Inte­li­gen­cia Artificial

EX MACHI­NA. Gran Bre­ta­ña, 2015. Un film escri­to y diri­gi­do por Alex Garland

El guio­nis­ta Alex Gar­land debu­ta como direc­tor en un film de cien­cia fic­ción sobre la inte­li­gen­cia arti­fi­cial. El tema no es nue­vo ya que ha sido tra­ta­do en varias oca­sio­nes y más recien­te­men­te en Her (2013) de Spi­ke Jon­ze, don­de un escri­tor se vin­cu­la a tra­vés de su compu­tado­ra con un per­so­na­je vir­tual feme­nino con quien lle­ga a enta­blar una rela­ción amo­ro­sa nada con­ven­cio­nal. La insis­ten­cia del cine en tra­tar este tópi­co resi­de en el inte­rés que des­pier­ta en el públi­co las posi­bles impli­ca­cio­nes que podría tener la exis­ten­cia de una máqui­na con vida propia.

Oscar Isaac y Domhnall Gleeson

Oscar Isaac y Domh­nall Gleeson

La acción de Ex Machi­na se ubi­ca en un futu­ro no muy dis­tan­te don­de Gar­land intro­du­ce a Caleb Smith (Domh­nall Glee­son), un joven inte­li­gen­te pro­gra­ma­dor de una impor­tan­te com­pa­ñía de inter­net. En un con­cur­so rea­li­za­do por su empre­sa él resul­ta gana­dor de un pre­mio que con­sis­te en pasar una sema­na en un apar­ta­do rin­cón de la zona mon­ta­ño­sa de Alas­ka don­de vive Nathan Bate­man (Oscar Isaac), el due­ño de la fir­ma quien es un extra­or­di­na­rio cien­tí­fi­co de la compu­tación. Al lle­gar en heli­cóp­te­ro al lugar de des­tino, Caleb es reci­bi­do por su anfi­trión en el bun­ker sub­te­rrá­neo don­de se hos­pe­da y que tam­bién fun­cio­na como labo­ra­to­rio de inves­ti­ga­ción. Su últi­mo gran pro­yec­to ha sido la fabri­ca­ción de una chi­ca robot a la que dio el nom­bre de Ava (Ali­cia Vikan­der); es así que Caleb se impo­ne que duran­te su esta­día debe pres­tar­se a rea­li­zar un Turing Test que con­sis­te en inter­ac­tuar con la máqui­na y deter­mi­nar si pue­de pen­sar por sí mis­ma y ser capaz de expe­ri­men­tar sen­ti­mien­tos humanos.

Duran­te 7 sesio­nes, el visi­tan­te entra en con­tac­to con Ava a tra­vés de un muro de vidrio que los sepa­ra, y gra­dual­men­te logra empa­ti­zar con la androi­de al pun­to de sen­tir­se atraí­do por la mis­ma, don­de Ava expe­ri­men­ta una sen­sa­ción simi­lar. ¿Aho­ra bien, los sen­ti­mien­tos de la mucha­cha robot son autén­ti­cos o podrían ser fingidos?

El rela­to desa­rro­lla­do en for­ma lineal adquie­re el tono de thri­ller cuan­do Caleb evi­den­cia que es mani­pu­lea­do por Nathan y gra­dual­men­te va des­con­fian­do de él al cons­ta­tar que detrás de la facha­da de gran cien­tí­fi­co se escon­de una per­so­na no del todo normal.

A tra­vés de una cau­ti­van­te fan­ta­sía el rela­to deja muchas pre­gun­tas sin res­pon­der. Así, por ejem­plo, si real­men­te un ser humano pudie­se gene­rar vida en for­ma arti­fi­cial, la dife­ren­cia­ción sexual no ten­dría razón de ser para el acto de pro­crea­ción; ade­más, si el hom­bre pue­de reem­pla­zar a la natu­ra­le­za trans­for­mán­do­se en una dei­dad crea­do­ra, el obje­to de su crea­ción podría even­tual­men­te des­truir­lo si lle­ga­ra a tener un nivel de inte­li­gen­cia que lo supere, dejan­do abier­ta la duda sobre el des­tino de la humanidad.

El redu­ci­do elen­co se desem­pe­ña exce­len­te­men­te. Isaac con­ven­ce ple­na­men­te asu­mien­do la com­ple­ja y enig­má­ti­ca per­so­na­li­dad nar­ci­sis­ta de su per­so­na­je; por su par­te, Glee­son satis­fa­ce como el inge­nuo joven que va des­cu­brien­do un mun­do total­men­te des­co­no­ci­do para él has­ta ese momen­to, en tan­to que Vikan­der se luce amplia­men­te guar­dan­do el deli­ca­do equi­li­brio en su con­di­ción de máqui­na con las face­tas pro­pias de un ser humano.

Con­clu­sión: Aun­que sin agre­gar espe­cí­fi­ca­men­te nada nue­vo al tema de la inte­li­gen­cia arti­fi­cial, Gar­land entre­ga un rela­to muy bien cons­trui­do que se pres­ta a la refle­xión; así, ate­nién­do­nos a la extra­or­di­na­ria evo­lu­ción tec­no­ló­gi­ca de los últi­mos años don­de casi nada resul­ta capaz de sor­pren­der, esta his­to­ria fan­tás­ti­ca bien podría tener un asi­de­ro rea­lis­ta en poco tiem­po más. Ver para creerJor­ge Gutman