Peli­gro­sas Brujas

LAS BRU­JAS DE ZUGA­RRA­MUR­DI. Espa­ña-Fran­cia, 2013. Direc­ción: Alex de la Igle­sia. Dis­tri­bu­ción: Métro­po­le (2014)

Dada a cono­cer en el TIFF de 2013, aun­que nun­ca estre­na­da comer­cial­men­te, la últi­ma pelí­cu­la de Alex de la Igle­sia lle­ga al públi­co cana­dien­se a tra­vés del video recién lan­za­do al mer­ca­do. Cuan­do uno cree que ya no se sor­pren­de­rá más con las trans­gre­sio­nes de este inte­li­gen­te cineas­ta, la reali­dad lo des­mien­te con Las Bru­jas de Zuga­rra­mur­di, una come­dia negra que cier­ta­men­te deja per­ple­jo al espec­ta­dor por las razo­nes que se habrán de expli­car. Sin duda, inte­re­sa­rá a los ciné­fi­los fie­les a los tra­ba­jos del rea­li­za­dor aun­que es dudo­so que este vacuo entre­te­ni­mien­to pue­da cau­ti­var al gran público.

De casi dos horas inter­mi­na­bles de dura­ción, de la Igle­sia prác­ti­ca­men­te con­ci­bió dos his­to­rias en un mis­mo rela­to don­de la pri­me­ra de ellas es la de mayor cohe­ren­cia y sus­tan­cia narra­ti­va. En el comien­zo, el públi­co asis­te a un espec­ta­cu­lar asal­to que tie­ne lugar en una casa de empe­ños de la Pla­za del Sol ubi­ca­da en el cen­tro de Madrid. En la acción delic­ti­va inter­vie­nen José (Hugo Sil­va) y Tony (Mario Casas) dis­fra­za­dos de esta­tuas vivien­tes; se tra­ta de dos hom­bres des­ocu­pa­dos, don­de el pri­me­ro que está divor­cia­do arras­tra a su hijo de 10 años (Gabriel Del­ga­do) en esta peli­gro­sa aven­tu­ra. Des­pués de haber roba­do 25.000 alian­zas de oro, el asal­to no sale tal como ha sido pla­nea­do cuan­do son des­cu­bier­tos y per­se­gui­dos por la poli­cía; en medio del caos pro­du­ci­do los delin­cuen­tes abor­dan un taxi don­de Manuel (Jai­me Ordó­ñez), su con­duc­tor azo­ra­do por el mie­do, debe seguir las ins­truc­cio­nes de los mal­he­cho­res para ser con­du­ci­dos a Fran­cia. Has­ta aquí de la Igle­sia ha logra­do un rela­to minu­cio­sa­men­te fil­ma­do con un fre­né­ti­co rit­mo y no des­pro­vis­to de cier­tos toques de efec­ti­vo humor.

Carmen Maura

Car­men Maura

Si lo que pre­ce­de pre­dis­po­ne favo­ra­ble­men­te al espec­ta­dor, lo que con­ti­núa no lo es tan­to. En el res­to de la hora y media que sigue se asis­te a lo que les suce­de a los via­je­ros cuan­do en su tra­yec­to arri­ban al pue­blo nava­rro de Zuga­rra­mur­di, lugar que fue cono­ci­do en épo­cas de la Inqui­si­ción debi­do a que muje­res sos­pe­cho­sas de haber come­ti­do actos de bru­je­ría fue­ron con­de­na­das a morir en la hogue­ra. Sin duda eso ins­pi­ró al cineas­ta para intro­du­cir en el guión a moder­nas bru­jas caní­ba­les repre­sen­ta­das por tres gene­ra­cio­nes don­de la ines­ta­ble abue­la (Tere­le Pávez) la mani­pu­la­do­ra madre (Car­men Mau­ra) y la sexual hija (Caro­li­na Bang) ter­mi­nan secues­tran­do a los fugi­ti­vos. Es aquí cuan­do el rela­to se trans­for­ma en un desor­bi­ta­do tor­be­llino de horror don­de el rea­li­za­dor comien­za a come­ter con­si­de­ra­bles exce­sos valién­do­se de los efec­tos espe­cia­les; con per­so­na­jes que levi­tan, la apa­ri­ción de demo­nios, mons­truos peli­gro­sos y seres defor­mes embar­ca­dos en una serie de com­ba­tes vio­len­tos, la tra­ma va care­cien­do de sen­ti­do y per­dien­do por com­ple­to su fuer­za ini­cial. Más aún, la sáti­ra que usual­men­te sue­le emplear el direc­tor otor­gán­do­le un toque de fres­cu­ra a sus rela­tos, aquí se dilu­ye por com­ple­to. El resul­ta­do es un rela­to abrup­to, dis­lo­ca­do y enlo­que­ci­do que pone a prue­ba la pacien­cia del espectador.

En los agre­ga­dos, de la Igle­sia se refie­re al con­te­ni­do del rela­to, la des­crip­ción de sus per­so­na­jes y las carac­te­rís­ti­cas que asu­mió el roda­je en la Pla­za del Sol; por su bre­ví­si­ma dura­ción y con­te­ni­do, prác­ti­ca­men­te no hay ele­men­to reve­la­dor sobre el film. El DVD es pre­sen­ta­do en su ver­sión ori­gi­nal espa­ño­la con sub­tí­tu­los en inglés. Jor­ge Gutman

Reen­cuen­tro Inter­na­cio­nal de Docu­men­ta­les de Mon­treal 2014

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

El Reen­cuen­tro Inter­na­cio­nal de Docu­men­ta­les de Mon­treal (RIDM) cons­ti­tu­ye una de las mani­fes­ta­cio­nes cul­tu­ra­les anua­les más impor­tan­tes que tie­ne lugar en Mon­treal. A dife­ren­cia de los fil­mes de fic­ción, el docu­men­tal es un géne­ro que a tra­vés de dife­ren­tes for­ma­tos cen­tra la aten­ción de un acon­te­ci­mien­to vin­cu­lán­do­lo cine­ma­to­grá­fi­ca­men­te con el mun­do real. La cali­dad de la pro­gra­ma­ción que ha sido una de las carac­te­rís­ti­cas dis­tin­ti­vas de este fes­ti­val en años ante­rio­res, moti­van a que esta 17ma. edi­ción gene­re con­si­de­ra­ble expectativa.

La mues­tra que se desa­rro­lla des­de el 12 has­ta el 23 de noviem­bre com­pren­de 141 títu­los de 44 paí­ses de los cua­les 21 son pre­sen­ta­dos en pri­mi­cia mun­dial, ade­más de con­tar con 19 pelí­cu­las que serán exhi­bi­das por pri­me­ra vez en Amé­ri­ca del Norte.

GOD SAVE JUSTIN TRUDEAU

GOD SAVE JUS­TIN TRUDEAU

Entre las pelí­cu­las cana­dien­ses se des­ta­ca Le nez (The Empi­re of Scents), film de Kim Ngu­yen que inau­gu­ra la mues­tra abor­dan­do el sin­gu­lar mun­do del sen­ti­do del olfa­to y de qué mane­ra está vin­cu­la­do con las emo­cio­nes huma­nas. En base a mate­rial de archi­vo y entre­vis­tas, Guy­lai­ne Maroist y Ëric Ruel enfo­can en God Save Jus­tin Tru­deau el match de boxeo que tuvo lugar en 2012 entre el jefe del par­ti­do libe­ral Jus­tin Tru­deau y el joven sena­dor con­ser­va­dor Patrick Bra­zeau. En Fen­na­rio – The Good Fight, el rea­li­za­dor Mar­tin Duck­worth docu­men­ta la tra­yec­to­ria de David Fen­na­rio, impor­tan­te dra­ma­tur­go de Que­bec; a pesar de estar aho­ra con­fi­na­do en una silla de rue­das, no ha per­di­do su espí­ri­tu com­ba­ti­vo como mili­tan­te socia­lis­ta para seguir hacia ade­lan­te, hecho que se refle­ja en su últi­ma obra Motherhou­se (2014) don­de denun­cia los horro­res de la Pri­me­ra Gue­rra mun­dial. Jua­ni­cas es la ópe­ra pri­ma auto­bio­grá­fi­ca de Kari­na Gar­cía Casa­no­va don­de efec­túa la cró­ni­ca de una fami­lia, toman­do como refe­ren­cia el caso de su her­mano luchan­do con el des­arrai­go y su salud mental.

Arami Ullón y su madre en EL TIEMPO NUBLADO

Ara­mi Ullón y su madre en EL TIEM­PO NUBLADO

Hay 13 fil­mes que for­man par­te de la com­pe­ten­cia inter­na­cio­nal y entre los mis­mos se inclu­ye El Tiem­po Nubla­do (Para­guay) de la direc­to­ra para­gua­ya Ara­mi Ullón. Se tra­ta de una ínti­ma cró­ni­ca en la que Ara­mi retor­na de Sui­za don­de resi­de con su ami­go Patrick para cui­dar a su madre en Para­guay quien está dete­rio­rán­do­se de la epi­lep­sia y el mal de Par­kin­son que la están aque­jan­do. Las memo­rias de una infan­cia dolo­ro­sa debi­do a la salud frá­gil de su pro­ge­ni­to­ra se entre­mez­clan con el sen­ti­mien­to de cul­pa que expe­ri­men­ta por haber­la deja­do. Que­da abier­to el inte­rro­gan­te de cuál será su futu­ro inme­dia­to al no saber si regre­sar a su tra­ba­jo y a su vida de pare­ja en Euro­pa o per­ma­ne­cer al lado a su madre. Gran inte­rés des­pier­ta Examen d’État (Repú­bli­ca Demo­crá­ti­ca del Con­go) don­de el direc­tor Dieu­do Hama­di docu­men­ta el Examen Esta­tal Ofi­cial, un even­to nacio­nal impor­tan­te que tie­ne lugar en la RDC don­de los jóve­nes rin­den dicha prue­ba con la inten­ción de optar por un futu­ro más ven­tu­ro­so; cla­ro está que no todos están en con­di­cio­nes de afron­tar el cos­to de la matrí­cu­la que­dan­do de este modo exclui­dos del sis­te­ma. Otro de los fil­mes que refle­ja una con­tun­den­te reali­dad social del con­ti­nen­te euro­peo es Eva­po­ra­ting Bor­ders (Chi­pre-Esta­dos Uni­dos) de Iva Radi­vo­je­vic; el docu­men­tal expo­ne la situa­ción de refu­gia­dos que luchan por poder vivir pací­fi­ca­men­te en la isla de Chi­pre, lugar don­de las ten­sio­nes racia­les van cada vez en cons­tan­te aumen­to debi­do a un nacio­na­lis­mo a ultran­za repre­sen­ta­do por la pre­sen­cia de los neo nazis. No menos impor­tan­te es el film The Look of Silen­ce (Indo­ne­sia y otros paí­ses euro­peos) de Joshua Oppenhei­mer, que es una con­ti­nua­ción del dra­má­ti­co docu­men­tal The Act of Killing (2012) don­de se narra el ase­si­na­to en masa de “comu­nis­tas” en Indo­ne­sia duran­te la déca­da del 60 des­de la mira de sus eje­cu­to­res; esta vez, el rea­li­za­dor enfo­ca su aten­ción aten­dien­do a los fami­lia­res y sobre­vi­vien­tes de esa masa­cre en un docu­men­to lace­ran­te y conmovedor.

Otros títu­los inter­na­cio­na­les inclu­yen We Come as Friends (Aus­tria-Fran­cia) de Hubert Sau­per cen­tran­do su aten­ción en Sudán, don­de la rique­za de los recur­sos natu­ra­les de esta pobre y aque­ja­da nación afri­ca­na es obje­to de la codi­cia de intere­ses forá­neos. Natio­nal Gallery (Esta­dos Uni­dos) es el recien­te film del docu­men­ta­lis­ta Fre­de­rick Wise­man quien uti­li­za su cáma­ra para cap­tar la Natio­nal Gallery de Lon­dres; más que en el fun­cio­na­mien­to pro­pia­men­te dicho del museo, el cineas­ta está intere­sa­do en las refle­xio­nes del per­so­nal de la ins­ti­tu­ción acer­ca de la his­to­ria y el sig­ni­fi­ca­do del arte que impe­ra en cada una de sus gale­rías. En The 50-Year Argu­ment Mar­tin Scor­ce­se y David Tedes­chi rin­den tri­bu­to a la New York Review of Books, una ins­ti­tu­ción de crí­ti­ca lite­ra­ria de gran jerar­quía den­tro del mun­do anglo­sa­jón; des­cri­bien­do el modo en el que la revis­ta se desem­pe­ña aten­dien­do a los ele­va­dos están­da­res de sus tex­tos, los direc­to­res efec­túan refe­ren­cias a algu­nos de los artícu­los fir­ma­dos por gran­des cola­bo­ra­do­res con­tem­po­rá­neos de la talla de Nor­mal Mai­ler, Susan Son­tag, Vaclav Havel , Michael Cha­bon y Zoe Heller. Eau argen­tée, Syrie auto­por­trait (Siria-Fran­cia) de Wiam Simav Bedir­xan y Ossa­ma Moham­med, se ilus­tra a tra­vés de un sin­gu­lar diá­lo­go la rela­ción entre estos dos cineas­tas sirios, uno exila­do y el otro vivien­do en medio del con­flic­to que afec­ta a Siria; dos mira­das dife­ren­tes sobre el rol que cum­ple el cine tes­ti­mo­nian­do los pro­ble­mas de esa nación.

 Una escena del documental colombiano LOS HONGOS

Una esce­na del docu­men­tal colom­biano LOS HONGOS

Ade­más del film para­gua­yo men­cio­na­do, hay otros dos lati­no­ame­ri­ca­nos que se verán. Uno de ellos es Los Hon­gos (Colom­bia-Fran­cia-Argen­ti­na-Ale­ma­nia) de Oscar Ruiz Navia, narran­do la his­to­ria de dos jóve­nes ami­gos, Ras y Cal­vin quie­nes todas las noches se dedi­can a pin­tar gra­fi­tis en dis­tin­tos muros de Cali, ins­pi­ra­dos por las noti­cias de las demos­tra­cio­nes sus­ci­ta­das por los estu­dian­tes de Egip­to en la pri­ma­ve­ra ára­be. La otra pelí­cu­la es Living Stars, una expo­si­ción nada con­ven­cio­nal de Mariano Cohn y Gus­ta­vo Duprat don­de en un rela­to sin diá­lo­gos pero con músi­ca ince­san­te ambos direc­to­res deci­die­ron refle­jar lo que suce­de con los argen­ti­nos de Bue­nos Aires, ya sea chi­cos o adul­tos que sien­ten impul­sos de bai­lar con can­cio­nes por ellos ele­gi­dos en los dife­ren­tes luga­res en que se encuen­tran, ya sea el gabi­ne­te de tra­ba­jo de un den­tis­ta, en las coci­na, salón de estar, taller mecá­ni­co, sala de depor­tes, exte­rio­res de las casas, etc; todo ello, a tra­vés de un rit­mo con­ta­gio­so para que el públi­co sal­ga a dan­zar des­pués de la proyección.

 Un dentista bailando en su consultorio en el documental de Argentina LIVING STARS

Un den­tis­ta bai­lan­do en su con­sul­to­rio en el docu­men­tal de Argen­ti­na LIVING STARS

El film que clau­su­ra la mues­tra es Spar­tia­tes (Sui­za) de Nico­las Wadi­moff: fil­ma­do en los subur­bios de Mar­se­lla, se cen­tra en la per­so­na­li­dad del lucha­dor Yvan Sorel quien como ins­truc­tor de artes mar­cia­les com­par­te su pasión con sus alum­nos y rea­li­za máxi­mos esfuer­zos para con­se­guir que su escue­la pue­da seguir operando.

El fes­ti­val rea­li­za tam­bién retros­pec­ti­vas de dos rea­li­za­do­res: James Ben­ning, direc­tor expe­ri­men­tal de Esta­dos Uni­dos, exhi­bien­do 10 de sus fil­mes, y el legen­da­rio direc­tor japo­nés Kazuo Hara quien efec­tua­rá su pri­me­ra visi­ta a Que­bec para pre­sen­tar 4 de sus docu­men­ta­les. Habrá tam­bién un home­na­je al direc­tor ger­mano Harun Faroc­ki, falle­ci­do este año, exhi­bién­do­se su obra maes­tra Ima­ges of the World and the Ins­crip­tion of War.

Simul­tá­nea­men­te con la pro­yec­ción de fil­mes habrán acti­vi­da­des para­le­las que inclu­yen entre otras, cla­ses magis­tra­les, pro­yec­cio­nes con deba­tes, mesas redon­das y con­cier­tos. Para obte­ner una lis­ta com­ple­ta de todos los fil­mes con sus res­pec­ti­vos hora­rios y las salas de pro­yec­ción, el sitio a visi­tar es www.ridm.qc.ca

Estu­dios Sociales

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

SOCIAL STU­DIES. Auto­ra: Tri­cia Cooper – Direc­ción: Paul Van Dyck — . Elen­co: Elea­nor Noble, Jaa Smith-John­son, Emily Tog­net, Jane Whee­ler — Deco­ra­dos y Ves­tua­rio: Evi­ta Kara­sek – Ilu­mi­na­ción: Jody Burkhol­der – Dura­ción: 2horas 20 minu­tos (con un entre­ac­to inclui­do) — Repre­sen­ta­cio­nes: has­ta el 30 de noviem­bre de 2014 en el Cen­taur Thea­tre  (www.centaurtheatre.com)

Basa­da en las expe­rien­cias per­so­na­les que le ha toca­do vivir, la auto­ra cana­dien­se Tri­cia Cooper abor­da en Social Stu­dies el tema de los des­pla­za­dos “mucha­chos per­di­dos” de Sudan debi­do a la Segun­da Gue­rra Civil que sacu­dió a esa nación afri­ca­na entre 1983 y 2005. Curio­sa­men­te, este año se ha teni­do tam­bién opor­tu­ni­dad de juz­gar el buen film de Phi­lip­pe Falar­deau The Good Lie sobre refu­gia­dos suda­ne­ses ini­cian­do una nue­va vida en los Esta­dos Uni­dos. En este caso, el tópi­co es enfo­ca­do por Cooper a tra­vés de un tono de come­dia aun­que entre­mez­cla­do con algu­nas situa­cio­nes dramáticas.

 (Foto de Andrée Lanthier)

(Foto de Andrée Lanthier)

El rela­to está cen­tra­li­za­do en 4 per­so­na­jes don­de uno de los mis­mos es Jac­kie (Elea­nor Noble) una joven mujer que brus­ca­men­te aca­ba de divor­ciar­se y deci­de regre­sar a su hogar de sol­te­ra don­de su madre Val (Jane Whee­ler), habi­ta jun­to con su otra hija ado­les­cen­te Sarah (Emily Tog­net). La pri­me­ra sor­pre­sa para Jac­kie es la de encon­trar­se con que su habi­ta­ción que tenía antes de haber­se casa­do está aho­ra ocu­pa­da por Deng (Jaa Smith-John­son), un joven refu­gia­do de Sudan de 22 años que des­pués de haber via­ja­do a tra­vés de Áfri­ca logró asi­lo en Cana­dá y un con­for­ta­ble lugar don­de resi­dir en Win­ni­peg gra­cias al buen cora­zón de Val. La reac­ción de fas­ti­dio por par­te de Jac­kie es el pun­to de par­ti­da para que la auto­ra esta­blez­ca la diná­mi­ca fami­liar que se pro­du­ce con la pre­sen­cia del hués­ped africano.

Resul­ta de inte­rés la bue­na des­crip­ción que rea­li­za Cooper de estos per­so­na­jes. Por un lado se des­ta­ca el egoís­mo de Jac­kie que se con­tra­po­ne con la per­so­na­li­dad de su her­ma­na menor, apa­ren­te­men­te más madu­ra; Val, por su par­te, va des­per­tan­do su ins­tin­to mater­nal hacia su hués­ped pro­di­gán­do­le todo el afec­to y cari­ño del que ha care­ci­do en sus años de infan­cia; final­men­te Deng con su extre­ma­da ino­cen­cia des­cu­bre una cul­tu­ra com­ple­ta­men­te dife­ren­te a la de su país de ori­gen y es pre­ci­sa­men­te su com­por­ta­mien­to uni­do a cier­tos obs­tácu­los de len­gua­je los que pro­du­cen los momen­tos más gra­cio­sos de la pieza.

El pro­ble­ma que asis­te a esta obra muy bien inten­cio­na­da es que tenien­do en cuen­ta la estruc­tu­ra de la mis­ma, el dra­ma se inser­ta en la come­dia de mane­ra for­za­da. Así, la visión de la tra­ge­dia de Sudán está expues­ta en for­ma perió­di­ca, a tra­vés del mate­rial que pro­vee Sarah como par­te del tra­ba­jo asig­na­do en su escue­la en la cáte­dra de estu­dios socia­les; de este modo la acción real que tie­ne lugar en el living del hogar de Val des­apa­re­ce cuan­do Sarah exhi­be ‑median­te pre­sen­ta­cio­nes en power point- des­ga­rran­tes foto­gra­fías de los niños de Sudán cami­nan­do hacia el exi­lio y otras mos­tran­do los aglo­me­ra­dos cam­pos de refu­gia­dos. Esas pro­yec­cio­nes no están bien conec­ta­das con lo que ocu­rre en la pie­za en sí don­de el cli­ma joco­so que en algu­nos casos bor­dea la cari­ca­tu­ra no se corres­pon­de con el aspec­to dra­má­ti­co de las imá­ge­nes pre­sen­ta­das. Sólo hacia el final, un par­la­men­to de Deng per­mi­te que una emo­ción genui­na inva­da al espectador.

En líneas gene­ra­les, la pues­ta en esce­na de Paul Van Dyck es acep­ta­ble con la sal­ve­dad de que en la mar­ca­ción de los acto­res per­mi­te una inne­ce­sa­ria sobre­ac­tua­ción de Noble con algu­nas reac­cio­nes his­té­ri­cas que si bien pue­den pro­du­cir hila­ri­dad, qui­ta con­vic­ción rea­lis­ta a su per­so­na­je; Whee­ler y Tog­net están correc­tas en tan­to que Smith-John­son logra una exce­len­te carac­te­ri­za­ción del inmi­gran­te sudanés.

A pesar de las obser­va­cio­nes seña­la­das, la pie­za logra entre­te­ner al espec­ta­dor más como come­dia que como drama.

Un Via­je Intergaláctico

INTERS­TE­LLAR. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film de Chris­topher Nolan

Tenien­do en cuen­ta la tra­yec­to­ria del rea­li­za­dor Chris­topher Nolan, siem­pre crea expec­ta­ti­va el estreno de sus fil­mes. Eso ocu­rre con Inters­te­llar, su recien­te pro­yec­to de gran ambi­ción artís­ti­ca; con su acos­tum­bra­do cui­da­do y refi­na­mien­to, el direc­tor ha tra­ta­do de ofre­cer un film de cien­cia fic­ción sobre la explo­ra­ción espa­cial valién­do­se de un guión que escri­bió jun­to con su her­mano Jonathan Nolan.

El rela­to se ubi­ca en un futu­ro cer­cano don­de el pla­ne­ta Tie­rra ha sido diez­ma­do por cam­bios ambien­ta­les que des­tru­yen las cose­chas y ame­na­zan con sem­brar el ham­bre. En un para­je deso­la­do se encuen­tra Cooper (Matthew McCo­naughey), un ex astro­nau­ta e inge­nie­ro viu­do con­ver­ti­do en un for­za­do gran­je­ro, vivien­do jun­to a su hijo Tom (Timothée Cha­la­met) de 15 años, su hija Murph (Mac­ken­zie Foy) de 12 y su sue­gro (John Lith­gow). Aza­ro­sa­men­te, Cooper lle­ga a la sede de la NASA don­de había tra­ba­ja­do en el pasa­do; a pesar de que la orga­ni­za­ción que­dó des­man­te­la­da tiem­po atrás, ahí se encuen­tra el pro­fe­sor Brand (Michael Cai­ne) rea­li­zan­do inves­ti­ga­cio­nes cien­tí­fi­cas y asis­ti­do por su hija Ame­lia (Anne Hatha­way). Este cien­tí­fi­co lle­gó a la con­clu­sión de que nues­tro pla­ne­ta será en poco tiem­po más inha­bi­ta­ble y habien­do des­cu­bier­to que cer­ca de Saturno hay un “agu­je­ro de gusano” (un ata­jo a tra­vés del espa­cio y el tiem­po) que per­mi­te des­pla­zar­se a otra gala­xia, logra con­ven­cer a Cooper para que jun­to con Ame­lia y dos astro­nau­tas más (Wes Bentley y David Gya­si) ini­cien una explo­ra­ción espa­cial en pro­cu­ra de pla­ne­tas más hos­pi­ta­la­rios que pue­dan alber­gar a la humanidad.

Anne Hathaway y Matthew McConaughey

Anne Hatha­way y Matthew McConaughey

El via­je inter­ga­lác­ti­co del gru­po ori­gi­na un espec­tácu­lo visual sen­ci­lla­men­te extra­or­di­na­rio; su majes­tuo­si­dad y gran­de­za cons­ti­tu­ye lo más atrac­ti­vo del film y en tal sen­ti­do no cabe duda que a la hora de los Oscar, logra­rá varias nomi­na­cio­nes en los rubros téc­ni­cos. Sin embar­go, eso no impli­ca que glo­bal­men­te con­si­de­ra­do el film alcan­ce un nivel excep­cio­nal. Eso se debe a un guión dema­sia­do pre­ten­cio­so y a veces pom­po­so que inten­ta abar­car más de lo que pue­de sin lle­gar a cau­ti­var; así, si bien el rela­to cuen­ta con algu­nos momen­tos de plan­teos filo­só­fi­cos y cien­tí­fi­cos, no siem­pre bien cla­ros para el espec­ta­dor corrien­te, la his­to­ria se entre­mez­cla con otras situa­cio­nes bana­les que le qui­tan profundidad.

Como lo ha hecho en su sóli­da fil­mo­gra­fía, Nolan es un cineas­ta que apues­ta a lo cere­bral e inte­lec­tual pero no siem­pre logra igua­lar esas vir­tu­des en el plano emo­cio­nal. La ener­gía e ima­gi­na­ción visual­men­te vol­ca­da no es corres­pon­di­da a nivel de dra­ma humano. A pesar de que en cier­tas ins­tan­cias la narra­ción tra­ta de resal­tar los valo­res fami­lia­res, espe­cial­men­te en el fuer­te lazo que une a Cooper con su aho­ra adul­ta hija (Jes­si­ca Chas­tain), el rela­to care­ce de la gra­vi­ta­ción nece­sa­ria que con­mue­va al espectador.

Es impo­si­ble no aso­ciar este film con la extra­or­di­na­ria obra van­guar­dis­ta 2001: A Spa­ce Oddi­sey (1968) de Stan­ley Kubrick que uti­li­zan­do un tema simi­lar, ade­más de sus extra­or­di­na­rios efec­tos espe­cia­les emplea­dos para esa épo­ca, intro­du­cía cohe­ren­te­men­te impor­tan­tes tópi­cos como los de la sole­dad, la evo­lu­ción, la muer­te, la inmor­ta­li­dad, la inte­li­gen­cia arti­fi­cial, entre otros, que cau­sa­ron ver­da­de­ro impac­to y que aún hoy día sor­pren­den por su auda­cia. Es eso lo que care­ce Inters­te­llar que si bien valio­so en el plano for­mal, su des­igual rela­to no alcan­za un desa­rro­llo dra­má­ti­co que lo haga trascender.

La otra obje­ción que mere­ce el film es su extre­ma­da lon­gi­tud; las casi tres horas de dura­ción resul­tan fati­go­sas, a pesar de su belle­za visual; nue­va­men­te que­da en des­ven­ta­ja si se lo com­pa­ra con Gra­vity (2013) don­de con esca­sos 90 minu­tos Alfon­so Cua­rón ofre­ce un rela­to con­ci­so y de gran ten­sión dra­má­ti­ca que logra la empa­tía total del espectador.

A nivel de actua­ción, tan­to McCo­naughey como Hatha­way se desem­pe­ñan con correc­ción aun­que no exis­ta quí­mi­ca algu­na entre ellos. El res­to del elen­co (Jes­si­ca Chas­tain, Bill Irwin, Ellen Burstyn, Matt Damon, Casey Affleck, Topher Gra­ce, John Lith­gow y Michael Cai­ne), tam­bién se desem­pe­ña satisfactoriamente.

Con­clu­sión: El espec­ta­dor asis­te a un espec­tácu­lo esplen­do­ro­so que lo hace reco­men­da­ble, aun­que con las reser­vas apun­ta­das.  Jor­ge Gutman

Ron­da­do­res Nocturnos

NIGHT­CRAW­LER. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film escri­to y diri­gi­do por Dan Gilroy

Dan Gil­roy, bien cono­ci­do como guio­nis­ta, se ubi­ca por pri­me­ra vez detrás de la cáma­ra para ofre­cer con Night­craw­ler un dra­ma psi­co­ló­gi­co de con­si­de­ra­ble sus­pen­so. Con una his­to­ria atrac­ti­va, el film se valo­ri­za ade­más por la muy bue­na des­crip­ción de sus per­so­na­jes y por la nota­ble actua­ción de Jake Gyllenhaal en el rol central.

Jake Gyllenhaal

Jake Gyllenhaal

La acción tie­ne como esce­na­rio a la ciu­dad de Los Ánge­les duran­te las horas noc­tur­nas don­de accio­nes delic­ti­vas u de otra índo­le sen­sa­cio­na­lis­ta tie­nen lugar. Ese aspec­to gra­vi­ta fun­da­men­tal­men­te en la vida de los repor­te­ros de imá­ge­nes que están aler­tos a la caza de vio­len­tos inci­den­tes para poder regis­trar­los y ser envia­dos a los dife­ren­tes medios de difu­sión. Den­tro de ese cli­ma, el guión se cen­tra en Lou (Gyllenhaal), un indi­vi­duo soli­ta­rio que aspi­ra obte­ner un empleo que le pro­cu­re un ingre­so satis­fac­to­rio para vivir. Cuan­do tran­si­tan­do en horas de la noche por las calles de la ciu­dad obser­va un dra­má­ti­co acci­den­te auto­mo­vi­lís­ti­co don­de uno de los fotó­gra­fos repor­te­ros (Bill Pax­ton) cap­ta la tra­ge­dia, Lou con­si­de­ra que él tam­bién podría hacer­lo. Valién­do­se de una cáma­ra de video digi­tal y de un escá­ner, deci­de pro­bar su suer­te y al poco tiem­po logra un intere­san­te mate­rial fíl­mi­co. Para tra­tar de ven­der su pro­duc­to, entra en con­tac­to con Nina (Rene Rus­so), una direc­to­ra de una pro­duc­to­ra de tele­vi­sión quien due­ña de una dura per­so­na­li­dad, entre insen­si­ble y des­pia­da­da, hace lo impo­si­ble por ele­var el rating de la empre­sa; cuan­do ella com­prue­ba la bue­na cali­dad de lo que Lou le está ofre­cien­do, comien­za para él una nue­va carre­ra tra­ba­jan­do como ron­da­dor noc­turno inde­pen­dien­te. De allí en más y actuan­do como si fue­se un ani­mal sal­va­je en pro­cu­ra de su pre­sa, tra­ta de ubi­car­se siem­pre un paso más ade­lan­te del de sus cole­gas com­pe­ti­do­res para obte­ner las esce­nas más peli­gro­sas, san­grien­tas o vio­len­tas que se pro­du­cen mien­tras la ciu­dad duer­me y ven­der lo fil­ma­do a sumas cada vez más ele­va­das. Para rea­li­zar su come­ti­do, Louis cuen­ta con la valio­sa cola­bo­ra­ción de Rick (Riz Ahmed), un mucha­cho sin hogar en pro­cu­ra de empleo, quien le vuel­ca su leal­tad y está dis­pues­to a rea­li­zar todo lo que su jefe le indique.

Si bien la pri­me­ra par­te del film pue­de resul­tar un tan­to repe­ti­ti­va, es en su segun­da mitad don­de adquie­re vibran­te ten­sión y deci­di­do sus­pen­so. Sin anti­ci­par más, cabe des­ta­car la inter­pre­ta­ción excep­cio­nal de Gyllenhaal en un com­ple­jo rol don­de que­da debi­da­men­te resal­ta­da la psi­quis de su per­so­na­je y la meta­mor­fo­sis que expe­ri­men­ta en las dife­ren­tes situa­cio­nes a las que se ve expues­to; así va cam­bian­do de face­ta de un minu­to al otro, don­de el indi­vi­duo sim­pá­ti­co que habla con pre­ci­sión y rapi­dez con asom­bro­sa natu­ra­li­dad, pue­de trans­for­mar­se en un sinuo­so mani­pu­la­dor, men­ti­ro­so y has­ta chan­ta­jis­ta inmu­ne a cual­quier con­flic­to moral con tal de lograr sus pro­pó­si­tos, aun­que sin fran­quear los lími­tes de la lega­li­dad. Al lado de Gyllenhaal, la pres­ta­ción de Rus­so es mag­ní­fi­ca ani­man­do a una mujer astu­ta y obse­sio­na­da en su tra­ba­jo que en base a pri­mi­cias obte­ni­das sabe muy bien cómo selec­cio­nar aqué­llas que pue­dan cun­dir con mayor fuer­za en el áni­mo del públi­co tele­vi­den­te, sobre todo cuan­do los tópi­cos de raza y cla­se social están involucrados.

Den­tro de los ele­men­tos téc­ni­cos el film se des­ta­ca por una bue­na foto­gra­fía de Robert Els­wit y la ban­da sono­ra con melo­días com­pues­tas por James New­ton Howard.

Equi­li­bran­do muy bien humor con sus­pen­so, Gil­roy des­cri­be un retra­to lúgu­bre y rea­lis­ta de Los Ánge­les en las horas en que el sol ya no aso­ma, don­de un mun­do des­pia­da­do, esca­bro­so y vio­len­to pare­ce rei­nar en sus calles.

Con­clu­sión: Un muy buen thri­ller con impli­ca­cio­nes mora­les que expo­ne la for­ma de actuar de cier­to sec­tor del perio­dis­mo pro­fe­sio­nal. Jor­ge Gutman