Fun­da­dor de un Impe­rio Gastronómico

THE FOUN­DER. Esta­dos Uni­dos, 2015. Un film de John Lee Hancock

Este film se cen­tra en la per­so­na de Ray Kroc, el fun­da­dor del impe­rio McDo­nald don­de el rea­li­za­dor John Lee Han­cock ofre­ce el retra­to de un indi­vi­duo que sin con­si­de­ra­ción algu­na en mate­ria de éti­ca comer­cial derrum­ba cruel­men­te a quie­nes le han ten­di­do una mano en difí­ci­les momentos.

Michael Keaton

Michael Kea­ton

Basa­do en hechos reales aun­que con cier­tas licen­cias el guión de Robert Sie­gel pre­sen­ta al cin­cuen­te­na­rio Kroc (Michael Kea­ton) quien en 1954 tra­ta de ganar­se la vida como un ven­de­dor iti­ne­ran­te de máqui­nas de bati­dos de leche a tra­vés del medio oes­te de los Esta­dos Uni­dos. Con resul­ta­dos poco fruc­tí­fe­ros en su ges­tión, una bue­na opor­tu­ni­dad se le pre­sen­ta cuan­do reci­be un pedi­do de com­pra de varias máqui­nas por par­te de dos her­ma­nos, Mac (John Carroll Lynch) y Dick (Nick Offer­man) McDo­nald, que viven en San Ber­nar­dino, Cali­for­nia. Al lle­gar a des­tino des­cu­bre que ellos son due­ños de un peque­ño pero exi­to­so res­tau­ran­te de comi­da al paso que se dedi­ca a ven­der ham­bur­gue­sas con papas fri­tas acom­pa­ña­das de una gaseo­sa. Vien­do con asom­bro la velo­ci­dad con que su per­so­nal efec­túa la ven­ta al públi­co, Ray logra ser invi­ta­do por Mac y Dick para cono­cer el inte­rior del nego­cio, don­de obser­va cómo la comi­da es pre­pa­ra­da y de qué mane­ra es posi­ble lograr un ser­vi­cio efi­cien­te y rápi­do capaz de satis­fa­cer a la clien­te­la. Impre­sio­na­do por lo que ve, el via­jan­te con­si­gue ven­cer la resis­ten­cia de los her­ma­nos de expan­dir el nego­cio a tra­vés del sis­te­ma de fran­qui­cias don­de Ray esta­rá invo­lu­cra­do en el proceso.

A tra­vés de situa­cio­nes que no con­vie­ne anti­ci­par se verá cómo gra­dual­men­te el astu­to Ray se las inge­nia­rá para que a tra­vés de un esque­ma inmo­bi­lia­rio suge­ri­do por un con­ta­dor (B.J. Novak) lle­gue a tomar con­trol de la ope­ra­ción a tal pun­to de con­ver­tir­se en el due­ño de la mar­ca McDo­nald y trans­for­mar­lo en un gigan­tes­co impe­rio que como bien es sabi­do abar­ca más de un cen­te­nar de paí­ses alre­de­dor del mundo.

Si bien el rea­li­za­dor no pin­ta a su pro­ta­go­nis­ta como un mons­truo, que­da cla­ro que se está fren­te a una per­so­na que gra­dual­men­te se va des­hu­ma­ni­zan­do y sin escrú­pu­lo alguno no duda en ven­der su alma al dia­blo con tal de satis­fa­cer sus ambi­cio­nes. Ade­más, en lo que con­cier­ne a su vida per­so­nal, el film no es muy com­pla­cien­te al mos­trar­lo como alguien que no lle­gó a apre­ciar el apo­yo que reci­bió de su espo­sa Ethel (Lau­ra Dern) en los momen­tos más difí­ci­les por los que atra­ve­sa­ba para final­men­te divor­ciar­se de ella y unir­se a la mujer (Lin­da Car­de­lli­ni) que ha sido espo­sa de un aso­cia­do comer­cial (Patrick Wilson).

El film cuen­ta con un buen repar­to enca­be­za­do por la nota­ble actua­ción de Kea­ton quien detrás de un ros­tro agra­da­ble y son­rien­te su per­so­na­je ocul­ta a un laten­te villano ham­brien­to de codi­cia y poder eco­nó­mi­co. Tam­bién se lucen Offer­man y Carroll Lynch, como dos per­so­nas ínte­gras que abrien­do sus puer­tas a Kroc no ima­gi­na­ron que se verían for­za­dos a cerrar sus ope­ra­cio­nes comer­cia­les des­pués de varios años de exi­to­sa existencia.

Aun­que el film no alcan­ce un desa­rro­llo dra­má­ti­co de gran emo­ción, con todo está muy bien diri­gi­do y logra entre­te­ner; asi­mis­mo pro­du­ce cier­to sabor amar­go cuan­do Kroc expre­sa que en una com­pe­ten­cia comer­cial lo más impor­tan­te es hun­dir al con­trin­can­te. Más que una for­ma de cele­brar el triun­fo del empre­sa­rio visio­na­rio e inno­va­dor, The Foun­der es una con­tun­den­te crí­ti­ca al capi­ta­lis­mo de post gue­rra. Jor­ge Gutman