De Nebras­ka a Iowa

THE HOMES­MAN. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film de Tommy Lee Jones

Nue­va­mente Tommy Lee Jones da mues­tras de ser un con­su­mado rea­li­za­dor tal como lo demos­tró en su ópe­ra pri­ma The Three Burials of Mel­quia­des Estra­da (2005) que habién­do­se estre­nado en Can­nes obtu­vo el pre­mio al mejor actor y al mejor guión. En su segun­da incur­sión detrás de la cáma­ra don­de tam­bién enca­beza el repar­to, Lee Jones des­cribe con fine­za el espí­ritu de una épo­ca a tra­vés de un muy buen wes­tern feme­nino. Sin que exis­ta roman­ce de por medio como en prin­ci­pio se pudie­ra pre­ver, y uti­li­zan­do una mode­ra­da vio­len­cia sin caer en des­bor­des efec­tis­tas, el rea­li­za­dor ha cons­trui­do meticu­losa­men­te un film sobrio, inno­va­dor, nada pre­de­ci­ble y de cali­dad supe­rior, capaz de satis­fa­cer a una audien­cia selectiva.

 Hilary Swank y Tommy Lee Jones en THE HOMESMAN

Hilary Swank y Tommy Lee Jones en THE HOMESMAN

Basa­do en la nove­la The Shoo­tist de Glen­don Swart­hout publi­ca­da en 1988, el rela­to del rea­li­za­dor escri­to con Kie­ran Fitz­ge­rald y Wes­ley Oli­ver se ubi­ca en 1854, diez años antes de la Gue­rra Civil, y gira en torno de Mary Bee Cuddy (Hilary Swank), una sol­te­rona pio­nera de gran cora­zón y nota­ble valor que deci­de tomar bajo su res­pon­sa­bi­li­dad el tras­lado de tres muje­res (Miran­da Otto, Gra­ce Gum­mer, Son­ja Rich­ter) men­tal­mente ines­ta­bles por dife­ren­tes razo­nes, des­de Nebras­ka has­ta una igle­sia de Iowa. En el trans­curso del lar­go via­je Mary sal­va de la hor­ca a Geor­ge Briggs (Lee Jones), un deser­tor del ejér­ci­to; a cam­bio de ese acto de noble­za el taci­turno indi­vi­duo acep­ta acom­pa­ñarla en su misión, com­par­tiendo la dura expe­rien­cia de tener que supe­rar los peli­gros de dife­rente índo­le atra­ve­sando la vas­ta región de la Fron­tera Americana.

Swank, en el más impor­tan­te rol que le ha toca­do asu­mir des­de su bri­llan­te desem­pe­ño en Million Dollar Baby (2004), se intro­du­ce ple­na­men­te en la piel de la ave­za­da pio­ne­ra dota­da de una remar­ca­ble for­ta­le­za a la vez que capaz de con­tro­lar sus emo­cio­nes; ella logra una espe­cial quí­mi­ca al lado del anti­hé­roe vaque­ro per­so­ni­fi­ca­do muy bien por el rea­li­za­dor. Ade­más de sus pro­ta­go­nis­tas prin­ci­pa­les, los roles secun­da­rios están con­vin­cen­te­men­te per­so­ni­fi­ca­dos inclu­yen­do a la vete­ra­na y siem­pre gran actriz Meryl Streep como la mujer de un minis­tro meto­dis­ta, James Spa­der, Tim Bla­ke Nel­son y John Lith­gow, entre otros.

Lee Jones es uno de los con­ta­dos direc­to­res capaz de repro­du­cir en un wes­tern las haza­ñas de gen­te indó­mi­ta y per­se­ve­ran­te con par­ti­cu­lar sen­si­bi­li­dad líri­ca sin ape­lar a sofis­ti­ca­dos pre­cio­sis­mos. Entre los fac­to­res téc­ni­cos de pro­duc­ción es nece­sa­rio des­ta­car la mag­ní­fi­ca direc­ción de foto­gra­fía del remar­ca­ble artis­ta mexi­cano Rodri­go Prie­to obte­nien­do un rela­to bella­men­te fil­ma­do, así como tam­bién la valio­sa con­tri­bu­ción musi­cal del com­po­si­tor Mar­co Beltrami.

Con­clu­sión: Un remar­ca­ble rela­to del vie­jo oes­te esta­dou­ni­den­se que con­fir­ma a Tommy Lee Jones como uno de los rea­li­za­do­res ame­ri­ca­nos más impor­tan­tes.  Jor­ge Gutman