Una Excén­tri­ca Dama

THE LADY IN THE VAN. Gran Bre­ta­ña, 2015. Un film de Nicho­las Hytner

Este film engro­sa la lis­ta de aque­llos rela­tos en don­de la reali­dad supera a la fic­ción. Si no se tuvie­ra en cuen­ta que lo que aquí se narra es la repro­duc­ción de una his­to­ria que en su mayor par­te acon­te­ció, The Lady in the Van podría ser con­si­de­ra­da como una curio­sa fábu­la difí­cil­men­te posi­ble de acon­te­cer en la vida real. Eso es lo que se des­pren­de de las memo­rias del dra­ma­tur­go bri­tá­ni­co Alan Ben­nett que ver­ti­da en una pro­duc­ción tea­tral repre­sen­ta­da en Lon­dres en 1999 ha sido aho­ra tras­la­da­da a la pan­ta­lla en una adap­ta­ción efec­tua­da por el autor.

Alex Jennings y Maggie Smith

Alex Jen­nings y Mag­gie Smith

La his­to­ria comien­za en 1974 cuan­do Miss Shepherd (Mag­gie Smith), una ancia­na octo­ge­na­ria, esta­cio­na su fur­go­ne­ta en for­ma tem­po­ra­ria en la entra­da de acce­so de la casa de Ben­nett (Alex Jen­nings) ubi­ca­da en el barrio Camp­bell de Lon­dres. Ese esta­cio­na­mien­to dura­ría 15 años, cuan­do la due­ña del vehícu­lo falle­ce en 1989.

A par­tir de esta pre­mi­sa, el per­so­na­je de Ben­net se des­do­bla en dos; por una par­te se encuen­tra el Alan que man­tie­ne la rela­ción con la dama del vehicu­lo, y por otra par­te está el Alan autor que escri­be el rela­to des­ta­can­do la per­so­na­li­dad de Miss Shepherd.

El públi­co con­tem­pla a una vaga­bun­da excén­tri­ca, deli­ran­te y de un carác­ter inso­por­ta­ble que decla­ra reci­bir con­se­jos de la Vir­gen María; por si eso fue­se poco, su pre­sen­cia anti­hi­gié­ni­ca y las bol­sas de basu­ra que deja tira­das alre­de­dor de su fur­go­ne­ta des­pren­den un olor nau­sea­bun­do que afec­ta al vecin­da­rio. A pesar de todo, esta vie­ja gru­ño­na es obje­to de com­pa­sión por par­te de los resi­den­tes loca­les quie­nes le pro­por­cio­nan ropa usa­da, comi­da e inclu­so algu­nos rega­li­tos de Navidad.

Fren­te a lo des­crip­to, lo que brin­da sus­ten­to al film son sus inte­li­gen­tes diá­lo­gos, algu­nas situa­cio­nes cómi­cas que sur­gen del com­por­ta­mien­to de esta mujer y sobre todo cier­tas obser­va­cio­nes de Ben­nett acer­ca de la con­duc­ta huma­na con espe­cial refe­ren­cia a su pro­pia expe­rien­cia en la rela­ción afec­ti­va man­te­ni­da con ella.

Sin duda algu­na, la prin­ci­pal atrac­ción de este film es el tra­ba­jo de Smith. La vete­ra­na y talen­to­sa artis­ta del cine y tea­tro bri­tá­ni­co ha dado mues­tra a tra­vés de su exten­sa carre­ra pro­fe­sio­nal que es una de las mejo­res actri­ces del mun­do; ese pres­ti­gio lo sigue rati­fi­can­do con el his­trio­nis­mo que des­plie­ga en este film don­de renue­va con su mag­né­ti­ca pre­sen­cia la carac­te­ri­za­ción del mis­mo per­so­na­je que inter­pre­tó en el esce­na­rio tea­tral; su inter­pre­ta­ción des­lum­bra de mane­ra tal que se tie­ne la sen­sa­ción de con­tem­plar a la ver­da­de­ra Miss Shepherd. A su lado, es meri­to­ria la actua­ción de Alex Jen­nings en el rol de los dos Ben­netts, así como los otros acto­res de repar­to que inclu­yen a Fran­ces de la Tour, Jim Broad­bent, James Cor­den y Roger Allam. Final­men­te, la flui­da direc­ción de Nicho­las Hyt­ner con­tri­bu­ye al pla­cer que se obtie­ne vien­do este film.

Con­clu­sión: Una his­to­ria casi real, muy bien rela­ta­da y estu­pen­da­men­te inter­pre­ta­da por Mag­gie SmithJor­ge Gutman

La Indis­cu­ti­ble Joya de Walt Disney

SNOW WHI­TE AND THE SEVEN DWARFS. Esta­dos Uni­dos, 1937. Una pro­duc­ción de Walt Dis­ney. Dis­tri­bu­ción: Disney/Buena Vis­ta (2016).

Varias veces edi­ta­da, la extra­or­di­na­ria pro­duc­ción del genial Walt Dis­ney Blan­ca Nie­ves y los Sie­te Enani­tos ha sido aho­ra nue­va­men­te lan­za­da al mer­ca­do en el for­ma­to Blu-ray de alta defi­ni­ción y por pri­me­ra vez en HD Digital.

No es cues­tión de efec­tuar un aná­li­sis crí­ti­co de esta mara­vi­lla cine­ma­to­grá­fi­ca del siglo pasa­do. La excep­cio­nal visión de Dis­ney y su equi­po de cola­bo­ra­do­res logra­ron el mila­gro de brin­dar un lar­go­me­tra­je de ani­ma­ción en 1937 cuan­do has­ta ese enton­ces sola­men­te se rea­li­za­ban cor­to­me­tra­jes ani­ma­dos de esca­sos minutos.

SNOW WHITE AND THE SEVEN DWARFS

Cuan­do el 21 de diciem­bre de 1937 la pelí­cu­la tuvo su estreno mun­dial en el Carthay Cir­cle Thea­ter, uno de los gran­des pala­cios de cine de la épo­ca dora­da Holly­wood, el entu­sias­mo de los asis­ten­tes fue colo­sal y los crí­ti­cos espe­cia­li­za­dos la iden­ti­fi­ca­ron como una obra maes­tra. Deci­di­da­men­te se tra­ta de un film de extra­or­di­na­ria tras­cen­den­cia por­que sir­vió de ins­pi­ra­ción para otros tra­ba­jos de ani­ma­ción que pos­te­rior­men­te se vie­ron a lo lar­go del siglo pasa­do y comien­zos del presente.

Ade­más de la téc­ni­ca revo­lu­cio­na­ria de ani­ma­ción de ese enton­ces, uno de los fac­to­res del éxi­to resi­dió en su tema que fue adap­ta­do del cuen­to homó­ni­mo de los her­ma­nos Grimm de 1812. En el mis­mo, la her­mo­sa prin­ce­si­ta Blan­ca­nie­ves logra ser res­ca­ta­da de la mal­dad de la rei­na madras­tra que la quie­re ver muer­ta, gra­cias a la soli­da­ria amis­tad de sie­te enani­tos y al amor de un prín­ci­pe que con su beso mági­co sal­va su vida y se casa con ella.

Tam­bién el film se valo­ri­zó por la inma­cu­la­da des­crip­ción de sus per­so­na­jes y por una ban­da de soni­do excep­cio­nal que inclu­ye ocho her­mo­sas can­cio­nes com­pues­tas por Frank Chur­chill, Leigh Har­li­ne y Paul Smith. Sus pega­di­zas melo­días faci­li­tan el tara­reo y entre las mis­mas se encuen­tra la can­ción Whistle Whi­le Your Work (Sil­ban­do mien­tras se está tra­ba­jan­do) que ento­na Blan­ca­nie­ves mien­tras efec­túa el aseo en la casa de los enani­tos; otro tema muy cono­ci­do es “Heigh-Ho” can­ta­do en coro por los enani­tos mien­tras van mar­chan­do de regre­so al hogar des­pués de la jor­na­da de tra­ba­jo. A casi 8 déca­das de su estreno, esta joya cine­ma­to­grá­fi­ca ha cau­ti­va­do a millo­nes de espec­ta­do­res del mun­do ente­ro y de todas las edades.

El video es pre­sen­ta­do en un paque­te que con­tie­ne un dis­co Blu-ray, un segun­do dis­co DVD y el HD Digi­tal. La pre­sen­te edi­ción ofre­ce una gran can­ti­dad de extras, entre los cua­les se des­ta­can los siguien­tes: In Walt’s Words: Snow Whi­te and the Seven Drwarfs don­de a tra­vés de mate­rial de archi­vo en un repor­ta­je efec­tua­do en 1956, Walt Dis­ney se refie­re al acuer­do lle­ga­do con la dis­tri­bui­do­ra RKO Pic­tu­res en mar­zo de 1936 res­pec­to del film que se esta­ba ges­tan­do; Ico­no­graphy, en don­de se mues­tra cómo este film influ­yó en la cul­tu­ra popu­lar, el arte y la moda; en Dis­ney Ani­ma­tion: Desig­ning Disney’s First Prin­cess, varios artis­tas de hoy día dis­cu­ten sobre la con­cep­ción de Blan­ca­nie­ves y su gra­vi­ta­ción en la apa­rien­cia de algu­nos de los per­so­na­jes favo­ri­tos de Dis­ney; Alter­na­te Sequen­ce inclu­ye una esce­na nun­ca vis­ta has­ta aho­ra don­de el prín­ci­pe sale al encuen­tro de Blan­ca­nie­ves; Brin­ging Snow Whi­te to Life, es un minu­cio­so rela­to sobre cómo fue lle­va­do a cabo la pro­duc­ción del film; etc.

Audio: Inglés, Fran­cés, Espa­ñol con sub­tí­tu­los opta­ti­vos en los 3 idio­mas. Jor­ge Gutman

La Bús­que­da de la Felicidad

ON THIS DAYAutor: Ale­xan­dria Haber — Direc­ción: Alain Gou­lem — Elen­co: Ste­fa­nie Bux­ton, Tre­vor Hayes, Eme­lia Hell­man, Car­lo Mes­tro­ni, Leni Par­ker — Deco­ra­dos y Ves­tua­rio: Amy Keith – Ilu­mi­na­ción: Robert Thom­son – Dura­ción: 1h35 (sin entre­ac­to). Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 6 de mar­zo de 2016 en el Cen­taur Thea­tre (www.centaurtheatre.com)

Resul­ta extra­ño y deci­di­da­men­te difí­cil encon­trar el ver­da­de­ro sen­ti­do que impul­só a la dra­ma­tur­ga cana­dien­se Ale­xan­dria Haber a escri­bir esta pie­za. Lo úni­co que pue­de acla­rar esa incóg­ni­ta es lo que la auto­ra mani­fies­ta en una de las notas que se encuen­tra inser­ta en el pro­gra­ma; allí mani­fies­ta que el prin­ci­pal tema es “un examen de la feli­ci­dad y la explo­ra­ción sobre cómo las rela­cio­nes van emer­gien­do de tal deseo para enten­der y que­rer feli­ci­dad”. Si estas pala­bras sue­nan ambi­guas y poco cla­ras, apre­ciar lo que se expo­ne en esta obra lo es aún más.

Al comen­zar se sabe –aun­que el públi­co no pre­sen­cia lo que se rela­ta- que Gra­ce, una rara joven (Eme­lia Hella­man) mar­cha­ba sobre una ruta de un camino topán­do­se con un auto que venía en direc­ción opues­ta don­de via­ja­ban Henry (Car­lo Mes­tro­ni) y su mujer Sarah (Leni Par­ker). Des­pués de haber sido lle­va­da a una clí­ni­ca cer­ca­na –que tam­po­co el públi­co pre­sen­cia- pare­ce ser que el acci­den­te no dejó secue­la algu­na. Como Henry y su espo­sa esta­ban en camino con des­tino al hogar del matri­mo­nio inte­gra­do por Cli­ve (Tre­vor Hayes) y Celia (Ste­fa­nie Bux­ton) para cele­brar el cum­plea­ños de Sarah, los invi­ta­dos le ofre­cen a Gra­ce que los acom­pa­ñe para tal ocasión.

Si des­pués de los pri­me­ros 15 minu­tos des­crip­tos la pie­za pue­de des­per­tar cier­ta intri­ga sobre lo que acon­te­ce­rá, real­men­te lo que suce­de des­pués des­con­cier­ta en for­ma sor­pren­den­te. Duran­te la cena se ve a los cin­co per­so­na­jes reu­ni­dos don­de un cli­ma de ten­sión se pro­du­ce entre Cli­ve que es un defen­sor de la ali­men­ta­ción orgá­ni­ca y un repre­sen­tan­te del New Age que acu­sa a Henry por su pos­tu­ra mate­ria­lis­ta; esa dis­cu­sión no con­du­ce a par­te algu­na don­de las res­pec­ti­vas espo­sas tra­tan de sua­vi­zar el cli­ma rei­nan­te, en tan­to que Gra­ce sigue sien­do un enig­ma como per­so­na sal­vo que demues­tra una gran avi­dez y ape­ti­to hacia la comi­da de la due­ña de casa.
A tra­vés de esce­nas que se van suce­dien­do, no muy flui­das entre las mis­mas, que­da evi­den­cia­do que nin­guno de los dos matri­mo­nios es feliz en la rela­ción con­yu­gal. En el caso de Sarah ella sufre por­que Henry está por dejar­la por una joven de 19 años, mien­tras que Celia sien­te abu­rri­mien­to con la vida que lle­va don­de evi­den­te­men­te el víncu­lo con su mari­do no la lle­na de satisfacciones.

Pre­sen­ta­da como come­dia dra­má­ti­ca, este rela­to irrea­lis­ta que trans­cu­rre en esca­sas horas pue­de qui­zás haber com­pla­ci­do las aspi­ra­cio­nes de la auto­ra pero no del públi­co. Con una pues­ta en esce­na poco flui­da y sin una con­ve­nien­te des­crip­ción de per­so­na­jes que los tor­ne intere­san­tes, esta pie­za care­ce de la dosis de pro­fun­di­dad nece­sa­ria capaz de pro­du­cir cier­ta emo­ción; en esen­cia, si aca­so real­men­te se pre­ten­dió efec­tuar un aná­li­sis de la feli­ci­dad huma­na, esta obra no logra­do su propósito.

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Un Nue­vo Encuen­tro con el Cine de Quebec

REN­DEZ-VOUS DU CINÉ­MA QUÉBECOIS

Una vez más tie­ne lugar en Mon­treal la cita anual con la cine­ma­to­gra­fía de Que­bec. Des­de su inser­ción en 1982, el deno­mi­nado Ren­dez-vous du ciné­ma qué­bé­cois (RVCQ) que se desa­rro­lla anual­mente duran­te el lap­so de 10 días, ha sabi­do con­vo­car al públi­co de Mon­treal para juz­gar en carác­ter de prees­treno algu­nos de los nue­vos títu­los pro­du­ci­dos en Que­bec, así como tam­bién poder pre­sen­ciar aqué­llos que fue­ron exhi­bi­dos en la tem­po­rada anterior.

Den­tro del pano­rama del cine cana­diense no hay duda que la cine­ma­to­gra­fía de esta pro­vin­cia fran­có­fona es la que más se des­taca debi­do a la cali­dad de su pro­duc­ción mani­fes­tada por el exce­lente nivel de rea­li­za­do­res y acto­res participantes.

Para la pre­sente tri­gé­simo cuar­ta edi­ción habrán de pre­sen­tarse 330 fil­mes que inclu­yen lar­gos y cor­to­me­tra­jes de fic­ción, docu­men­ta­les y ani­ma­ción, don­de 125 títu­los son pre­sen­ta­das en pri­mi­cia mundial.

James Hyndman en BORIS SANS BÉATRICE

James Hynd­man en BORIS SANS BÉATRICE

El fes­ti­val se inau­gura con el film Boris sans Béa­tri­ce, el noveno lar­go­me­tra­je de Denis Côte inter­pre­ta­do por James Hynd­man, Simon-Ëli­se Girard y el actor fran­cés Denis Lavant, que pre­ci­sa­men­te en estos días se pre­sen­ta en el Fes­ti­val de Ber­lín, en tan­to que el film de clau­sura es Avant les rues de la rea­li­za­do­ra Chloé Leri­che. Entre otros títu­los de fic­ción pre­sen­ta­dos por pri­me­ra vez en Cana­dá se des­ta­can Ana de Fré­dé­rick Maheux, L’eau de la vie de G. Scott MacLeod, Mon­tréal, la blan­che de Bachir Ben­sad­dek, Copenha­gue — A love story de Phi­lip­pe Lesa­ge y en pre­mier mun­dial Tou­jours enco­re de Jean-Fra­nçois Boisvenue.

En mate­ria de docu­men­ta­les hay 8 lar­go­me­tra­jes que se pro­yec­ta­rán en carác­ter de pri­mi­cia mun­dial. Entre los mis­mos se dis­tin­guen Capi­tai­nes des haut-fonds de Cédric Landry, Le chant des étoi­les de Nadi­ne Beau­det, The India Spa­ce Ope­ra de Kor­bett Matthews, Cris sur le bayou de Danic Cham­poux, Semeurs d’espoir en terres ari­des de Hele­ne Klo­dawsky y Mon­tréal New Wave de Érik Cimon.

Algu­nos títu­los que han teni­do amplia difu­sión en 2015 vol­ve­rán a pro­yec­tar­se como es el caso de Félix et Mei­ra de Maxi­me Giroux, Cor­bo de Mathieu Denis, Les êtres chers de Anne Émond y Les Démons de Phi­lip­pe Lesa­ge. Ade­más, el fes­ti­val reme­mo­ra­rá impor­tan­tes títu­los clá­si­cos como lo fue­ron Le Déclin de l’empire amé­ri­cain de Denys Arcand, Males­tröm de Denis Ville­neu­ve y La fem­me de l’hôtel de Léa Pool.

Al mar­gen de las pro­yec­cio­nes se rea­li­za­rán una serie de acti­vi­da­des que per­mi­ti­rán al públi­co acer­car­se a los gran­des crea­do­res y arte­sa­nos del cine de Que­bec. Entre las mis­mas se encuen­tran las Lec­cio­nes de Cine a car­go de Jean-Fra­nçois Rivard, Fra­nçois Létour­neau, Phi­lip­pe Falar­deau y André Tur­pin. Espe­cial rele­van­cia adquie­re la cola­bo­ra­ción del Fes­ti­val Inter­na­cio­nal de Cine de Toron­to con el RVCQ al reci­bir la visi­ta de Piers Hand­ling, el direc­tor del TIFF para man­te­ner una con­ver­sa­ción con los festivaleros.

Esta cita con el cine de Que­bec comien­za el 18 de febre­ro y se extien­de has­ta el día 27 inclu­sive. Las pro­yec­cio­nes se rea­li­za­rán en nume­ro­sas salas, entre otras, las de la Cine­ma­te­ca de Que­bec, el com­ple­jo Cine­plex Odeon del Quar­tier Latin, Cine Impe­rial, Tea­tro Outre­mont, Pabe­llón Judith-Jas­min Anne­xe de la UQAM y la Pla­ce des Festivals.

Para todos los luga­res de pro­yec­ción, los fil­mes con sus hora­rios res­pec­ti­vos y todas las demás acti­vi­da­des vin­cu­la­das con el even­to pre­sio­ne aquí

Una Repe­ti­da Violencia

DHEE­PAN. Fran­cia, 2015. Un film de Jac­ques Audiard

Nue­va­men­te el rea­li­za­dor Jac­ques Audiard ofre­ce un film de gran soli­dez dra­má­ti­ca tal como lo ha hecho en Un prophè­te (Un Pro­fe­ta) de 2009 y De roui­lle et d’os (De Oxi­do y Hue­sos) de 2012. A tra­vés de un duro rela­to, Audiard trans­por­ta al espec­ta­dor en un via­je alta­men­te emo­cio­nal que ofre­ce varias lecturas.

En un guión que le per­te­ne­ce escri­to con Noe Debre y Tho­mas Bide­gain, el direc­tor rela­ta una his­to­ria que comien­za en Sri Lan­ka. Este país asiá­ti­co atra­ve­só duran­te un lar­go perío­do un con­flic­to étni­co vio­len­to entre el gobierno y la gue­rri­lla insur­gen­te cono­ci­da con el nom­bre de “Tigres Tami­les” que fue derro­ta­da en 2009. Den­tro de ese con­tex­to, el film pre­sen­ta a Dhee­pan (Antonytha­san Jesutha­san), un ex com­ba­tien­te que logró sal­var­se y que lue­go de que­mar su uni­for­me, deci­de emi­grar a Euro­pa para ini­ciar una nue­va vida.

Antonythasan Jesuthasan

Antonytha­san Jesuthasan

Con­si­de­ran­do que para un hom­bre sol­te­ro es mucho más difí­cil obte­ner asi­lo polí­ti­co que para una fami­lia cons­ti­tui­da, él deci­de for­mar­la fic­ti­cia­men­te tras con­ven­cer a la joven Yali­ni (Kalieas­wa­ri Sri­ni­va­san) para que pose como su espo­sa y a İllay­aal (Cla­di­ne Vina­sithamby), una niña huér­fa­na de 9 años, como hija de la pare­ja. De este modo, y recu­rrien­do a pasa­por­tes fal­sos esta fami­lia lle­ga a París; allí, el trío es ubi­ca­do en un depar­ta­men­to de un mono­blo­que habi­ta­cio­nal veni­do a menos que está situa­do en uno de los subur­bios más des­fa­vo­re­ci­dos de la ciudad.

La ilus­tra­ción de una fami­lia de inmi­gran­tes que debe inte­grar­se a un nue­vo medio social y cul­tu­ral está mag­ní­fi­ca­men­te des­crip­ta por Audiard. En pri­mer lugar, se encuen­tra la gran barre­ra impues­ta por el des­co­no­ci­mien­to del idio­ma, don­de los recién lle­ga­dos igno­ran­do casi por com­ple­to el fran­cés sólo se expre­san en la len­gua tamil que es habla­da en el nor­te de Sri Lan­ka; evi­den­tes esfuer­zos son rea­li­za­dos para que esta “fami­lia” pue­da comu­ni­car­se con ter­ce­ros. Si bien Dhee­pan es emplea­do para tra­ba­jar como guar­dián del edi­fi­cio y para efec­tuar otros menes­te­res, su supues­ta espo­sa se man­tie­ne ale­ja­da y poco dis­pues­ta a adap­tar­se a la nue­va situa­ción. Así, ella ame­na­za con irse a Ingla­te­rra don­de vive un fami­liar suyo, aban­do­nan­do por lo tan­to a su “mari­do” e “hiji­ta”; sin embar­go, cam­bia de acti­tud al lograr un tra­ba­jo en el edi­fi­cio que habi­ta, don­de debe coci­nar y cui­dar a un anciano enfer­mo. Por su par­te, İllay­aal asis­te a la escue­la don­de es ubi­ca­da en un cur­so espe­cial jun­to con otros niños inmi­gran­tes que deben apren­der fran­cés; aun­que al prin­ci­pio se sien­te frus­tra­da fren­te a la acti­tud poco ami­ga­ble de algu­nas com­pa­ñe­ras de aula, final­men­te ter­mi­na amol­dán­do­se al gru­po que la circunda.

Es intere­san­te con­tem­plar cómo cada miem­bro de esta fami­lia se vin­cu­la con los otros dos, sobre todo si se con­si­de­ra que par­tie­ron de Sri Lan­ka como com­ple­tos des­co­no­ci­dos. En tal sen­ti­do resul­ta muy con­vin­cen­te el sen­ti­mien­to pater­nal que Dhee­pan va expe­ri­men­tan­do hacia la niña tenien­do en cuen­ta que él ya tuvo una fami­lia ver­da­de­ra en Sri Lan­ka don­de per­dió a su seño­ra e hijo. Asi­mis­mo, el acer­ca­mien­to que man­tie­ne hacia Yali­ni es sen­ci­lla­men­te la de un vecino que debe com­par­tir la vivien­da con otra per­so­na, ya que por el momen­to no le es fácil acep­tar la idea de que otra mujer pue­da reem­pla­zar a su que­ri­da esposa.

Con una pri­me­ra par­te absor­ben­te a la vez que minu­cio­sa­men­te deta­lla­da, le suce­de otra de con­si­de­ra­ble impac­to. Sin que Dhee­pan y Yali­ni lo hubie­ran ima­gi­na­do, los tris­tes resa­bios del pasa­do vuel­ven a cobrar vida. Eso se debe a que en el “ban­lieu” en que habi­tan impe­ra una ener­van­te ten­sión gene­ra­da por la pre­sen­cia de ban­das delic­ti­vas riva­les que siem­bran el caos en una gue­rra intes­ti­na moti­va­da por el trá­fi­co de dro­gas. Es allí que Dhee­pan, Yali­ni y la niña se encuen­tran inser­ta­dos en un ambien­te tene­bro­so don­de la vio­len­cia polí­ti­ca del país del cual emi­gra­ron se repi­te en el nue­vo medio en que se hallan; en efec­to, pare­ce­ría impe­rar la ley de la jun­gla don­de la auto­ri­dad poli­cial bri­lla por su ausen­cia. En esta dra­má­ti­ca ilus­tra­ción, el rea­li­za­dor pre­sen­ta los hechos sin asu­mir jui­cio alguno, dejan­do que el públi­co refle­xio­ne sobre lo que está presenciando.

Audiard ha logra­do un film apa­sio­nan­te a la vez que alta­men­te polé­mi­co don­de los tópi­cos con­si­de­ra­dos no son aje­nos a la reali­dad actual; bas­ta­rá tener en cuen­ta los múl­ti­ples desa­fíos que pre­sen­ta el asen­ta­mien­to de miles de refu­gia­dos polí­ti­cos que están lle­gan­do a Euro­pa y a otros rin­co­nes del mun­do esca­pan­do del infierno de sus paí­ses, así como la vio­len­cia urba­na des­ata­da últi­ma­men­te en Fran­cia y Bél­gi­ca en los barrios mar­gi­na­les sub­ur­ba­nos con gran con­cen­tra­ción de inmi­gran­tes extraeuropeos.

Ade­más del inte­rés temá­ti­co, lo que aquí tras­cien­de es el exce­len­te tra­ta­mien­to cine­ma­to­grá­fi­co que Audiard empleó en su narra­ción apli­can­do un rit­mo pau­sa­do y mesu­ra­do que atra­pa al espec­ta­dor. Otro aspec­to impor­tan­te es haber con­vo­ca­do a acto­res des­co­no­ci­dos para asu­mir los roles pro­ta­gó­ni­cos quie­nes ofre­cen una satis­fac­to­ria inter­pre­ta­ción. En tal sen­ti­do, sobre­sa­le la pre­sen­cia de Jesutha­san; este pro­lí­fi­co autor que vive en Fran­cia, duran­te su ado­les­cen­cia estu­vo enro­la­do por tres años con los “Tigres Tami­les” y que al igual que Dhee­pan dejó su país de ori­gen para esca­par de la vio­len­cia impe­ran­te; de allí que no resul­ta extra­ño que su par­ti­ci­pa­ción asu­mien­do el rol pro­ta­gó­ni­co sea com­ple­ta­men­te natu­ral y genuina.

Si bien la com­pla­cien­te esce­na final resul­ta realís­ti­ca­men­te poco pro­ba­ble, eso no lle­ga a empa­ñar la cali­dad de este dra­ma lace­ran­te que obtu­vo el pres­ti­gio­so pre­mio de la Pal­ma de Oro en el fes­ti­val de Can­nes 2015.

Con­clu­sión: Una obra des­ga­rra­do­ra y pro­fun­da sobre la inmi­gra­ción y la vio­len­cia en la socie­dad fran­ce­sa. Jor­ge Gutman