Cine­plex al Ser­vi­cio de una Noble Causa

EL DIA DE LA JOR­NA­DA FAMILIAR

Así como ha acon­te­ci­do en los últi­mos 4 años, Cine­plex, la com­pa­ñía exhi­bi­do­ra más impor­tan­te de Cana­dá, dedi­ca­rá el pró­xi­mo 24 de octu­bre a cele­brar la quin­ta edi­ción del Día de la Jor­na­da Fami­liar (Com­mu­nity Day/Journée fami­lia­le). CINEPLEX COMMUNITY DAY

La noble cau­sa en la que esta com­pa­ñía está embar­ca­da tie­ne como pro­pó­si­to ofre­cer a las fami­lias cana­dien­ses la opor­tu­ni­dad de dis­fru­tar pelí­cu­las gra­tui­tas duran­te las horas mati­na­les; en tal oca­sión tan­to las dona­cio­nes como el pro­du­ci­do de los ingre­sos de pro­duc­tos ali­men­ti­cios que se expen­de­rán por par­te de los con­ce­sio­na­rios, serán remi­ti­dos en su tota­li­dad al orga­nis­mo Free The Children/Enfants Entrai­de que es el aso­cia­do de bene­fi­cen­cia nacio­nal de Cine­plex. En tal sen­ti­do cabe men­cio­nar que según las afir­ma­cio­nes de Daniel Seguin, vice­pre­si­den­te y direc­tor gene­ral de Cine­plex en Que­bec, en la Jor­na­da Fami­liar de 2014 125.000 espec­ta­do­res han visi­ta­do los cines per­mi­tien­do la recau­da­ción de más de medio millón de dóla­res. Al pro­pio tiem­po pue­de tam­bién indi­car­se que des­de la Pri­me­ra Jor­na­da has­ta el pre­sen­te Cine­plex ha reu­ni­do más de 1.700.000 dóla­res para orga­nis­mos de bene­fi­cen­cia de Canadá.

Es impor­tan­te des­ta­car la exce­len­te labor rea­li­za­da por Free the Chil­dren. Como ins­ti­tu­ción de cari­dad inter­na­cio­nal es un orga­nis­mo edu­ca­ti­vo crea­do en 1995 don­de uno de los dos fun­da­do­res es Craig Kiel­bur­ger, un dedi­ca­do acti­vis­ta inter­na­cio­nal y gran defen­sor de los dere­chos de la infan­cia. En tal sen­ti­do esta huma­ni­ta­ria orga­ni­za­ción tie­ne el pro­pó­si­to de que todos los jóve­nes pue­dan gozar de abso­lu­ta liber­tad para lograr el pleno poten­cial como los acto­res de cam­bio del maña­na, faci­li­tan­do la tarea de ven­cer los obs­tácu­los que se inter­pon­ga a fin de con­ver­tir­se en ciu­da­da­nos res­pon­sa­bles tan­to en el plano local como en el inter­na­cio­nal. A modo de ejem­plom uno de los pro­gra­mas de la orga­ni­za­ción es el deno­mi­na­do “Adopt a Villa­ge” que ha per­mi­ti­do ayu­dar el desa­rro­llo de comu­ni­da­des ubi­ca­das en Kenia, Sie­rra Leo­na, Gha­na, Hai­tí, Nica­ra­gua, la India, así como las zonas rura­les más des­fa­vo­re­ci­das de Chi­na. No menos impor­tan­te es la con­tri­bu­ción rea­li­za­da a tra­vés de otros pro­gra­mas para la cons­truc­ción de 1000 escue­las y salas de cla­se a nivel mun­dial, per­mi­tien­do a más de 200.000 niños tener acce­so a la edu­ca­ción; es tam­bién loa­ble la impor­tan­te con­tri­bu­ción efec­tua­da por pro­gra­mas ten­dien­tes a per­mi­tir que las regio­nes más pobres del mun­do pue­dan tener acce­so al agua pota­ble, ins­ta­la­cio­nes sani­ta­rias y otras acti­vi­da­des para que fami­lias humil­des pue­dan libe­rar­se del ciclo de la pobreza.

En esta edi­ción, Cine­plex pre­sen­ta­rá una bue­na selec­ción de fil­mes que tuvie­ron reper­cu­sión popu­lar en opor­tu­ni­dad de su estreno. Las pelí­cu­las a exhi­bir­se en la maña­na del 24 de octu­bre son: Des­pi­ca­ble Me 2, Dumb and Dum­ber To, Fast and Furious 6, Hop, Pitch Per­fect y The Lorax.

DESPICABLE ME 2En cuan­to a los pro­duc­tos ali­men­ti­cios que habrán de ven­der­se al módi­co pre­cio de 2 dóla­res por uni­dad, éstos inclu­yen palo­mi­tas de maíz (pop­corn), bebi­das gaseo­sas, café y golo­si­nas seleccionadas.

Todos los fil­mes comen­za­rán a las 9 de la maña­na y las puer­tas de los cines abri­rán 8h30. Tenien­do en cuen­ta la limi­ta­ción del núme­ro de asien­tos, los bille­tes ofre­ci­dos se harán según el prin­ci­pio de lle­ga­da de cada espec­ta­dor o fami­lia. Las pelí­cu­las serán pre­sen­ta­das en fran­cés o en inglés según la len­gua pre­do­mi­nan­te en cada región de Cana­dá. Para la pro­vin­cia de Que­bec habrá 20 cines par­ti­ci­pan­tes de los cua­les hay 5 per­te­ne­cien­tes a la ciu­dad de Mon­treal (Caven­dish Mall, Forum, Quar­tier Latin, Ban­que Sco­tia y Star­ci­té).

A fin de obte­ner una lis­ta com­ple­ta de los cines par­ti­ci­pan­tes, el hora­rio de las repre­sen­ta­cio­nes y el idio­ma en que las pelí­cu­las serán pre­sen­ta­das pre­sio­ne aquí y aquí

El Puen­te de los Espías

BRID­GE OF SPIES. Esta­dos Uni­dos, 2015. Un film de Ste­ven Spielberg

Por cuar­ta vez Ste­ve Spiel­berg como rea­li­za­dor y Tom Hanks en cali­dad de actor se reúnen para ofre­cer en Brid­ge of Spies un sobrio recuen­to sobre uno de los epi­so­dios que tuvo lugar duran­te la Gue­rra Fría. Retor­nar al pasa­do ofre­ce una nota de nos­tal­gia para aque­llos espec­ta­do­res que han vivi­do duran­te ese perío­do en don­de una de las face­tas del enfren­ta­mien­to entre Esta­dos Uni­dos y la Unión Sovié­ti­ca se mani­fes­ta­ba a tra­vés del espio­na­je lle­va­do a cabo por ambas par­tes; ése es el tema que Spiel­berg incur­sio­na basa­do en acon­te­ci­mien­tos reales.

Tom Hanks

Tom Hanks

El guión de Matt Char­man, Ethan y Joel Cohen enfo­ca tres rela­tos que van inter­ca­lán­do­se como si se estu­vie­sen desa­rro­llan­do al mis­mo tiem­po, aun­que en reali­dad se pro­du­je­ron con dife­ren­cia de algu­nos años. El pri­me­ro de los mis­mos que comien­za en 1957 enfo­ca a Rudolf Abel (Mark Rylan­ce), un ciu­da­dano bri­tá­ni­co naci­do en la Unión Sovié­ti­ca y que vivien­do en Nue­va York trans­mi­te infor­ma­ción de defen­sa ame­ri­ca­na a los rusos. Al ser atra­pa­do por el FBI acep­ta como abo­ga­do defen­sor a James B. Dono­van (Tom Hanks).

Este hom­bre de leyes sabe muy bien que asu­me la defen­sa de un caso prác­ti­ca­men­te per­di­do por­que no hay argu­men­tos que pudie­ran ate­nuar la cul­pa­bi­li­dad de Abel. Es nece­sa­rio tener en cuen­ta que en esa épo­ca la his­te­ria del comu­nis­mo asu­mía carac­te­rís­ti­cas excep­cio­na­les, así como se recor­da­rá que en 1953 los espo­sos Julius y Ethel Rosen­berg al ser acu­sa­dos de ser infor­man­tes de la Unión Sovié­ti­ca fue­ron con­de­na­dos a la silla eléc­tri­ca. Con todo, Dono­van, un pro­fe­sio­nal hones­to y decen­te hom­bre de fami­lia, acep­ta el reto dedi­cán­do­se con gran aten­ción a estu­diar los ante­ce­den­tes de su defen­di­do; su obje­ti­vo pri­mor­dial es que no sea sen­ten­cia­do a la pena capi­tal, por­que de ese modo el país lo ten­dría como posi­ble ele­men­to de inter­cam­bio humano si aca­so un espia de Esta­dos Uni­dos corrie­se simi­lar suer­te en manos de los rusos. Pre­ci­sa­men­te, el pre­di­ca­men­to de Dono­van per­mi­te sal­var la vida de su clien­te quien ter­mi­na sien­do con­de­na­do a 45 años de pri­sión. En esta par­te del rela­to se apre­cia el alto pre­cio que el abo­ga­do ha teni­do que pagar por su vic­to­ria al ser con­si­de­ra­do por el ciu­da­dano corrien­te como un trai­dor a su patria por la cau­sa que defen­dió, ade­más de tener que absor­ber la frial­dad de sus cole­gas e inclu­so sufrir el veja­men de ver su casa ata­ca­da por desconocidos.

Otra his­to­ria tie­ne lugar simul­tá­nea­men­te –aun­que real­men­te acon­te­ció algu­nos años des­pués- cuan­do un avión de Esta­dos Uni­dos es derri­ba­do por los rusos mien­tras sobre­vue­la la Unión Sovié­ti­ca con el pro­pó­si­to de tomar foto­gra­fías de ins­ta­la­cio­nes mili­ta­res de la zona. Afor­tu­na­da­men­te, valién­do­se de un para­caí­das el pilo­to Fran­cis Gary Powers (Aus­tin Sto­well) logra sal­var­se, aun­que final­men­te es apre­sa­do por las fuer­zas enemi­gas y con­de­na­do a 10 años de cár­cel. El ter­cer rela­to se cen­tra en Fre­de­ric Pryor (Will Rogers), un estu­dian­te uni­ver­si­ta­rio de Esta­dos Uni­dos quien es arres­ta­do en Ber­lín Orien­tal por la Sta­si (el Minis­te­rio para la Segu­ri­dad del Esta­do de la ex Repú­bli­ca Demo­crá­ti­ca de Ale­ma­nia) cuan­do tra­ta de lograr que su novia pue­da atra­ve­sar la fron­te­ra a fin de lle­gar a Ber­lín Occidental.

Como con­se­cuen­cia de lo refe­ri­do pre­ce­den­te­men­te, Dono­van acep­ta el tra­ba­jo enco­men­da­do por el direc­tor Allen Dulles (Peter McRob­bie) de la CIA para que se diri­ja a Ber­lín a fin de nego­ciar el inter­cam­bio de Abel por Powers y así evi­tar que el pilo­to pue­da encon­trar­se obli­ga­do a reve­lar secre­tos mili­ta­res de Esta­dos Uni­dos a la Unión Sovié­ti­ca. A par­tir de aquí el rela­to adquie­re con­si­de­ra­ble ten­sión fren­te a las nego­cia­cio­nes que el envia­do debe empren­der a tra­vés de varios encuen­tros, entre ellos con repre­sen­tan­tes de Ber­lín Orien­tal y de la Unión Sovié­ti­ca, a fin de que el famo­so true­que de espías pue­da pro­du­cir­se. Como si se con­tem­pla­ra un film de Hitch­cock, exis­te un momen­to de máxi­mo cli­max cuan­do Dono­van exi­ge que el inter­cam­bio de Abel lo sea no sola­men­te con­tra la entre­ga de Powers sino tam­bién con la de Pryor. Todo ello desem­bo­ca en un efec­ti­vo sus­pen­so que tie­ne como esce­na­rio el famo­so puen­te Glie­nic­ke –la fron­te­ra entre Ale­ma­nia Orien­tal y Ber­lín Occi­den­tal- don­de en febre­ro de 1962 se pro­du­jo la famo­sa operación.

Spiel­berg ha logra­do un dra­ma de espio­na­je de nota­ble nivel don­de a pesar de la frial­dad de su tema, le ha imbui­do del calor humano que él acos­tum­bra vol­car en sus rela­tos. Para tal fin logró reu­nir­se de un mag­ní­fi­co elen­co, don­de sobre­sa­len Hanks y Rilan­ce. Una vez más el popu­lar actor de Forrest Gump ofre­ce como Dono­van, la figu­ra noble y de abne­ga­da modes­tia tra­ba­jan­do al ser­vi­cio de una cau­sa que con­si­de­ra jus­ta. Por su par­te, Rilan­ce se desem­pe­ña estu­pen­da­men­te como el espía ruso sereno e imper­tur­ba­ble que lle­ga a impre­sio­nar a su defen­sor; pre­ci­sa­men­te la rela­ción entre ambos, sin muchas pala­bras pero con sig­ni­fi­ca­ti­vas mira­das, deja entre­ver que en otras cir­cuns­tan­cias podrían haber lle­ga­do a for­jar una sóli­da amis­tad superan­do sus dife­ren­tes ideologías.

La recrea­ción de épo­ca es otro de los deta­lles remar­ca­bles de este valio­so film. Entre algu­nos de sus aspec­tos, sobre­sa­le la bue­na ilus­tra­ción de la ciu­dad de Ber­lín divi­di­da en dos, don­de los habi­tan­tes del sec­tor orien­tal tra­tan de huir corrien­do el ries­go de ser aba­ti­dos por la seve­ra vigi­lan­cia impues­ta por las fuer­zas de con­trol del lugar; no menos impor­tan­te es la recrea­ción de épo­ca de la ciu­dad de Nue­va York de los años 50. En tal sen­ti­do, tan­to los dise­ños de pro­duc­ción de Adam Stockhau­sen como la foto­gra­fía de Janusz Kamins­ki otor­gan nota­ble auten­ti­ci­dad al desa­rro­llo de esta historia.

Con­clu­sión: Un mag­ní­fi­co film de espio­na­je don­de se des­ta­ca la impron­ta de Spiel­bergJor­ge Gutman

Un Lumi­no­so Taxista

TAXI. Irán, 2015. Un film escri­to y diri­gi­do por Jafar Panahi

Jafar Panahi, el gran huma­nis­ta del cine ira­ní, sigue fil­man­do a pesar de las limi­ta­cio­nes que enfren­ta para hacer­lo. Como es bien sabi­do, el cineas­ta fue dete­ni­do en 2009 por el gobierno de Irán con la excu­sa irre­le­van­te de que su cine aten­ta­ba a la segu­ri­dad del esta­do por la pro­pa­gan­da en con­tra que emer­gían de sus rela­tos; con­de­na­do en 2010 a seis años de pri­sión y 20 años de no poder fil­mar, via­jar al exte­rior o con­ce­der entre­vis­tas, logró con todo supe­rar el incon­ve­nien­te con su gran ima­gi­na­ción con­cre­ta­da en el roda­je de dos pelí­cu­las, This is not a Film (2011) y Clo­sed Cur­tain (2013), efec­tua­das des­de su casa don­de se encon­tra­ba cum­plien­do arres­to domi­ci­lia­rio; lo más intere­san­te es que a pesar de todo, ambos fil­mes pudie­ron lle­gar a fes­ti­va­les de renom­bre y ade­más pudie­ron exhi­bir­se comer­cial­men­te. Aun­que algu­nas de las seve­ras medi­das impues­tas han sido ate­nua­das, aún le está prohi­bi­do salir del país; con todo, Panahi nue­va­men­te encon­tró el modo de fil­mar y es así que sur­gió Taxi, un valio­so docu­men­to don­de con gran inte­li­gen­cia ilus­tra situa­cio­nes que acon­te­cen en su país. .

Jafar Panahi

Jafar Panahi

Para lle­var a cabo su pro­pó­si­to, ideó un rela­to don­de todo trans­cu­rre en un taxi, mane­ja­do por él, que con­du­cien­do a diver­sos pasa­je­ros va reco­rrien­do la efer­ves­cen­te ciu­dad de Tehe­rán. A tra­vés de ellos, el públi­co se impo­ne de varios aspec­tos de indu­da­ble inte­rés. Al prin­ci­pio de este via­je, el taxi trans­por­ta a dos per­so­nas que no se cono­cen pero que inter­cam­bian sus pun­tos de vis­ta dia­me­tral­men­te opues­tos sobre la pena de muer­te que rige en Irán; así se lle­ga a saber que el país ocu­pa el segun­do lugar en el mun­do –des­pués de Chi­na- en la apli­ca­ción de la pena capi­tal. A tra­vés de otro pasa­je­ro. que reco­no­ce a Panahi vemos cómo se dedi­ca a ven­der DVDs pira­tea­dos de pelí­cu­las que no pue­den ver­se en los cines iraníes.

Una ines­pe­ra­da situa­ción se pro­du­ce cuan­do el taxis­ta Panahi es urgi­do a tener que trans­por­tar a un hom­bre acci­den­ta­do y ensan­gren­ta­do al hos­pi­tal más cer­cano acom­pa­ña­do de su deses­pe­ran­te seño­ra; en el tra­yec­to, el heri­do mani­fies­ta que en caso de morir desea dejar expre­sa­do su últi­ma volun­tad en un tes­ta­men­to para que su espo­sa lo here­de por­que de lo con­tra­rio sus her­ma­nos dis­pon­drán de su patri­mo­nio. Otro epi­so­dio enfo­ca a una pasa­je­ra flo­ris­ta que sien­do abo­ga­da se halla inha­bi­li­ta­da de ejer­cer su pro­fe­sión por haber teni­do con­tac­to con pri­sio­ne­ros políticos.

Lo más ocu­rren­te del rela­to sobre­vie­ne cuan­do Panahi con­du­ce a su sobri­ni­ta de 10 años, una niña vivaz y ocu­rren­te quien con su cáma­ra de fotos se apres­ta a fil­mar dife­ren­tes esce­nas que está pre­sen­cian­do; para hacer­lo debe res­pe­tar las con­di­cio­nes que la maes­tra ha indi­ca­do a sus alum­nos; así, no es posi­ble fil­mar esce­nas que refle­jen un rea­lis­mo sór­di­do,se debe evi­tar de efec­tuar cual­quier refe­ren­cia a aspec­tos eco­nó­mi­cos o polí­ti­cos del país, los per­so­na­jes deben tener nom­bres ira­níes, las muje­res fil­ma­das deben tener sus cabe­zas cubier­tas con el velo islá­mi­co en tan­to que los hom­bres no pue­den uti­li­zar cor­ba­tas o moños.

Con toda la impre­sión de asis­tir a un docu­men­tal, éste es un film de fic­ción don­de Panahi uti­li­za a ver­da­de­ros acto­res para refle­jar de mane­ra inge­nio­sa, gra­cio­sa, a la vez que sutil, aspec­tos de la reali­dad polí­ti­ca y social de su país tales como la cen­su­ra, la dis­cri­mi­na­ción que sufre la mujer, la pena de muer­te, la mane­ra de ves­tir, etc. De este modo, y remi­tién­do­se en algu­nos casos a pelí­cu­las de su pro­pia fil­mo­gra­fía, el espec­ta­dor asis­te a un film pleno de iro­nías, de jugo­sos diá­lo­gos y sobre todo de gran huma­ni­dad en don­de este extra­or­di­na­rio rea­li­za­dor ofre­ce una autén­ti­ca pin­tu­ra de la socie­dad en que vive.

Al con­cluir su visión, uno se pre­gun­ta cómo ha sido posi­ble para Panahi haber con­cre­ta­do este film en fun­ción de las cir­cuns­tan­cias que le toca vivir como cineas­ta prohi­bi­do. En todo caso, lo que impor­ta es que su docu­men­tal de fic­ción haya podi­do exhi­bir­se en el fes­ti­val de Ber­lín obte­nien­do mere­ci­da­men­te el pre­mio máxi­mo y que de allí en más se difun­da internacionalmente.

Cabe seña­lar que en los cré­di­tos fina­les solo apa­re­ce el nom­bre del rea­li­za­dor. Por razo­nes obvias, no se inclu­yen los nom­bres de su elen­co como tam­po­co del equi­po técnico.

Con­clu­sión: Un film don­de a tra­vés de un via­je en taxi que­da expues­ta una exce­len­te y rea­lis­ta pin­tu­ra de la socie­dad con­tem­po­rá­nea de Irán.  Jor­ge Gutman

Cons­pi­ra­ción de Silencio

LABY­RINTH OF LIES. Ale­ma­nia, 2014. Un film de Giu­lio Ricciarelli

En su pri­mer film como rea­li­za­dor Giu­lio Ric­cia­re­lli ofre­ce un dra­má­ti­co rela­to abor­dan­do los con­flic­ti­vos sen­ti­mien­tos que expe­ri­men­tó el pue­blo ale­mán algu­nos años des­pués de la Segun­da Guerra.

Si bien tan­to el jui­cio de Nurem­berg — rea­li­za­do inme­dia­ta­men­te des­pués del horren­do con­flic­to bélico‑, como el de Eich­mann ‑efec­tua­do en Jeru­sa­lén en 1961- fue­ron acon­te­ci­mien­tos muy bien cono­ci­dos por el mun­do ente­ro, no lo ha sido así el que tuvo lugar en Frank­furt. Lo que con­du­jo al mis­mo es expues­to por Ric­cia­re­lli a tra­vés de un rela­to de fic­ción basa­do en hechos reales.

Alexander Fehling

Ale­xan­der Fehling

El pro­ta­go­nis­ta es Johann Rad­mann (Ale­xan­der Feh­ling) un joven pro­cu­ra­dor fis­cal ambi­cio­so y hones­to que en 1958 comien­za su tarea pro­fe­sio­nal en la ciu­dad de Franc­fort. Si bien al prin­ci­pio está abo­ca­do a asun­tos meno­res, como aten­der las infrac­cio­nes de trán­si­to, todo cam­bia para él cuan­do Tho­mas Gneil­ka (Andre Szy­mans­ki), un perio­dis­ta ami­go, le pide que inves­ti­gue lo acon­te­ci­do con Simon Kirsch (Johan­nes Krisch) para que se haga jus­ti­cia. Se tra­ta de un sobre­vi­vien­te del Holo­caus­to quien logró des­cu­brir que uno de sus tor­tu­ra­do­res en Ausch­witz es hoy día un afa­ble maes­tro que ense­ña en una escue­la local.

Agu­za­do por la curio­si­dad de lo que aca­ba de ente­rar­se, Rad­mann comien­za a inves­ti­gar sobre la mate­ria y como si se tra­ta­ra de abrir la Caja de Pan­do­ra, len­ta­men­te se da cuen­ta de que hay muchos otros ale­ma­nes que habien­do come­ti­do atro­ci­da­des en la tra­ge­dia nazi son hoy res­pe­ta­bles ciu­da­da­nos, don­de inclu­so algu­nos de ellos se desem­pe­ñan en car­gos públi­cos. Sin embar­go, la tarea a la que se abo­ca encuen­tra el obs­tácu­lo de que quie­nes lo rodean no desean hur­gar más en el recien­te pasa­do del país; con todo, su obs­ti­na­ción y deter­mi­na­ción de escla­re­cer lo suce­di­do con­ta­rá final­men­te con el apo­yo del Pro­cu­ra­dor Gene­ral Fritz Bauer (Gert Voss). El resul­ta­do final es que el lar­go pro­ce­so que invo­lu­cró la bús­que­da de evi­den­cias en la exhaus­ti­va inves­ti­ga­ción pro­por­cio­nan­do irre­fu­ta­bles prue­bas, desem­bo­ca en el pro­ce­so de Frank­furt que tuvo lugar entre 1963 y 1965, don­de 22 anti­guos ofi­cia­les del régi­men nazi fue­ron juz­ga­dos y condenados.

Explo­ran­do las acti­tu­des y com­por­ta­mien­tos de la socie­dad ale­ma­na de la épo­ca, que­da en cla­ro como la gen­te joven de post­gue­rra, como es el caso de Rad­mann, des­co­no­cía la recien­te his­to­ria del geno­ci­dio nazi. Simul­tá­nea­men­te, a tra­vés del pro­li­jo rela­to, se evi­den­cia la for­ma en que el pro­ce­so gene­ra­do ter­mi­nó enfren­tan­do a jue­ces ale­ma­nes con acu­sa­dos tam­bién ale­ma­nes, para que en últi­ma ins­tan­cia comen­za­ra a disi­par­se la amne­sia colec­ti­va de la nación.

A la mane­ra de un tris­te cuen­to moral, Ric­cia­re­lli valién­do­se del guión por él escri­to jun­to con Eli­sa­beth Bar­tel brin­da un film de fac­tu­ra clá­si­ca evi­tan­do incu­rrir en gol­pes bajos o arti­fi­cia­les sen­ti­men­ta­lis­mos. Con un desa­rro­llo dra­má­ti­co muy bien sos­te­ni­do enfa­ti­zan­do la tra­ve­sía emo­cio­nal de Rad­mann, en una bue­na com­po­si­ción rea­li­za­da por Feh­ling, el film tam­bién ha cui­da­do de pre­sen­tar a per­so­na­jes secun­da­rios que exudan una natu­ral autenticidad.

Como nota al pie, aun­que el film no lo men­cio­na cabe con­sig­nar que afor­tu­na­da­men­te Ale­ma­nia ya no ocul­ta su pasa­do; reco­rrien­do la ciu­dad de Ber­lín se pue­de apre­ciar tan­to el Museo Judío abier­to en 1999, y tam­bién con­tem­plar el Monu­men­to del Holo­caus­to inau­gu­ra­do en 2001 que ubi­ca­do en el cen­tro de la ciu­dad, ade­más de trans­mi­tir un hon­do sen­ti­mien­to al visi­tan­te per­mi­te apre­ciar el modo en que el país recuer­da y efec­túa un home­na­je a las víc­ti­mas de la tra­ge­dia nazi.
Jor­ge Gutman

El Des­alo­jo de Fami­lias Humildes

99 HOMES. Esta­dos Uni­dos, 2014. Un film de Ramin Bahrani

El sue­ño ame­ri­cano no siem­pre lle­ga a con­ver­tir­se en reali­dad según lo que se con­tem­pla en 99 Homes, un hones­to dra­ma don­de el rea­li­za­dor Ramin Bah­ra­ni abor­da la situa­ción de humil­des fami­lias gra­ve­men­te afec­ta­das en épo­cas de cri­sis económica.

Andrew Garfield

Andrew Gar­field

El rela­to basa­do en un guión del rea­li­za­dor escri­to con Baha­reh Azi­mi, tie­ne lugar en los Esta­dos Uni­dos en 2010, dos años des­pués del colap­so finan­cie­ro que atra­ve­só el país. El per­so­na­je prin­ci­pal es Den­nis Nash (Andrew Gar­field) quien como un tra­ba­ja­dor de la cons­truc­ción que vive con su madre Lynn (Lau­ra Dern) y su hijo Con­nor (Noah Lomax) de 9 años en un subur­bio de Orlan­do, es due­ño de su casa que pudo adqui­rir gra­cias al finan­cia­mien­to a lar­go pla­zo otor­ga­do por un ban­co. Por estar des­em­plea­do, se encuen­tra atra­sa­do en los pagos que adeu­da para can­ce­lar el prés­ta­mo obte­ni­do. Ese incum­pli­mien­to moti­va a que, sin pre­vio avi­so, Rick Car­ver (Michael Shan­non), un des­con­si­de­ra­do espe­cu­la­dor inmo­bi­lia­rio tra­ba­jan­do para los ban­cos, se pre­sen­te en su hogar obli­gan­do a Den­nis y su fami­lia a des­alo­jar de inme­dia­to la vivien­da. De esta for­ma este hom­bre sufre la humi­lla­ción de tener que dejar su hogar empa­can­do lo que tie­ne a mano y que­dar­se en la calle. Con el poco dine­ro que dis­po­ne, Denis logra alber­gar­se en un motel de baja cate­go­ría al pro­pio tiem­po que tra­ta urgen­te­men­te de bus­car una solu­ción para la peno­sa situa­ción que afronta.

Así como en la leyen­da ale­ma­na de Faus­to el pro­ta­go­nis­ta ven­de su alma al dia­blo, algo seme­jan­te acon­te­ce con Den­nis cuan­do en su nece­si­dad impe­rio­sa de encon­trar empleo y recu­pe­rar su vivien­da acep­ta tra­ba­jar para Car­ver quien lo con­tra­ta para cum­plir con la ingra­ta misión de des­alo­jar a otros humil­des y decen­tes tra­ba­ja­do­res de sus hoga­res que se encuen­tran en la mis­ma situa­ción por la que él atra­ve­só. Lo dra­má­ti­co del caso es obser­var cómo este hom­bre jun­to con todo el séqui­to que tra­ba­ja para su jefe, ade­más de eva­cuar a la gen­te afec­ta­da tam­bién se van apo­de­ran­do de los bie­nes que que­dan aban­do­na­dos en las casas vacan­tes. Para­dó­ji­ca­men­te, Den­nis se con­vier­te en otro impla­ca­ble indi­vi­duo, al pun­to tal de que Car­ver comien­za a con­si­de­rar­lo como uno de sus protegidos.

A la mane­ra de un cuen­to moral, este humano rela­to plan­tea el tre­men­do dile­ma moral de encon­trar una jus­ta solu­ción. No siem­pre es sen­ci­llo lograr­la para quien se ubi­que en la situa­ción de Nash; de así hacer­lo, se impo­ne la pre­gun­ta si habría sido mejor con­ti­nuar sin tra­ba­jo man­te­nien­do a su fami­lia des­pro­te­gi­da, o bien optar por el camino tran­si­ta­do, aun­que éti­ca­men­te pue­da ser cuestionable.

En esta his­to­ria que des­nu­da cru­da­men­te a una socie­dad que pare­ce­ría pre­miar a los ricos y cas­ti­gar a los pobres, el film de Bah­ra­ni ade­más de pro­vo­ca­ti­vo, es pro­fun­da­men­te con­mo­ve­dor. Las inter­pre­ta­cio­nes son real­men­te mag­ní­fi­cas comen­zan­do por Gar­field quien ofre­ce total natu­ra­li­dad en la carac­te­ri­za­ción de un hom­bre que lucha con su con­cien­cia al tener que actuar con dure­za para sal­var a los suyos y a sí mis­mo; por su par­te, Shan­non ofre­ce una nota­ble com­po­si­ción de un impla­ca­ble indi­vi­duo que apro­pián­do­se de múl­ti­ples hoga­res no es capaz de tener uno propio.

Con­clu­sión: Un film que por su rea­lis­ta temá­ti­ca y el acer­ta­do modo en que está rela­ta­do mere­ce ser vis­to sin reser­va algu­na. Jor­ge Gutman