Las Dos Sole­da­des de Quebec

QUE­BECMY COUNTRY, MON PAYS. Cana­dá, 2016. Un film escri­to y diri­gi­do por John Walker

Como ha ocu­rri­do con muchas otras fami­lias angló­fo­nas vivien­do en Que­bec, la del cineas­ta John Wal­ker pro­ce­dió a dejar la Belle Pro­vin­ce hacia fines de la déca­da del 70 para mar­char rum­bo a Toron­to. Ese exi­lio volun­ta­rio es el tema cen­tral de Que­bec My Country, Mon Pays don­de a tra­vés de este docu­men­tal Wal­ker tra­ta de exor­ci­zar sus demo­nios inte­rio­res que lo aco­san al haber teni­do que dejar Que­bec, lugar don­de nació, cre­ció, echó raí­ces y aún sigue guar­dan­do un pro­fun­do víncu­lo afectivo.

John Walker y Denys Arcand

John Wal­ker y Denys Arcand

De des­cen­den­cia irlan­de­sa y esco­ce­sa, Wal­ker rela­ta cómo sus ances­tros hace 250 años vinie­ron a esta pro­vin­cia sin ima­gi­nar que pos­te­rior­men­te sus hijos sen­ti­rían la nece­si­dad de dejar­la. Para expli­car ese fenó­meno, el direc­tor se con­vier­te en un didác­ti­co pro­fe­sor de his­to­ria rela­tan­do la evo­lu­ción de Que­bec, des­de una socie­dad tra­di­cio­nal domi­na­da fuer­te­men­te por el pen­sa­mien­to oscu­ran­tis­ta de la igle­sia, has­ta con­ver­tir­se a par­tir de la Revo­lu­ción Tran­qui­la que comen­zó en la déca­da del 60, en otra moder­na, más abier­ta al mun­do. Eso con­tri­bu­yó a que se pro­du­je­ran pro­fun­dos cam­bios socia­les, cul­tu­ra­les y polí­ti­cos dan­do como ori­gen el ini­cio de un movi­mien­to inde­pen­den­tis­ta; al pro­pio tiem­po, que­da rese­ña­da la apa­ri­ción de un gru­po radi­cal nacio­na­lis­ta que des­ató la dra­má­ti­ca cri­sis de Octu­bre de 1970. A par­tir de enton­ces se ini­cia el éxo­do de los que­be­quen­ses angló­fo­nos que con el paso del tiem­po superó la cifra de medio millón de personas.

Curio­sa­men­te, el rea­li­za­dor con­fie­sa haber­se sen­ti­do iden­ti­fi­ca­do con la aspi­ra­ción de los fran­có­fo­nos y vota­do en 1976 por el nacien­te Par­ti­do Que­be­co­is en la medi­da que pre­co­ni­za­ba los valo­res de jus­ti­cia social; sin embar­go, pron­ta­men­te que­da­ría des­ilu­sio­na­do por las medi­das adop­ta­das exclu­yen­do a los angloparlantes.

Wal­ker deja sen­ta­do que su visión es estric­ta­men­te per­so­nal y que de nin­gún modo tra­ta de gene­ra­li­zar­la; de allí es que no todos los angló­fo­nos se han des­pla­za­do como acon­te­ció con su her­ma­na Joan­ne que deci­dió que­dar­se en Que­bec aun­que ese hecho impli­có que su fami­lia que­da­se dividida.

En esta expo­si­ción inter­ca­la­da con fotos y valio­so mate­rial de archi­vo, se apre­cian las opi­nio­nes de des­ta­ca­dos inte­lec­tua­les fran­có­fo­nos, como la de los cineas­tas Denys Arcand y Jac­ques God­bout, quie­nes se refie­ren al cre­cien­te nacio­na­lis­mo étni­co que ha con­tri­bui­do a refor­zar la exis­ten­cia de las lla­ma­das “dos sole­da­des” que con­vi­ven sepa­ra­da­men­te en la provincia.

El títu­lo que Wal­ker eli­gió para su expre­si­vo e inti­mis­ta docu­men­tal sin­te­ti­za muy bien sus sen­ti­mien­tos. A pesar de que el des­tino deci­dió que vivie­ra fue­ra de Que­bec, esta pro­vin­cia sigue sien­do inque­bran­ta­ble­men­te su tie­rra, su país, don­de nin­gún otro lugar del mun­do podrá reem­pla­zar­lo. Jor­ge Gutman

Reme­mo­ran­do a un Gigan­te del Jazz

CHA­SING TRA­NE: THE JOHN COL­TRA­NE DOCU­MEN­TARY. Esta­dos Uni­dos, 2016. Un film escri­to y diri­gi­do por John Scheinfeld

Los aman­tes del jazz encon­tra­rán amplio mate­rial para sola­zar­se con este docu­men­tal cen­tra­do en la figu­ra de John Col­tra­ne, el gran saxo­fo­nis­ta, com­po­si­tor e inno­va­dor musi­cal del género.

John Coltrane

John Col­tra­ne

Muer­to en julio de 1967 de un cán­cer al híga­do a la tem­pra­na edad de 40 años, Col­tra­ne dejó un valio­so lega­do que que­da fiel­men­te refle­ja­do en el tra­ba­jo rea­li­za­do por el vete­rano docu­men­ta­lis­ta John Schein­feld quien se aden­tra en su vida y obra des­ta­can­do tan­to sus momen­tos de glo­ria como aqué­llos más sombríos.

Naci­do en Caro­li­na del Nor­te, como un ser de raza negra su infan­cia trans­cu­rre en una épo­ca de ple­na segre­ga­ción racial. Cuan­do a los 12 años pier­de a su padre, se des­pla­za con su madre a Fila­del­fia don­de deja su afi­ción por el cla­ri­ne­te para adop­tar al saxo­fón como su ins­tru­men­to musi­cal. Des­pués de haber ser­vi­do en la Mari­na duran­te la Segun­da Gue­rra, el film hace refe­ren­cia a los encuen­tros de Col­tra­ne con el emble­má­ti­co Char­lie Par­ker, de quien reci­be una impor­tan­te influen­cia. Su talen­to musi­cal moti­va a que en 1949 Dizzy Gilles­pie lo invi­te a par­ti­ci­par en su con­jun­to; lamen­ta­ble­men­te, el famo­so trom­pe­tis­ta de jazz lo apar­ta de su ban­da por­que man­te­nía una polí­ti­ca muy estric­ta al no per­mi­tir que alguno de sus músi­cos tuvie­ra adic­ción a las dro­gas. Pre­ci­sa­men­te, la lucha inter­na de Col­tra­ne para poder des­em­ba­ra­zar­se de su toxi­co­ma­nía cons­ti­tu­ye uno de los aspec­tos que ape­sa­dum­bró par­te de su existencia.

Des­pués de haber par­ti­ci­pa­do entre 1955 y 1957 como inte­gran­te del quin­te­to de Miles Davies, vuel­ve a hacer­lo en 1958 don­de per­ma­ne­ce has­ta 1960, año en que for­ma su pro­pio cuar­te­to musi­cal cuan­do ya se encuen­tra libe­ra­do de su dro­ga­dic­ción; es allí don­de logra gran­des éxi­tos tan­to en lo que a estric­ta­men­te jazz se refie­re como tam­bién efec­tuan­do arre­glos de algu­nos núme­ros de come­dias musi­ca­les como ocu­rrió con “My Favo­ri­te Things”, una de las can­cio­nes de The Sound of Music.

Entre los aspec­tos remar­ca­bles de Col­tra­ne se des­ta­ca el modo en que acon­te­ci­mien­tos vio­len­tos lo afec­ta­ron pro­fun­da­men­te a nivel espi­ri­tual crean­do com­po­si­cio­nes ins­pi­ra­dos en los mis­mos. Un epi­so­dio acon­te­ció en 1963 cuan­do la igle­sia de Bir­mingham don­de él reali­zó sus pri­me­ras expe­rien­cias como músi­co fue bom­bar­dea­da por terro­ris­tas racia­les; el otro momen­to tras­cen­den­te es cuan­do en 1966 efec­túa un via­je a Naga­sa­ki don­de que­da muy impre­sio­na­do al visi­tar el lugar don­de la terri­ble bom­ba ató­mi­ca del 9 de agos­to 1945 diez­mó a la ciu­dad y a casi toda su población.

El rea­li­za­dor tuvo opor­tu­ni­dad de inter­ca­lar en el film las pala­bras de Col­tra­ne vol­ca­das en entre­vis­tas y notas publi­ca­das a tra­vés de la lec­tu­ra rea­li­za­da por la cáli­da voz del actor Den­zel Washing­ton. Schein­feld pudo incor­po­rar impor­tan­te mate­rial de archi­vo pro­ve­nien­te del Cen­tro de Archi­vo del Museo de His­to­ria Natu­ral de Esta­dos Uni­dos como así tam­bién del Museo de His­to­ria de Osaka.

El docu­men­tal igual­men­te se enri­que­ce con fil­mes fami­lia­res no cono­ci­dos has­ta el pre­sen­te, extrac­tos de algu­nos de sus con­cier­tos y fun­da­men­tal­men­te con el valio­so apor­te rea­li­za­do por un con­si­de­ra­ble núme­ro de entre­vis­ta­dos que direc­ta o indi­rec­ta­men­te han esta­do vin­cu­la­dos con el artis­ta. Entre quie­nes han ver­ti­do sus comen­ta­rios se encuen­tran miem­bros de su fami­lia inclu­yen­do a su que­ri­da hijas­tra y sus tres hijos, des­ta­ca­das figu­ras legen­da­rias como Benny Gol­son, Jimmy Heath, Sonny Rollins, Reg­gie Work­man y el pia­nis­ta McCoy Tiner que había for­ma­do par­te de su cuar­te­to, el gran inte­lec­tual y filó­so­fo Cor­nel West, el renom­bra­do saxo­fo­nis­ta Way­ne Shor­ter, repre­sen­tan­tes emble­má­ti­cos del rock como John Dens­mo­re, el popu­lar gui­ta­rris­ta mexi­cano Car­los San­ta­na, así como los res­pe­ta­dos crí­ti­cos de jazz Ben Ratliff y Ash­ley Kahn. Un gran apa­sio­na­do del saxo­fo­nis­ta es el ex Pre­si­den­te Clin­ton quien en sus comen­ta­rios com­pa­ra su genia­li­dad con la de Picas­so con la dife­ren­cia que lo logra­do por el músi­co ha sido en un perío­do de vida mucho más redu­ci­do que la del inmor­tal pin­tor malagueño.

Lo impor­tan­te de este nota­ble docu­men­tal, muy bien narra­do y efi­caz­men­te edi­ta­do, es que a tra­vés del mis­mo los jóve­nes de esta gene­ra­ción no muy fami­lia­ri­za­dos con Col­tra­ne pue­dan tener acce­so a su músi­ca y com­pren­der por­qué es con­si­de­ra­do un gigan­te del jazz. Jor­ge Gutman

Trans­mi­sio­nes des­de el Bolshoi

TEM­PO­RA­DA 2017 – 2018 DEL BALLET BOLSHOI

En su octa­va tem­po­ra­da de trans­mi­sio­nes des­de Mos­cú, el Ballet Bolshoi ha selec­cio­na­do ocho remar­ca­bles pro­duc­cio­nes a car­go de exce­len­tes coreó­gra­fos y mag­ní­fi­cos bai­la­ri­nes que el públi­co cana­dien­se ten­drá la oca­sión de apre­ciar en la gran pan­ta­lla de los cines des­de octu­bre de 2017 has­ta junio de 2018.

BALLET BOLSHOI (Afiche de Temporada 2017-2018)

La lis­ta inclu­ye los siguien­tes títulos:

LE COR­SAI­RE.

La tem­po­ra­da se inau­gu­ra con este popu­lar ballet coreo­gra­fia­do por el acla­ma­do artis­ta Ale­xei Rat­manskyEl Cor­sa­rio cons­ti­tu­ye una de las obras más cele­bra­das del reper­to­rio de esta com­pa­ñía cuya tra­ma per­mi­te el luci­mien­to de los pri­me­ros bai­la­ri­nes como así tam­bién del com­ple­to cuer­po de baile.

Trans­mi­sión: en direc­to el 22 de octu­bre de 2017.

THE TAMING OF THE SHREW

Jean-Chris­tophe Mai­llot, el des­ta­ca­do coreó­gra­fo fran­cés, ha tras­la­da­do a la dan­za la diver­ti­da come­dia de Sha­kes­pea­re. Los des­ta­ca­dos bai­la­ri­nes Eta­ke­ri­na Kry­sa­no­va y Vla­dis­lav Lan­tra­tov cubren los roles de la tem­pes­tuo­sa Katha­ri­na y del tem­pe­ra­men­tal Petru­chio en esta entre­te­ni­da producción.

Trans­mi­sión: el 19 de noviem­bre de 2017

THE NUT­CRAC­KER

Este clá­si­co ballet con la mara­vi­llo­sa músi­ca de Tchai­kovsky es una tra­di­ción navi­de­ña des­ti­na­da a la fami­lia en su con­jun­to. El Bolshoi ha sabi­do trans­mi­tir el encan­to y la magia de este bello cuen­to de hadas don­de en la media­no­che de la Noche­bue­na la peque­ña Marie ve cómo su cas­ca­nue­ces de made­ra se trans­for­ma en un apues­to prín­ci­pe y pron­ta­men­te todos sus otros jugue­tes igual­men­te van cobran­do vida.

Trans­mi­sión: el 10 de diciem­bre de 2017

ROMEO AND JULIET

La his­to­ria de los aman­tes de Vero­na es obje­to de una nue­va pro­duc­ción en la visión de Ale­xei Rat­mansky. El balle­tó­mano podrá dis­fru­tar la tra­ge­dia román­ti­ca de Sha­kes­pea­re con músi­ca de Pro­ko­fiev brin­da­da por los bai­la­ri­nes de esta pres­ti­gio­sa compañía.

Trans­mi­sión: en direc­to, el 21 de enero de 2018.

THE LADY OF THE CAMELLIAS

La popu­lar nove­la de Ale­jan­dro Dumas hijo es revi­vi­da con la coreo­gra­fía de John Neu­meier. Con la músi­ca de Cho­pin, la renom­bra­da bai­la­ri­na Svetla­na Zakha­ro­va ani­ma a Mar­gue­ri­te Gau­tier como la frí­vo­la cor­te­sa­na que bus­ca amor y reden­ción en los bra­zos del joven Armand. El mon­ta­je de esta pro­duc­ción alcan­za una gran tex­tu­ra emo­cio­nal y dra­má­ti­ca en la inter­pre­ta­ción des­ple­ga­da por los bai­la­ri­nes del Bolshoi.

Trans­mi­sión: el 4 de febre­ro de .2018

THE FLA­MES OF PARIS

En base a frag­men­tos pre­ser­va­dos de la coreo­gra­fía ori­gi­nal de Vasily Vai­no­nen, nue­va­men­te se mani­fies­ta la maes­tría del coreó­gra­fo Ale­xei Rat­mansky al lograr que los pro­di­gio­sos bai­la­ri­nes del Bolshoi vuel­quen su vir­tuo­sis­mo en esta joya de la dan­za clá­si­ca que trans­cu­rre duran­te la Revo­lu­ción Fran­ce­sa. La músi­ca es de Boris Asafyev.

Trans­mi­sión: en direc­to, el 4 de mar­zo de 2018

GISE­LLE

Con la músi­ca de Adolphe Adam y la exce­len­te coreo­gra­fía de Yuri Gri­go­ro­vich, el Bolshoi ha logra­do emo­cio­nar a audien­cias de dis­tin­tas gene­ra­cio­nes en más de 150 años. La his­to­ria de Gise­lle que mue­re cuan­do se ente­ra que su aman­do Albrecht es pro­me­ti­do a otra mujer es inter­pre­ta­da cen­tral­men­te por Svetla­na Zakha­ro­va y Ser­gei Polu­nin; el elen­co se com­ple­ta con la par­ti­ci­pa­ción de Eka­te­ri­na Shi­pu­li­na y Denis Savin y el Cuer­po de Bai­le de la compañía.

Trans­mi­sión: el 8 de abril de 2018

COP­PÉ­LIA

Este ballet de irre­sis­ti­ble humor que trans­cu­rre en una aldea don­de viven, entre otros, la píca­ra Swa­nil­da, su novio Franz y el jugue­te­ro Cop­pe­lius, sigue sien­do uno de los más famo­sos del reper­to­rio tra­di­cio­nal de la dan­za. Estre­na­do en 1870 en la Ópe­ra de Paris con la coreo­gra­fía de Arthur Saint-Leom y músi­ca de Léo Deli­bes, aquí es obje­to de una impor­tan­te recons­truc­ción por par­te del coreó­gra­fo de Ser­gei Vikha­rev.

Trans­mi­sión: en direc­to, el 10 de junio de 2018.

La difu­sión de los ballets men­cio­na­dos a tra­vés de Cana­dá serán efec­tua­dos en las pan­ta­llas de los cines de Cine­plex. Para infor­ma­ción adi­cio­nal pre­sio­ne aquí 

Las Sedu­ci­das

THE BEGUI­LED. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film diri­gi­do por Sofia Coppola

Sofia Cop­po­la ha sido galar­do­na­da con el pre­mio a la direc­ción en el recien­te Fes­ti­val de Can­nes por The Begui­led y se pue­de ade­lan­tar que la dis­tin­ción es muy mere­ci­da. Con nota­ble sen­si­bi­li­dad, la rea­li­za­do­ra brin­da una ver­sión femi­nis­ta de la nove­la The Pain­ted Devil de Tho­mas P. Culli­nan publi­ca­da en 1966, que ya había sido obje­to de un tra­ta­mien­to cine­ma­to­grá­fi­co en 1971 bajo la direc­ción de Don Sie­gel. Cier­ta­men­te sur­gi­rán com­pa­ra­cio­nes inevi­ta­bles para quie­nes hayan vis­to el film ori­gi­nal, pero lo que aquí impor­ta es juz­gar la ver­sión actual por sus pro­pios méri­tos; en tal sen­ti­do Cop­po­la ha sabi­do crear un rela­to dota­do de una acer­ta­da ten­sión sexual que per­ma­ne­ce cons­tan­te has­ta su últi­ma escena.

Kirsten Dunst y Colin Farrel

Kirs­ten Dunst y Colin Farrell

La acción trans­cu­rre en el esta­do de Vir­gi­nia en 1864, tres años des­pués de haber comen­za­do la Gue­rra de Sece­sión. Enclaus­tra­da en un den­so bos­que se haya una man­sión que alber­ga un semi­na­rio para seño­ri­tas diri­gi­do por la seño­ra Martha (Nico­le Kid­man), don­de Edwi­na (Kirs­ten Dunst) es la maes­tra de cin­co alum­nas inte­gra­das por tres ado­les­cen­tes y dos meno­res. La tra­ma se ini­cia cuan­do la peque­ña Amy (Oona Lau­ren­ce) reco­gien­do cham­pi­ño­nes en el bos­que, des­cu­bre a John McBur­ney (Colin Farrell), un sol­da­do de la unión que se halla mal heri­do. A pesar del ries­go incu­rri­do en ofre­cer ayu­da a alguien per­te­ne­cien­te al ejér­ci­to del nor­te, Martha deci­de apia­dar­se de él ofre­cién­do­le hos­pi­ta­li­dad en su escue­la has­ta que su pier­na seria­men­te infec­ta­da logre recuperarse.

La pri­me­ra par­te del rela­to ilus­tra mag­ní­fi­ca­men­te la for­ma en que John alte­ra la nor­ma­li­dad impe­ran­te has­ta ese momen­to en un ambien­te carac­te­ri­za­do por la dis­ci­pli­na, los bue­nos moda­les y un com­por­ta­mien­to pare­ci­do en cier­to modo al de las mon­jas vivien­do en un con­ven­to. La acti­tud de las muje­res comien­za a modi­fi­car­se gra­dual­men­te por la pre­sen­cia de este hom­bre que sien­do due­ño de indu­da­ble mas­cu­li­ni­dad les hará des­li­gar­se de su sexua­li­dad repri­mi­da. Esa acti­tud se mani­fies­ta fun­da­men­tal­men­te en el sen­ti­mien­to de John por Edwi­na don­de ella no pue­de ocul­tar la sen­si­ble emo­ción que él le pro­du­ce; asi­mis­mo, a pesar de la solem­ni­dad de Martha, su ros­tro dela­ta su con­te­ni­da per­tur­ba­ción cuan­do está curan­do sus heri­das, en tan­to que la ado­les­cen­te Ali­cia (Elle Fan­ning) ter­mi­na sedu­cién­do­lo. De esta mane­ra, la duda y rece­lo ini­cial pro­vo­ca­da por John se con­vier­te en ines­pe­ra­da atrac­ción. Por su par­te, él que es cons­cien­te del mag­ne­tis­mo que des­pier­ta en sus anfi­trio­nas sabe muy bien que su segu­ri­dad depen­de de ellas y por lo tan­to su poder de seduc­ción debe mane­jar­lo cautelosamente.

La segun­da par­te de esta his­to­ria adquie­re un giro ines­pe­ra­do que no es pru­den­te reve­lar sal­vo anti­ci­par que Cop­po­la ha sabi­do crear una atmós­fe­ra car­ga­da de eró­ti­ca ansie­dad con un nivel de sus­pen­so muy bien logra­do en su tra­mo final.

La rea­li­za­do­ra ofre­ce un film rea­li­za­do inte­li­gen­te­men­te don­de ha sabi­do inter­ca­lar los diá­lo­gos del rela­to con expre­si­vos silen­cios ali­men­ta­dos con ges­tos y mira­das que des­cri­ben satis­fac­to­ria­men­te la natu­ra­le­za de sus per­so­na­jes y la pasión que los ani­man. En tal sen­ti­do el tra­ba­jo del elen­co es exce­len­te en lo que a Kid­man, Dunst y Fan­ning se refie­re; en cuan­to a Farrell, su desem­pe­ño no lle­ga a des­ta­car­se por las limi­ta­cio­nes que el guión le ofre­ce aun­que de nin­gún modo desentona.

Final­men­te, la direc­to­ra mere­ce igual­men­te elo­gios por la ele­gan­cia for­mal del film agra­cia­do por la mag­ní­fi­ca foto­gra­fía que obtu­vo de Phi­lip­pe Le Sourd y de los dise­ños de pro­duc­ción de Anne Ross. Que­da como balan­ce un bello film que sedu­ci­rá a una audien­cia selec­ti­va. Jor­ge Gutman

La Odi­sea de una Fami­lia Judía

UN SAC DE BILLES / A BAG OF MAR­BLES. Fran­ce-Cana­dá, 2017. Un film de Chris­tian Duguay

Des­pués de haber sido fil­ma­da en 1975 por Jac­ques Doi­llon, la con­mo­ve­do­ra nove­la auto­bio­grá­fi­ca Un Sac de Billes de Joseph Jof­fo publi­ca­da en 1973 es obje­to de un nue­vo tra­ta­mien­to por par­te del direc­tor cana­dien­se Chris­tian Duguay. El nove­lis­ta fran­cés se había basa­do en su expe­rien­cia cuan­do como niño judío en la Fran­cia ocu­pa­da por los ale­ma­nes en la Segun­da Gue­rra huyó de París con su her­mano para esca­par de la per­se­cu­ción nazi; en este caso, la adap­ta­ción rea­li­za­da por Duguay y Benoît Gui­chard es muy con­vin­cen­te al trans­mi­tir cabal­men­te los sin­sa­bo­res refle­ja­dos por Jof­fo en su libro.

Batyste Fleurial, Patrick Bruel y Dorian Le Clech

Batys­te Fleu­rial, Patrick Bruel y Dorian Le Clech

La acción comien­za en París en 1942, perío­do en que la ciu­dad se encuen­tra bajo la ocu­pa­ción ale­ma­na. Allí vive el matri­mo­nio judío inte­gra­do por el pelu­que­ro Roman Jof­fo (Patrick Bruel) y su espo­sa Anna (Elza Zyl­bers­tein) con sus dos hijos meno­res, Joseph (Dorian Le Clech) y Mau­ri­ce (Batys­te Fleu­rial), de 10 y 12 años res­pec­ti­va­men­te y sus dos hijos mayo­res Henry (César Dom­boy) y Albert (Ilian Ber­ga­ra). En la medi­da en que la situa­ción se agra­va día a día para quien es judío, Henry y Albert par­ten para Niza que por el momen­to cons­ti­tu­ye una zona libre de nazis y la vida es más tran­qui­la bajo la auto­ri­dad con­ci­lia­do­ra de las tro­pas ita­lia­nas allí apos­ta­das. Por su par­te cuan­do Joseph y Mau­ri­ce son gol­pea­dos por sus com­pa­ñe­ros en la escue­la a la que asis­ten y están obli­ga­dos a usar la estre­lla ama­ri­lla con la ins­crip­ción de “judío”, Roman con­si­de­ra que el res­to de la fami­lia tam­bién debe dejar inme­dia­ta­men­te París y tras­la­dar­se a la Rivie­ra fran­ce­sa; a fin de no des­per­tar sos­pe­chas, el padre con­si­de­ra que los niños via­jen separadamente.

El tra­yec­to de los chi­cos no está exen­to de peli­gros don­de casi se encuen­tran a pun­to de ser cap­tu­ra­dos por los ale­ma­nes pero con la suer­te a su favor logran sal­var los obs­tácu­los. Al arri­bar a Niza, don­de se pro­du­ce el reen­cuen­tro de todos los miem­bros de la fami­lia, sobre­vie­ne la cal­ma aun­que por bre­ve tiem­po; así, tres meses des­pués cuan­do Mus­so­li­ni es arres­ta­do, las fuer­zas nazis lle­gan al lugar. Eso moti­va a que nue­va­men­te la fami­lia se dis­gre­gue y que Joseph y Mau­ri­ce se vean obli­ga­dos a sepa­rar­se de sus padres y her­ma­nos mayo­res, com­par­tien­do solos la tris­te aven­tu­ra de supervivencia.

Cen­tran­do la aten­ción en estos pre­ado­les­cen­tes, pue­de obser­var­se cómo los momen­tos de natu­ral des­preo­cu­pa­ción pro­pios de la edad y la cama­ra­de­ría que los une los con­vier­ten en seres vul­ne­ra­bles cuan­do van toman­do con­cien­cia de la situa­ción de peli­gro que van atra­ve­san­do, sobre todo cuan­do lle­gan a ser dete­ni­dos por los nazis y para ocul­tar su ori­gen seña­lan que son arge­li­nos; a pesar de que no logran con­ven­cer a sus cap­to­res, la bue­na volun­tad de un médi­co que los exa­mi­na (Chris­tian Cla­vier) y la gran noble­za de un cura local per­mi­ten que ambos sean liberados.

Si bien el tema basa­do en hechos reales se pres­ta para que el rela­to pue­da con­ver­tir­se en un melo­dra­ma lacri­mó­geno, el rea­li­za­dor sin acu­dir a gol­pes bajos demues­tra ser un muy buen narra­dor. Así pri­vi­le­gian­do el víncu­lo humano y resal­tan­do el amor de la fami­lia, logra plas­mar una his­to­ria muy emo­ti­va que se evi­den­cia en varias secuen­cias; así, resul­ta con­mo­ve­do­ra la esce­na en que Roman orde­na a sus hijos que nie­guen ter­mi­nan­te­men­te su iden­ti­dad judía fren­te a ter­ce­ros, o bien aque­lla otra que se pro­du­ce en el momen­to de la separación.

La inter­pre­ta­ción es exce­len­te; comen­zan­do por Bruel quien des­ti­la una arro­lla­do­ra huma­ni­dad en la com­po­si­ción de su per­so­na­je. En todo caso, el film per­te­ne­ce a los meno­res y en tal sen­ti­do Le Clech asu­mien­do el rol pro­ta­gó­ni­co de Joseph des­lum­bra por la for­ma en que su per­so­na­je refle­ja sus sen­ti­mien­tos que alcan­za su cli­max en la esce­na final don­de nadie pue­de per­ma­ne­cer indi­fe­ren­te con­tem­plan­do su actua­ción; a su lado, igual­men­te se des­ta­ca Fleu­rial. Sin pre­via expe­rien­cia acto­ral, ambos jóve­nes intér­pre­tes ofre­cen una sober­bia com­po­si­ción de los dos her­ma­nos, trans­mi­tien­do el fuer­te víncu­lo fra­ter­nal, la soli­da­ri­dad exis­ten­te entre ellos y las emo­cio­nes que viven con­tem­plan­do la vio­len­cia de una gue­rra de la cual tra­tan de escapar.

Obser­van­do este film cabe la pre­gun­ta si aca­so se jus­ti­fi­ca mos­trar una vez más los horro­res del nazis­mo. Tenien­do en cuen­ta que lamen­ta­ble­men­te la exclu­sión y el racis­mo no han des­apa­re­ci­do por com­ple­to, esta nue­va ver­sión ver­ti­da con noble­za y hones­ti­dad se jus­ti­fi­ca para que los jóve­nes de la actual gene­ra­ción ten­gan una cla­ra idea de lo que sig­ni­fi­có el Holo­caus­to, una de las tra­ge­dias más gran­des en la his­to­ria de la huma­ni­dad. Jor­ge Gutman