Una Tier­na y Pro­fun­da His­to­ria de Amor

LA VIEADÈLE. Fran­cia, 2013. Un film de Abde­lla­tif Kechiche

Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux en BLUE IS THE WARMEST COLOR

Adè­le Exar­cho­pou­los y Léa Sey­doux en BLUE IS THE WAR­MEST COLOR

Para plas­mar en imá­ge­nes lo que se ha pro­pues­to, el rea­li­za­dor con­tó con dos extra­or­di­na­rias actua­cio­nes don­de el públi­co habrá de aplau­dir el tra­ba­jo de Adè­le Exar­cho­pou­los y Léa Sey­doux some­tién­do­se en cuer­po y alma, psi­co­ló­gi­ca y emo­cio­nal­men­te en la piel de sus res­pec­ti­vos per­so­na­jes. El román­ti­co dra­ma, basa­do en el cómic de Julie Maroh “Azul es un Color Calien­te” y adap­ta­do por el rea­li­za­dor y Ghal­ya Lacroix, pre­sen­ta a Adè­le (Exar­cho­pou­los), una joven de 17 años de edad que vive en Lille –al nor­te de Fran­cia- y que mani­fies­ta una mani­fies­ta incli­na­ción hacia la lite­ra­tu­ra; así, al prin­ci­pio se la ve en una sala de cla­ses de un cole­gio de ense­ñan­za media jun­to con sus com­pa­ñe­ros estu­dian­do una nove­la de Pie­rre de Mari­vaux (“La Vie de Marian­ne”). En un comien­zo ella se embar­ca en un roman­ce de cor­to vue­lo con Tho­mas (Jéré­mie Laheur­te), su cor­te­jan­te, pero muy pron­to que­da cla­ro que sus emo­cio­nes están diri­gi­das hacia per­so­nas de su mis­mo sexo; eso habrá de cris­ta­li­zar­se a par­tir del momen­to en que cono­ce a Emma (Sey­doux), una mujer un poco mayor que ella y que tie­ne como carac­te­rís­ti­ca dis­tin­ti­va su pelo teñi­do de azul. De allí en más comien­za entre ambas un amor desen­fre­na­do, sin tapu­jos ni barre­ras, don­de las emo­cio­nes del espí­ri­tu se entre­mez­clan con el con­tac­to físi­co de sus cuer­pos logran­do una com­ple­ta fusión subli­man­do la comu­ni­ca­ción humana. 

Dejan­do apar­te las auda­ces esce­nas de amor explí­ci­to, que evi­den­te­men­te pue­den ori­gi­nar con­tro­ver­sias por­que una de ellas se pro­lon­ga duran­te 8 minu­tos, el film ilus­tra mag­ní­fi­ca­men­te aspec­tos que dife­ren­cian a cada uno de sus per­so­na­jes. Inte­lec­tual­men­te con­si­de­ra­do, se apre­cia que Emma –de mar­ca­da afi­ni­dad con las artes plás­ti­cas- está ubi­ca­da en un nivel cul­tu­ral supe­rior al de su aman­te; algo pare­ci­do se pue­de apre­ciar a nivel eco­nó­mi­co y social; así, cuan­do Adè­le, de ori­gen más humil­de y de padres con­ser­va­do­res que igno­ran su orien­ta­ción sexual que ella tra­ta de guar­dar celo­sa­men­te, visi­ta la casa de los padres de Emma per­te­ne­cien­tes a una cla­se socio-eco­nó­mi­ca más ele­va­da, se sor­pren­de al com­pro­bar que son lo sufi­cien­te­men­te libe­ra­les al acep­tar­la abier­ta­men­te como la pare­ja de su hija. 

A tra­vés de las 3 horas de dura­ción, el film va expo­nien­do cómo con el paso de los años la rela­ción va madu­ran­do y pos­te­rior­men­te desin­te­grán­do­se al apa­re­cer varias grie­tas en el camino que tor­nan impo­si­ble la mutua convivencia. 

Tenien­do en con­si­de­ra­ción que la pelí­cu­la lle­va como sub­tí­tu­lo “Capí­tu­los 1 y 2” en la ver­sión ori­gi­nal fran­ce­sa, no sería utó­pi­co pen­sar que en algu­nos años más, al direc­tor se le ocu­rra con­tar qué pasó con las vidas de Adè­le y Emma. De todos modos, haya o no nue­vos capí­tu­los para esta inol­vi­da­ble his­to­ria de amor, que­da como resul­ta­do una extra­or­di­na­ria pelí­cu­la que cala pro­fun­do has­ta la médu­la de los sen­ti­mien­tos huma­nos a tra­vés de un rela­to feroz­men­te tierno y hon­da­men­te conmovedor. 

Con­clu­sión: Habien­do mere­ci­do la Pal­ma de Oro en el últi­mo fes­ti­val de Can­nes, es alta­men­te meri­to­rio que aun­que sus dos actri­ces no hayan sido recom­pen­sa­das, sin embar­go han sido reco­no­ci­das por Ste­ven Spiel­berg quien como pre­si­den­te del jura­do seña­ló que el pre­mio a esta mara­vi­llo­sa his­to­ria de amor se debe al trío inte­gra­do por Exar­cho­pou­los y Sey­doux, delan­te de la cáma­ra, y a Kechi­che detrás de la mis­maJor­ge Gutman