El Gran Impostor

UN HOM­ME IDÉAL. Fran­cia, 2014. Un film de Yann Gozlan.

La apro­pia­ción de una iden­ti­dad dife­ren­te resul­ta un tema bas­tan­te fami­liar tra­ta­do por el cine don­de sur­ge en la memo­ria el ejem­plo del mag­ní­fi­co film de René Cle­ment Plein Soleil (1960) con Alain Delon en base a la nove­la de Patri­cia Highs­mith. Al vol­ver sobre este tópi­co el direc­tor Yann Goz­lan ha cui­da­do que Un Hom­me Idéal ofrez­ca ele­men­tos que lo dis­tin­gan o dife­ren­cien de los otros fil­mes ya vis­tos; en este caso su apues­ta resul­tó ganadora.

Pierre Niney

Pie­rre Niney

El guión de Goz­lan, Gui­llau­me Lemans y Gré­goi­re Vig­ne­ron enfo­ca a Mathieu (Pie­rre Niney), de 25 años de edad quien tra­ba­ja en una com­pa­ñía de mudan­zas pero cuya aspi­ra­ción es ser escri­tor. Des­pués de que una nove­la que escri­bió ha sido recha­za­da para su publi­ca­ción por par­te de las prin­ci­pa­les empre­sas edi­to­ras de Fran­cia, se le pre­sen­ta sor­pre­si­va­men­te una gran opor­tu­ni­dad. Eso suce­de cuan­do en su tra­ba­jo le corres­pon­de mudar las cajas que se hallan en el depar­ta­men­to de un hom­bre anciano que aca­ba de morir y encuen­tra un manus­cri­to escri­to por el des­apa­re­ci­do en don­de rela­ta las peri­pe­cias de un sol­da­do fran­cés que par­ti­ci­pó en la gue­rra de Arge­lia. Ni cor­to ni pere­zo­so, Mathieu asu­me su auto­ría y cuál será su sor­pre­sa cuan­do una impor­tan­te edi­to­rial, impre­sio­na­da por su con­te­ni­do resuel­ve publicarlo.

Repen­ti­na­men­te, Mathieu logra una gran popu­la­ri­dad al ser elo­gia­do por la crí­ti­ca que cali­fi­ca al libro como una obra lite­ra­ria de excep­cio­nal cali­dad; entre sus admi­ra­do­res se encuen­tra Ali­ce (Ana Girar­dot), una joven exper­ta en lite­ra­tu­ra quien ade­más de apre­ciar su tra­ba­jo se con­vier­te en su novia sin sos­pe­char de la impos­tu­ra come­ti­da. Tres años des­pués y de visi­ta en la her­mo­sa resi­den­cia que sus futu­ros sue­gros (Andre Mar­con, Vale­ria Cava­lli) poseen en la rivie­ra fran­ce­sa, el joven comien­za a sen­tir el aco­so de la edi­to­rial que lo urge para que le entre­gue urgen­te­men­te el borra­dor de su segun­do libro, por el que se le había anti­ci­pa­do una impor­tan­te suma de dine­ro. El pro­ble­ma está en que nues­tro héroe ni siquie­ra comen­zó a redac­tar la nue­va nove­la al sen­tir­se blo­quea­do por la enor­me expec­ta­ti­va que gene­ró su supues­to pri­mer trabajo.

Con una exce­len­te inter­pre­ta­ción de Niney, este actor trans­mi­te con­vin­cen­te­men­te la inmen­sa angus­tia y deses­pe­ra­ción del impos­tor. Con todo, el méri­to mayor le corres­pon­de a Goz­lan quien ha logra­do man­te­ner un exce­len­te sus­pen­so al rela­tar cómo los acon­te­ci­mien­tos se van pre­ci­pi­tan­do sobre el usur­pa­dor cuan­do lle­ga el momen­to en que se encuen­tra arrin­co­na­do por su men­ti­ra. Con una ten­sión en cre­cien­te aumen­to y ape­lan­do a un esti­lo refi­na­do que demues­tra un gran domi­nio de la cáma­ra, el rea­li­za­dor ha logra­do un psi­co­ló­gi­co film negro que logra impac­tar dra­má­ti­ca­men­te al pro­pio tiem­po que cons­ti­tu­ye un entre­te­ni­mien­to de cali­dad supe­rior al pro­me­dio del géne­ro. Aun­que su últi­ma par­te resis­te un poco la cre­di­bi­li­dad, esta obje­ción no alcan­za a des­me­re­cer la cali­dad del rela­to que con su paté­ti­co, tris­te e iró­ni­co des­en­la­ce col­ma amplia­men­te las expec­ta­ti­vas depo­si­ta­das en el mismo.

Con­clu­sión: Deci­di­da­men­te, un film reco­men­da­ble.  Jor­ge Gutman