesar suyo se encuen­tra trans­por­ta­do por un fas­ci­nan­te deli­rio en el momen­to en que pasa una audi­ción por el rol de su vida. Es allí don­de su memo­ria le des­bor­da a tra­vés de dema­sia­dos per­so­na­jes, dema­sia­dos recuer­dos esfu­ma­dos, así como muchas idas y veni­das entre la fic­ción y la reali­dad. Así, como en un esta­do de ingra­vi­dez, apa­re­cen sus encar­na­cio­nes tea­tra­les, arre­pen­ti­mien­tos incon­fe­sa­dos y sus sue­ños secretos. 

Rémy Girard

Rémy Girard

En el papel del actor cata­pul­ta­do en el cora­zón de esa mara­vi­lla escé­ni­ca se encuen­tra el vete­rano Rémy Girard acom­pa­ña­do por la exce­len­te actriz Pas­cal Mont­pe­tit y de seis acró­ba­tas que inclu­yen a Émi­lie Bon­na­vaud, Raphael Cruz, Dani­ca Gag­non-Pla­mon­don, Matias Plaul, Suzan­ne Soler y Samuel Tétreault. La pues­ta en esce­na es de Sébas­tien Sol­de­vi­la y Sha­na Carroll

Las repre­sen­ta­cio­nes pro­si­guen has­ta el 12 de octu­bre en el TNM (www.tnm.qc.ca)

Amé­ri­ca Lati­na y Espa­ña en el FFM

Por Jor­ge Gutman

Hoy comien­za en Mon­treal el FFM con la pro­yec­ción del film cana­dien­se  L’autre mai­son de Alain Char­trand. Tenien­do en cuen­ta la impor­tan­te pre­sen­cia del cine de Amé­ri­ca Lati­na y Espa­ña, he aquí un bre­ve comen­ta­rio de algu­nos títu­los que se ha teni­do opor­tu­ni­dad de juzgar.

15 AÑOS Y UN DÍA (Espa­ña)

 Aron Piper en 15 AÑOS Y UN DIA

Aron Piper en 15 AÑOS Y UN DIA

Este film de Gra­cie­la Que­re­je­ta vie­ne pre­ce­di­do con 4 dis­tin­cio­nes reci­bi­das en el últi­mo Fes­ti­val de Mála­ga inclu­yen­do la de mejor pelí­cu­la y mejor guión escri­to por la rea­li­za­do­ra jun­to con San­tos Mercero.

El rela­to se cen­tra en Jon (Aron Piper), un ado­les­cen­te rebel­de y con­flic­ti­vo quien lue­go de haber sido expul­sa­do de la escue­la, es envia­do por su madre (Mari­bel Ver­dú) a vivir con su abue­lo Max (Tito Val­ver­de) que resi­de en un pue­blo de la Cos­ta de la Luz ‑sur­oes­te de Andalucía‑, con la espe­ran­za de que éste pue­da con­ver­tir­lo en un joven más dis­ci­pli­na­do. El inte­rés de la tra­ma radi­ca en la rela­ción inter­ge­ne­ra­cio­nal esta­ble­ci­da entre el mucha­cho y Max, espe­cial­men­te cuan­do ambos deben enfren­tar sus limi­ta­cio­nes y mie­dos al pro­du­cir­se un gra­ve inci­den­te con un gangs­ter local (Pau Poch), en el que Jon se encuen­tra involucrado.

Al tra­tar de res­trin­gir las emo­cio­nes has­ta su míni­mo nivel Que­re­je­ta no logra trans­mi­tir todo su con­te­ni­do dra­má­ti­co; de todos modos el film osten­ta cali­dad y su pre­sen­ta­ción resul­ta muy opor­tu­na para que sea apre­cia­da por los ciné­fi­los del FFM

BOM­BA (Argen­ti­na)

Jorge Marrale en BOMBA

Jor­ge Marra­le en BOMBA

El rea­li­za­dor y guio­nis­ta Ser­gio Biz­zio narra en for­ma con­ci­sa pero efec­ti­va una dra­má­ti­ca his­to­ria que adop­ta la for­ma de “road movie” aun­que en este caso el camino reco­rri­do es un via­je por la capi­tal de Argen­ti­na. Wal­ter (Alan Daicz) es un joven que lle­ga de un pue­blo de San­ta Fe a Bue­nos Aires para pre­sen­tar en la Feria del Libro su nove­la grá­fi­ca que fue pre­mia­da en un con­cur­so. Al subir a un taxi para tras­la­dar­lo al lugar del even­to se encuen­tra con un con­duc­tor iras­ci­ble (Jor­ge Marra­le) que habien­do escon­di­do explo­si­vos en el vehícu­lo ame­na­za con deto­nar­los si el mucha­cho rea­li­za algún inten­to por bajar del mis­mo. Duran­te un tra­yec­to for­za­do de poco más de una hora reco­rrien­do la metró­po­li en auto, Wal­ter y el des­co­no­ci­do irán liman­do las aspe­re­zas del ini­cial encuen­tro al enta­blar­se una comu­ni­ca­ción que va reve­lan­do la per­so­na­li­dad del taxis­ta y los moti­vos que le asis­ten para no que­rer vivir más, así como la del oca­sio­nal pasa­je­ro que le irá vol­can­do aspec­tos de su vida personal.

Den­tro de un cli­ma ten­so que len­ta­men­te habrá de dis­ten­der­se, este peque­ño pero logra­do film es un buen estu­dio de carac­te­res don­de van emer­gien­do los trau­mas, vul­ne­ra­bi­li­da­des, angus­tias y sin­sa­bo­res que ani­man a sus dos úni­cos per­so­na­jes. Tenien­do en cuen­ta el limi­ta­do espa­cio del esce­na­rio en el que trans­cu­rre la acción, Biz­zio ha logra­do una muy bue­na pues­ta escé­ni­ca evi­tan­do que el rela­to resul­te claus­tro­fó­bi­co; en lo que con­cier­ne a los acto­res, Marra­le y Daicz esta­ble­cen una muy bue­na quí­mi­ca en la carac­te­ri­za­ción de sus disí­mi­les personajes. 

DIA­MAN­TES NEGROS (Espa­ña-Por­tu­gal) 

Poster del film DIAMANTES NEGROS

Poster del film DIA­MAN­TES NEGROS

El rea­li­za­dor Miguel Alcan­tud abor­da en la fic­ción un hecho que lamen­ta­ble­men­te acon­te­ce en el mun­do depor­ti­vo euro­peo y que ya fue con­si­de­ra­do en varios documentales.

Los dia­man­tes negros del títu­lo se refie­ren a Ama­dou (Seti­gui Dia­llo) y Mous­sa (Hami­dou Sama­ké), dos chi­cos negros depor­tis­tas de Mali que al haber sido obser­va­dos por un bus­ca­dor de talen­tos son invi­ta­dos a Madrid para jugar en los gran­des equi­pos como ave­za­dos fut­bo­lis­tas. Sin embar­go, la reali­dad demues­tra que el sue­ño euro­peo dis­ta de cum­plir­se por­que han sido enga­ña­dos por fal­sos espe­cu­la­do­res y tra­fi­can­tes que actúan para orga­ni­za­cio­nes que solo tie­nen en men­te los bene­fi­cios eco­nó­mi­cos explo­tan­do a ino­cen­tes meno­res de edad como si se tra­ta­ra de escla­vos. De este modo, si los jóve­nes traí­dos a Euro­pa no satis­fa­cen las expec­ta­ti­vas de las gran­des ligas, ellos son deja­dos a la deri­va sin con­tem­pla­ción alguna.

Alcan­tud ha logra­do un docu­men­to muy bien fil­ma­do y de dra­má­ti­co rea­lis­mo denun­cian­do una cru­da reali­dad exis­ten­te en el mun­do del fút­bol euro­peo, como lo es el trá­fi­co de meno­res afri­ca­nos de ori­gen humil­de. Impac­tan­te y hon­da­men­te emo­ti­vo, este film per­mi­te una rápi­da iden­ti­fi­ca­ción del públi­co con la mise­ria vivi­da por los ado­les­cen­tes de esta historia. 

HIJO DE CAIN (Espa­ña)

Un dra­ma psi­co­ló­gi­co de apa­sio­nan­te intri­ga que se man­tie­ne has­ta su exce­len­te des­en­la­ce es lo que se apre­cia en este film del rea­li­za­dor cata­lán Jesus Mon­llao Pla­na. Sumi­nis­trar deta­lles del rela­to sería pri­var al espec­ta­dor de des­cu­brir por sí mis­mo quién es quien en el com­ple­jo entra­ma­do que se esta­ble­ce en las rela­cio­nes de una fami­lia de cla­se media apa­ren­te­men­te nor­mal; sólo bas­ta ade­lan­tar que el eje del film se cen­tra en un pro­ble­ma­ti­za­do pero inte­li­gen­tí­si­mo ado­les­cen­te (David Solans) cuya pasión es el aje­drez, pero que en su hogar pro­du­ce serias inquie­tu­des a sus padres (José Coro­na­do, María Molins) por su extra­ño com­por­ta­mien­to; por esa razón, ellos deci­den con­tra­tar a un exper­to psi­có­lo­go (Julio Man­ri­que) para que a tra­vés de la tera­pia pue­da detec­tar la cau­sa del pro­ble­ma que aque­ja al muchacho.

En esca­sos 85 minu­tos, el rea­li­za­dor logra un film cau­ti­van­te, mos­tran­do has­ta que pun­to la mani­pu­la­ción huma­na pue­de lle­gar a pro­du­cir leta­les con­se­cuen­cias. En todo caso y hacien­do alu­sión al aje­drez, el direc­tor pro­po­ne al espec­ta­dor una apa­sio­nan­te juga­da maestra. 

INER­CIA (Méxi­co)

El reen­cuen­tro por azar entre dos ena­mo­ra­dos que habían deja­do de ver­se duran­te 12 años es el tema con­si­de­ra­do por Isa­bel Muñoz en su pri­mer film como rea­li­za­do­ra, don­de tam­bién par­ti­ci­pó como co-guio­nis­ta jun­to a Clau­dia Saint-Luce.

Cuan­do Lucía (Mari­ce­la Peña­lo­sa) acom­pa­ña a su ami­go Bruno (Mau­ri­cio Isaac) a una clí­ni­ca médi­ca de Méxi­co por haber­se que­bra­do un dedo del pie, des­cu­bre que allí está inter­na­do por pro­ble­mas de riñón su ex novio Feli­pe (Fla­vio Medi­na). La idea de exor­ci­zar el pasa­do revi­vien­do la pasión amo­ro­sa den­tro del estre­cho reduc­to de la sala hos­pi­ta­la­ria don­de se encuen­tra el enfer­mo, resul­ta en prin­ci­pio atrac­ti­va pero a medi­da que se desa­rro­lla el rela­to comien­za a adqui­rir visos claus­tro­fó­bi­cos. Dan­do vida a los com­ple­jos per­so­na­jes de esta his­to­ria las inter­pre­ta­cio­nes de Medi­na y Peña­lo­sa resul­tan inob­je­ta­bles; el actor sin­to­ni­za muy bien con la natu­ra­le­za del enfer­mo que gra­dual­men­te va sufrien­do arre­ba­tos de vio­len­cia incon­tro­la­bles, en tan­to que Peña­lo­sa con­ven­ce como la sufri­da mujer que por iner­cia se some­te a los desig­nios irra­cio­na­les de Feli­pe, con­vir­tién­do­se de hecho en su sumi­sa enfermera. 

La direc­to­ra efec­túa un debut pro­mi­so­rio con este dra­ma román­ti­co, excep­to que la his­to­ria narra­da resul­ta depri­men­te sin que se avi­zo­re algu­na nota de espe­ran­za o de reden­ción que per­mi­ta al públi­co iden­ti­fi­car­se con sus atra­pa­dos per­so­na­jes protagónicos.

LA PASION DE MICHE­LAN­GE­LO (Chi­le-Argen­ti­na-Fran­cia-Ale­ma­nia)

 Sebastián Ayala en LA PASIÓN DE MICHELANGELO

Sebas­tián Aya­la en LA PASIÓN DE MICHELANGELO

La fe reli­gio­sa es el fac­tor pre­do­mi­nan­te en la his­to­ria plan­tea­da por el rea­li­za­dor y guio­nis­ta chi­leno Este­ban Larraín, don­de la acción trans­cu­rre duran­te la épo­ca de la dic­ta­du­ra del gene­ral Pinochet.

Toman­do como refe­ren­cia un hecho que acon­te­ció en Chi­le, el rela­to se cen­tra en Miguel Ángel (Sebas­tián Aya­la), un ado­les­cen­te huér­fano de 14 años del pue­blo Peña­blan­ca, que dia­ria­men­te se diri­ge a un peque­ño altar don­de dice ver a la Vir­gen María. Este hecho es con­tem­pla­do por un gran públi­co que pere­gri­na al lugar y asom­bra­da­men­te lo sigue con fer­vor has­ta lle­gar al fana­tis­mo. Cuan­do la noti­cia se difun­de y el acon­te­ci­mien­to lle­ga a la capi­tal del país, la igle­sia deci­de tomar car­tas en el asun­to envian­do a Ruiz Tagle (Patri­cio Con­tre­ras), un jesui­ta que des­de lar­go tiem­po atra­vie­sa una cri­sis de fe. La sor­pre­sa del sacer­do­te es mayor cuan­do se ente­ra que Miguel Ángel cuen­ta con el ase­so­ra­mien­to de otro sacer­do­te asig­na­do por el gobierno militar.

Las dudas que con­fron­ta Ruiz Tagle en su inves­ti­ga­ción, el des­equi­li­brio men­tal que expe­ri­men­ta pos­te­rior­men­te el ilu­mi­na­do Miguel Ángel así como su derrum­be y humi­lla­ción final que sufre cuan­do el gobierno lo deja libra­do a su suer­te, son algu­nos de los ele­men­tos que con­tri­bu­yen a con­fi­gu­rar un rela­to que ade­más de intri­gar cuen­ta con momen­tos de inten­si­dad emocional. 

LOS DUE­ÑOS (Argen­ti­na)

En opor­tu­ni­dad de su estreno mun­dial que tuvo lugar en la Sema­na de la Crí­ti­ca del Fes­ti­val de Can­nes, esta ópe­ra pri­ma de Eze­quiel Radusky y Agus­tin Tos­cano impre­sio­nó favo­ra­ble­men­te obte­nien­do una dis­tin­ción espe­cial. El prin­ci­pal méri­to del film des­can­sa en la for­ma sutil adop­ta­da por los rea­li­za­do­res para narrar la rela­ción esta­ble­ci­da entre per­so­nas de dife­ren­te extrac­ción social.

Rubén (Ger­man De Sil­va) y Ser­gio (Ser­gio Pri­na), peo­nes de una gran­ja ubi­ca­da en la pro­vin­cia de Tucu­mán, jun­to con la madre de Ser­gio (Lilia­na Juá­rez) que se encar­ga de las tareas domés­ti­cas, tie­nen la cos­tum­bre de tomar pose­sión de la vivien­da fami­liar de sus due­ños cuan­do éstos se ausen­tan tem­po­ral­men­te. Todo mar­cha bien has­ta que un buen día lle­ga en for­ma sor­pre­si­va Pia (Rosa­rio Ble­fa­ri), la hija mayor de los pro­pie­ta­rios, obli­gan­do a sus ile­ga­les ocu­pan­tes a tener que ocul­tar cual­quier evi­den­cia que dela­te el haber esta­do vivien­do en la man­sión. A par­tir de ese momen­to, el rela­to cobra giros ines­pe­ra­dos, don­de algu­nos de ellos gene­ran situa­cio­nes son­rien­tes, en las que se refle­ja una intere­san­te diná­mi­ca de depen­den­cia y explo­ta­ción mutua esta­ble­ci­da entre amos y sirvientes.

Con una eco­no­mía de diá­lo­gos ‑dejan­do que las imá­ge­nes se expre­sen por sí mis­mas- y con una nota­ble madu­rez por tra­tar­se de un pri­mer film, los rea­li­za­do­res han logra­do un intere­san­te cua­dro sobre los con­flic­tos de cla­se, refor­za­do con actua­cio­nes natu­ra­les que otor­gan auten­ti­ci­dad a lo que se está presenciando. 

SOMOS GEN­TE HON­RA­DA (Espa­ña)

Miguel de Lira y Paco Tous en SOMOS GENTE HONRADA

Miguel de Lira y Paco Tous en SOMOS GEN­TE HONRADA

En su debut en el lar­go­me­tra­je de fic­ción el direc­tor his­pano Ale­jan­dro Mar­zoa entre­ga un muy buen film que deam­bu­lan­do entre la come­dia y el dra­ma logra que el espec­ta­dor se com­pe­ne­tre ple­na­men­te en la his­to­ria de quie­nes en la media­na edad de la vida se encuen­tran repen­ti­na­men­te sin empleo debien­do sufrir la baja esti­ma que esa situa­ción produce.

Con un exce­len­te guión del direc­tor jun­to a Miguel Angel Blan­ca y Juan Cruz, el comien­zo se ase­me­ja al de una ama­ble come­dia don­de el públi­co sale al encuen­tro de Suso (Paco Tous) y Manuel (Miguel de Lira). Estos bue­nos ami­gos y padres de fami­lia vivien­do en Gali­cia han per­di­do su fuen­te de ingre­sos; en el caso de Manuel por estar invo­lu­cra­do en la indus­tria de la cons­truc­ción debi­do a la cri­sis que afec­ta al sec­tor en estos momen­tos difí­ci­les que vive Espa­ña, mien­tras que Suso ha teni­do que cerrar su kios­co de pren­sa por­que no mar­cha­ba bien. A la espe­ra de hori­zon­tes mejo­res, ambos uti­li­zan la pes­ca como depor­te favo­ri­to que les per­mi­te dis­traer sus preo­cu­pa­cio­nes. En un ano­che­cer, estan­do abso­lu­ta­men­te solos en la pla­ya, divi­san un bul­to con­te­nien­do nada menos que 10 kilos de cocaí­na; al ente­rar­se que su valor no es menor que medio millón de euros, se dan cuen­ta que si lle­ga­ran a ven­der esa mer­ca­de­ría a los tra­fi­can­tes y/o con­su­mi­do­res de dro­gas sus penu­rias eco­nó­mi­cas des­apa­re­ce­rían automáticamente.

Con suma deli­ca­de­za y con gran afec­to que el direc­tor sien­te por estos dos per­so­na­jes, vemos cómo huma­na­men­te resul­ta com­pren­si­ble que per­so­nas com­ple­ta­men­te hones­tas pue­dan ten­tar­se a incur­sio­nar en un camino extre­ma­da­men­te ries­go­so, sobre todo cuan­do la des­ocu­pa­ción gol­pea duro y ade­más se es obje­to de menos­pre­cio como ocu­rre con Suso cuyo sue­gro lamen­ta que su hija se hubie­ra casa­do con un perdedor.

Las notas de humor abun­dan a tra­vés de las ini­cia­les esce­nas dis­pa­ra­ta­das, pero de nin­gu­na mane­ra lle­gan a ocul­tar el dra­ma laten­te que viven sus per­so­na­jes prin­ci­pa­les al vin­cu­lar­se con un sub­mun­do que les resul­ta com­ple­ta­men­te ajeno. Tous y de Lira con­for­man un dúo tra­gi­có­mi­co exce­len­te demos­tran­do cla­ra­men­te que en los nobles per­so­na­jes que inter­pre­tan son gen­te hon­ra­da, así como lo es su rea­li­za­dor con el men­sa­je cáli­do y hones­to que trans­mi­te este film.

WAKOL­DA (Argen­ti­na)

La rea­li­za­do­ra Lucía Puen­zo tras­la­da a la pan­ta­lla su quin­to libro publi­ca­do del mis­mo nom­bre don­de basa­do en hechos reales uti­li­za la fic­ción para refe­rir­se a la esta­día del médi­co nazi Josef Men­ge­le refu­gia­do en la Pata­go­nia argentina.

El rela­to se desa­rro­lla en Bari­lo­che en 1960 don­de Enzo (Die­go Peret­ti), su seño­ra Eva (Nata­lia Orei­ro) y sus tres hijos se dis­po­nen a abrir una hos­te­ría ubi­ca­da a ori­llas del lago Nahuel Hua­pi. En el tra­yec­to que los lle­va al lugar de des­tino tra­ban cono­ci­mien­to con el doc­tor Hel­mut Gre­gor (Alex Bren­de­mühl), quien encon­trán­do­se en esa región ocul­ta su ver­da­de­ra per­so­na­li­dad del sinies­tro médi­co Men­ge­le; él se con­ver­ti­rá en el pri­mer hués­ped de la hos­te­ría. En ese lugar con­ti­nua­rá con los expe­ri­men­tos gené­ti­cos rea­li­za­dos en los cam­pos de con­cen­tra­ción duran­te la segun­da gue­rra, abo­cán­do­se a lograr el cre­ci­mien­to de Lilith (Flo­ren­cia Bado), una de las hijas del matri­mo­nio de 12 años de edad que es un poca baja de esta­tu­ra para su edad; al pro­pio tiem­po tam­bién se preo­cu­pa­rá de seguir expe­ri­men­tan­do con Eva quien está emba­ra­za­da de melli­zos. Una den­sa atmós­fe­ra se va con­for­man­do cuan­do una fotó­gra­fa (Ele­na Roger) recién lle­ga­da al lugar comien­za a sos­pe­char sobre la ver­da­de­ra per­so­na­li­dad del ale­mán. Todo ello va adqui­rien­do un cli­ma más som­brío al difun­dir­se la noti­cia de la cap­tu­ra de Adolf Eich­mann en Bue­nos Aires por agen­tes del Mos­sad de Israel y Men­ge­le comien­za sus pla­nes para huir del lugar.

El film es fas­ci­nan­te y a pesar de la natu­ra­le­za de su tema que podría pres­tar­se al sen­sa­cio­na­lis­mo, Puen­zo pre­fie­re adop­tar un bajo per­fil para ir reve­lan­do sutil­men­te la per­so­na­li­dad del cri­mi­nal, la curio­sa rela­ción esta­ble­ci­da entre él y Lilith, así como tam­bién efec­túa una acer­ta­da des­crip­ción de la comu­ni­dad ger­ma­na del lugar pro­te­gien­do al sinies­tro asesino. 

WOR­KERS (Méxi­co)

El direc­tor José Luis Valle Gon­zá­lez ofre­ce una come­dia absur­da y surrea­lis­ta que trans­cu­rre en Tijua­na y que está cen­tra­da fun­da­men­tal­men­te en dos per­so­na­jes de media­na edad. Uno de ellos es Ramón (Jesús Padi­lla), de ori­gen sal­va­do­re­ño que vive en Méxi­co sin docu­men­ta­ción legal y tra­ba­ja como guar­dián en una fábri­ca de lám­pa­ras. El otro per­so­na­je es Lidia (Susa­na Sala­zar), quien se desem­pe­ña como obe­dien­te emplea­da domés­ti­ca jun­to con otros sir­vien­tes en la gran man­sión de una rica viu­da (Vera Talaia) que encon­trán­do­se en un pobre esta­do de salud deci­de legar toda su for­tu­na a su ado­ra­da perrita.

Con un rit­mo extre­ma­da­men­te len­to, recién a la hora de comen­za­do el film se pro­du­ce la pri­me­ra esce­na que des­pier­ta inte­rés cuan­do Ramón, que deci­de jubi­lar­se y tie­ne un lega­jo don­de se des­ta­ca su exce­len­te desem­pe­ño duran­te los 30 años de tra­ba­jo, reci­be de su patrón la noti­cia de que nada le corres­pon­de por su con­di­ción de tra­ba­ja­dor ile­gal en Méxi­co. Como la his­to­ria de sus dos per­so­na­jes trans­cu­rre en for­ma inde­pen­dien­te, la úni­ca sor­pre­sa del rela­to es saber que Ramón y Lidia estu­vie­ron casa­dos, per­die­ron un hiji­to de 3 años de edad, y que aho­ra están separados.

Si aca­so el men­sa­je de esta come­dia surrea­lis­ta podría tra­du­cir­se en la sumi­sión de los tra­ba­ja­do­res fren­te a la explo­ta­ción de sus emplea­do­res y la posi­bi­li­dad de una pos­te­rior ven­gan­za, el mis­mo que­da dilui­do a tra­vés de la poca expre­si­vi­dad de sus per­so­na­jes uni­di­men­sio­na­les; así algu­nas obser­va­cio­nes de la dia­ria ruti­na de Ramón y Lidia, no son explo­ta­das con­ve­nien­te­men­te para que el rela­to pudie­ra alcan­zar mayor ame­ni­dad y pro­fun­di­dad. Bien fil­ma­do y con cier­tas secuen­cias no exen­tas de visual encan­to, las dos horas de metra­je ponen a prue­ba la pacien­cia del espec­ta­dor en un rela­to mini­ma­lis­ta y en gran par­te con­tem­pla­ti­vo que no des­pier­ta mayor emo­ción. 

El FFM pro­si­gue has­ta el 2 de sep­tiem­bre (www.ffm-montreal.org)