Un Via­je al Pasado

I’LL FOLLOW YOU DOWN. Cana­dá, 2013. Un film escri­to y diri­gi­do por Richie Mehta

La explo­ra­ción cien­tí­fi­ca sobre la posi­bi­li­dad de via­jar en el tiem­po en for­ma retros­pec­ti­va es abor­da­da por el direc­tor y guio­nis­ta Richie Meh­ta en un rela­to que a pesar de su buen comien­zo se debi­li­ta a mitad de camino al adop­tar vuel­tas entre­ve­ra­das y caren­tes de lógica.

La his­to­ria comien­za en el año 2000 con­tem­plan­do a una fami­lia feliz inte­gra­da por Gabriel (Rufus Sewell), su espo­sa Mari­ka (Gillian Ander­son) y el peque­ño hijo Erol, vivien­do en la ciu­dad de Toron­to. Gabriel que se desem­pe­ña como físi­co debe rea­li­zar un via­je pro­fe­sio­nal a la Uni­ver­si­dad de Prin­ce­ton en los Esta­dos Uni­dos por un par de días. Cuan­do madre e hijo se diri­gen al aero­puer­to para aguar­dar su regre­so, el hom­bre no apa­re­ce. A la inquie­tud ini­cial, sur­gen las ave­ri­gua­cio­nes per­ti­nen­tes don­de apa­ren­te­men­te el ausen­te no aban­do­nó el hotel don­de se alo­ja­ba aun­que tam­po­co se encuen­tra allí. A medi­da que pasan los días y las sema­nas sin lograr tener noti­cias de su para­de­ro, Mari­ka y su hijo expe­ri­men­tan una gran pena y dolor al que­dar desin­te­gra­do el idí­li­co hogar.

Haley Joel Osment

Haley Joel Osment

La acción inme­dia­ta­men­te se des­pla­za a 2012 don­de Erol (Haley Joel Osment), un adul­to de 21 años, deci­dió seguir la carre­ra de físi­co, como su padre lo ha sido, sien­do un bri­llan­te estu­dian­te. Man­te­nien­do una rela­ción sen­ti­men­tal fir­me con Gra­ce (Susan­na Four­nier) con quien pien­sa casar­se, su vida trans­cu­rre en un esta­do de cons­tan­te preo­cu­pa­ción por­que su madre, que nun­ca pudo recu­pe­rar­se de la pér­di­da de su ama­do espo­so, se encuen­tra en un esta­do de dra­má­ti­ca depre­sión que final­men­te la lle­va a suicidarse.

Dicho lo que ante­ce­de, la tra­ma adop­ta un giro com­ple­ta­men­te ines­pe­ra­do cuan­do Sal (Vic­tor Gar­ber), el abue­lo de Erol que es un emi­nen­te cien­tí­fi­co, le reve­la a su nie­to una teo­ría sobre lo que pudo haber pasa­do con Gabriel; según la mis­ma, él efec­tuó un via­je hacia el pasa­do ubi­cán­do­se en 1946 para visi­tar a Albert Eins­tein y resul­tó ase­si­na­do como con­se­cuen­cia de un asal­to. De allí, Sal invi­ta a Erol para que jun­tos pue­dan rec­ti­fi­car lo ocu­rri­do en el pasa­do a fin de hacer regre­sar a su padre sano y sal­vo al año 2000. De allí en más, el joven se empe­ci­na en efec­tuar una tra­ve­sía en el tiem­po para ubi­car a su padre y lograr su objetivo.

Cier­ta­men­te resul­ta racio­nal­men­te difí­cil acep­tar la pro­pues­ta plan­tea­da, pero uno podría aden­trar­se en la mis­ma si aca­so las expli­ca­cio­nes tuvie­ran algún asi­de­ro míni­ma­men­te con­gruen­te. Lo que sigue es en esen­cia una serie de situa­cio­nes poco plau­si­bles don­de a medi­da que avan­za el metra­je se asis­te a com­ple­jas y abu­rri­das dis­cu­sio­nes pseu­do cien­tí­fi­cas entre abue­lo y nie­to de las cua­les el espec­ta­dor no tie­ne idea sobre lo que se afir­ma, si aca­so exis­te algún fun­da­men­to plau­si­ble. El des­en­la­ce, que obvia­men­te no habrá de reve­lar­se, es total­men­te descabellado.

Las inter­pre­ta­cio­nes son genui­na­men­te natu­ra­les, sobre todo las de Osment y Ander­son, pero están al ser­vi­cio de un tema que aun­que meta­fí­si­ca­men­te pue­da resul­tar intere­san­te de ser con­si­de­ra­do, tal como está plan­tea­do resul­ta alta­men­te des­con­cer­tan­te, sobre todo por­que el rea­li­za­dor no inten­ta brin­dar un rela­to de cien­cia fic­ción sino un dra­ma rea­lis­ta para nada convincente.

Con­clu­sión: un film que en prin­ci­pio intri­ga pero final­men­te resul­ta frus­tran­teJor­ge Gutman