Cam­bio de Sexo

52 TUES­DAYS. Aus­tra­lia, 2013. Un film de Sophie Hyde

A pocos días de haber comen­ta­do Une nou­ve­lle amie de Fra­nçois Ozon don­de abor­da el tema de la tran­se­xua­li­dad y los aspec­tos emo­cio­na­les que deri­van de la mis­ma, la novel direc­to­ra Sophie Hyde tam­bién lo con­si­de­ra aun­que des­de un ángu­lo com­ple­ta­men­te dife­ren­te; en lugar de una fina come­dia osa­da que roza con el absur­do, aquí se con­tem­pla la sin­gu­lar expe­rien­cia de una ado­les­cen­te que en el pro­ce­so de madu­ra­ción sexual se enfren­ta con la deci­sión de su madre de adop­tar un cam­bio de sexo. Nutri­da en algu­nas de sus pro­pias expe­rien­cias vivi­das, Hyde ofre­ce un rela­to poco con­ven­cio­nal, uti­li­zan­do acto­res no pro­fe­sio­na­les y aun­que en el desa­rro­llo del mis­mo se apre­cia un esti­lo de fil­ma­ción no del todo homo­gé­neo, el resul­ta­do cap­ta la aten­ción de un públi­co intere­sa­do en seguir los veri­cue­tos de esta historia.

Del Herbert-Jane y Tilda Cobham-Hervey

Del Her­bert-Jane y Til­da Cobham-Hervey

Billie (Til­da Cobham-Her­vey) es una sen­si­ble ado­les­cen­te de 16 años quien supo desa­rro­llar una exce­len­te rela­ción amis­to­sa con su madre divor­cia­da Jane (Del Her­bert-Jane). Un día, reci­be de su pro­ge­ni­to­ra la sor­pre­si­va noti­cia de que desea cam­biar de géne­ro sexual para con­ver­tir­se en hom­bre adop­tan­do el nom­bre de James; como con­se­cuen­cia de la situa­ción, le pide que ella vaya a vivir con su padre (Beau Tra­vis Williams) y que todos los mar­tes en horas de la tar­de se reúna con ella/él para man­te­ner el con­tac­to y ver cómo se pro­du­ci­rá la adap­ta­ción y reaco­mo­da­mien­to entre ambas con el paso del tiempo.

El camino ele­gi­do por Hyde para narrar la his­to­ria del guión que la rea­li­za­do­ra ela­bo­ró con la cola­bo­ra­ción de Matthew Cor­mack, es la de que Billie comien­ce a regis­trar con su cáma­ra de video un dia­rio de las expe­rien­cias vivi­das duran­te todo un año a tra­vés de los encuen­tros de 52 mar­tes, a los que alu­de el títu­lo del film. Den­tro de esa rígi­da estruc­tu­ra, las esce­nas que se suce­den sema­nal­men­te tie­nen des­igual dura­ción, así mien­tras que en algu­nos casos no alcan­zan 60 segun­dos sin mayor tras­cen­den­cia, en otras la cáma­ra se detie­ne para ir regis­tran­do con mayor inten­si­dad qué es lo que Billie va sin­tien­do fren­te al cam­bio hor­mo­nal por el que atra­vie­sa su madre don­de los ras­gos feme­ni­nos van dilu­yén­do­se para encon­trar­se con la figu­ra de un segun­do padre. Lo que resul­ta nota­ble es el modo natu­ral sobre cómo la joven se halla fren­te a una per­so­na que mucho quie­re pero que le cues­ta acep­tar ese cam­bio. Simul­tá­nea­men­te a esa com­ple­ja expe­rien­cia, ella tam­bién enfren­ta su pro­pio des­per­tar sexual que se refle­ja en una his­to­ria para­le­la don­de se asis­te a las vici­si­tu­des atra­ve­sa­das con dos com­pa­ñe­ros de escue­la, Josh (Sam Althui­zen) y Jas­mi­ne (Imo­gen Archer).

Como se podrá infe­rir de lo que pre­ce­de, éste es un film extre­ma­da­men­te deli­ca­do don­de cual­quier míni­mo error en su tra­ta­mien­to pue­de menos­ca­bar el inte­rés del mis­mo. Sin embar­go, la direc­to­ra logró sor­tear los esco­llos de un elen­co no pro­fe­sio­nal y de cier­tas situa­cio­nes un tan­to for­za­das ‑por ejem­plo la pre­sen­cia per­ni­cio­sa del des­agra­da­ble tío Nick (Mario Spa­te), con quien vive Billie- para per­mi­tir que su film trans­mi­ta máxi­ma hones­ti­dad y sin­ce­ri­dad en lo expuesto.

Con­clu­sión: Casi fil­ma­do en esti­lo docu­men­tal, el rela­to aun­que un poco per­tur­ba­dor per­mi­te que el públi­co pue­da empa­ti­zar con la varia­da gama emo­cio­nal de sus per­so­na­jes. Jor­ge Gutman