Esce­nas de la Vida Conyugal

MON­SIEUR ET MADA­ME ADEL­MAN. Fran­cia-Bél­gi­ca, 2017. Un film de Nico­las Bedos

En su doble con­di­ción de direc­tor y actor, Nico­las Bedos retra­ta a una pare­ja a tra­vés de un perío­do de 45 años de convivencia.

Como pri­mer film, la labor de Bedos es ambi­cio­sa don­de valién­do­se de su pro­pio guión escri­to con Doria Tiller, logra una come­dia dra­má­ti­ca que sin ser com­ple­ta­men­te ori­gi­nal, per­mi­te al espec­ta­dor sumer­gir­se en el rela­to y refle­xio­nar una vez más sobre lo que es el amor y cómo pue­de ser man­te­ni­do duran­te un lar­go lap­so, tal como acon­te­ce en este relato.

Nicolas Bedos y Doria Tillier

Nico­las Bedos y Doria Tillier

El film comien­za con el repor­ta­je que un perio­dis­ta (Antoi­ne Gouy) le hace a Sarah Adel­man (Doria Tillier), ins­tan­tes des­pués del fune­ral de su mari­do Vic­tor de Roche­mont (Nico­las Bedos), un repu­tado miem­bro de la aca­de­mia fran­ce­sa. La cró­ni­ca de la viu­da comien­za a par­tir del momen­to en que lle­gan a cono­cer­se en 1971, don­de ella es una bri­llan­te estu­dian­te de doc­to­ra­do en lite­ra­tu­ra, y él un aspi­ran­te escri­tor atra­ve­san­do algu­nos momen­tos difí­ci­les en el pro­ce­so de crea­ción lite­ra­ria. Si bien el pri­mer encuen­tro es sim­ple­men­te car­nal, a medi­da que se fre­cuen­tan y des­pués de un com­pli­ca­do noviaz­go se pro­du­ce el casa­mien­to de la pare­ja. A par­tir de ese momen­to Sarah cons­ti­tu­ye un ver­da­de­ro sos­tén en el tra­ba­jo rea­li­za­do por su mari­do leyen­do cada uno de sus manus­cri­tos antes de la publi­ca­ción de su pri­me­ra novela.

Entre algu­nas situa­cio­nes en las que Sarah pasa revis­ta a su vida en común se encuen­tra aqué­lla en que Vic­tor lle­ga a cono­cer a su fami­lia judía cuyos padres han sufri­do los horro­res del Holo­caus­to; allí que­da impre­sio­na­do cuan­do su sue­gro (Ronald Gut­man) le hace ver que los judíos, más allá de todo sufri­mien­to, nun­ca han per­di­do el sen­ti­do del humor, aspec­to que se pue­de com­pro­bar en las obras de los más pres­ti­gio­sos auto­res de ese ori­gen; es así que Vic­tor deci­de dejar su ape­lli­do ori­gi­nal para adop­tar de allí en más el de su esposa.

Pro­fe­sio­nal­men­te el escri­tor obtie­ne el pres­ti­gio­so Pre­mio Con­co­urt don­de rápi­da­men­te se con­vier­te en una pres­ti­gio­sa per­so­na­li­dad, mien­tras que su mujer que­da rele­ga­da a un segun­do plano. Sarah no guar­da repa­ro alguno para con­tar al perio­dis­ta que la entre­vis­ta los dis­tin­tos alti­ba­jos acae­ci­dos duran­te esa lar­ga vida en común; así, no fal­tan los momen­tos de cri­sis con epi­so­dios de infi­de­li­dad, otros de inusi­ta­da cruel­dad sobre todo en la for­ma en que Vic­tor menos­pre­cia a su peque­ño hijo con­si­de­rán­do­lo un idio­ta por haber naci­do con un retar­do men­tal, los momen­tos de recon­ci­lia­ción de la pare­ja y algu­nas refe­ren­cias al pro­ce­so de enve­je­ci­mien­to y sus consecuencias.

En algu­nos momen­tos el rela­to remi­te a algu­nos de los fil­mes de Woody Allen como tam­bién al del magis­tral Ing­mar Berg­man sobre los emba­tes de la vida con­yu­gal, aun­que de nin­gún modo alcan­za el nivel logra­do por estos dos direc­to­res. De todos modos, el film se nutre de algu­nos diá­lo­gos jugo­sos y situa­cio­nes bien risue­ñas como las que acon­te­cen en la secuen­cia de una cena navi­de­ña que se desa­rro­lla en la casa del padre de Víc­tor (Pie­rre Arditi).

La direc­ción es flui­da y la inter­pre­ta­ción muy con­vin­cen­te don­de sus dos pro­ta­go­nis­tas man­tie­nen una bue­na com­pli­ci­dad, aspec­to que no es de extra­ñar pues­to que en la vida real Bedos y Tillier son mari­do y mujer. A pesar de que el film no pue­de evi­tar cier­tos cli­chés, ofre­cien­do en su tra­mo final un arti­fi­cio­so dra­ma­tis­mo, esos ele­men­tos no alcan­zan a des­me­re­cer sus logros mere­cien­do su reco­men­da­ción. Jor­ge Gutman

El Dile­ma de un Gran Estadista

CHUR­CHILL Gran Bre­ta­ña, 2017. Un film de Jonathan Teplitzky

Con Chur­chill se pro­du­ce una vez más el caso don­de la excep­cio­nal actua­ción de un artis­ta pue­de lle­gar a com­pen­sar algu­nas obje­cio­nes que un film pue­de ado­le­cer. Tenien­do como telón de fon­do la Segun­da Gue­rra Mun­dial, el guión pre­pa­ra­do por el renom­bra­do his­to­ria­dor neo­ce­lan­dés Alex von Tun­zel­mann no pre­ten­de incur­sio­nar en una bio­gra­fía de Wins­ton Chur­chill sino enfo­car al gran gober­nan­te bri­tá­ni­co duran­te los tres días que pre­ce­die­ron a la ope­ra­ción “Over­lord” vin­cu­la­da con el des­em­bar­co de las tro­pas alia­das en Nor­man­día en junio de 1944. Brian Cox es el extra­or­di­na­rio intér­pre­te que ani­ma al Pri­mer Minis­tro y a tra­vés de su carac­te­ri­za­ción es impo­si­ble no com­pe­ne­trar­se con el esta­do aní­mi­co de un hom­bre escép­ti­co fren­te a la medi­da que Esta­dos Uni­dos con sus alia­dos, inclu­yen­do Gran Bre­ta­ña, se pro­po­nen adop­tar para reple­gar a las tro­pas nazis del terri­to­rio francés.

BRIAN COX

BRIAN COX

En la pri­me­ra esce­na se lo obser­va tran­si­tan­do por la ori­lla de una deso­la­da pla­ya jun­to a su que­ri­da espo­sa Cle­men­ti­ne (Miran­da Richard­son) don­de en su men­te sur­gen los recuer­dos de la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial cuan­do en el cam­po de bata­lla de Galli­po­li más de 50.000 jóve­nes reclu­tas per­die­ron sus vidas, don­de la mayor par­te de los mis­mos eran bri­tá­ni­cos. Ésa es la razón por la que Chur­chill con­si­de­ra que la ope­ra­ción que está pró­xi­ma a rea­li­zar­se pue­da fra­ca­sar y con ello la con­se­cuen­cia sería el exter­mi­nio de apro­xi­ma­da­men­te 20.000 sol­da­dos de la actual generación.

Todo el rela­to gira en torno de la angus­tia y depre­sión que sien­te este hom­bre al no que­rer car­gar en su con­cien­cia la muer­te de ino­cen­tes per­so­nas en una misión que con­si­de­ra alta­men­te arries­ga­da. Den­tro de ese mar­co, se lo ve mal­hu­mo­ra­do e iras­ci­ble, vol­can­do su amar­gu­ra en un tra­to muchas veces des­cor­tés con su tole­ran­te dac­ti­ló­gra­fa (Ella Pur­nell), como así tam­bién con su abne­ga­da espo­sa que cons­ti­tu­ye la voz de la mesu­ra acon­se­ján­do­lo en esas difí­ci­les horas. Simul­tá­nea­men­te se asis­te a las dis­cu­sio­nes que Chur­chill man­tie­ne con el Pre­si­den­te Eisenho­wer (John Slat­tery) y el gene­ral Ber­nard Mont­go­mery (Julian Wadham) quie­nes no dudan que deben actuar con­jun­ta­men­te para aplas­tar a los nazis. Cuan­do lle­ga el his­tó­ri­co día “D”, Chur­chill resul­ta per­sua­di­do y no es sor­pre­sa algu­na que la ope­ra­ción resul­ta exitosa.

Como ya se ha seña­la­do, Cox revi­ve estu­pen­da­men­te al gran esta­dis­ta don­de inclu­so el aspec­to físi­co del actor guar­da gran pare­ci­do con el per­so­na­je que carac­te­ri­za. A su lado cabe des­ta­car el logra­do desem­pe­ño de Richard­son como la abne­ga­da y fir­me espo­sa que es la úni­ca que con­si­gue que su mari­do final­men­te deje a un lado su obs­ti­na­ción y entre en razones.

La obser­va­ción que mere­ce este film es que en su tra­ta­mien­to el rela­to enfo­ca un tema que des­pués de cier­to lap­so tien­de a repe­tir­se, ade­más de resul­tar dema­sia­do dia­lo­ga­do. En todo caso estos por­me­no­res no miti­gan las bue­nas inten­cio­nes del rea­li­za­dor al enfo­car la vul­ne­ra­bi­li­dad de un hom­bre polí­ti­ca­men­te pode­ro­so y nutri­do de gran inte­gri­dad que no pue­de dejar de con­si­de­rar el alto cos­to de una gue­rra en tér­mino de vidas huma­nas. Jor­ge Gutman

Una Ten­sa Cena

BEA­TRIZ AT DIN­NER. Esta­dos Uni­dos, 2016. Un film de Miguel Arteta

El rea­li­za­dor Miguel Arte­ta y el guio­nis­ta Mike Whi­te guio­nis­ta vuel­ven a reu­nir­se des­pués de haber­lo hecho con gran éxi­to en Chuck and Buck (2000) y The Good Girl (2002). En esta opor­tu­ni­dad ofre­cen un rela­to que comien­za como una ama­ble come­dia para gra­dual­men­te adqui­rir ribe­tes dra­má­ti­cos y cul­mi­nar en for­ma vio­len­ta. Tan­to la rea­li­za­ción de Arte­ta como lo que pro­po­ne Whi­te en su his­to­ria man­tie­nen con­cen­tra­do al espec­ta­dor a pesar de que la per­so­na­li­dad del per­so­na­je pro­ta­gó­ni­co pro­duz­ca desconcierto.

Salma Hayek

Sal­ma Hayek

La his­to­ria se desa­rro­lla en torno a Bea­triz quien a tra­vés de la nota­ble inter­pre­ta­ción de Sal­ma Hayek se la apre­cia como una per­so­na sen­si­ble, tran­qui­la y en la pri­me­ra esce­na se la ve rodea­da de ani­ma­les que tie­ne en su casa de Los Ánge­les a quie­nes les pro­di­ga cari­ño. Ese afec­to tam­bién lo demues­tra hacia sus pacien­tes en su carác­ter de masa­jis­ta tera­péu­ti­ca para enfer­mos de cán­cer en un cen­tro clí­ni­co de la ciu­dad. Pro­ve­nien­te de una fami­lia humil­de mexi­ca­na, logró esta­ble­cer­se en Esta­dos Uni­dos y todo hace pre­su­mir que ali­vian­do al pró­ji­mo ella es una joven que se encuen­tra rea­li­za­da y satis­fe­cha espi­ri­tual­men­te con­si­go misma.

Cuan­do des­pués de haber rea­li­za­do una sesión de masa­jes que sue­le efec­tuar regu­lar­men­te a Kathy (Con­nie Brit­ton) en su afluen­te man­sión que dis­ta a 60 millas de su hogar se dis­po­ne a empren­der el regre­so, com­prue­ba que su coche está ave­ria­do; fren­te a esa difi­cul­tad su clien­ta, quien sien­te una gran esti­ma hacia ella por­que en el pasa­do tra­tó exi­to­sa­men­te a su hija que había pade­ci­do de cán­cer y que aho­ra está recu­pe­ra­da, le ofre­ce que­dar­se en su resi­den­cia y a la vez com­par­tir una cena que su mari­do Grant (David Warshofsky) ofre­ce esa noche a dos de sus aso­cia­dos comer­cia­les (Jay Duplass, John Lith­gow) y sus res­pec­ti­vas espo­sas (Chloë Sevigny y Amy Landecker).

La des­crip­ción deta­lla­da de ese gru­po social de ele­va­da con­di­ción eco­nó­mi­ca es exce­len­te y en la mira­da que Bea­triz efec­túa en el ape­ri­ti­vo escu­chan­do las con­ver­sa­cio­nes de las muje­res entre sí y de los caba­lle­ros por su par­te char­lan­do de nego­cios en otro rin­cón de la man­sión no podría ser más natu­ral; en esa pri­me­ra apro­xi­ma­ción, vela­da­men­te que­da refle­ja­da una crí­ti­ca a los defen­so­res del sis­te­ma eco­nó­mi­co neoliberal.

De allí en más el film se cen­tra en la ani­mo­si­dad exis­ten­te entre Bea­triz y Doug Strutt, uno de los invi­ta­dos que es un pode­ro­so empre­sa­rio de bie­nes raí­ces. Des­pués de que en el pri­mer encuen­tro el acau­da­la­do indi­vi­duo con­fun­de a Bea­triz con una emplea­da domés­ti­ca, al acla­rar­se el equí­vo­co la inte­rro­ga sobre su ori­gen; al saber que nació en Méxi­co cíni­ca­men­te le pre­gun­ta si entró legal­men­te al país. Ahí se evi­den­cia la inten­ción de Arte­ta y Whi­te de brin­dar un rela­to enfa­ti­zan­do la dife­ren­cia de cla­ses y expo­nien­do el racis­mo laten­te impe­ran­te en cier­tos gru­pos socia­les ame­ri­ca­nos con res­pec­to a los que viven al sur del Río Grande.

En el momen­to de la cena Bea­triz toma espon­tá­nea­men­te el uso de la pala­bra y comien­za a que­rer man­te­ner el con­trol de la con­ver­sa­ción sin tener en cuen­ta que su acti­tud resul­ta incon­du­cen­te. En un momen­to dado el cli­ma de la reu­nión adquie­re cre­cien­te ten­sión fren­te a los sen­ti­mien­tos nega­ti­vos de ella hacia Doug, cuan­do se impo­ne que en la cons­truc­ción de uno de los hote­les del mag­na­te en su aldea natal mexi­ca­na él con­tri­bu­yó a la des­truc­ción de la mis­ma. Ya en la sobre­me­sa, la acti­tud de la masa­jis­ta alcan­za un nivel de des­con­trol y furia inusi­ta­da cuan­do Doug mues­tra a los inte­gran­tes del gru­po una foto toma­da en su recien­te via­je al Áfri­ca don­de se lo obser­va jun­to a un rino­ce­ron­te ani­qui­la­do como tro­feo de su cacería.

Si en prin­ci­pio la sim­pa­tía de Arte­ta pare­ce­ría estar del lado de Bea­triz al mos­trar el gran con­tras­te exis­ten­te entre el mun­do mate­ria­lis­ta de los ricos y el alto gra­do de espi­ri­tua­li­dad de la joven, lo cier­to es que de nin­gún modo Doug es exhi­bi­do como un ser vili­pen­dio­so; más aún, a pesar de su cinis­mo y disi­mu­la­do racis­mo, el guión no lle­ga a expo­ner­lo como un villano dia­bó­li­co o mons­truo­so que pudie­ra jus­ti­fi­car la des­me­di­da reac­ción de Beatriz.

La inter­pre­ta­ción de Hayek es mara­vi­llo­sa y otro tan­to pue­de afir­mar­se de Lith­gow que ofre­ce un tra­ba­jo remar­ca­ble carac­te­ri­zan­do al arro­gan­te millo­na­rio. Los res­tan­tes acto­res se desem­pe­ñan con total con­vic­ción brin­dan­do una com­ple­ta natu­ra­li­dad a sus per­so­na­jes. La pues­ta en esce­na de Arte­ta es inob­je­ta­ble en la medi­da que se cui­da muy bien que nin­guno de los per­so­na­jes resul­te ama­ne­ra­do o caricaturesco.

Lo que sor­pren­de en esta his­to­ria es el cam­bio de giro que adop­ta en su desa­rro­llo y aun­que eso no resul­te obje­ta­ble y logre con­cen­trar la aten­ción median­te la ner­vio­si­dad que se va crean­do, lo cier­to es que su des­en­la­ce como tra­ge­dia rea­lis­ta aun­que no exen­to de poe­sía deja des­co­lo­ca­do al espec­ta­dor sin saber cómo ana­li­zar la con­duc­ta de Bea­triz. En todo caso, eso no inva­li­dad la cali­dad del film tenien­do en cuen­ta la acer­ta­da pues­ta en esce­na, el muy buen nivel de actua­ción y un rela­to que a pesar de las obje­cio­nes seña­la­das logra atra­par. Jor­ge Gutman

Una Nue­va Tem­po­ra­da de Ópera

TRANS­MI­SION DES­DE EL MET 2017 – 2018

El Metro­po­li­tan Ope­ra Hou­se.anun­ció la nue­va tem­po­ra­da de THE MET LIVE IN HD (El MET en Direc­to y en Alta Defi­ni­ción) que será efec­tua­da a los cines del mun­do des­de Nue­va York. En Cana­dá, la difu­sión se hará a tra­vés del cir­cui­to cine­ma­to­grá­fi­co CINEPLEX.

A con­ti­nua­ción se enu­me­ra las 10 ópe­ras que fue­ron selec­cio­na­das para la tem­po­ra­da 2017 – 2018 por Peter Gelb, direc­tor del MET y res­pon­sa­ble de haber lle­va­do las ópe­ras a los cines en direc­to des­de Diciem­bre de 2006.

NOR­MA. Belli­ni  (Nue­va Producción)

Direc­to: 7 de Octu­bre de 2017. Dife­ri­do: 4, 6 y 8 de Noviem­bre de 2017.

La gran soprano Son­dra Rad­va­novsky que en 2016 había repre­sen­ta­do a la sacer­do­ti­sa Nor­ma para la Cana­dian Ope­ra Com­pany de Toron­to, vuel­ve a encar­nar dicho per­so­na­je en la nue­va pro­duc­ción diri­gi­da por David McVi­car. La direc­ción orques­tal está a car­go de Car­lo Riz­zi.

NORMA (Sondra Radvanovsky)

Son­dra Radvanovsky

DIE ZAU­BER­FLÖ­TE. Mozart

Direc­to: 14 de Octu­bre de 2017. Dife­ri­do: 11, 27 y 29 de Noviem­bre de 2017.

El emble­má­ti­co maes­tro James Levi­ne ten­drá a su car­go la direc­ción musi­cal de esta joya del genio de Salz­bur­go en la pro­duc­ción de la acla­ma­da direc­to­ra Julie Tay­mor Entre varios de los nom­bres del vas­to repar­to se hallan Gol­da Schultz, Kathryn Lewek, Char­les Cas­tro­no­vo, Mar­kus Wer­ba, Tobias Keh­rer y René Pape.

THE EXTER­MI­NA­TING ANGEL. Adès (Estreno del MET)

Direc­to: 18 de Noviem­bre de 2017. Dife­ri­do: 9, 11 y 13 de Diciem­bre de 2017.

La gran pelí­cu­la de Luis Buñuel de 1962 cobra vida en la esce­na líri­ca en la ópe­ra de Tho­mas Adès que el MET la pre­sen­ta por pri­me­ra vez des­pués de su estreno mun­dial en el Fes­ti­val de Salz­bur­go de 2016 bajo la direc­ción musi­cal del com­po­si­tor. La pues­ta escé­ni­ca es de Tom Cairns quien es tam­bién autor del libreto.

TOS­CA. Puc­ci­ni (Nue­va Producción)

Direc­to: 27 de Enero de 2018. Dife­ri­do: 17, 26 y 28 de Febre­ro de 2018.

Esta pro­duc­ción de David McVi­car será inter­pre­ta­da por los pres­ti­gio­sos can­tan­tes Kris­ti­ne Opo­lais, Vit­to­rio Gri­go­lo y Bryn Ter­fel en los roles pro­ta­gó­ni­cos. La direc­ción orques­tal esta­rá a car­go de Andris Nel­sons.

Kristine Opolais

Kris­ti­ne Opolais

L’E­LI­SIR D’ AMO­RE. Doni­zet­ti

Direc­to: 10 de Febre­ro de 2018. Dife­ri­do: 17, 19 y 21 de Mar­zo de 201.8

Esta agra­da­bi­lí­si­ma y melo­dio­sa ópe­ra de Doni­zet­ti será repre­sen­ta­da en la ver­sión escé­ni­ca de Bartlett Sher. Los pape­les pro­ta­gó­ni­cos esta­rán a car­go de Matthew Polen­za­ni y Pretty Yen­de. El maes­tro Domin­go Hin­do­yan diri­gi­rá la orquesta.

Matthew Polenzani

Matthew Polen­za­ni

LA BOHE­ME. Puc­ci­ni

Direc­to: 24 de Febre­ro de 2018. Dife­ri­do: 7, 9 y 11 de Abril de 2018.

La ópe­ra más cele­bra­da de Puc­ci­ni retor­na con la extra­or­di­na­ria pro­duc­ción de Fran­co Zef­fi­re­lli. Son­ya Yon­che­va can­ta­rá el rol pro­ta­gó­ni­co de Mimì y Rus­sell Tho­mas inter­pre­ta­rá a Rodol­fo. La direc­ción musi­cal es del maes­tro Mar­co Armi­lia­to.

SEMI­RA­MI­DE. Ros­si­ni

Direc­to: 10 de Mar­zo de 2018. Dife­ri­do: 21, 23 y 25 de Abril de 2018

Des­pués de 25 años de ausen­cia retor­na al MET esta crea­ción líri­ca de Ros­si­ni. La pro­duc­ción es de John Copley y en su elen­co par­ti­ci­pan Ange­la Mea­de, Eli­za­beth DeS­hong, Javier Cama­re­na, Ildar Abdra­za­kov y Ryan Spee­do Green. La orques­ta es diri­gi­da por Mau­ri­zio Benini.

COSI FAN TUT­TE. Mozart (Nue­va Producción)

Direc­to: 31 de Mar­zo de 2018. Dife­ri­do: 5, 7 y 9 de Mayo de 2018.

Nue­va­men­te el inigua­la­ble Mozart delei­ta con una deli­cio­sa come­dia sobre la fide­li­dad. La pro­duc­ción es de Phe­lim McDer­mott. El maes­tro David Rober­tson diri­ge la orques­ta y el elen­co está enca­be­za­do por Chris­topher Mal­t­man y Kelli O’Hara; el repar­to que­da com­ple­ta­do con Aman­da Majes­ki, Sere­na Mal­fi, Ben Bliss y Adam Pla­chet­ka.

LUI­SA MILLER. Ver­di (Por Pri­me­ra Vez en Alta Definición)

Direc­to: 14 de Abril de 2018. Dife­ri­do: 19, 21 y 23 de Mayo de 2018.

Esta pro­duc­ción de Eli­jah Moshinsky reúne a la soprano Son­ya Yon­che­va en el rol titu­lar, al vete­rano tenor Plá­ci­do Domin­go y des­pués de una lar­ga ausen­cia del MET al tenor pola­co Piotr Bec­za­la. La orques­ta será diri­gi­da por el gran músi­co ver­diano James Levi­ne.

Plácido Domingo

Plá­ci­do Domingo

CEN­DRI­LLON. Mas­se­net (Estreno del MET).

Direc­to: 28 de Abril de 2018. Dife­ri­do: 9, 11 y 13 de Junio de 2018.

Este her­mo­so cuen­to de hadas de Jules Mas­se­net cuen­ta con la pues­ta en esce­na de de Lau­rent Pelly. La Ceni­cien­ta será can­ta­da por Joy­ce DiDo­na­to y en otros roles actua­rán Ali­ce Coote, Kath­leen Kim y Stepha­nie Blythe. La direc­ción orques­tal será asu­mi­da por Ber­trand de Billy.

Joyce DiDonato

Joy­ce DiDonato

Las entra­das esta­rán en ven­ta a par­tir del 19 de Julio de 2017 para los miem­bros de Scè­ne y des­de el 28 de julio de 2017 para el gran público.

Para infor­ma­ción adi­cio­nal pre­sio­ne aquí 

Cró­ni­ca de un Car­te­ro Rural

THE POST­MA­N’S WHI­TE NIGHTS. Rusia, 2014. Un film de Andrei Konchalovsky

Con un retra­so de casi tres años se aca­ba de estre­nar en Mon­treal The Post­ma­n’s Whi­te Nights de Andrei Kon­cha­lovsky quien obtu­vo el pre­mio al mejor rea­li­za­dor en el Fes­ti­val de Vene­cia de 2014. El vete­rano cineas­ta ubi­ca su rela­to en el nor­te de Rusia des­cri­bien­do las pecu­lia­ri­da­des de un remo­to pue­blo cuyo car­te­ro cons­ti­tu­ye el medio de comu­ni­ca­ción con el mun­do exterior.

Aleksey Tryapitsin

Alek­sey Tryapitsin

La acción trans­cu­rre en una aldea ubi­ca­da a ori­llas del lago Keno­ze­ro, pobla­da de casas dis­per­sa­das, don­de sus habi­tan­tes ven trans­cu­rrir sus días del mis­mo modo en que lo hicie­ron sus ante­pa­sa­dos duran­te siglos, cuyos hábi­tos y cos­tum­bres pare­cie­ran haber­se dete­ni­do en el tiem­po. En ese ámbi­to trans­cu­rre la vida del pro­ta­go­nis­ta de esta his­to­ria con­ce­bi­da por el rea­li­za­dor y Ele­na Kise­le­va; se tra­ta de Lyokha (Alek­sey Trya­pitsin), un car­te­ro de media­na edad, acos­tum­bra­do a seguir una ruti­na inque­bran­ta­ble; se levan­ta, desa­yu­na tran­qui­la­men­te, uti­li­za la tele­vi­sión para impo­ner­se de las noti­cias, e inme­dia­ta­men­te se vale de su lan­cha a motor para atra­ve­sar el lago y diri­gir­se al depar­ta­men­to de correos de la loca­li­dad don­de su jefa (Mar­ga­ri­ta Tito­va) le entre­ga la corres­pon­den­cia para ser dis­tri­bui­da a sus destinatarios.

En su dia­rio queha­cer Lyok­ya va inter­ac­tuan­do con los per­so­na­jes de la aldea; entre otros se encuen­tran el poli­cía del dis­tri­to (Ser­ge Yur­yev), un mal­hu­mo­ra­do pes­ca­dor depre­si­vo (Yury Pan­fi­lov) y un aldeano con pro­ble­mas alcohó­li­cos (Vic­tor Kolo­bov). En todo caso con quien más logra socia­li­zar es con Iri­na (Iri­na Ermo­lo­va), una mujer por quien Lyokha se encuen­tra atraí­do aun­que ella no res­pon­da a sus sen­ti­mien­tos y sobre todo con su hiji­to Timur (Timur Bon­da­ren­ko) con quien pasa gra­tos momen­tos en su tiem­po libre; pre­ci­sa­men­te una de las más bellas imá­ge­nes del film tie­ne lugar cuan­do este buen hom­bre y el niño visi­tan un cos­mó­dro­mo mili­tar en don­de un cohe­te es dis­pa­ra­do des­de la base hacia el cielo.

En tér­mi­nos de argu­men­to no es mucho lo que real­men­te acon­te­ce aquí; la úni­ca nota con­flic­ti­va se pro­du­ce cuan­do el car­te­ro com­prue­ba que le ha sido roba­do el motor de su lan­cha , hecho que le pro­du­ce gran frus­tra­ción; pero en últi­ma ins­tan­cia la san­gre no lle­ga al río. Más que una his­to­ria tra­di­cio­nal, Kon­cha­lovsky adop­ta el tono docu­men­tal don­de la mayo­ría de los acto­res no pro­fe­sio­na­les y repre­sen­tán­do­se a sí mis­mos van impro­vi­san­do libre­men­te las situa­cio­nes a las que están expues­tos. Den­tro de ese con­tex­to lo que más des­ta­ca el rea­li­za­dor es el espa­cio abier­to de la natu­ra­le­za que adquie­re dimen­sión pro­ta­gó­ni­ca en el film en tan­to que esta gen­te vive y res­pi­ra a tra­vés de ella; en tal sen­ti­do la mag­ní­fi­ca foto­gra­fía de Alek­san­der Simo­nov con­tri­bu­ye a real­zar el aspec­to visual de un film que se carac­te­ri­za por su carác­ter con­tem­pla­ti­vo, líri­co y melan­có­li­co al ilus­trar la cul­tu­ra de esta comu­ni­dad rural. Jor­ge Gutman