Un Devo­to Pro­fe­sor de Música

THE VIO­LIN TEA­CHER. Brasil,2015. Un film escri­to y diri­gi­do por Ser­gio Machado.

Una nue­va pelí­cu­la mos­tran­do cómo un devo­to edu­ca­dor pue­de ser­vir de ins­pi­ra­ción a una juven­tud mar­gi­na­da es lo que Ser­gio Macha­do ofre­ce en esta sen­ci­lla y huma­na his­to­ria. Un abne­ga­do­re­la­to está basa­do en un hecho real que tuvo lugar en la déca­da del 90 en Helió­po­lis, la fave­la más gran­de de la inmen­sa ciu­dad de Sao Pau­lo. Es allí don­de el direc­tor de orques­ta Sil­vio Bac­ca­re­lli logró for­mar un ins­ti­tu­to de músi­ca que per­mi­tie­ra a jóve­nes resi­den­tes desa­rro­llar sus apti­tu­des musi­ca­les a fin de optar por un futu­ro más promisorio.

Lázaro Ramos

Láza­ro Ramos

El guión del rea­li­za­dor (escri­to con­jun­ta­men­te con Maria Ade­lai­de Ama­ral, Mar­ce­lo Gomes y Mar­ta Neh­ring) pre­sen­ta a Laer­te (Láza­ro Ramos), un dota­do vio­li­nis­ta que al no haber logra­do pasar satis­fac­to­ria­men­te una audi­ción para un pues­to en la Orques­ta Sin­fó­ni­ca de Sao Pau­lo, acep­ta con reluc­tan­cia tra­ba­jar como docen­te en una escue­la públi­ca de Helió­po­lis de un gru­po de gen­te joven que se sien­te incli­na­da por la músi­ca; el pro­ble­ma resi­de en que se tra­ta de ado­les­cen­tes indis­ci­pli­na­dos y que ade­más no saben leer las notas de la partitura.

El rela­to mues­tra el con­si­de­ra­ble esfuer­zo del pro­fe­sor para que sus alum­nos pue­dan cap­tar sus ense­ñan­zas y sobre todo que algu­nos más bri­llan­tes como es el caso de Samuel (Elzio Viei­ra) pue­da sobre­sa­lir exi­to­sa­men­te. No menos impor­tan­te es des­ta­car que los estu­dian­tes habi­tan en un medio don­de impe­ra el cri­men, la dro­ga y la ten­sión pro­vo­ca­da por la actua­ción de los mafio­sos del lugar y en don­de la vida huma­na no es pre­ci­sa­men­te un bien muy valo­ra­do; en todo caso, Macha­do sin efec­tuar una direc­ta crí­ti­ca social ilus­tra de todos modos el mar­ca­do con­tras­te exis­ten­te entre la ciu­dad moder­na y las zonas más des­fa­vo­re­ci­das como Heliópolis.

Como es de espe­rar la misión empren­di­da por el maes­tro a la pos­tre redun­da­rá satis­fac­to­ria­men­te en la medi­da que los alum­nos bien ins­pi­ra­dos por él habrán encon­tra­do en la músi­ca un enri­que­ci­mien­to espi­ri­tual que los transformará.

Sin inno­var sobre lo que ya se ha vis­to en el géne­ro, el film se des­ta­ca por su bue­na rea­li­za­ción evi­tan­do la nota melo­dra­má­ti­ca y el sen­ti­men­ta­lis­mo des­bor­dan­te; con una muy bue­na inter­pre­ta­ción de Ramos en el papel pro­ta­gó­ni­co, el públi­co con­tem­pla un buen entre­te­ni­mien­to cáli­do y emo­ti­vo que ade­más se ve agra­cia­do por muy bue­na músi­ca don­de obvia­men­te el vio­lín jue­ga un rol prin­ci­pal. Jor­ge Gutman