Una Agra­da­ble Come­dia Musical

2 PIA­NOS 4 HANDS. Autor: Ted Dyks­tra y Richard Green­blatt – Direc­ción: Richard Green­blatt — . Elen­co: Reza Jacobs, Bry­ce Kulak — Dura­ción: 135 minu­tos inclu­yen­do un entre­ac­to de 15 minu­tos — Repre­sen­ta­cio­nes: has­ta el 25 de mayo de 2014 en el Tea­tro Cen­taur. (http://www.centaurtheatre.com/)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

Reza Jacobs y Bryce Kulak

Reza Jacobs y Bry­ce Kulak

Aun­que esta encan­ta­do­ra pie­za ya fue repre­sen­ta­da en 1997 en el Tea­tro Cen­taur inter­pre­ta­da por sus auto­res, aho­ra es repues­ta en el mis­mo esce­na­rio aun­que esta vez la inter­pre­ta­ción está a car­go de Reza Jacobs y Bry­ce Kulak. En últi­ma ins­tan­cia nada cam­bia por cuan­to ambos acto­res vuel­can el mis­mo entu­sias­mo que en su momen­to demos­tra­ron Ted Dyks­tra y Richard Greenblat.

La obra es una come­dia musi­cal basa­da en la expe­rien­cia de Dyks­tra y Green­blat como pia­nis­tas duran­te sus años de juven­tud don­de todo pare­cía evi­den­ciar que no lle­ga­rían a triun­far como músi­cos. Sin embar­go el éxi­to inter­na­cio­nal que ha teni­do esta pie­za demues­tra que el talen­to inna­to de ambos faci­li­ta­ría el reco­no­ci­mien­to de un públi­co capaz de dis­fru­tar de un espec­tácu­lo que com­bi­na mara­vi­llo­sa­men­te varias his­to­rias aso­cia­das al piano con la músi­ca sumi­nis­tra­da en las dos horas de actuación.

Tal como el títu­lo lo sugie­re en el esce­na­rio hay dos pia­nos y sus dos intér­pre­tes, dota­dos pia­nis­tas, dan gala de su domi­nio musi­cal como así tam­bién de sus dotes de ave­za­dos come­dian­tes. Así en los múl­ti­ples roles que este dúo artís­ti­co asu­me a tra­vés de las dife­ren­tes viñe­tas que con­for­man el con­te­ni­do de la obra vere­mos a los dos intér­pre­tes eje­cu­tan­do a cua­tro manos en sus res­pec­ti­vos pia­nos, como así tam­bién inter­ac­tuan­do en pape­les de padre e hijo, alumno y pro­fe­sor de piano, exa­mi­na­do­res de com­pe­ten­cias musi­ca­les, etc.

El tono que gene­ral­men­te pre­do­mi­na es el de la come­dia chis­pean­te y diver­ti­da lo que no impli­ca que haya algu­nas situa­cio­nes de mayor serie­dad, siem­pre bien logra­das. Así, se des­ta­ca la pre­sen­cia de un padre auto­ri­ta­rio que no ve con bue­nos ojos que su hijo se con­sa­gre al piano por­que lo pre­fie­re ver estu­dian­do en la uni­ver­si­dad para obte­ner un títu­lo de una pro­fe­sión tra­di­cio­nal que le per­mi­ta vivir; en otra ins­tan­cia, un pia­nis­ta de un café tie­ne que sopor­tar los agra­vios de un clien­te borra­cho; no menos dra­má­ti­co es la audi­ción del alumno aspi­ran­te a ingre­sar al con­ser­va­to­rio de músi­ca don­de la per­so­na que lo exa­mi­na le res­pon­de que tie­ne talen­to pero le fal­ta disciplina.

Los dife­ren­tes esbo­zos están com­bi­na­dos con músi­ca pre­do­mi­nan­te­men­te clá­si­ca, aun­que ade­más de Bach, Beetho­ven, Cho­pin, Grieg, Liszt y Mozart, entre otros dis­tin­gui­dos com­po­si­to­res, tam­bién hay amplio mar­gen para dis­fru­tar de las can­cio­nes y melo­días de Richard Rod­gers, Billy Joel (The Piano Man) y o bien la de recor­da­das pelí­cu­las como el tema cen­tral de Cha­riots of Fire.

Para cerrar el ameno espec­tácu­lo, los come­dian­tes efec­túan una muy bue­na eje­cu­ción del pri­mer movi­mien­to del Con­cier­to en Re menor para piano de Bach, obte­nien­do el cerra­do aplau­so de un públi­co que los feli­ci­ta como músi­cos como así tam­bién por la exce­len­te actua­ción y la quí­mi­ca exis­ten­te que demues­tran tener entre ellos duran­te el trans­cur­so de esta ori­gi­nal y pla­cen­te­ra come­dia. Por últi­mo, cabe dis­tin­guir la ima­gi­na­ti­va direc­ción de Green­blatt per­mi­tien­do el mag­ní­fi­co ensam­ble entre los pasos de come­dia y su com­bi­na­ción musi­cal sin dis­traer la aten­ción del espectador.