Un Exce­len­te Film Bélico

DUN­KIRK. Esta­dos Uni­dos-Gran Bre­ta­ña, 2017. Un film escri­to y diri­gi­do por Chris­topher Nolan

Como film de gue­rra, Dun­kirk cons­ti­tu­ye una estu­pen­da proeza logra­da por Chris­topher Nolan. Si bien en las últi­mas déca­das varias pelí­cu­las del géne­ro se han des­ta­ca­do por su nota­ble cali­dad, como lo fue­ron entre otras Saving Pri­va­te Ryan de Ste­ven Spiel­berg, The Thin Red Line de Terren­ce Malik y más recien­te­men­te Hack­saw Rid­ge de Mel Gib­son, este épi­co dra­ma his­tó­ri­co recons­tru­yen­do uno de los acon­te­ci­mien­tos más impor­tan­tes que afec­tó al pue­blo bri­tá­ni­co duran­te la Segun­da Gue­rra Mun­dial tie­ne sus carac­te­rís­ti­cas dis­tin­ti­vas, a saber: el rela­to se desa­rro­lla con esca­sos diá­lo­gos, la narra­ti­va evi­ta seguir los cáno­nes tra­di­cio­na­les; la fil­ma­ción com­bi­na­da de Imax y 65 mm, per­mi­te que el espec­ta­dor sea trans­por­ta­do al cora­zón del con­flic­to don­de deja de ser un sim­ple obser­va­dor para sumer­gir­se en total inmer­sión en la dra­má­ti­ca odi­sea vivi­da por sus protagonistas.

El rela­to se cen­tra­li­za en la ope­ra­ción Dina­mo que se desa­rro­lló en los últi­mos días de mayo de 1940 logran­do exi­to­sa­men­te la eva­cua­ción de más de 300 mil sol­da­dos alia­dos; la mayo­ría de los mis­mos han sido bri­tá­ni­cos y fran­ce­ses que habían que­da­do atra­pa­dos en las pla­yas fran­ce­sas de Dun­ker­que des­pués de que Fran­cia fue­ra ven­ci­da por el ejér­ci­to alemán.

Nolan estruc­tu­ró el rela­to a tra­vés de tres sub­tra­mas narra­das para­le­la­men­te en for­ma no lineal y a tra­vés de pun­tos de vis­ta dife­ren­tes que tie­nen lugar en la tie­rra, el mar y en el aire. Así, en la pla­ya de Dun­ker­que se sigue la tra­yec­to­ria de dos jóve­nes sol­da­dos que bus­can su sal­va­ción como sea posi­ble; en el mar pre­pon­de­ra un con­jun­to de flo­ti­llas pro­ce­den­tes de Ingla­te­rra e inte­gra­das por mari­ne­ros civi­les que arries­gan­do sus vidas fren­te al ata­que ale­mán demues­tran un enco­mia­ble cora­je par­ti­ci­pan­do en el res­ca­te de los sol­da­dos; en el espa­cio aéreo se apre­cia la acción de un trio de pilo­tos de la RAF (Real Fuer­za Aérea Bri­tá­ni­ca) que deses­pe­ra­da­men­te tra­tan de impe­dir los bom­bar­deos en pica­da de los apa­ra­tos de la Luff­waf­fe de Alemania.

El film no tie­ne pro­ta­go­nis­tas por­que en esen­cia se tra­ta de un dra­ma coral don­de la pre­sen­cia de un estu­pen­do elen­co inte­gra­do por jóve­nes que recién comien­zan como acto­res (Fionn Whi­tehead, Aneu­rin Bar­nard, Tom Glynn-Car­ney, Barry Keoghan, Harry Sty­les) al lado de otros vete­ra­nos intér­pre­tes (Ken­neth Bra­nagh, Cillian Murphy, Mark Rylan­ce, Tom Hardy, James D’Arcy), cons­ti­tu­ye uno de los fac­to­res que lo enriquecen.

Kenneth Branagh

Ken­neth Branagh

Una vez más Nolan demues­tra ser un maes­tro en los movi­mien­tos de cáma­ra sumi­nis­tran­do algu­nas secuen­cias aéreas de gran espec­ta­cu­la­ri­dad. Ade­más supo con­tar con un buen equi­po téc­ni­co don­de se des­ta­ca el sober­bio mon­ta­je de Lee Smith, la des­lum­bran­te foto­gra­fía de Hoy­te van Hoy­te­ma, los dise­ños de pro­duc­ción de Nathan Crow­le y en espe­cial la músi­ca de Hans Zim­mer que por sí sola adquie­re espe­cial rele­van­cia dado que los efec­tos sono­ros brin­dan al públi­co una sin­gu­lar expe­rien­cia sensorial.

El direc­tor logró un film de reso­nan­cia uni­ver­sal que con­mue­ve pro­fun­da­men­te por la huma­ni­dad que esbo­za sin ape­lar a melo­dra­má­ti­cos arti­fi­cios sen­ti­men­ta­les; de este modo deja al espec­ta­dor la sen­sa­ción de haber vis­to una pelí­cu­la memo­ra­ble. Si cier­ta­men­te los alia­dos no gana­ron la bata­lla de Dun­ker­que, Nolan en cam­bio obtie­ne una gran vic­to­ria al ofre­cer uno de los mejo­res fil­mes de gue­rra rea­li­za­dos has­ta la fecha. No resul­ta arries­ga­do pre­de­cir que por sus excep­cio­na­les valo­res este film obten­drá varias nomi­na­cio­nes para los Oscars que serán dis­cer­ni­dos en 2018. Jor­ge Gutman

Fan­ta­sia 2017

Comen­ta­rio de Jor­ge Gutman

El Fes­ti­val Inter­na­cio­nal de fil­mes FAN­TA­SIA que comen­zó su vigé­si­ma pri­me­ra edi­ción el pasa­do 13 de julio y fina­li­za­rá el 2 de agos­to en Mon­treal pre­sen­ta para la oca­sión una selec­ción de más de 150 lar­go­me­tra­jes y 300 cor­to­me­tra­jes. He aquí algu­nos de los títu­los que EL POPU­LAR ha teni­do oca­sión de juzgar.

Un buen docu­men­tal es lo que pro­po­ne Arshad Khan en ABU (Cana­dá). En un rela­to sen­ci­llo y humano el direc­tor y guio­nis­ta del film pasa revis­ta a su vida comen­za­da en Pakis­tán don­de nació y fun­da­men­tal­men­te enfa­ti­za su pro­ble­má­ti­ca rela­ción man­te­ni­da con algu­nos miem­bros de su fami­lia con espe­cial refe­ren­cia a su padre.

Kahn rela­ta las cir­cuns­tan­cias que moti­va­ron el tras­la­do de su fami­lia a Cana­dá en 1991 y cómo estos inmi­gran­tes tra­tan de asi­mi­lar­se al nue­vo medio; en tal sen­ti­do para Kahn la adap­ta­ción no ha sido fácil al año­rar su tie­rra natal así como lo que sien­te al com­pro­bar que el color de su piel en par­te lo dis­cri­mi­na del medio social. El rea­li­za­dor ade­más enfa­ti­za las peri­pe­cias atra­ve­sa­das por su cri­sis de iden­ti­dad y cómo el pro­ce­so de madu­rez que expe­ri­men­ta lo impul­sa a asu­mir su homo­se­xua­li­dad. En otros aspec­tos se refie­re al modo en que los acon­te­ci­mien­tos del 11 de sep­tiem­bre de 2001 lle­ga­ron a influir en el seno de su fami­lia. En la últi­ma par­te del rela­to, Khan comen­ta su tras­la­do a Mon­treal, comen­zan­do a estu­diar cine y es allí don­de final­men­te encuen­tra el sitio ideal para el desa­rro­llo de sus acti­vi­da­des como cineas­ta y su rea­li­za­ción personal.

A tra­vés de secuen­cias fil­ma­das en dife­ren­tes momen­tos de su vida, entre­vis­tas man­te­ni­das con algu­nos de sus fami­lia­res ‑su madre y su her­ma­na mayor y los pro­pios comen­ta­rios del realizador‑, que­da refle­ja­do el com­por­ta­mien­to cul­tu­ral y tra­di­cio­nal­men­te reli­gio­so de sus padres que difie­re por com­ple­to con lo que él sus­ten­ta, así cómo su orien­ta­ción sexual difi­cul­to­sa­men­te acep­ta­da por ellos moti­vó a que él se sepa­ra­ra de su fami­lia. Con todo, fren­te a la inmi­nen­te muer­te de su padre ocu­rri­da en 2011 se apre­cia que en últi­ma ins­tan­cia se pro­du­ce una emo­ti­va recon­ci­lia­ción don­de su pro­ge­ni­tor le mani­fies­ta que siem­pre lo ha que­ri­do. En esca­sos 80 minu­tos, es mucho lo que lle­ga a cap­tar­se de este hones­to y sen­si­ble documental.

Algu­nas de las peri­pe­cias atra­ve­sa­das por los inmi­gran­tes ile­ga­les que resi­den en los Esta­dos Uni­dos son muy bien ilus­tra­das en MOST BEAU­TI­FUL ISLAND (Esta­dos Uni­dos), un cau­ti­van­te thri­ller diri­gi­do, escri­to e inter­pre­ta­do por Ana Asen­sio. Ella ani­ma a Lucia­na, una joven espa­ño­la que, como muchos otros indo­cu­men­ta­dos, lle­ga a la ciu­dad de Nue­va York pro­cu­ran­do con­cre­tar el míti­co sue­ño ame­ri­cano. Ubi­can­do la acción duran­te una úni­ca jor­na­da se apre­cia las difi­cul­ta­des que ella atra­vie­sa para estar al día en el pago de arrien­do del humil­de depar­ta­men­to en el que habi­ta; eso es debi­do a que los magros ingre­sos que per­ci­be dis­fra­za­da de polli­to para la pro­mo­ción de un sitio de comi­da no le ayu­dan a resol­ver su situa­ción finan­cie­ra. Una espe­ran­za de mejo­rar su con­di­ción se vis­lum­bra cuan­do una com­pa­ñe­ra le pro­po­ne un tra­ba­jo cir­cuns­tan­cial que le depa­ra­rá una bue­na suma de dine­ro. Acep­ta­da la ofer­ta, ella igno­ra por com­ple­to la pesa­di­lla que pron­to vivi­rá al ver­se obli­ga­da a expo­ner su vida en un jue­go maca­bro que tie­ne lugar en una excén­tri­ca fies­ta a fin de satis­fa­cer el sadis­mo de un gru­po inte­gra­do por ricos y des­pia­da­dos neo­yor­ki­nos que allí se encuen­tran. Con una esme­ra­da pues­ta escé­ni­ca y meticu­losi­dad vol­ca­da en la des­crip­ción del rela­to, la direc­to­ra ha sabi­do crear un psi­co­dra­ma intri­gan­te y opre­si­vo capaz de man­te­ner la per­ma­nen­te aten­ción del espec­ta­dor. Este dra­ma, que obli­ga a refle­xio­nar una vez más sobre la temá­ti­ca de la inmi­gra­ción ile­gal, cons­ti­tu­ye una bue­na car­ta de pre­sen­ta­ción de Asen­sio que mere­ci­da­men­te le ha vali­do para obte­ner el Pre­mio del Jura­do y el del Mejor Lar­go­me­tra­je Narra­ti­vo en el fes­ti­val SXSW de este año.

Ana Asensio en MOST BEAUTIFUL ISLAND

Ana Asen­sio en MOST BEAU­TI­FUL ISLAND

Si bien la vete­ra­na rea­li­za­do­ra Agniesz­ka Holland es una de las más repre­sen­ta­ti­vas del buen cine pola­co, SPOOR (Polo­nia-Ale­ma­nia-Repú­bli­ca Che­ca-Sue­cia), su últi­mo tra­ba­jo rea­li­za­do con la cola­bo­ra­ción de Kasia Ada­mik, no alcan­za a cobrar alien­to a pesar de sus bue­nas intenciones.

Agnieszka Mandat en SPOOR

Agniesz­ka Man­dat en SPOOR

El rela­to que está basa­do en la nove­la de Der Gesang der Fle­der­mäu­se de Olga Tokar­czuk trans­cu­rre en una región mon­ta­ño­sa ubi­ca­da en la fron­te­ra de Polo­nia con la Repú­bli­ca Che­ca. Allí habi­ta Jani­na Dus­zej­ko (Agniesz­ka Man­dat), una ancia­na inge­nie­ra jubi­la­da que ade­más de ense­ñar en la escue­la local es una acé­rri­ma defen­so­ra de los ani­ma­les de la región. El con­flic­to del film se pro­du­ce cuan­do sus dos ama­dos perros des­apa­re­cen y todo pare­ce indi­car que los caza­do­res del lugar son los res­pon­sa­bles, lo que deja a Jani­na alta­men­te trau­ma­ti­za­da. La tra­ma adquie­re el carác­ter de un thri­ller cuan­do mis­te­rio­sa­men­te se pro­du­ce el ase­si­na­to de uno de los caza­do­res y bien pron­to los crí­me­nes se van suce­dien­do don­de en cada caso que­da regis­tra­da las hue­llas de dife­ren­tes ani­ma­les. Aun­que en pri­me­ra ins­tan­cia, hay cier­ta intri­ga que haría supo­ner que se pro­du­ce una ven­gan­za de los ani­ma­les hacia sus ver­du­gos, lo cier­to es que esta his­to­ria narra­da de mane­ra errá­ti­ca va per­dien­do inte­rés a medi­da que se desa­rro­lla. Aun­que esta come­dia negra tie­ne como pro­pó­si­to mos­trar la con­duc­ta de una mujer atí­pi­ca y mar­gi­na­da deci­di­da a enfren­tar un sis­te­ma auto­ri­ta­rio y patriar­cal, Holland no logra impri­mir la vita­li­dad nece­sa­ria que per­mi­ta cap­tar la empa­tía del espectador.

Con­fir­man­do que Fan­ta­sía dedi­ca un buen espa­cio al géne­ro de la come­dia, el públi­co tie­ne opor­tu­ni­dad de dis­fru­tar la con­ti­nua­ción de un risue­ño retra­to fami­liar pre­sen­ta­do el año pasa­do con What a Won­der­ful Family. En WHAT A WON­DER­FUL FAMILY! 2 (Japón), se sale al encuen­tro de sus mis­mos per­so­na­jes don­de el matri­mo­nio inte­gra­do por Shu­zo Hira­ta (Isao Hashi­zu­me) y su espo­sa Tomi­ko (Kazu­ko Yoshi­yu­ki) ha sabi­do supe­rar los con­flic­tos de anta­ño cuan­do ella esta­ba a pun­to de sepa­rar­se debi­do a las acti­tu­des egoís­tas de su esposo.

En esta oca­sión, que se desa­rro­lla pocos años des­pués, todo se pres­ta para que la pare­ja viva en per­fec­ta armo­nía sal­vo que exis­te un fac­tor capaz de alte­rar­la; eso se debe a que habien­do per­di­do par­te del refle­jo nece­sa­rio para con­du­cir a cau­sa de su edad, el anciano Shu­zo ha oca­sio­na­do cier­tas ras­pa­du­ras a su coche; pre­vien­do que cau­se futu­ros acci­den­tes que inclu­so pudie­ra hacer peli­grar la vida de ter­ce­ros, su espo­sa no logra disua­dir­lo para que renun­cie a seguir con­du­cien­do. Es así que Kono­su­ke (Masahi­ko Nishi­mu­ra), el mayor de sus hijos adul­tos, tra­ta de per­sua­dir a su obs­ti­na­do padre para que entre­gue las lla­ves del vehícu­lo y renun­cie a su licen­cia. Si bien este inci­den­te cons­ti­tu­ye el pri­me­ro de los con­flic­tos que plan­tea el rela­to, la situa­ción se agra­va cuan­do Tomi­ko deci­de via­jar de vaca­cio­nes sin su espo­so y él invi­ta a su casa a un anti­guo com­pa­ñe­ro de escue­la (Nen­ji Koba­yashi) a quien ha reen­con­tra­do des­pués de muchos años; ese hecho gene­ra una serie de inci­den­tes que aun­que realís­ti­ca­men­te dra­má­ti­cos, el tono de far­sa emplea­do por el rea­li­za­dor Yoji Yama­da impi­de que el rela­to adquie­ra dimen­sio­nes sombrías.

Como en el film ori­gi­nal, el direc­tor tra­ta afec­ti­va­men­te a sus per­so­na­jes ilus­tran­do con satis­fac­to­rio humor las dife­ren­tes alter­na­ti­vas que se tra­du­cen en el seno de una fami­lia japo­ne­sa a tra­vés de tres gene­ra­cio­nes; el resul­ta­do es una gra­cio­sa come­dia que sin ser excep­cio­nal reúne los ingre­dien­tes nece­sa­rios para que el públi­co se entre­ten­ga sanamente.

Den­tro del cine de Amé­ri­ca Lati­na, uno de los títu­los de la mues­tra es EL MUER­TO CUEN­TA SU HIS­TO­RIA (Argen­ti­na) del rea­li­za­dor Fabián For­te en base a un guión que escri­bió jun­to a Nico­lás Bri­tos. El film es una fan­ta­sía con ingre­dien­tes de horror que lamen­ta­ble­men­te resul­ta falli­da. Comen­zan­do como una come­dia, el rela­to pre­sen­ta a Angel (Die­go Gen­ti­le), un publi­cis­ta don­jua­nes­co y detes­ta­ble por su natu­ra­le­za machis­ta. Un buen día tro­pie­za en for­ma ines­pe­ra­da con un con­jun­to de vam­pi­re­sas cel­tas que plan­tea ins­tau­rar un matriar­ca­do en la tie­rra; como con­se­cuen­cia de ese encuen­tro resul­ta escla­vi­za­do por ellas con­vir­tién­do­se en un zom­bi, o sea un muer­to en vida. Si aca­so la inten­ción del film es mos­trar cómo los misó­gi­nos resul­tan cas­ti­ga­dos, el rela­to narra­do con tra­zos grue­sos y sin autén­ti­ca gra­cia fra­ca­sa en su inten­to de gene­rar un film de terror que sus­ci­te interés.

Diego Gentile en EL MUERTO CUENTA SU HISTORIA

Die­go Gen­ti­le en EL MUER­TO CUEN­TA SU HISTORIA

Otro film lati­no­ame­ri­cano es O ANI­MAL COR­DIAL (Bra­sil) de la direc­to­ra y guio­nis­ta Gabrie­la Ama­ral Almei­da. Con posi­ti­vos ante­ce­den­tes en el cine de horror en el cam­po del cor­to­me­tra­je, en su pri­mer lar­go­me­tra­je la direc­to­ra con­fir­ma su pre­di­lec­ción por el géne­ro al narrar una his­to­ria sem­bra­da de espan­to. La acción que trans­cu­rre en un sofis­ti­ca­do res­tau­ran­te bra­si­le­ño cuen­ta entre sus per­so­na­jes al due­ño del esta­ble­ci­mien­to, una joven asis­ten­te, algu­nos emplea­dos ocu­pa­dos en la coci­na y tres comen­sa­les de los cua­les, uno de ellos es un poli­cía reti­ra­do y los otros inte­gran una pare­ja cele­bran­do un espe­cial acon­te­ci­mien­to. El cli­ma se enra­re­ce con la lle­ga­da de un par de delin­cuen­tes en un asal­to a mano arma­da; pron­ta­men­te todos que­dan atra­pa­dos en el esta­ble­ci­mien­to y de ahí en más los per­so­na­jes pri­sio­ne­ros en el lugar se con­vier­ten en furio­sos y des­pia­da­dos ani­ma­les tra­tan­do de sobre­vi­vir la exas­pe­ran­te pesa­di­lla. Almei­da con­si­gue crear un tene­bro­so cli­ma que va in cres­cen­do a medi­da que el rela­to trans­cu­rre has­ta lle­gar a un angus­tian­te e impre­de­ci­ble des­en­la­ce. En esen­cia, éste es un buen film de horror que con­for­ma­rá las expec­ta­ti­vas de los aman­tes del género.

La cri­sis matri­mo­nial es el tema que la direc­to­ra y guio­nis­ta Marian­na Pal­ka enfo­ca en BITCH (Esta­dos Uni­dos), un film que si bien no es des­de­ña­ble no logra resul­tar del todo con­vin­cen­te para redon­dear su pre­mi­sa absur­da. Adop­tan­do uno de los dos pape­les pro­ta­gó­ni­cos la rea­li­za­do­ra ani­ma a Jill, madre de cua­tro hijos meno­res y casa­da con Bill (Jason Rit­ter), un hom­bre que la des­con­si­de­ra por com­ple­to. Vivien­do en una situa­ción de opre­si­va ruti­na ella mani­fies­ta ten­den­cias sui­ci­das sin que su mari­do machis­ta adquie­ra con­cien­cia de su esta­do. Es así que un buen día deci­de ocul­tar­se en el sótano de su casa adop­tan­do el com­por­ta­mien­to de un perro tan­to en sus movi­mien­tos cani­nos como expre­san­do con ladri­dos su frus­tra­ción cuan­do es des­cu­bier­ta por sus hijos que la hallan des­nu­da y ensu­cia­da de excre­men­tos. Esta situa­ción des­es­ta­bi­li­za por com­ple­to la vida fami­liar don­de el des­con­cer­ta­do Bill no logra mane­jar la situa­ción en lo que con­cier­ne a com­pa­ti­bi­li­zar las obli­ga­cio­nes de su tra­ba­jo como eje­cu­ti­vo de una impor­tan­te empre­sa con la res­pon­sa­bi­li­dad de man­te­ner el fun­cio­na­mien­to de su hogar en lo que con­cier­ne a la ali­men­ta­ción de sus hijos y su envío a la escue­la; a todo ello, el cli­ma humano se exas­pe­ra en la medi­da que su espo­sa cani­na sigue enclaus­tra­da en el sótano. Curio­sa­men­te cuan­do los médi­cos con­si­de­ran que Jill debe ser inter­na­da en una clí­ni­ca men­tal, Bill se nie­ga a hacer­lo como tam­po­co acep­ta la suges­tión de su cuña­da (Jai­me King) de reti­rar­la de su casa y hacer­se car­go de ella.

Marianna Palka en BITCH

Marian­na Pal­ka en BITCH

Des­afor­tu­na­da­men­te, el guión no encuen­tra la expli­ca­ción lógi­ca para jus­ti­fi­car que esta deso­la­da mujer per­ma­nez­ca refu­gia­da sin ali­men­ta­ción algu­na y en un esta­do de degra­da­ción físi­ca duran­te un pro­lon­ga­do período.

Aun­que se anti­ci­pa que este surrea­lis­ta dra­ma psi­co­ló­gi­co está basa­do en un docu­men­ta­do caso de estu­dio, tal como aquí está pre­sen­ta­do no logra total­men­te con­ven­cer como una metá­fo­ra de las con­se­cuen­cias que el machis­mo pue­de aca­rrear en una rela­ción con­yu­gal. A pesar de las obser­va­cio­nes for­mu­la­das, cabe apre­ciar la bri­llan­te carac­te­ri­za­ción que Pal­ka obtie­ne de su per­so­na­je como así tam­bién la de Rit­ter como el per­tur­ba­do mari­do fren­te a la ines­pe­ra­da situa­ción que debe afrontar.

Los her­ma­nos Ben y Joshua Saf­die que hace 3 años cau­sa­ron gra­ta impre­sión con Hea­ven knows what vuel­ven a ubi­car­se detrás de la cáma­ra ofre­cien­do con GOOD TIME (Esta­dos Uni­dos) un ani­ma­do thri­ller que en gene­ral fue bien reci­bi­do en oca­sión de su estreno mun­dial en el últi­mo fes­ti­val de Can­nes. Con un guión que les per­te­ne­ce, ade­más de estar bien actua­do y cali­bra­do con pre­ci­sión, el film reúne los requi­si­tos pre­ci­sos para satis­fa­cer al gran públi­co don­de una de sus atrac­cio­nes se debe a la pre­sen­cia del popu­lar actor Robert Pat­tin­son, quien aquí apa­re­ce, total­men­te irre­co­no­ci­ble; él da vida a Con­nie, un ladron­zue­lo de Queens que mani­fies­ta un pro­fun­do sen­ti­mien­to fra­ter­nal hacia su her­mano menor Nick (Benny Saf­die) afec­ta­do de cier­ta ines­ta­bi­li­dad men­tal. Para tra­tar de ayu­dar­lo lo indu­ce a que par­ti­ci­pe en un asal­to ban­ca­rio; si bien el ope­ra­ti­vo resul­ta exi­to­so, poco tiem­po des­pués sur­gen algu­nas com­pli­ca­cio­nes don­de la poli­cía arres­ta a Nick. A fin de per­mi­tir que éste pue­da que­dar libre bajo fian­za, y dado que el dine­ro roba­do no alcan­za para pagar­la, Con­nie mani­pu­la a su ami­ga (Jen­ni­fer Jason Leigh) para que lo ayu­de a com­ple­tar el mon­to reque­ri­do; a par­tir de allí nue­vos obs­tácu­los sur­gi­rán para dar lugar a situa­cio­nes de vio­len­ta acción don­de entre ellas no están ausen­tes las nue­vas ten­ta­ti­vas de robo y el con­tac­to con el mun­do mar­gi­nal del bajo fon­do. Para dis­fru­tar este film debe­rán dejar­se de lado algu­nas situa­cio­nes deci­di­da­men­te implau­si­bles; pero el pro­pó­si­to de los Saf­die no es pre­ci­sa­men­te ofre­cer un rela­to de veris­mo psi­co­ló­gi­co sino más bien un thri­ller pasa­tis­ta de bue­na tex­tu­ra, per­ma­nen­te acción con un cli­ma de ten­sión bien logra­do y algu­nas esce­nas exce­len­te­men­te cap­ta­das como las del asal­to ban­ca­rio inicial.

Por su temá­ti­ca, rea­li­za­ción, inter­pre­ta­ción y dra­ma­tis­mo A TAXI DRI­VER (Corea del Sur) de Jang Hoon es un exce­len­te film que basa­do en hechos reales trans­mi­te al espec­ta­dor una visión rea­lis­ta de lo acon­te­ci­do duran­te la épo­ca en que trans­cu­rre la acción. El rela­to basa­do en el guión de Eorn Yu-na comien­za en Seúl en 1980 intro­du­cien­do a Man-seob (Song Kang-ho), un ani­ma­do y humil­de viu­do que vela por su peque­ña hija y es taxis­ta; sin embar­go las mani­fes­ta­cio­nes estu­dian­ti­les y demos­tra­cio­nes de pro­tes­ta de la pobla­ción que tie­nen lugar en las calles como con­se­cuen­cia de la dic­ta­du­ra implan­ta­da por el régi­men mili­tar que deten­ta el poder, impi­den que pue­da efec­tuar su tra­ba­jo en for­ma normal.

Song Kang-ho en A TAXI DRIVER

Song Kang-ho en A TAXI DRIVER

Acu­cia­do por las deu­das que man­tie­ne, su situa­ción pare­ce mejo­rar cuan­do se las inge­nia para trans­por­tar a Peter (Tho­mas Kretsch­mann), un perio­dis­ta ale­mán que ha lle­ga­do a Corea del Sur para cap­tar con su cáma­ra los difí­ci­les momen­tos por los que atra­vie­sa la nación. A cam­bio de una impor­tan­te suma de dine­ro, Man debe con­du­cir­lo has­ta la ciu­dad de Gwang­ju, que sitia­da por el ejér­ci­to cons­ti­tu­ye el epi­cen­tro del levan­ta­mien­to popu­lar que tie­ne lugar con­tra la dic­ta­du­ra rei­nan­te que ha esta­ble­ci­do la ley mar­cial. Lo que comien­za como una agra­da­ble come­dia cos­tum­bris­ta cede lugar a acon­te­ci­mien­tos dra­má­ti­cos cuan­do el con­duc­tor y su pasa­je­ro deben supe­rar los incon­ve­nien­tes inter­pues­tos por el con­trol mili­tar para poder lle­gar a des­tino. Cuan­do final­men­te arri­ban a la ciu­dad, el dra­ma se con­vier­te en tra­ge­dia por­que res­pon­dien­do al movi­mien­to popu­lar des­ata­do, el gobierno ape­la a una vio­len­cia homi­ci­da que afec­ta gra­ve­men­te a la pobla­ción; en con­se­cuen­cia, las vidas del taxis­ta y del repor­te­ro están expues­tas a un alto riesgo.

Fun­da­men­tal­men­te, el rela­to es un apa­sio­nan­te recuen­to de lo acon­te­ci­do en los acia­gos días vivi­dos en Gwan­giu entre el 18 y 27 de mayo de 1980 don­de en medio del terri­ble caos se esta­ble­ce una gran soli­da­ri­dad entre los dos hom­bres ade­más de refle­jar cómo la ges­tión del taxis­ta con­tri­bu­yó para que el perio­dis­ta pudie­ra fil­mar las horri­bles imá­ge­nes; una vez que el repor­te­ro regre­só a Ale­ma­nia las mis­mas fue­ron difun­di­das al mun­do y pene­tra­das clan­des­ti­na­men­te a Corea del Sur. Este apa­sio­nan­te film que con­clu­ye en diciem­bre de 2003 con una esce­na muy emo­ti­va cons­ti­tu­ye un buen tes­ti­mo­nio para pre­ser­var la memo­ria colec­ti­va de un pue­blo a fin de que la vio­len­cia de regí­me­nes dic­ta­to­ria­les no vuel­va a repe­tir­se. Cabe acla­rar que Jür­gen Hinz­pe­ter ha sido el ver­da­de­ro nom­bre del perio­dis­ta ger­mano falle­ci­do en enero de 2016 en tan­to que Kim Sa-Bok es el del valien­te taxis­ta coreano.

Para infor­ma­ción sobre la pro­gra­ma­ción com­ple­ta del fes­ti­val como así tam­bién las salas de exhi­bi­ción de Mon­treal pre­sio­ne aquí.

Una Eva y Dos Adanes

SOME LIKE IT HOT

Pro­si­guien­do con la difu­sión de la serie Clas­sic Films, Cine­plex pre­sen­ta­rá Some Like It Hot (1959), con­si­de­ra­da como una de las come­dias más bri­llan­tes de todos los tiem­pos y sin duda uno de los mejo­res fil­mes rea­li­za­dos por el exce­len­te direc­tor Billy Wilder.

Tony Curtis y Jack Lemmon

Tony Cur­tis y Jack Lemmon

La desopi­lan­te his­to­ria trans­cu­rre en la épo­ca de la Ley Seca, más espe­cí­fi­ca­men­te en 1929, don­de el saxo­fo­nis­ta Joe (Tony Cur­tis) y el con­tra­ba­jis­ta Jerry (Jack Lem­mon) son dos músi­cos de menor cuan­tía vivien­do en Chica­go. Al haber sido tes­ti­gos cir­cuns­tan­cia­les de la masa­cre de San Valen­tin, son des­cu­bier­tos por una ban­da de gangs­ters y es así que se ven obli­ga­dos a huir de ellos par­tien­do en tren hacia Mia­mi. Sin dine­ro dis­po­ni­ble y dis­fra­za­dos de muje­res, don­de Joe pasa a ser Josephi­ne y Jerry adop­ta el nom­bre de Daph­ne, con sus res­pec­ti­vos ins­tru­men­tos logran inte­grar­se a una orques­ta de seño­ri­tas en la que se encuen­tra la sexy Sugar Cane (Marilyn Mon­roe) como can­tan­te del gru­po acom­pa­ña­da de su uke­le­le. A par­tir de allí comien­za el enre­do pro­pio de las come­dias de equi­vo­ca­cio­nes don­de Sugar que sue­ña casar­se con un millo­na­rio moti­va a que Joe, ocul­tan­do su adop­ta­da iden­ti­dad feme­ni­na, se haga pasar por un mag­na­te petro­le­ro a fin de con­quis­tar­la. Al pro­pio tiem­po, Jerry en su con­di­ción de mujer se encuen­tra en aprie­tos cuan­do logra cau­ti­var a un ver­da­de­ro millo­na­rio (Joe Brown).que la(o) pre­ten­de; Para peor, el peli­gro ace­cha para ambos simu­la­do­res cuan­do son divi­sa­dos por los mafio­sos de Chica­go y su jefe (Geor­ge Raft) en el hotel don­de se hospedan.

Tony Curtis y Marilyn Monroe

Tony Cur­tis y Marilyn Monroe

Bri­llan­te en su eje­cu­ción y con un humor irre­sis­ti­ble, Wil­der impri­me increí­ble vita­li­dad a un rela­to que remi­te a la joco­si­dad refle­ja­da en los gags de la épo­ca del cine mudo; de ese modo logra una hila­ran­te sáti­ra don­de la risa espon­tá­nea aflo­ra sin cesar en el ros­tro del públi­co. Afor­tu­na­da­men­te, el rea­li­za­dor ha con­ta­do con exce­len­tes come­dian­tes don­de Tony Cur­tis se luce como el don­jua­nes­co saxo­fo­nis­ta y Jack Lem­mon resul­ta impa­ga­ble per­so­ni­fi­can­do a la “damr” que se rin­de a su apa­sio­na­do pre­ten­dien­te bai­lan­do un tan­go con él; por su par­te, la míti­ca Marilyn Mon­roe como la encan­ta­do­ra ton­to­na que le toca carac­te­ri­zar delei­ta visual­men­te con su carac­te­rís­ti­ca sen­sua­li­dad ade­más de demos­trar bue­nas con­di­cio­nes voca­les inter­pre­tan­do dos agra­da­bles canciones.

Marilyn Monroe

Marilyn Mon­roe

En esen­cia, este film agra­cia­do ade­más por su músi­ca, ves­tua­rio e impe­ca­ble esce­no­gra­fía es un exce­len­te ejem­plo de inge­nio artís­ti­co y gran entre­te­ni­mien­to popu­lar con sus hallaz­gos de estu­pen­da comi­ci­dad y bri­llan­tes diá­lo­gos. A 58 años de su estreno sus valo­res se man­tie­nen vigen­tes por su gran cali­dad y es por eso que es con­si­de­ra­do un clá­si­co del cine.

La pelí­cu­la será pro­yec­ta­da en selec­cio­na­das salas del cir­cui­to Cine­plex el 16 y 19 de julio de 2017. Para infor­ma­ción adi­cio­nal sobre los cines par­ti­ci­pan­tes y hora­rios loca­les pre­sio­ne aquí

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Per­di­da en París

PARIS PIEDS NUS. Fran­cia-Bél­gi­ca, 2016. Un film escri­to y diri­gi­do por Fio­na Gor­don y Domi­ni­que Abel.

Aun­que no muy cono­ci­dos en Nor­te­amé­ri­ca, el dúo bel­ga inte­gra­do por Fio­na Gor­don y Domi­ni­que Abel han demos­tra­do a tra­vés de Rum­ba (2008) y The Fairy (2011) cómo lograr efi­cien­tes come­dias físi­cas sin ape­lar a chis­tes gro­se­ros o vul­ga­res ni menos aún tener que recu­rrir a situa­cio­nes violentas.

Una vez más el indis­cu­ti­ble talen­to de la pare­ja se apre­cia en este film escri­to, diri­gi­do e inter­pre­ta­do por ellos mis­mos. Como es habi­tual, ambos ape­lan al movi­mien­to de sus cuer­pos y a sus expre­sio­nes facia­les para pro­du­cir el efec­to que de algún modo trae a la memo­ria algu­nas de las joyas del cine de Char­les Cha­plin, Bus­ter Kea­ton y Jac­ques Tati.

Fiona Gordon y Dominique Abel

Fio­na Gor­don y Domi­ni­que Abel

El rela­to es muy sen­ci­llo y no se carac­te­ri­za pre­ci­sa­men­te por ser muy ori­gi­nal pero lo que aquí gra­vi­ta es la for­ma en que se lo pre­sen­ta per­mi­tien­do que el espec­ta­dor com­pla­cien­te­men­te se invo­lu­cre en el mis­mo. Todo comien­za cuan­do Fio­na (Gor­don), una biblio­te­ca­ria cana­dien­se que vive en una región géli­da don­de el vien­to sopla a toda prue­ba, reci­be una car­ta de su ancia­na que­ri­da tía Martha (Emma­nue­lle Riva) que vive en París soli­ci­tán­do­le su pron­ta ayu­da; pare­ce ser que la quie­ren ubi­car en un hogar resi­den­cial a lo que ella se nie­ga. De inme­dia­to Fio­na par­te a la capi­tal fran­ce­sa muni­da de una mochi­la que por­ta la ban­de­ra de Cana­dá. El con­flic­to se pro­du­ce cuan­do al lle­gar a des­tino, ella com­prue­ba que Martha ha des­apa­re­ci­do. Así, per­di­da en la ciu­dad y tra­tan­do de algún modo de ubi­car­la, atra­ve­sa­rá por una serie de aven­tu­ras a par­tir del momen­to que sale al encuen­tro de Dom (Abel), un excén­tri­co vaga­bun­do que vive en una car­pa fren­te al río Sena y que no se des­pren­de de Fiona.

No es nece­sa­rio seguir narran­do lo que acon­te­ce don­de en un mare­mág­num de coin­ci­den­cias se pro­du­cen encuen­tros y des­en­cuen­tros, al ser­vi­cio de una peque­ña come­dia bri­llan­te, exce­len­te­men­te coreo­gra­fia­da. Den­tro de la livian­dad de la his­to­ria, los direc­to­res gra­ti­fi­can al públi­co con una serie de joco­sos gags físi­cos, un excén­tri­co roman­ce y la agra­da­ble músi­ca don­de no fal­ta la pre­sen­cia de un tan­go rio­pla­ten­se bai­la­do con gra­cia impa­ga­ble por Fio­na y Dom. A todo ello, cabe des­ta­car el esplen­dor visual que ofre­ce la mara­vi­llo­sa París con­ver­ti­da en un per­so­na­je igual­men­te importante.

Acom­pa­ñan­do a la pare­ja cen­tral cons­ti­tu­ye un pla­cer con­tem­plar en un papel secun­da­rio a la gran actriz Emma­nue­lle Riva falle­ci­da en enero pasa­do; su actua­ción resul­ta emo­ti­va, tan­to en una esce­na don­de se reen­cuen­tra con un anti­guo ena­mo­ra­do (Pie­rre Richard), como cuan­do rea­li­za un ascen­so noc­turno a la Torre Eiffel.

En con­clu­sión: Gra­cias a una diná­mi­ca rea­li­za­ción y muy bue­na inter­pre­ta­ción don­de se evi­den­cia la bue­na com­pli­ci­dad de Abel y Gor­don (en la vida real, mari­do y mujer), el públi­co asis­te a un diver­ti­men­to atí­pi­co de irre­sis­ti­ble encan­to, ter­nu­ra y melancolía.
Jor­ge Gutman

El Gipsy Swing de Django

DJAN­GO. Fran­cia, 2017. Un film escri­to y diri­gi­do por Etien­ne Comar

En su pri­mer film como rea­li­za­dor Etien­ne Komar abor­da a Djan­go Reinhardt (1910 – 1953), uno de los más nota­bles intér­pre­tes del jazz euro­peo y con­si­de­ra­do como el padre del Gypsy Swing (com­bi­na­ción del swing y la músi­ca gita­na del este de Europa).

Basa­do en la nove­la Folles De Djan­go de Ale­xis Salat­ko publi­ca­da en 2013, el guión del rea­li­za­dor con­si­de­ra un perío­do espe­cial de la vida del gui­ta­rris­ta bel­ga de ori­gen gitano duran­te su per­ma­nen­cia en París, cuan­do la ciu­dad estu­vo sitia­da por las tro­pas ale­ma­nas. Lo cier­to es que la pelí­cu­la no logra cap­tar el ímpe­tu y ener­gía de la obra del artista.

Reda Kateb

Reda Kateb

La acción comien­za en junio de 1943 don­de se lo ve a Djan­go (Reda Kateb), para ese enton­ces ya con­sa­gra­do como un exi­mio gui­ta­rris­ta, ofre­cien­do con su quin­te­to uno de sus con­cier­tos de jazz fren­te a un audi­to­rio com­ple­to de espec­ta­do­res don­de se inclu­yen algu­nos jerar­cas nazis; has­ta ese momen­to el músi­co no pare­ce haber adqui­ri­do con­cien­cia de lo que ocu­rría a su alre­de­dor con los nefas­tos efec­tos cau­sa­dos por la ocu­pa­ción ger­ma­na. Cuan­do lo invi­tan a rea­li­zar una gira en Ale­ma­nia, Loui­se de Clerk (Céci­le de Fran­ce), su aman­te pari­si­na, le acon­se­ja no acep­tar la pro­po­si­ción debi­do a los peli­gros que ese via­je pue­de aca­rrear­le; ade­más le sugie­re que se diri­ja a un pue­bli­to pró­xi­mo a la fron­te­ra sui­za para poder esca­par de Francia.

Gran par­te del rela­to se vin­cu­la con el inten­to de hui­da que rea­li­za con su mujer Nagui­ne (Bea­ta Pal­ya), que se encuen­tra en esta­do de emba­ra­zo, y su madre Negros (Bim­bam Mers­tein); es a tra­vés de ese tra­yec­to don­de comien­za a dar­se cuen­ta del hos­ti­ga­mien­to y per­se­cu­ción que atra­vie­sa la pobla­ción gita­na inclu­yen­do a sus parientes.

Este film no es pre­ci­sa­men­te una bio­gra­fía del gui­ta­rris­ta aun­que tam­po­co cons­ti­tu­ye un rela­to musi­cal pro­pia­men­te dicho. Narra­do en for­ma con­ven­cio­nal care­ce de la enver­ga­du­ra nece­sa­ria para hacer­lo rele­van­te y dis­tin­guir­lo de otras mues­tras del géne­ro; más aún, el trián­gu­lo con­for­ma­do por el músi­co, su seño­ra y su aman­te que­da dilui­do por la ausen­cia de ten­sión. Sus con­ta­dos núme­ros musi­ca­les son lo más impor­tan­te de este dra­ma don­de las com­po­si­cio­nes de Reinhardt logran el brío y vita­li­dad que no se vis­lum­bran en el res­to del mis­mo. Algo pare­ci­do acon­te­ce con la actua­ción de Reda Kateb que asu­mien­do el papel pro­ta­gó­ni­co no alcan­za a trans­mi­tir el caris­ma y la inten­sa per­so­na­li­dad de Djan­go, con la excep­ción de las esce­nas musi­ca­les don­de allí pue­de apre­ciar­se la pasión del artis­ta; en otras actua­cio­nes, Bim­bam Mers­tein es un hallaz­go como la gru­ño­na madre de Djan­go, en tan­to que en Céci­le de Fran­ce se desem­pe­ña acertadamente.

En líneas gene­ra­les es loa­ble el pro­pó­si­to de Comar en ren­dir tri­bu­to a la comu­ni­dad roma­ní por el geno­ci­dio sufri­do, así como intro­du­cir en la esce­na final la com­po­si­ción de Reinhardt inti­tu­la­da Requiem for Gypsy Brothers; sin embar­go, eso no resul­ta sufi­cien­te para com­pen­sar las obje­cio­nes comen­ta­das del film e impre­sio­nar a una audien­cia. Jor­ge Gutman