Un Rela­to Histórico

MARY, QUEEN OF SCOTS. Sui­za-Fran­cia, 2013. Un film de Tho­mas Imbach

La trá­gi­ca his­to­ria de María Estuar­do, la rei­na de Esco­cia que fue eje­cu­ta­da en el cadal­so en 1587 por Isa­bel I de Ingla­te­rra, fue obje­to de una nota­ble pelí­cu­la del mis­mo nom­bre de Char­les Jarrott con Vanes­sa Red­gra­ve y Glen­da Jack­son, así como de varias otras satis­fac­to­rias ver­sio­nes. Sin embar­go, esta recrea­ción del rea­li­za­dor Tho­mas Imbach, basa­da en un rela­to de Ste­fan Zweig, no pue­de ocul­tar su ori­gen lite­ra­rio dan­do como resul­ta­do un film dema­sia­do tea­tral y sin mucha energía.

Camille Rutherford

Cami­lle Rutherford

Aquí no se enfa­ti­za en el con­flic­to de per­so­na­li­da­des e intere­ses que moti­vó el dis­tan­cia­mien­to y ani­mo­si­dad entre María Estuar­do (Cami­lle Ruther­ford) e Isa­bel I, sal­vo que se uti­li­za como medio de moto­ri­zar el rela­to a tra­vés de una corres­pon­den­cia epis­to­lar fic­ti­cia que la pro­ta­go­nis­ta man­tie­ne con su pri­ma a quien nun­ca lle­gó a cono­cer­la per­so­nal­men­te. En tal sen­ti­do, la narra­ción adop­ta un carác­ter mera­men­te bio­grá­fi­co de la sobe­ra­na de Esco­cia has­ta el momen­to de su encar­ce­la­mien­to a los 25 años de edad.

A pesar de haber naci­do en Esco­cia y con­ver­ti­da en su rei­na a los pocos meses de edad, su infan­cia trans­cu­rre en la cor­te real de Fran­cia has­ta que a los 16 años ella asu­me el rol de rei­na de Fran­cia como con­se­cuen­cia de su casa­mien­to con el rey Fran­cis­co II. Cuan­do, dos años des­pués el monar­ca mue­re, la viu­da retor­na al poco tiem­po a Esco­cia y años des­pués con­trae matri­mo­nio con Enri­que Estuar­do, cono­ci­do como Lord Darn­ley (Aneu­rin Bar­nard); su carác­ter débil y mani­pu­la­dor no hace feliz a la rei­na, aun­que lle­ga a tener un hijo, Jaco­bo, quien será el here­de­ro de la coro­na. Cuan­do Darn­ley mue­re a cau­sa de una explo­sión, Maria Estuar­do encuen­tra solaz en el amor que le brin­da el con­de de Both­well (Sean Big­gers­taff), con quien se casa a pesar de ser pro­tes­tan­te; la acti­tud de la sobe­ra­na al no haber con­si­de­ra­do la reac­ción nega­ti­va de la noble­za así como la pér­di­da de apo­yo de la pobla­ción esco­ce­sa, moti­va­rá a que la pare­ja deba sepa­rar­se. Otro de los per­so­na­jes cla­ves del film es el de Riz­zio (Meh­di Deh­bi), el ase­sor y con­fi­den­te de la rei­na quien fue­ra ase­si­na­do por Darnley.

Los aspec­tos de mayor inte­rés de este film des­can­san en el dise­ño de pro­duc­ción que per­mi­tió una bue­na recrea­ción de épo­ca así como la logra­da fil­ma­ción en exte­rio­res cap­ta­da por la foto­gra­fía de Rai­neer Klaus­mann. Con un elen­co que se desem­pe­ña con correc­ción, lo que aquí se extra­ña es la sen­sa­ción de un autén­ti­co dra­ma­tis­mo que refle­je cómo las intri­gas polí­ti­cas y las dife­ren­cias reli­gio­sas con­tri­bu­ye­ron al tris­te des­tino que aguar­da­ría a María Estuar­do. Así, lo que se apre­cia es un rela­to sin mucha ins­pi­ra­ción y narra­do sin mayor vue­lo, en don­de las vici­si­tu­des román­ti­cas de la rei­na no alcan­zan a adqui­rir la inten­si­dad nece­sa­ria ade­más de care­cer de un rit­mo flui­do para jus­ti­fi­car las dos horas de duración.

Con­clu­sión: Un dra­ma his­tó­ri­co sin la sufi­cien­te enver­ga­du­ra para refle­jar las des­ven­tu­ras vivi­das por María Estuar­do, Rei­na de Esco­ciaJor­ge Gutman

Una Loa­ble Iniciativa

El Esfuer­zo Man­co­mu­na­do de Cine­plex y Autism Speaks 

La com­pa­ñía exhi­bi­do­ra Cine­plex y la orga­ni­za­ción Autism Speaks Cana­da en un esfuer­zo man­co­mu­na­do per­mi­ti­rá que las per­so­nas afec­ta­das de autis­mo pue­dan dis­fru­tar de las repre­sen­ta­cio­nes cine­ma­to­grá­fi­cas que tie­nen lugar en la región de Montreal.

CINEPLEX (SENSIBILITÉS SENSORIELLES)El autis­mo es un tér­mino gene­ral uti­li­za­do para des­cri­bir un tras­torno neu­ro­ló­gi­co com­ple­jo que daña la capa­ci­dad de una per­so­na para comu­ni­car­se y rela­cio­nar­se con otros. Eso lo saben muy bien Bob y Suza­ne Wright quie­nes como abue­los de un nie­to sufrien­do de autis­mo han fun­da­do en febre­ro de 2005 Autism Speaks que en con­cer­ta­ción con Autism Speaks Cana­da se ha con­ver­ti­do en el orga­nis­mo más impor­tan­te de Amé­ri­ca del Nor­te que tie­ne como pro­pó­si­to la pro­mo­ción y defen­sa de los dere­chos de la gen­te autista.

En fun­ción de lo que ante­ce­de Cine­plex ofre­ce la posi­bi­li­dad de poder asis­tir a repre­sen­ta­cio­nes popu­la­res, adap­ta­das a las sen­si­bi­li­da­des sen­so­ria­les de quie­nes pade­cen de este sín­to­ma y a sus fami­lia­res. Las pelí­cu­las en 2D serán ofre­ci­das a un pre­cio redu­ci­do den­tro de un mar­co con­for­ta­ble y rela­ja­do con ilu­mi­na­ción en las salas y bajo soni­do y las exhi­bi­cio­nes se rea­li­za­rán antes de que las salas de los cines abran sus puer­tas al gran público.

La pri­me­ra repre­sen­ta­ción de esta natu­ra­le­za en Mon­treal ten­drá lugar el sába­do 4 de abril a las 10h30 con la pro­yec­ción del film Cin­de­re­lla en el Cine­plex Odeon Bros­sard y ciné­ma VIP (en fran­cés e inglés) así como en el Cine­plex Kir­kland (en inglés). Para tener una lis­ta de las pelí­cu­las futu­ras, los días en que serán exhi­bi­das así como las salas par­ti­ci­pan­tes en todo el país, el sitio a con­sul­tar es www.cineplex.com/Cinemas/SensibilitesSensorielles

El Gran Dilema

THE ENVE­LO­PEAutor y Direc­ción: Vit­to­rio Ros­si — Elen­co: Tony Cala­bret­ta, Shawn Camp­bell, Gui­do Coco­me­llo, David Gow, Ron Lea, Leni Par­ker, Méla­nie Sirois — Deco­ra­dos y Ves­tua­rio: Evi­ta Kara­sek – Ilu­mi­na­ción: Luc Prai­rie – Dura­ción : 2h25 (inclui­do un entre­ac­to de 20 minu­tos). Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 19 de abril de 2015 en el Cen­taur Théâ­tre (www.centaurtheatre.com)

Guido Cocomello, Mélanie Sirois y  Shawn Campbell

Gui­do Coco­me­llo, Méla­nie Sirois y Shawn Campbell

Con The Enve­lo­pe que es su déci­ma obra Vit­to­rio Ros­si retor­na al esce­na­rio del tea­tro Cen­taur que le con­sa­gró como autor, asu­mien­do en este caso la pues­ta escé­ni­ca. Al así hacer­lo, el dra­ma­tur­go abor­da uno de los aspec­tos que más preo­cu­pan a un artis­ta como es el res­pe­to a la inte­gri­dad del tra­ba­jo realizado.

No es nove­dad que en Holly­wood, los gran­des estu­dios man­tie­nen un con­trol sobre todos los deta­lles de la pro­duc­ción que en cier­tas oca­sio­nes con­tra­ría lo que el cineas­ta desea expre­sar. De allí que muchos rea­li­za­do­res ame­ri­ca­nos pre­fie­ran rea­li­zar un cine inde­pen­dien­te y más per­so­nal don­de su crea­ti­vi­dad artís­ti­ca que­de pre­ser­va­da. En este caso Ros­si se cir­cuns­cri­be exclu­si­va­men­te al ámbi­to cana­dien­se efec­tuan­do una pun­zan­te crí­ti­ca a aque­llos orga­nis­mos que finan­cian la pro­duc­ción de un film.

En la fic­ción el autor pre­sen­ta a Michael Moret­ti (Ron Lea), un vete­rano autor y direc­tor tea­tral que ade­más de ser una ínte­gra y hones­ta per­so­na ha obte­ni­do una bue­na recep­ción crí­ti­ca de sus pie­zas. La obra que actual­men­te se repre­sen­ta en Mon­treal ha logra­do atraer a Jake Smith (David Gow), un opor­tu­nis­ta pro­duc­tor local que dice con­tar con el finan­cia­mien­to nece­sa­rio de varios millo­nes de dóla­res del Fon­do Cine­ma­to­grá­fi­co Fede­ral Cana­dien­se para que Michael ceda los dere­chos de autor de su pie­za para su tras­la­do al cine. Aun­que en prin­ci­pio Michael ten­dría a su car­go la direc­ción y adap­ta­ción cine­ma­to­grá­fi­ca, él duda en acep­tar la ofer­ta; eso es debi­do a que otro pro­duc­tor ame­ri­cano de mayor pro­cli­vi­dad artís­ti­ca, aun­que con un pre­su­pues­to sus­tan­cial­men­te menor, está dis­pues­to a con­cre­tar el mis­mo pro­yec­to don­de aquí sí el dra­ma­tur­go tie­ne la cer­te­za de que se invo­lu­cra­ría en todas las eta­pas con­cer­nien­tes a la rea­li­za­ción del film.

La acción que en su mayor par­te trans­cu­rre en un res­tau­ran­te ita­liano del Vie­jo Mon­treal, que dicho sea de paso cuen­ta con una muy bue­na esce­no­gra­fía, reúne a otros per­so­na­jes inclu­yen­do al due­ño del esta­ble­ci­mien­to (Tony Cala­bret­ta) y tres artis­tas que actúan en la obra de Michael, a saber: Andrew Mor­gan (Shawn Camp­bell), un engreí­do come­dian­te, Mar­ce­llo Mal­di­ni (Gui­do Coco­me­llo), un actor tem­pe­ra­men­tal, y Caro­li­ne Lemay (Méla­nie Sirois), una inge­nua actriz. Todos ellos emi­ten su opi­nión sobre la deci­sión que debe­ría adop­tar Michael dado que él les ha pro­me­ti­do que tam­bién par­ti­ci­pa­rán en el film.

Aun­que por razo­nes obvias no con­vie­ne anti­ci­par el des­en­la­ce de esta his­to­ria, es fácil pre­de­cir­lo tenien­do en cuen­ta que Michael es el alter ego de Ros­si y sabe­mos hacia don­de habrá de incli­nar­se en el momen­to de tomar la deci­sión final sobre si rea­li­zar un film comer­cial de gran pre­su­pues­to o bien optar por otro más per­so­nal de menor valor mone­ta­rio pero con mayor liber­tad artística.

Lo que esta pie­za plan­tea tie­ne rele­van­cia por­que abre el camino a la eter­na dis­cu­sión sobre si aca­so el cine es un arte o una indus­tria y en dón­de ambos aspec­tos pue­den com­pa­ti­bi­li­zar­se. Si bien es cier­to que la pie­za se sigue con inte­rés, eso no impli­ca que esté libre de algu­nas obser­va­cio­nes. En cier­tos momen­tos, esta come­dia dra­má­ti­ca adop­ta un tono de far­sa que bor­dea la cari­ca­tu­ra dis­mi­nu­yen­do el impac­to de su con­te­ni­do. A su vez, la mar­ca­ción de algu­nos per­so­na­jes no resul­ta satis­fac­to­ria como es el caso de Mar­ce­llo que cada vez que se exci­ta gri­ta des­afo­ra­da­men­te para hacer valer sus con­vic­cio­nes, o bien el de Andrew adop­tan­do un aire de paya­so. Tam­bién es nece­sa­rio seña­lar que tenien­do en cuen­ta el arrai­go ita­liano de Ros­si, el autor tra­ta de com­pla­cer a su audien­cia para que la risa no esté ausen­te; eso se mani­fies­ta a tra­vés de algu­nas expre­sio­nes étni­ca­men­te humo­rís­ti­cas del due­ño del res­tau­ran­te pero que deci­di­da­men­te resul­tan estereotipadas.

En cuan­to a inter­pre­ta­ción se refie­re, mere­ce des­ta­car­se la actua­ción de Lea quien trans­mi­te muy bien los mati­ces emo­cio­na­les que atra­vie­sa su per­so­na­je fren­te a la deci­sión que debe adop­tar; igual­men­te efec­ti­vo resul­ta Gow como el pro­duc­tor solo intere­sa­do en el bene­fi­cio pecu­nia­rio que pue­de obte­ner con su inter­ven­ción antes que de la cali­dad artís­ti­ca del film a pro­du­cir. Por su par­te, Leni Par­ker ofre­ce un muy buen retra­to de la repre­sen­tan­te de la agen­cia de finan­cia­mien­to cana­dien­se encar­ga­da de ana­li­zar los guio­nes que está atra­ve­san­do una cri­sis profesional.

En sín­te­sis, esta obra se des­ta­ca fun­da­men­tal­men­te por su rele­van­cia temá­ti­ca que sin duda atrae­rá a un públi­co ciné­fi­lo que igno­ra los por­me­no­res exis­ten­tes en el pro­ce­so que pre­ce­de a la rea­li­za­ción de un film. Aun­que la direc­ción escé­ni­ca no siem­pre resul­te con­vin­cen­te, de todos modos el espec­ta­dor se invo­lu­cra en el derro­te­ro de sus per­so­na­jes y en últi­ma ins­tan­cia dis­fru­ta mode­ra­da­men­te con este espec­tácu­lo tea­tral. Jor­ge Gutman

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Una Dra­má­ti­ca His­to­ria Familiar

JUA­NI­CAS. Cana­dá, 2014. Un film docu­men­tal escri­to y diri­gi­do por Kari­na García.

En su pri­mer lar­go­me­tra­je como direc­to­ra, Kari­na Gar­cía ha deci­di­do enfo­car a su atri­bu­la­da familia.

JUANICAS

En un pro­yec­to de diez años de ges­ta­ción, lo pri­me­ro que lla­ma la aten­ción de este docu­men­tal es la auda­cia de Gar­cía para ven­ti­lar dolo­ro­sas inti­mi­da­des. Pero des­pués de apre­ciar su film uno pue­de infe­rir cla­ra­men­te los moti­vos que la impul­sa­ron para com­par­tir con el públi­co las difí­ci­les rela­cio­nes man­te­ni­das con su madre y hermano.

El film es un hones­to retra­to de una fami­lia inmi­gran­te mexi­ca­na afec­ta­da de pro­ble­mas men­ta­les que lle­gó a Cana­dá hace 20 años. Cuan­do comen­zó el roda­je del mis­mo su madre des­pués de haber sido hos­pi­ta­li­za­da fue con­si­de­ra­da como una enfer­ma sufrien­do del sín­dro­me bipo­lar. A esa pena se unió el hecho de que su her­mano Juan, apo­da­do afec­ti­va­men­te con el sobre­nom­bre de “Jua­ni­cas”, tam­bién expe­ri­men­ta­ba la mis­ma dolen­cia des­de sus años ado­les­cen­tes. Es así como la fil­ma­ción sig­ni­fi­có para la joven cineas­ta una suer­te de catar­sis don­de detrás de la cáma­ra pudo guar­dar una pru­den­cial dis­tan­cia para com­pren­der con más obje­ti­vi­dad de qué modo la enfer­me­dad men­tal de su fami­lia la esta­ba afec­tan­do personalmente.

El ver­da­de­ro dra­ma del film se pro­du­ce cuan­do Jua­ni­cas retor­na de un via­je efec­tua­do a Méxi­co. El reen­cuen­tro en Mon­treal no pue­de ser más gra­to don­de que­da evi­den­cia­do el sin­ce­ro y tierno lazo fra­ter­nal entre Kari­na y Jua­ni­cas como así tam­bién el sen­ti­mien­to hacia su madre. Con todo, la feli­ci­dad de poder com­par­tir en fami­lia momen­tos nor­ma­les se des­va­ne­ce muy pron­to cuan­do su her­mano expe­ri­men­ta un serio retro­ce­so de su bipo­la­ri­dad y se encie­rra en su habi­ta­ción por sema­nas ente­ras; esta situa­ción con­du­ce final­men­te a un ata­que de desen­fre­na­da vio­len­cia don­de lle­ga a aten­tar a su madre y des­truir la casa don­de habi­tan, para final­men­te ser arres­ta­do y hos­pi­ta­li­za­do has­ta lle­gar a un cruen­to desenlace.

La direc­to­ra expo­ne lo que ante­ce­de con gran hones­ti­dad y no es reluc­tan­te en mos­trar su fibra vul­ne­ra­ble fren­te a lo que ella sufrió duran­te su infan­cia por los pro­ble­mas fami­lia­res men­cio­na­dos. Pero lo que es impor­tan­te para Gar­cía es que al com­par­tir públi­ca­men­te esta his­to­ria quie­re poner de mani­fies­to cómo la enfer­me­dad men­tal es con­si­de­ra­da en nues­tra socie­dad, don­de en el trans­cur­so de las últi­mas déca­das hay una ten­den­cia mun­dial por par­te de los hos­pi­ta­les psi­quiá­tri­cos en admi­tir menos pacien­tes por los pocos recur­sos dis­po­ni­bles para el tra­ta­mien­to requerido.

Con­clu­sión: Un remar­ca­ble, dolo­ro­so y con­mo­ve­dor docu­men­talJor­ge Gutman

Un Ins­pi­ra­dor Coro de Niños

BOY­CHOIR. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film de Fra­nçois Girard

Des­pués de varios años de ausen­cia, Fra­nçois Girard retor­na al cine ofre­cien­do un film en don­de reite­ra su amor por la músi­ca tal como lo hicie­ra en Thirty Two Short Films About Glenn Gould (1993) y en The Red Vio­lin (1998). En una emo­ti­va his­to­ria escri­ta por Ben Ripley, el rea­li­za­dor demues­tra cómo la músi­ca pue­de ali­men­tar el espí­ri­tu humano y per­mi­tir una posi­ti­va apre­cia­ción de nues­tra existencia.

La tra­ma se cen­tra en Stet (Garret Wareing), un niño rebel­de de 11 años de edad de Texas que pro­ve­nien­te de un hogar dis­fun­cio­nal ha sido cria­do por una madre mono­pa­ren­tal adic­ta a la bebi­da. Cuan­do la mujer mue­re en un acci­den­te auto­mo­vi­lís­ti­co, la direc­to­ra de la escue­la (Debra Win­ger), apre­cian­do la bue­na voz que tie­ne el niño para el can­to, sugie­re que sea envia­do como alumno interno en una renom­bra­da y eli­tis­ta escue­la musi­cal (Ame­ri­can Boy­choir School) de Nue­va Jer­sey. Tras algu­nos incon­ve­nien­tes, el niño es final­men­te admi­ti­do en el esta­ble­ci­mien­to gra­cias a su dis­tan­cia­do padre (Josh Lucas), que aun­que ten­ga su pro­pia fami­lia no tie­ne incon­ve­nien­te en sufra­gar el finan­cia­mien­to de la matri­cu­la­ción y alojamiento.

Dustin Hoffman

Dus­tin Hoffman

Ade­más de mos­trar el pro­ble­má­ti­co ajus­te del niño al medio que lo rodea, don­de no le resul­ta fácil hacer­se de ami­gos por su natu­ra­le­za rebel­de e irres­pe­tuo­sa, el nudo prin­ci­pal del rela­to des­can­sa en la ten­sa rela­ción esta­ble­ci­da entre él y el maes­tro Car­ve­lle (Dus­tin Hoff­man), el seve­ro direc­tor del coro. Sin embar­go, el edu­ca­dor es lo sufi­cien­te­men­te inte­li­gen­te para reco­no­cer la valio­sa voz de su dis­cí­pu­lo y es por eso que cons­ti­tu­ye un fac­tor cla­ve para lograr que con el trans­cur­so del tiem­po Stet pue­da aumen­tar su auto­es­ti­ma lle­gan­do a tener más con­fian­za en sí mis­mo y final­men­te per­mi­tir que vuel­que su gran apti­tud musi­cal como coris­ta y even­tual­men­te poder can­tar para la escue­la en Nue­va York.

Con sen­ci­llez y sin sen­ti­men­ta­lis­mo alguno, el rela­to que no deja de ser con­ven­cio­nal se dis­tin­gue por las tier­nas voces de los coris­tas y los temas musi­ca­les que inter­pre­tan así como por el buen elen­co que ani­ma a esta his­to­ria. Aun­que no cono­ci­do has­ta el pre­sen­te, el debu­tan­te Wareing ofre­ce una nota­ble espon­ta­nei­dad en su actua­ción ade­más de otor­gar­le una nota­ble fres­cu­ra que per­mi­te al espec­ta­dor empa­ti­zar con su per­so­na­je. Por su par­te, el vete­rano Hoff­man demues­tra una vez más cuán talen­to­so es sumi­nis­tran­do con aplo­mo sus con­di­cio­nes inter­pre­ta­ti­vas; en tal sen­ti­do, y a pesar de que carac­te­ri­za a un docen­te estric­ta­men­te rigu­ro­so y dis­ci­pli­na­rio, tam­bién demues­tra cómo un edu­ca­dor pue­de influir en su alum­na­do infun­dien­do afec­to, apo­yo y reco­no­ci­mien­to de la labor rea­li­za­da. El res­to del elen­co satis­fa­ce igual­men­te aun­que cabe dis­tin­guir a Kathy Bates quien como la direc­to­ra de la selec­ta escue­la pro­du­ce un ver­da­de­ro pla­cer con­tem­plar su desempeño.

Con­clu­sión: Girard ofre­ce una tier­na his­to­ria mos­tran­do cómo un niño con pro­ble­mas de con­duc­ta pero dota­do de talen­to pue­de ser res­ca­ta­do gra­cias al estí­mu­lo de un buen maes­tro y al inmen­so poder de la músi­ca.  Jor­ge Gutman