Dos Tram­po­sos Productores

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

THE PRO­DU­CERS. Libro: Mel Brooks y Tho­mas Meehan. Músi­ca y Letra: Mel Brooks. Direc­ción Escé­ni­ca: Ani­sa Came­ron. Direc­ción Musi­cal: Nick Bur­gess.Tra­duc­ción al Idish del libro: Mariam Hoff­man. Tra­duc­ción al Idish de la letra de las can­cio­nes: Rai­sel Can­dib y Aron Gonshor. Coreó­gra­fo: Jonathan Pat­ter­son. Esce­no­gra­fía: Jeremy Gor­da­neer. Dise­ño del Ves­tua­rio: Loui­se Bou­rret. Ilu­mi­na­ción: Luc Prai­rie. Dise­ño del Soni­do: Peter Balov. Elen­co por orden alfa­bé­ti­co: Stephen Booth, Sam Bou­cher, Her­bert Browns­tein, Mit­chell Browns­tein, Arie­lle Buch-Froh­lich, Danie­lle Buch, Toby Clark, Bai­ley Cohen-Kri­chevsky, Chloé Edwards, Pau­la Wolf­man Frank, Janet Gar­mai­se, Anna­bel Gutherz, Helen Gwiaz­da, Nico­la Han­chet, Renée Hod­gins, Amber Jonas, Kas­sie Kar­dos, Judy Kenigs­berg, Betty Kis Marer, Ryan Klig­man, Nao­mi Kraj­den, Elan Kunin, Emma Loe­rick, Gabriel Mahar­jan, Jean­ne Motulsky, Jonathan Pat­ter­son, Karyn Pellatt-Caron, Jonah Pres­ser, Robert Pres­ser, Stephen Maclean Rogers, Alisha Ruiss, Mikey Sam­ra, Bran­don Sch­wartz, Han­nah Shef­fren, Bever­ley Sil­ver­man, Kenny Stein, Sam Stein, Ari Ster­lin, Miran­da Tuwaig y Cori­na Vin­ce­lli. Dura­ción: 2 horas 50 minu­tos (inclu­yen­do un entre­ac­to de 20 minu­tos.) Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 10 de julio de 2016 en la sala prin­ci­pal del Segal Cen­tre (www.segalcentre.org)

La com­pa­ñía del Cen­tro Segal con­clu­ye su tem­po­ra­da 2016 – 2017 con la pie­za musi­cal de Mel Brooks The Pro­du­cers. En un esfuer­zo con­jun­to con la par­ti­ci­pa­ción de la Dra­ma­tic Society de Cȏte Saint-Luc se ha logra­do un espec­tácu­lo que no tie­ne des­per­di­cio alguno.

Mikey Samra y Sam Stein (Foto de Andree Lanthier).

Elan Kunin, Mikey Sam­ra y Sam Stein (Foto de Andrée Lanthier).

Esta come­dia musi­cal que habien­do sido estre­na­da en Broad­way en 2001 logró el récord de 12 pre­mios Tony, es por pri­me­ra vez repre­sen­ta­da en idish. Es por eso que antes de juz­gar sus valo­res intrín­se­cos es nece­sa­rio elo­giar el extra­or­di­na­rio resul­ta­do obte­ni­do con la tra­duc­ción efec­tua­da de los diá­lo­gos y la letra de los núme­ros musi­ca­les a dicho idio­ma; en tal sen­ti­do no sola­men­te se ha man­te­ni­do el espí­ri­tu de la ver­sión ori­gi­nal sino que ade­más ha sido cap­ta­do el con­ta­gio­so humor judío que carac­te­ri­za a las ope­re­tas musi­ca­les de dicha lengua.

Sam Stein y Mikey Samra (Foto de Andree Lanthier)

Mikey Sam­ra y Sam Stein (Foto de Andrée Lanthier)

Esta sáti­ra musi­cal se basa en la pelí­cu­la de igual nom­bre que diri­gió Brooks en 1968; en la mis­ma se siguen los pasos de dos pro­duc­to­res tea­tra­les: Max Bialys­tock (Sam Stein), un vete­rano empre­sa­rio de Broad­way, y su apo­ca­doo con­ta­dor Leo Bloom (Mikey Sam­ra). Ambos con­ci­ben un plan para vol­ver­se millo­na­rios recau­dan­do 2 millo­nes de dóla­res de poten­cia­les inver­so­res para pro­du­cir el peor musi­cal que algu­na vez haya sido mon­ta­do en Broad­way; la obra selec­cio­na­da lle­va como títu­lo “Spring­ti­me for Hitler”” (Pri­ma­ve­ra para Hitler) y dada su pési­ma cali­dad ellos están con­ven­ci­dos de que baja­rá de car­tel inme­dia­ta­men­te y así ambos podrán que­dar­se con el dine­ro sobran­te recau­da­do anti­ci­pa­da­men­te. Sin embar­go nada resul­ta de acuer­do a lo pla­nea­do por­que la pie­za logra un reso­nan­te éxi­to de crí­ti­ca y públi­co y como con­se­cuen­cia de ello los dos embau­ca­do­res deben vér­se­las con las auto­ri­da­des impo­si­ti­vas por el frau­de que han urdido.

Sam Stein y Mikey Samra (Foto de Andree-Lanthier)

Sam Stein y Mikey Sam­ra (Foto de Andrée Lanthier)

En esen­cia, el humor irre­ve­ren­te y pro­fano de The Pro­du­cers logró con­quis­tar al públi­co de los dife­ren­tes luga­res don­de ha sido repre­sen­ta­da; algo simi­lar ha ocu­rri­do con los espec­ta­do­res de Mon­treal, a juz­gar por la gran ova­ción brin­da­da en la vela­da de estreno que tuvo lugar esta sema­na; a decir ver­dad, los aplau­sos han sido amplia­men­te merecidos.

Uno de los fac­to­res que con­tri­bu­ye al éxi­to de la pre­sen­te pro­duc­ción es la ima­gi­na­ti­va pues­ta escé­ni­ca de Ani­sa Came­ron que supo supe­rar el incon­ve­nien­te de dis­po­ner de un redu­ci­do esce­na­rio al haber con­se­gui­do que el espec­tácu­lo luz­ca bri­llan­te, al mejor esti­lo de Broad­way. Lo cier­to es que ella le impri­mió un rit­mo flui­do y tam­bién supo extraer lo mejor de su mul­ti­ta­len­to­so elenco.

Sam Stein, Mikey Samra y Compañía (Foto de Andree Lanthier)

Sam Stein, Mikey Sam­ra y Com­pa­ñía (Foto de Andrée Lanthier)

Como uno de los dos pro­ta­go­nis­tas Sam Stein vuel­ca una sor­pren­den­te ener­gía logran­do una his­trió­ni­ca carac­te­ri­za­ción del vete­rano empre­sa­rio Bialys­tok que a toda cos­ta quie­re seguir sien­do “El Rey de Broad­way” y lo expre­sa can­tan­do con brío Keneg Fun Broad­way. A su lado, Mikey Sam­ra impre­sio­na favo­ra­ble­men­te como el tími­do Bloom que anhe­la con­ver­tir­se en pro­duc­tor; tam­bién demues­tra agi­li­dad en la inter­pre­ta­ción de can­cio­nes y bai­les logran­do man­te­ner una bue­na quí­mi­ca con Stein. Risas a gra­nel des­pier­ta Elan Kunin como el neo­na­zi e his­té­ri­co autor ger­mano de la obra que se mon­ta­rá en Broad­way y está impa­ga­ble en el núme­ro músi­cal Haben Sie Gehoert Das Deu­t­che Band así como inter­pre­tan­do Der Guten Tag Hop-Clop jun­to a Max y Leo. Jonathan Pat­ter­son se des­ta­ca como el inep­to direc­tor escé­ni­co gay Roger De Bris ofre­cien­do gra­cia y sim­pa­tía en el núme­ro musi­cal Keep It Gay; por su par­te Ryan Klig­man se luce como su afe­mi­na­do asis­ten­te Car­men Ghia. Final­men­te, Alisha Ruiss atrae como la rubia y sen­sual Ulla que logra hacer batir el cora­zón de Bloom.

Ade­más de los ele­men­tos men­cio­na­dos, el espec­tácu­lo es igual­men­te resal­ta­do por la exce­len­te labor del coreó­gra­fo Jonathan Pat­ter­son en la coreo­gra­fía de los núme­ros musi­ca­les así como por el vis­to­so ves­tua­rio dise­ña­do por Loui­se Bou­rret y la ade­cua­da esce­no­gra­fía de Jeremy Gor­dan­ner que per­mi­te que los cam­bios escé­ni­cos se reali­cen en con­ta­dos segundos.

De lo que ante­ce­de, pue­de seña­lar­se que esta pro­duc­ción reúne todos los ele­men­tos nece­sa­rios para que se con­vier­ta en una expe­rien­cia tea­tral de nota­ble cali­dad artística.