La Segun­da Par­te De Una Com­pe­ten­cia Mortal

THE HUN­GER GAMES: CAT­CHING FIRE. Esta­dos Uni­dos, 2013. Un film de Fran­cis Lawrence.

Pre­ce­di­do del gran éxi­to de públi­co que mere­ció en mar­zo de 2012 cuan­do se estre­nó la pri­me­ra par­te de la tri­lo­gía escri­ta por Suzan­ne Collins, lle­ga aho­ra la segun­da par­te de “Los Jue­gos del Ham­bre” que indu­da­ble­men­te supe­ra­rá en espec­ta­do­res al film ini­cial por­que su pro­ta­go­nis­ta Jen­ni­fer Law­ren­ce actual­men­te es una figu­ra de con­si­de­ra­ble atrac­ción popu­lar, sobre todo des­pués de haber gana­do este año el Oscar a la mejor actriz. En todo caso, todos los esfuer­zos han sido vol­ca­dos como para que Cat­ching Fire de nin­gún modo decep­cio­ne al públi­co que dis­fru­tó de la pri­me­ra película.

Jennifer Lawrence y Josh Hutcherson

Jen­ni­fer Law­ren­ce y Josh Hutcherson

Como es sabi­do, la acción se desa­rro­lla en Panem, una socie­dad gober­na­da des­pó­ti­ca­men­te don­de todos los años tie­ne lugar una mor­tal com­pe­ten­cia como for­ma de ofre­cer al pue­blo un dis­cu­ti­ble masi­vo entre­te­ni­mien­to. Para ello, son esco­gi­dos una chi­ca y un mucha­cho de cada uno de los 12 dis­tri­tos del lugar, en don­de luchan­do a la mane­ra de los gla­dia­do­res roma­nos la con­tien­da debe fina­li­zar con un úni­co gana­dor que logra sal­var su vida. Pero en la últi­ma edi­ción, como excep­ción han habi­do dos triun­fa­do­res, la audaz Kat­niss (Jen­ni­fer Law­ren­ce) y su com­pa­ñe­ro de jue­gos Pee­ta (Josh Hut­cher­son) con quien man­tie­ne un roman­ce ficticio.

Al comen­zar este seg­men­to, ambos ven­ce­do­res efec­túan la gira de la vic­to­ria reco­rrien­do todos los dis­tri­tos en don­de se lle­ga a per­ci­bir que cier­ta rebe­lión se está ges­tan­do debi­do al des­con­ten­to cre­cien­te por par­te de la pobla­ción opri­mi­da. Cuan­do Kat­niss creía haber logra­do la tran­qui­li­dad vol­vien­do a reu­nir­se con su ver­da­de­ro novio Gale (Liam Hems­worth), su paz se ve que­bran­ta­da debi­do a que el pre­si­den­te Snow (Donald Suther­land) con la ase­so­ría de Plu­tarch (Phi­lip Sey­mour Hoff­man), su maquia­vé­li­co cola­bo­ra­dor, deci­de que en la pró­xi­ma com­pe­ten­cia en lugar de nue­vos jóve­nes selec­cio­na­dos par­ti­ci­pa­rán los gana­do­res de años ante­rio­res; el tirano man­da­ta­rio ape­la a este recur­so con la inten­ción de que Kat­niss pue­da ser ven­ci­da, en la medi­da que des­con­fía de ella por­que con su caris­ma pre­sen­cia pue­de crear la semi­lla de una insu­rrec­ción popu­lar que haga peli­grar el orden social existente. 

Law­ren­ce con­ti­núa ofre­cien­do una carac­te­ri­za­ción con­vin­cen­te tan­to en lo físi­co (aun­que su per­so­na­je de 16 años sea menor que ella en edad) como en lo emo­cio­nal; reve­lan­do la dimen­sión de sus lími­tes, expre­sa muy bien la dua­li­dad que su rol de heroí­na le pro­du­ce, tan­to como una car­ga difí­cil de sobre­lle­var sobre sus hom­bros así como del poder con­quis­ta­do por su valen­tía y que la pue­de con­ver­tir en sím­bo­lo de una poten­cial rebe­lión popu­lar. La actriz está rodea­da de un buen elen­co don­de ade­más de los vete­ra­nos y efi­cien­tes Suther­land y Sey­mour Hoff­man, se des­ta­can Woody Harrel­son como el men­tor Hay­mitch y Stan­ley Tuc­ci como el pre­su­mi­do y cari­ca­tu­res­co pre­sen­ta­dor televisivo. 

El direc­tor Fran­cis Law­ren­ce, reem­pla­zan­do a Gary Ross, adop­ta en su narra­ción un tono som­brío, simi­lar al que pre­va­le­cía en la pelí­cu­la pre­ce­den­te, aun­que los dile­mas e impli­can­cias mora­les de la his­to­ria que­den aquí menos resal­ta­dos. El film está bien rea­li­za­do, aun­que la reanu­da­ción de los jue­gos con la incor­po­ra­ción de nue­vos per­so­na­jes no agre­gue aspec­tos que lle­guen a sor­pren­der como ocu­rría en la pri­me­ra par­te; de todos modos, hay cier­tas secuen­cias que pro­du­cen la dosis nece­sa­ria de intri­ga así como la curio­si­dad de saber si Kat­niss vol­ve­rá a salir ile­sa o no de la letal com­pe­ten­cia. En todo caso, la con­clu­sión de este capí­tu­lo deja la puer­ta abier­ta para que la ter­ce­ra par­te pro­di­gue el cli­max de ten­sión con­te­ni­do en el des­en­la­ce de la nove­la de Collins.

Con­clu­sión: Sin supe­rar al capí­tu­lo ori­gi­nal, la inten­si­dad emo­cio­nal pro­di­ga­da por Jen­ni­fer Law­ren­ce como fac­tor esen­cial del rela­to cons­ti­tu­ye el prin­ci­pal atrac­ti­vo de Cat­ching Fire.  Jor­ge Gutman