La Des­hu­ma­ni­za­da Burocracia

I, DANIEL BLA­KE. Gran Bre­ta­ña-Fran­cia, 2016. Un film de Ken Loach

Como es habi­tual en Ken Loach, este vete­rano rea­li­za­dor total­men­te com­pro­me­ti­do con un cine social, en I, Daniel Bla­ke nue­va­men­te mani­fies­ta su preo­cu­pa­ción por los sec­to­res más inde­fen­sos de la socie­dad en la que vive.

Este film con­mue­ve por su hones­ti­dad y abso­lu­ta sin­ce­ri­dad demos­tran­do cómo la maqui­na­ria que se mue­ve en los orga­nis­mos esta­ta­les pue­de humi­llar y desin­te­grar moral­men­te a ino­cen­tes individuos.

Dave Johns

Dave Johns

Siem­pre tra­ba­jan­do en cola­bo­ra­ción con su exce­len­te guio­nis­ta Paul Laverty, el rea­li­za­dor sigue la tra­yec­to­ria de Daniel Bla­ke (Dave Johns), un noble car­pin­te­ro sexa­ge­na­rio y viu­do que sufre de pro­ble­mas coro­na­rios que le impi­den tra­ba­jar. Para ello recu­rre a los ser­vi­cios de ayu­da social a fin de obte­ner una pen­sión de inva­li­dez; pero la tarea no es tan sen­ci­lla como pare­ce por­que para valer­se del for­mu­la­rio de admi­sión tie­ne que obte­ner­lo en línea, don­de encuen­tra difi­cul­ta­des para lograr su obje­ti­vo por­que no es muy ducho en el mane­jo de inter­net. Duran­te el cal­va­rio que atra­vie­sa, Daniel cono­ce a Katie (Hay­ley Squi­res), una joven madre sol­te­ra que para evi­tar que sus niños sean colo­ca­dos en hoga­res sus­ti­tu­tos está obli­ga­da a acep­tar un alo­ja­mien­to a 450 km. de su ciu­dad natal; entre ambos sur­gi­rá un mutuo apo­yo y soli­da­ri­dad enfren­tan­do los pro­ble­mas por los que atraviesan.

Con las muy con­vin­cen­tes actua­cio­nes de Johns y Squi­res dan­do vida a dos entra­ña­bles per­so­na­jes, Loach ofre­ce un remar­ca­ble dra­ma impreg­na­do de gran huma­nis­mo. Sin duda, su visión pro­du­ce sen­ti­mien­tos de indig­na­ción y rabia com­pro­ban­do cómo la infa­me buro­cra­cia esta­tal tra­ta sin com­pa­sión algu­na a la gen­te des­po­seí­da que se encuen­tra impo­ten­te para obte­ner la ayu­da que requie­re. En esen­cia, la dure­za y males­tar que se des­pren­de del rela­to sue­nan ver­da­de­ros, sin nin­gu­na nota fal­sa; de allí que aun­que uno expe­ri­men­te tris­te­za de con­tem­plar este con­mo­ve­dor dra­ma, se agra­de­ce a Loach y Laverty de denun­ciar con bra­vu­ra y sin recu­rrir a mani­pu­la­ción algu­na la injus­ti­cia sufri­da por las cla­ses más humil­des de su país.

Por sus indis­cu­ti­bles méri­tos, esta pelí­cu­la fue pre­mia­da con la Pal­ma de Oro en el últi­mo Fes­ti­val de Can­nes. Jor­ge Gutman

Bello Home­na­je a una Gran Poetisa

A QUIET PAS­SION. Gran Bre­ta­ña-Bél­gi­ca, 2016. Un film diri­gi­do y escri­to por Teren­ce Davies

Si bien Emily Dic­kin­son (1830 – 1886), la remar­ca­ble poe­ti­sa esta­dou­ni­den­se, ya fue obje­to de un muy buen monó­lo­go tea­tral por par­te del dra­ma­tur­go William Luce que se estre­nó en Broad­way en 1976, es aho­ra el turno del rea­li­za­dor Teren­ce Davies quien en A Quiet Pas­sion  le brin­da un bello homenaje.

Due­ño de una exqui­si­ta sen­si­bi­li­dad que ya reve­la­ra en bue­na par­te de su fil­mo­gra­fía, el des­ta­ca­do direc­tor bri­tá­ni­co revi­ve con deli­ca­de­za y sobrie­dad la exis­ten­cia de una sin­gu­lar mujer que lamen­ta­ble­men­te no pudo cose­char en vida el ver­da­de­ro reco­no­ci­mien­to que mere­cía y sola­men­te des­pués de su des­apa­ri­ción, el mun­do lite­ra­rio se impu­so de la gran­de­za y pro­fun­di­dad de sus poe­mas. No es posi­ble ase­gu­rar que lo con­tem­pla­do res­pon­da estric­ta­men­te a la bio­gra­fía de la poe­ti­sa, en todo caso lo que impor­ta es que el guión del rea­li­za­dor res­pe­ta su espí­ri­tu al divul­gar ‑a tra­vés de la voz en off- los ver­sos que ema­nan de algu­nas de sus poesías.

Cynthia Nixon

Cynthia Nixon

El rela­to comien­za cuan­do ella deja el cole­gio como una ado­les­cen­te de 17 años (Emma Bell), reve­lan­do su fir­me carác­ter ade­más de dar mues­tras de su inte­li­gen­cia y razo­na­mien­to que la dis­tin­guen del res­to de sus com­pa­ñe­ras. De allí, la acción se tras­la­da en el tiem­po don­de se con­tem­pla a una Emily adul­ta (Cynthia Nixon) vivien­do en Amherst, Mas­sa­chu­setts, con su fami­lia deci­di­da­men­te inte­lec­tual, inte­gra­da por su patriar­cal padre Edward (Keith Carra­di­ne), su melan­có­li­ca madre Emily (Joan­na Bacon), su her­mano Aus­tin (Dun­can Duff) y su her­ma­na menor Vin­nie (Jen­ni­fer Ehle).

Reci­bien­do el per­mi­so paterno de escri­bir por las noches las poe­sías que sur­gen de su men­te, el direc­tor des­cri­be muy bien la pos­tu­ra femi­nis­ta de esta mujer; aven­ta­ja­da a los tiem­pos de su épo­ca, no se deja inti­mi­dar por las con­ven­cio­nes socia­les exis­ten­tes demos­tran­do su neu­tra­li­dad reli­gio­sa y rehu­san­do asis­tir a la igle­sia. Su mane­ra de pen­sar le gene­ra algu­nas rela­cio­nes con­flic­ti­vas con su padre don­de no obs­tan­te ella emer­ge airo­sa; igual­men­te mani­fies­ta su enér­gi­ca reac­ción ante Aus­tin cuan­do des­cu­bre que enga­ña a su espo­sa Susan (Jodhi May) con otra mujer casa­da. A pesar de cier­tas dis­cre­pan­cias exis­ten­tes, lo cier­to es que en todo momen­to ella sien­te un gran afec­to por todos los miem­bros de su familia.

Más allá de algu­nas situa­cio­nes anec­dó­ti­cas, lo que pre­do­mi­na en el film es la natu­ra­le­za reclu­si­va de Emily. Esa vida soli­ta­ria cons­ti­tu­ye para ella la cora­za nece­sa­ria para pre­ser­var su inde­pen­den­cia; pre­ci­sa­men­te, ese ais­la­mien­to la res­trin­ge emo­cio­nal­men­te impi­dién­do­le cul­ti­var una rela­ción sen­ti­men­tal que pudie­ra cer­ce­nar su liber­tad inte­lec­tual y su pasión por la poe­sía. Inci­den­tal­men­te, el film refle­ja el des­dén que ella reci­be por par­te de los crí­ti­cos lite­ra­rios al juz­gar sus poe­mas; así, a pesar de haber con­ce­bi­do casi 1800 títu­los, sola­men­te una doce­na de los mis­mas fue­ron publi­ca­dos en vida.

La inter­pre­ta­ción de Nixon es anto­ló­gi­ca por haber logra­do trans­mi­tir todos los mati­ces per­ti­nen­tes a la intro­ver­ti­da per­so­na­li­dad del per­so­na­je titu­lar; al pro­pio tiem­po resul­ta admi­ra­ble la for­ma en que la actriz asu­me el sufri­mien­to de la terri­ble dolen­cia renal de Bright que aque­jó a Emily en sus últi­mos años de su exis­ten­cia. En el impe­ca­ble elen­co que la rodea se dis­tin­gue Ehle carac­te­ri­zan­do mag­ní­fi­ca­men­te a Vin­nie con quien la poe­ti­sa man­tie­ne una ínti­ma rela­ción fra­ter­nal y apo­yo moral; de allí que no resul­ta extra­ño que ella difun­die­ra el tra­ba­jo lite­ra­rio de su her­ma­na des­pués de su muer­te. Davies brin­da un film rea­li­za­do con esme­ro y pul­cri­tud en una his­to­ria muy bien narra­da. For­mal­men­te, res­plan­de­ce su belle­za visual don­de las imá­ge­nes cap­ta­das de cada foto­gra­ma pare­cen cobrar la for­ma de lien­zos exhi­bi­dos en un museo.

Uti­li­zan­do en for­ma poé­ti­ca la magia del cine el direc­tor per­mi­te que el públi­co selec­ti­vo dis­fru­te de este muy buen dra­ma bio­grá­fi­co. Jor­ge Gutman

Des­pués de la Tormenta

AFTER THE STORM. Japón, 2016. Un film diri­gi­do y escri­to por Hiroha­zu Kore-eda

Pro­si­guien­do con su ten­den­cia de ofre­cer come­dias cáli­das el cono­ci­do rea­li­za­dor Hiroha­zu Kore-eda vuel­ve a esta­ble­cer las rela­cio­nes que se esta­ble­cen en el seno de una fami­lia den­tro del mar­co de la socie­dad japo­ne­sa; en este caso enfa­ti­za el víncu­lo paterno-filial así como el efec­to pro­du­ci­do por el divor­cio de una pare­ja toman­do como refe­ren­cia a un indi­vi­duo en un momen­to crí­ti­co de su vida. Con su acos­tum­bra­da habi­li­dad de intere­san­te narra­dor, el direc­tor rela­ta una his­to­ria que sin ser muy ori­gi­nal no obs­tan­te se des­ta­ca por el sen­ti­mien­to afec­ti­vo que el rea­li­za­dor le impri­me a la misma.

Hiroshi Abe y Taiyo Yoshizawa

Hiroshi Abe y Tai­yo Yoshizawa

Su pro­ta­go­nis­ta es Ryo­ta (Hiroshi Abe), un nove­lis­ta que tuvo su momen­to de glo­ria al haber logra­do un pre­mio con una nove­la que escri­bió hace 15 años; sin embar­go, has­ta la fecha ha sido inca­paz de repe­tir el suce­so y es así que para ganar­se la vida se desem­pe­ña como detec­ti­ve pri­va­do per­ci­bien­do un magro ingre­so que lo dilu­ye apos­tán­do­lo en el jue­go de mane­ra com­pul­si­va. Sin poder afron­tar la pen­sión ali­men­ta­ria de su hijo (Tai­yo Yoshi­za­wa) de 11 años y esta­ble­cien­do poca comu­ni­ca­ción con Kyo­ko (Yoko Make), su áspe­ra ex espo­sa, no hay mucho que esti­mu­le su vida por el momen­to. La úni­ca satis­fac­ción que logra es cuan­do una vez por mes se reúne con el chi­co don­de se empe­ña en tra­tar de con­ver­tir­se en su ami­go y ser el ver­da­de­ro padre que no lo fue.

El ele­men­to cir­cuns­tan­cial que podrá modi­fi­car el orden exis­ten­te es un fuer­te tifón de verano que arre­cia a la ciu­dad moti­van­do que Ryo­ta pase la noche en la casa de su aco­ge­do­ra madre ancia­na (Kirin Kiki), en com­pa­ñía de Kyo­ko y su hijo; en esas horas don­de los cua­tro están reu­ni­dos que­da abier­ta la puer­ta para una posi­ble recon­ci­lia­ción familiar.

Lle­na de vita­li­dad y con un agra­cia­do humor que la sal­pi­ca esta come­dia cos­tum­bris­ta expre­sa muy bien la fra­gi­li­dad de un indi­vi­duo que no logró lo que qui­so ser; al adqui­rir con­cien­cia de su fra­ca­so a tra­vés de las con­tra­dic­cio­nes que mar­ca­ron su exis­ten­cia ha lle­ga­do su momen­to de reden­ción para tra­tar de corre­gir los erro­res del pasado.

Adop­tan­do un esti­lo con­tem­pla­ti­vo y sereno, el rea­li­za­dor logra un film lúci­do y deli­ca­do don­de sutil­men­te deja aflo­rar las emo­cio­nes de sus per­so­na­jes sin ape­lar a nin­gún sen­ti­men­ta­lis­mo arti­fi­cial; para ello, Kore-eda con­tó con bue­nos acto­res don­de espe­cial­men­te se des­ta­can Hiroshi Abe y la vete­ra­na actriz Kirin Kiki. Jor­ge Gutman

¿Quién le teme al lobo?

WHO’S AFRAID OF VIR­GI­NIA WOOLF?

En una nue­va trans­mi­sión de la serie Natio­nal Thea­tre Live y direc­ta­men­te des­de el Tea­tro Harold Pin­ter de Lon­dres se podrá apre­ciar la repo­si­ción de la acla­ma­da pie­za de Edward Albee Who’s Afraid of Vir­gi­nia Woolf? escri­ta en 1962.

Imelda Staunton (Foto de Johan Perrson)

Imel­da Staun­ton (Foto de Johan Perrson)

Pocas veces la expo­si­ción de una cri­sis con­yu­gal ha teni­do la reso­nan­cia uni­ver­sal como la que el des­apa­re­ci­do dra­ma­tur­go con­ci­bió en esta obra. Si bien hace medio siglo ¿Quién le teme a Vir­gi­nia Woolf? pudo haber resul­ta­do deci­di­da­men­te inno­va­do­ra en su esté­ti­ca así como por la pro­li­fe­ra­ción de sus fero­ces diá­lo­gos, hoy día la pie­za no resul­ta tan pro­vo­ca­do­ra pero eso no impi­de que su con­te­ni­do y valor intrín­se­co per­ma­nez­can vigen­tes; eso jus­ti­fi­ca que sea con­si­de­ra­da como uno de los gran­des clá­si­cos del tea­tro con­tem­po­rá­neo y que se siga repre­sen­tán­do­la con cier­ta frecuencia.

Conleth Hill (Foto de Johan Perrson)

Con­leth Hill (Foto de Johan Perrson)

Para quie­nes no hayan aún vis­to la pie­za tea­tral ni el exce­len­te film de Mike Nichols de 1966 con inol­vi­da­bles inter­pre­ta­cio­nes de Eli­za­beth Tay­lor y Richard Bur­ton, se pue­de anti­ci­par que el autor ubi­ca a los per­so­na­jes en el salón de estar de un matri­mo­nio madu­ro inte­gra­do por Geor­ge, un pro­fe­sor del depar­ta­men­to de his­to­ria de una uni­ver­si­dad ame­ri­ca­na y Martha, su espo­sa que es a la vez hija del rec­tor; des­pués de una fies­ta de pro­fe­so­res uni­ver­si­ta­rios deci­den pro­lon­gar la vela­da invi­tan­do a Nick, un joven pro­fe­sor del depar­ta­men­to de bio­lo­gía de la mis­ma uni­ver­si­dad y su espo­sa Honey.

(Luke Treadaway e Imogen Poots. (Foto de Johan Persson)

(Luke Trea­da­way e Imo­gen Poots. (Foto de Johan Persson)

De la pre­mi­sa expues­ta el espec­ta­dor se encuen­tra sacu­di­do por una des­car­na­da car­ni­ce­ría psi­co­ló­gi­ca que acon­te­ce en el esce­na­rio don­de Albee no tie­ne com­pa­sión algu­na para des­nu­dar la com­ple­ja natu­ra­le­za de sus per­so­na­jes en toda su dimen­sión huma­na. En últi­ma ins­tan­cia, la obra resue­na como un lamen­to impia­do­so y cruel que retra­ta con valen­tía, cruel­dad y des­ca­ro las frus­tra­cio­nes, sue­ños, mez­quin­da­des e hipo­cre­sías de sus per­so­na­jes así como la sole­dad y vacío que pro­du­ce la ausen­cia de comu­ni­ca­ción que los envuelve.

Esta pro­duc­ción ha sido diri­gi­da por James Mac­do­nald y el cuar­te­to de acto­res que la ani­ma está inte­gra­do por Imel­da Staun­ton (Martha), Con­leth Hill (Geor­ge), Luke Tread­way (Nick) e Imo­gen Poots (Honey).

La trans­mi­sión en vivo y en direc­to des­de Lon­dres a las salas cana­dien­ses de Cine­plex se efec­tua­rá el 18 de mayo de 2017 y en dife­ri­do el 8 de julio de 2017.

Para infor­ma­ción sobre los cines par­ti­ci­pan­tes y los hora­rios loca­les de trans­mi­sión pre­sio­ne aquí.

Con­cur­so Musi­cal Inter­na­cio­nal de Montreal

Des­pués de diez días de inten­sa acti­vi­dad com­pe­ti­ti­va por par­te de los can­di­da­tos que han par­tid­ci­pa­do en esta edi­ción del Con­cur­so Musi­cal Inter­na­cio­nal de Mon­treal (CMIM).dedi­ca­da al piano, hoy han con­clui­do las prue­bas fina­les. Los pia­nis­tas con­sa­gra­dos son los siguien­tes: Zol­tán FEJÉR­VÁ­RI (Hun­gría), galar­do­na­do con el pri­mer pre­mio de $30,000; Giu­sep­pe GUA­RRE­RA (Ita­lia) ocu­pan­do el segun­do lugar con un pre­mio de $15,000 y Ste­fano ANDREAT­TA (Ita­lia) en el ter­cer pues­to logró el pre­mio de $10,000.
CONCURSO DE MUSICA INTERNACIONAL DE MONTREAL 2017

En el con­cier­to de gala que ten­drá lugar el 12 de mayo (19h30) par­ti­ci­pa­rá el pia­nis­ta lau­rea­do Zol­tán FEJÉR­VÁ­RI (Hun­gría) en un con­cier­to acom­pa­ña­do por la Orques­ta Sin­fó­ni­ca de Mon­treal diri­gi­da por el direc­tor visi­tan­te Claus Peter Flor. En esta opor­tu­ni­dad tam­bién actua­rán tres gana­do­res del Pri­mer Pre­mio de pasa­das edi­cio­nes: la soprano Measha Brueg­ger­gos­man, el pia­nis­ta Serhiy Salov y el vio­li­nis­ta Ben­ja­min Beil­man. El con­cier­to se rea­li­za­rá en la Mai­son Sympho­ni­que de Montreal.

Como se anun­ció opor­tu­na­men­te el pres­ti­gio­so jura­do de la pre­sen­te edi­ción estu­vo pre­si­di­do por André Bour­beau, quien estu­vo acom­pa­ña­do de 9 emi­nen­tes per­so­na­li­da­des del mun­do musi­cal, a saber: Idil Biret (Tur­quía), Dang Thai Son (Vietnam/Canadá), Alain Lefè­vre (Cana­dá), Hélè­ne Mer­cier (Cana­dá), Ped­ja Muzi­je­vic (Bos­nia), David Owen Morris (Gran Bre­ta­ña), Cris­ti­na Ortiz (Bra­sil), R. Dou­glas Shel­don (Esta­dos Uni­dos) y Gabriel Tac­chino (Fran­cia).