Una Extra­ña Visita

THE GUEST. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film de Adam Wingard

Aun­que el tema de des­co­no­ci­dos que inva­den la inti­mi­dad fami­liar ya ha sido expues­to por el cine en varias oca­sio­nes, cabe admi­tir que lo que el direc­tor Adam Win­gard y el guio­nis­ta Simon Barret pro­po­nen aquí resul­ta intere­san­te. Lo obje­ta­ble es que des­pués de haber logra­do man­te­ner en gran par­te del metra­je la aten­ción del públi­co, el esfuer­zo se des­ca­rri­la hacia el final a tra­vés de esce­nas vio­len­tas gra­tui­ta­men­te inne­ce­sa­rias que prác­ti­ca­men­te dilu­yen la efi­ca­cia del rela­to ini­cial­men­te expuesto.

 Dan Stevens

Dan Ste­vens

Las pri­me­ras esce­nas trans­cu­rren en el hogar de la fami­lia Peter­son en Nue­va Méxi­co, inte­gra­do por Lau­ra (Shei­la Kelley), su mari­do Spen­cer (Leland Orser) y sus hijos Luke (Bren­dan Meyer) y Anna (Mai­ka Mon­roe); ellos viven el dolo­ro­so pro­ce­so de due­lo por la pér­di­da de Caleb, el hijo mayor, en los cam­pos de bata­lla de Irak. Sor­pre­si­va­men­te apa­re­ce en la puer­ta de la casa un joven que dice lla­mar­se David Collins (Dan Ste­vens) y haber sido com­pa­ñe­ro de Caleb, a quien vio morir en el cam­po de acción; espe­cial­men­te lle­gó allí para trans­mi­tir a la fami­lia el gran cari­ño y amor que el des­afor­tu­na­do mucha­cho sin­tió hacia sus padres y her­ma­nos. Con­mo­vi­dos por ese ges­to, Lau­ra y Spen­cer lo invi­tan a que pase unos días con ellos. Si bien el visi­tan­te tie­ne la apa­rien­cia de un mucha­cho afa­ble, edu­ca­do y de exce­len­tes moda­les, lla­ma la aten­ción de que el matri­mo­nio desee que el joven pase unos días con la fami­lia cuan­do no hay razón que jus­ti­fi­que el hecho; en todo caso, esa invi­ta­ción que es acep­ta­da por David jus­ti­fi­ca la razón de ser de esta película.

A medi­da que los días trans­cu­rren, don­de pare­ce­ría que la tem­po­ral esta­día del hués­ped se trans­for­ma en algo más per­ma­nen­te, el joven logra ganar­se el afec­to de casi todos los miem­bros del gru­po fami­liar, espe­cial­men­te en el caso de Luc quien sien­do aco­sa­do por algu­nos com­pa­ñe­ros de su cla­se se sor­pren­de gra­ta­men­te cuan­do David sale en su defen­sa pro­pi­nan­do mere­ci­dos cas­ti­gos a sus ator­men­ta­do­res. Con todo, Anna sos­pe­cha que hay algo no sufi­cien­te­men­te cla­ro en la per­so­na­li­dad del visi­tan­te y es allí don­de el direc­tor logra crear una intri­gan­te atmós­fe­ra con res­pec­to a dilu­ci­dar su ver­da­de­ra identidad.

Para man­te­ner el inte­rés del lec­tor es pre­fe­ri­ble no pro­se­guir con la des­crip­ción de lo que suce­de cuan­do Anna comien­za a rea­li­zar una detec­ti­ves­ca tarea para tra­tar de escla­re­cer el pasa­do de David. Ines­pe­ra­da­men­te el rela­to cam­bia por com­ple­to de tono con­vir­tién­do­se en un film de horror y de acción vio­len­ta sin suti­le­za algu­na que malo­gra con­si­de­ra­ble­men­te lo que pre­via­men­te se había contemplado.

A nivel de inter­pre­ta­ción se dis­tin­gue la de Ste­vens quien brin­da una sin­gu­lar expre­si­vi­dad en su carac­te­ri­za­ción de ángel guar­dián y aun­que en los tra­mos fina­les la brus­ca trans­for­ma­ción de su per­so­na­je no lle­ga a con­ven­cer, ello se debe a los impe­ra­ti­vos del capri­cho­so guión.

Con­clu­sión: Un film que logra crear un buen cli­ma de sus­pen­so pero que des­afor­tu­na­da­men­te se des­mo­ro­na en sus tra­mos fina­les con su vio­len­to des­en­la­ce. Jor­ge Gutman