Algu­nos Mons­truos Hollywoodenses

MAPS TO THE STARS. Cana­dá-Esta­dos Uni­dos-Ale­ma­nia-Fran­cia, 2014. Un film de David Cronenberg

David Cro­nen­berg retor­na al cine para ofre­cer un cua­dro impla­ca­ble de cier­ta gen­te que con­vi­ve en el agi­ta­do mun­do de Holly­wood. A tra­vés de una his­to­ria coral con per­so­na­jes que en su gran mayo­ría resul­tan des­pre­cia­bles, el públi­co asis­te a un feroz rela­to don­de cual­quier medio resul­ta líci­to para lograr los fines perseguidos.

Julianne Moore

Julian­ne Moore

Uno de los per­so­na­jes es Hava­na Segrand (Julian­ne Moo­re), una madu­ra, neu­ró­ti­ca e his­té­ri­ca actriz deca­den­te que no se resig­na a admi­tir el paso del tiem­po y que ambi­cio­na revi­vir las glo­rias de un pasa­do ya lejano. De un mar­ca­do ego­cen­tris­mo, su inme­dia­to pro­pó­si­to es asu­mir el rol pro­ta­gó­ni­co de un nue­vo film en don­de años atrás su madre (Sarah Gor­don) había enca­be­za­do el repar­to. Cuan­do la intér­pre­te que iba a inter­pre­tar­lo –y según pare­ce es su ami­ga- sufre una gran des­gra­cia por la muer­te acci­den­tal de su hiji­to y no está en con­di­cio­nes de actuar, Hava­na enlo­que­ci­da de ale­gría fes­te­ja ese dra­ma por­que le alla­na el camino para reem­pla­zar­la. Otro per­so­na­je pro­ble­ma­ti­za­do es el de Agatha (Mia Wasi­kows­ka), una tími­da y enfer­mi­za chi­ca con un tris­te pasa­do de piró­ma­na, que lle­ga a Holly­wood pro­ce­den­te de Flo­ri­da y logra con­se­guir un tra­ba­jo como asis­ten­te per­so­nal de Hava­na. De natu­ra­le­za inaguan­ta­ble y des­pre­cia­ble es Ben­jie (Evan Bird), el her­mano menor de Agatha que aca­ba de ter­mi­nar su cura de des­in­to­xi­ca­ción; con sus 13 años ya gana una for­tu­na en un show tele­vi­si­vo y no tie­ne escrú­pu­lo alguno de des­pren­der­se de cual­quier rival que se le cru­ce en el camino aun­que ello impli­que come­ter un cri­men. A esta fau­na huma­na se agre­ga la madre de Benie (Oli­via Williams) quien se ocu­pa de mane­jar­le sus finan­zas, en tan­to que su mari­do (John Cusak) es un gurú de la tele­vi­sión y una suer­te de guía espi­ri­tual que se encar­ga de sumi­nis­trar tera­pia físi­ca a Havana.

A tra­vés de los per­so­na­jes des­crip­tos y valién­do­se del guión de Bru­ce Wag­ner, Cro­nen­berg ofre­ce un rela­to impia­do­so y cruel al que no le fal­ta sexo, inces­to, mani­pu­la­ción, per­ver­sión, exa­cer­ba­da vio­len­cia, pro­fu­sa san­gre y algu­nas esce­nas esca­to­ló­gi­cas de dudo­so gus­to. Todo ello se tra­du­ce en una pin­tu­ra nada ama­ble de una gale­ría de carac­te­res que se dis­tin­guen por una fal­ta casi total de huma­ni­dad, con la sola excep­ción de un con­duc­tor de limu­si­nas (Robert Pat­tin­son) que aspi­ra a ser actor.

Aun­que la pelí­cu­la no care­ce de inte­rés y posee algu­nas esce­nas auda­ces bien logra­das, el film está des­ni­ve­la­do por algu­nas situa­cio­nes incohe­ren­tes que lo vuel­ven des­pa­re­jo. Con todo, y sin que pue­da com­pa­rar­se al tra­ta­mien­to más rigu­ro­so y pro­fun­do que Robert Alt­man brin­da­ra en The Pla­yer (1992) sobre el mun­do de la indus­tria cine­ma­to­grá­fi­ca de Holly­wood, que­da como resul­ta­do una excén­tri­ca sáti­ra que pue­de ver­se, sobre todo por el cali­fi­ca­do elen­co y muy espe­cial­men­te por la actua­ción de Julian­ne Moo­re que le valió el pre­mio a la mejor actriz en el últi­mo fes­ti­val de Cannes.

Con­clu­sión: Un film menor de Cro­nen­berg que a pesar de sus alti­ba­jos logra entre­te­ner. Jor­ge Gutman