La Pasión del Rap

PAT­TI CAKE$. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film escri­to y diri­gi­do por Geremy Jasper

La his­to­ria de una joven per­se­ve­ran­te para esca­par de un entorno poco esti­mu­lan­te e inhós­pi­to es lo que se apre­cia en este pri­mer film escri­to y diri­gi­do por Geremy Jas­per. La ener­gía vol­ca­da por Danie­lle Mac­do­nald en el papel pro­ta­gó­ni­co y los núme­ros musi­ca­les que con­flu­yen en el rela­to cons­ti­tu­yen los ele­men­tos más sóli­dos de esta producción.

Danie­lle Macdonald

La his­to­ria trans­cu­rre en Ber­gen County, New Jer­sey, don­de habi­ta la joven Patri­cia Dom­brows­ki (Mac­do­nald) de 23 años de edad. Su mar­ca­da obe­si­dad la mar­gi­na­li­za social­men­te, tenien­do que sopor­tar bur­las y chis­tes de mal gus­to por par­te de sus detrac­to­res; para evi­tar que la sigan iden­ti­fi­can­do con el nom­bre de “Dum­bo”, ella ha deci­di­do lla­mar­se Pat­ti Cake.

Tra­ba­jan­do como mese­ra en un bar local Pat­ti vive con Barb (Brid­get Eve­rett), su madre alcohó­li­ca, y su enfer­ma abue­la (Cathy Moriarty). Tra­tan­do de eva­dir­se de ese medio depri­men­te y sin­tien­do que la músi­ca rap cons­ti­tu­ye la pasión de su vida, sue­ña per­ma­nen­te­men­te con triun­far en el ambien­te musi­cal como rape­ra y lle­gar un día a con­ver­tir­se en una gran artis­ta del géne­ro como lo es O‑Z (Sahr Ngau­jah), la gran estre­lla del hip hop a quien tra­ta de emu­lar. En tan­to solo encuen­tra solaz en Hareesh (Siddharth Dha­nan­jay), un asis­ten­te de far­ma­cia musul­mán que es su úni­co y gran ami­go con quien tie­ne en común su incli­na­ción musi­cal por el rap.

Como Dios aprie­ta pero no ahor­ca, todo cam­bia para esta anti­he­roí­na cuan­do sale al encuen­tro de Bob (Mamou­dou Athie), un soli­ta­rio y extra­va­gan­te roc­ke­ro afro­ame­ri­cano con quien lle­ga­rá a for­mar un con­jun­to musi­cal y que, como todo lo hace pre­ver, a la pos­tre con­se­gui­rá que su sue­ño se con­vier­ta en realidad.

Si no fue­ra una his­to­ria de fic­ción podría fácil­men­te creer­se que Pat­ti Cake ver­da­de­ra­men­te exis­te dada la fuer­za pode­ro­sa y el mag­ne­tis­mo que emer­ge de la actua­ción de Mac­do­nald; sumer­gi­da total­men­te en su per­so­na­je ella le da visos de asom­bro­sa reali­dad a la vez que evi­den­cia un asom­bro­so talen­to musi­cal. Si bien la joven actriz aus­tra­lia­na es la colum­na ver­te­bral de este film, tam­bién es nece­sa­rio resal­tar a Eve­rett quien es abso­lu­ta­men­te con­vin­cen­te como la madre de Patri­cia, una frus­tra­da mujer que en su juven­tud fue una pro­mi­so­ria músi­ca pero que tuvo que rele­gar su carre­ra cuan­do que­dó emba­ra­za­da con Patti.

Más allá de los ele­men­tos des­ta­ca­dos, Jas­per ‑quien es un exper­to direc­tor de video­clips– como novel cineas­ta con­du­ce el rela­to por carri­les ruti­na­ria­men­te pre­vi­si­bles sin que exis­ta dema­sia­da fuer­za dra­má­ti­ca en su narra­ción, con excep­ción de la con­flic­ti­va rela­ción de amor y odio entre la pro­ta­go­nis­ta y su madre; a todo ello, tra­tan­do de ganar la adhe­sión de la audien­cia, el direc­tor fuer­za sen­ti­men­tal­men­te al rela­to para ase­me­jar­lo a un cuen­to de hadas con final feliz. En todo caso, eso poco impor­ta­rá para quie­nes gus­tan de la músi­ca rap, mien­tras que el públi­co res­tan­te pue­de que logre satis­fac­ción con­tem­plan­do el valio­so tra­ba­jo de Mac­do­nald como la tenaz y per­sis­ten­te mujer que con­tra vien­to y marea logra triun­far. Jor­ge Gutman