La Tra­ge­dia Líri­ca de Bellini

NOR­MA DES­DE EL MET

Inau­gu­ran­do una nue­va tem­po­ra­da de trans­mi­sio­nes des­de el Met de Nue­va York a nume­ro­sos cines del mun­do, Cana­dá ten­drá opor­tu­ni­dad de juz­gar Nor­ma, la tra­ge­dia líri­ca con músi­ca de Vin­cen­zo Belli­ni y libre­to de Feli­ce Romani.

Esta ópe­ra, una de las más impor­tan­tes repre­sen­tan­tes del bel can­to fue estre­na­da en La Sca­la de Milán en diciem­bre de 1831 y es la más impor­tan­te de las 10 com­pues­tas por Belli­ni; ade­más de ser una de las más cono­ci­das a nivel internacional.

Son­dra Rad­va­novsky. (Foto de Ken Howard del MET)

La acción se desa­rro­lla en el siglo I antes de Cris­to en la Galia bajo ocu­pa­ción roma­na. Es allí don­de el per­so­na­je titu­lar, una supre­ma sacer­do­ti­sa del clan de los drui­das, es la aman­te secre­ta del pro­cón­sul romano Pollio­ne, con quien ha teni­do dos hijos. El con­flic­to se pro­du­ce cuan­do él tie­ne la inten­ción de dejar­la al sen­tir que ama a Adal­gi­sa, quien es tam­bién una drui­da sacerdotisa.

Son­dra Rad­va­novsky y Joseph Calle­ja. Foto de Ken Howard del MET)

El rol de Nor­ma es uno de los más com­ple­jos del reper­to­rio líri­co y gran­des can­tan­tes han teni­do opor­tu­ni­dad de ani­mar­la a tra­vés de los años, tales como la gran María Callas, la aus­tra­lia­na Joan Suther­land, Mon­tse­rrat Caba­llé, Beverly Sills y Rena­ta Scot­to, entre otras. Para esta pro­duc­ción a car­go del direc­tor David McVi­car, es la soprano Son­dra Rad­va­novsky la encar­ga­da de trans­mi­tir los sen­ti­mien­tos pro­fun­dos y con­tra­dic­to­rios que se ani­dan en este com­ple­jo per­so­na­je fren­te a un amor no corres­pon­di­do que final­men­te desem­bo­ca en tragedia.

La diva obtu­vo el año pasa­do un estu­pen­do éxi­to repre­sen­tan­do ese papel para la Com­pa­ñía de Ope­ra de Toron­to brin­dan­do gran inten­si­dad en la inter­pre­ta­ción del céle­bre aria Cas­ta Diva. En los otros dos pape­les impor­tan­tes, la mez­zo soprano Joy­ce DiDo­na­to carac­te­ri­za a Adal­gi­sa y el tenor Joseph Calle­ja inter­pre­ta a Pollio­ne; en roles de apo­yo actúan el bajo Matthew Rose como Oro­ve­so ‑el padre de Nor­ma y el líder del clan de los druidas‑, el tenor Adam Die­gel como Fla­vio ‑el com­pa­ñe­ro de Pollio­ne- y la soprano Miche­lle Brad­ley como Clo­til­de ‑la ami­ga de Nor­ma. La direc­ción músi­cal está a car­go del maes­tro Car­lo Riz­zi, en tan­to que Robert Jones es res­pon­sa­ble de la escenografía.

Nor­ma será trans­mi­ti­da en Cana­da en los cines de Cine­plex en vivo y en direc­to el 7 de octu­bre de 2017, y vol­ve­rá a ser difun­di­da los días 4, 6 y 8 de noviem­bre de 2017. Para infor­ma­ción sobre las salas de exhi­bi­ción y los hora­rios loca­les per­ti­nen­tes, pre­sio­ne aquí

Un Exce­len­te Espec­tácu­lo Musical

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

DEMAIN MATIN, MON­TREAL M’AT­TEND.  Autor; Michel Trem­blay – Músi­ca: Fra­nçois Dom­pie­rre — Adap­ta­cion y Direc­ción: René Richard Cyr – Elen­co: Gene­viè­ve Ala­rie, Hélè­ne Bour­geo­is Leclerc, Kath­leen For­tin, Miche­lle Labon­té, Chris­tian Lapor­te, Marie-Andrée Lemieux, Benoît McGin­nis, Lau­rent Paquin. – Coro: Bryan Audet, Gene­viè­ve Beau­det, Gui­llau­me Borys, Jade Bru­neau, Marie-Pie­rre de Bren­ne, José Dufour, Myriam Four­nier, Gabriel Lemi­re — Esce­no­gra­fía; Jean Bard — Ves­tua­rio: Judy Jon­ker – Ilu­mi­na­ción: Erwann Ber­nard – Con­cep­ción Video: Nor­mal Stu­dio, Felix Fra­det-Faguy Arre­glos y Direc­ción Musi­cal: Chris Bari­lla­ro — Ins­tru­men­tis­tas: Chris Bari­lla­ro, Paul Car­ter, Peter Colan­to­nio, Mario Hébert y Fra­nçois Marion — Maqui­lla­je: Ange­lo Bar­set­ti — Dura­ción: 1 hora y 45 minu­tos (sin entre­ac­to). Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 22 de octu­bre de 2017 en el Théâ­tre du Nou­veau Mon­de (www.tnm.qc.ca)

El caba­ret tea­tral con­ce­bi­do en 1970 por el míti­co autor cana­dien­se Michel Trem­blay y el exce­len­te com­po­si­tor Fra­nçois Dom­pie­rre cobra nue­va vida en la bri­llan­te come­dia musi­cal que ha sido repues­ta por el TNM como pri­me­ra pro­duc­ción de la tem­po­ra­da 2017 – 2018. Para comen­zar cabe indi­car que como todo clá­si­co esta pie­za man­tie­ne la rique­za, ori­gi­na­li­dad y fres­cu­ra logra­da hace 47 años.

Marie-Andrée Lemieux. (Foto de Yves Renaud)

Uno de los gran­des méri­tos de la actual pro­duc­ción es que Trem­blay ha con­fia­do ple­na­men­te en la inge­nio­si­dad de René Richard Cyr, uno de los más impor­tan­tes direc­to­res del tea­tro cana­dien­se. Aquí, gra­cias a su adap­ta­ción ‑don­de algu­nas situa­cio­nes gra­cio­sas han sido muy bien moder­ni­za­das- y diná­mi­ca pues­ta escé­ni­ca, el con­te­ni­do de la obra rebo­sa enco­mia­ble vita­li­dad; en tal sen­ti­do es fácil cons­ta­tar que la com­pli­ci­dad man­te­ni­da del direc­tor con el gran autor ha sido com­ple­ta como igual­men­te lo demos­tra­ra con otras de sus crea­cio­nes (Les Belles-soeurs, Le Chant de Sain­te Car­men de la Main).

Hélè­ne Bour­geo­is Leclerc y Marie-Andrée Lemieux (Foto de Yves Renaud)

La tra­ma de la pie­za aun­que en apa­rien­cia sen­ci­lla, no lo es tan­to. En una bre­ve sín­te­sis, Trem­blay rela­ta la aspi­ra­ción de la joven Loui­se Tétrault quien vive en una peque­ña ciu­dad de la pro­vin­cia de Que­bec y tra­ba­ja como mese­ra en un res­tau­ran­te local; como apa­sio­na­da de la can­ción, des­pués de haber gana­do un con­cur­so ama­teur como can­tan­te, inten­ta triun­far como tal en Mon­treal. Para ello da por hecho que su her­ma­na Rita, que dejó su hogar natal para vivir en la gran metró­po­li y que se con­vir­tió en estre­lla del ambien­te de varie­té con el nom­bre de Lola Lee, habrá de ayu­dar­la en su pro­pó­si­to. Sin embar­go, al lle­gar a des­tino, Loui­se cons­ta­ta que la situa­ción no se pre­sen­ta como ella ima­gi­nó; eso es debi­do a que Rita, pre­sa de inse­gu­ri­dad de que alguien pue­da rele­var­la de la posi­ción que ocu­pa, no esca­ti­ma recur­so alguno para tra­tar de disua­dir a su her­ma­na mos­trán­do­le el ros­tro nega­ti­vo del mun­do del espec­tácu­lo y el modo no muy reco­men­da­ble en que ella se ini­ció para lle­gar a la posi­ción actual.

Kath­leen For­tin (Foto de Yves Renaud)

Aun­que el desa­rro­llo de la acción trans­cu­rre en la ciu­dad de Mon­treal de la déca­da del 70, los temas que aquí abor­da Trem­blay son atem­po­ra­les. Así, los egos, la envi­dia, la hipo­cre­sía, los gol­pes bajos, el ful­gor de la glo­ria que pue­de des­apa­re­cer repen­ti­na­men­te y el des­pia­da­do mun­do del deno­mi­na­do “show busi­ness” son aspec­tos que hoy día man­tie­nen ple­na vigencia.

A los valo­res intrín­se­cos de la obra, se agre­ga la pre­sen­cia de un elen­co que ha res­pon­di­do mag­ní­fi­ca­men­te a las direc­ti­vas impar­ti­das por Cyr trans­mi­tien­do el espí­ri­tu humano que siem­pre se apre­cia en las obras de Trem­blay. En pri­mer lugar impre­sio­na Marie-Andrée Lemieux que cons­ti­tu­ye una ver­da­de­ra reve­la­ción ofre­cien­do la dul­zu­ra y total ino­cen­cia de Loui­se al aguar­dar que su her­ma­na mayor le brin­de su apo­yo. Hélè­ne Bour­geo­is Leclerc dan­do vida a una vul­ne­ra­ble Lola Lee logra la inme­dia­ta empa­tía del públi­co. Entre otros acto­res Lau­rent Paquin fas­ci­na encar­nan­do a un paté­ti­co tra­ves­ti, Kath­leen For­tin da en el jus­to tono como la encar­ga­da de un bur­del y Benoît Gin­nis una vez más con­fir­ma el gran actor que es ani­man­do a un excén­tri­co periodista.

El elen­co (Foto de Yves Renaud)

Tra­tán­do­se de un tea­tro musi­cal otro de los méri­tos de esta valio­sa pro­duc­ción resi­de en la for­ma como el tex­to y la músi­ca se com­bi­nan armo­nio­sa­men­te; en ese aspec­to la con­tri­bu­ción del bri­llan­te com­po­si­tor Fra­nçois Dom­pie­rre es nada menos que esplen­do­ro­sa a tra­vés de las bellas can­cio­nes con­ce­bi­das que van impul­san­do la pro­gre­sión dra­má­ti­ca del rela­to. A ello se agre­ga la muy bue­na voca­li­za­ción de los acto­res que las inter­pre­tan y la mag­ní­fi­ca par­ti­ci­pa­ción del arre­glo y direc­ción musi­cal de Chris Bari­lla­ro con sus impe­ca­bles ins­tru­men­tis­tas, opti­mi­zan­do el resul­ta­do final.

Imbui­do de un rit­mo cons­tan­te, Cyr ha per­mi­ti­do que, Demain matin, Mon­tréal m’at­tend luz­ca como un fas­ci­nan­te y colo­ri­do espec­tácu­lo musi­cal que ajus­ta­da­men­te entre­mez­cla el dra­ma, la come­dia, y un humor sagaz que nun­ca des­bor­da en la cari­ca­tu­ra y que huma­na­men­te logra con­mo­ver. Dicho lo que ante­ce­de, con esta pro­duc­ción el TNM per­mi­te que el espec­ta­dor dis­fru­te de una exce­len­te vela­da teatral.

Ocul­tan­do la Orien­ta­ción Sexual

BEACH RATS. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film escri­to y diri­gi­do por Eli­za Hittman

Aden­trán­do­se en la sexua­li­dad mas­cu­li­na, el film de Eli­za Hitt­man cons­ti­tu­ye una bue­na des­crip­ción de los sen­ti­mien­tos de un ado­les­cen­te que se deba­te fren­te a sus pul­sa­cio­nes homo­eró­ti­cas y que se resis­te a revelarlas.

Harris Dic­kin­son

Tenien­do como esce­na­rio la ciu­dad de Brooklyn y en pleno perío­do esti­val, el rela­to de la direc­to­ra intro­du­ce a Fran­kie (Harris Dic­kin­son) un joven reser­va­do de 19 años de edad que evi­ta exte­rio­ri­zar a su fami­lia y al núcleo social que lo rodea su ver­da­de­ra orien­ta­ción sexual. En lo que con­cier­ne a los suyos, él con­vi­ve con su padre (Neal Huff) mori­bun­do por el cán­cer que lo está ani­qui­lan­do, su madre (Kate Hod­ge) que aten­ta­men­te obser­va su com­por­ta­mien­to mis­te­rio­so y su her­ma­na menor que está aso­mán­do­se a la ado­les­cen­cia. En esas cáli­das jor­na­das de verano, duran­te el día el mucha­cho dis­trae su tiem­po jun­to a su barra de cono­ci­dos de baja cala­ña que igno­ran su incli­na­ción sexual y que jun­tos encuen­tran pre­di­lec­ción en el con­su­mo de livia­nas dro­gas; por las noches, pasea por Coney Island pro­cu­ran­do esta­ble­cer encuen­tros for­tui­tos con hom­bres que han sido con­tac­ta­dos pre­via­men­te vía inter­net en la habi­ta­ción de su hogar, a escon­di­das de su madre.

Hacien­do esfuer­zos para modi­fi­car su natu­ra­le­za sexual Fran­kie se vin­cu­la con la joven Simo­ne (Made­li­ne Weins­tein) con quien tra­ta de inti­mar para demos­trar a sí mis­mo y ante ter­ce­ros su mas­cu­li­ni­dad; en todo caso, esa rela­ción no alcan­za a fructificar.

Más que el desa­rro­llo de una his­to­ria lineal, Hitt­man dedi­ca su aten­ción al estu­dio carac­te­ro­ló­gi­co de su prin­ci­pal per­so­na­je y en tal sen­ti­do lo logra ple­na­men­te. Aquí ha con­se­gui­do que Dic­kin­son ofrez­ca los varia­dos mati­ces por los que atra­vie­sa Fran­kie; ade­más de su bue­na pre­sen­cia físi­ca, el joven actor bri­tá­ni­co a tra­vés de su mira­da tra­du­ce inten­sa­men­te la vívi­da ten­sión que expe­ri­men­ta el intro­ver­ti­do per­so­na­je debi­do a la inco­mo­di­dad, vul­ne­ra­bi­li­dad y con­fu­sión inter­na que sien­te al no que­rer asu­mir su iden­ti­dad sexual fren­te al mun­do exte­rior que lo rodea, sobre todo sabien­do la homo­fo­bia de sus cama­ra­das. En un papel secun­da­rio sobre­sa­le la actua­ción de Hod­ge como la madre del pro­ta­go­nis­ta que que­rien­do a su hijo intu­ye que algo inquie­tan­te le está acon­te­cien­do; igual­men­te se des­ta­ca Weins­tein ani­man­do a la chi­ca que se sien­te atraí­da hacia Fran­kie pero com­pren­de que su rela­ción con él dis­ta de satis­fa­cer­la sexualmente.

Aun­que los res­tan­tes per­so­na­jes están desa­rro­lla­dos de mane­ra más super­fi­cial, el film resul­ta atrac­ti­vo por los fac­to­res ante­rior­men­te apun­ta­dos. En los aspec­tos téc­ni­cos de pro­duc­ción, se dis­tin­guen la logra­da foto­gra­fía de Hele­ne Lou­vart otor­gan­do un cli­ma atmos­fé­ri­co rea­lis­ta a los casua­les encuen­tros noc­tur­nos de Fran­kie en Coney Island, así como los bue­nos dise­ños de pro­duc­ción de Gra­ce Yun y la apro­pia­da ban­da sono­ra del com­po­si­tor Nick Leon. Jor­ge Gutman

Un Ballet Vanguardista

GOL­DEN LOTUS 

En oca­sión de la impor­tan­te gira cana­dien­se rea­li­za­da por los bai­la­ri­nes del pres­ti­gio­so BeI­jing Dan­ce Thea­ter, en pocos días más el públi­co de Mon­treal ten­drá la opor­tu­ni­dad de apre­ciar el ballet Gol­den Lotus / lLo­tus d’Or. 

Fun­da­da en 2008, esta com­pa­ñía pri­va­da chi­na sin fines de lucro com­bi­na el ballet con la dan­za con­tem­po­rá­nea bajo la direc­ción de la coreó­gra­fa Wang Yuan­yuan. Des­de su estreno mun­dial en 2011 en Hong Kong, Gol­den Lotus, ins­pi­ra­do en una céle­bre nove­la eró­ti­ca del siglo XVII que había sido prohi­bi­da en Chi­na por su natu­ra­le­za sexual y con­te­ni­do polí­ti­co, ha logra­do un gran éxi­to. Dicho suce­so ha sido rati­fi­ca­do en Ale­ma­nia, Ita­lia, Holan­da, Ingla­te­rra, Dina­mar­ca y en Esta­dos Uni­dos en las ciu­da­des de Chica­go, Washing­ton y Nue­va York. Más de 20 gran­des capi­ta­les del mun­do han reci­bi­do con igual entu­sias­mo este espec­tácu­lo que se anun­cia como fue­ra de lo común.

Des­cu­brien­do la sen­sua­li­dad, la exce­len­cia de este moderno ballet chino basa­do en una lite­ra­tu­ra sul­fu­ro­sa ple­na de pasión, des­ilu­sión y deses­pe­ra­ción, segu­ra­men­te deja­rá gra­ta­men­te sor­pren­di­da y mara­vi­lla­da a la audien­cia de Montreal.

El espec­tácu­lo ten­drá lugar en la sala del Tea­tro Mai­son­neu­ve el 1 y 2 de octu­bre a las 19h30. Para infor­ma­ción adi­cio­nal y la adqui­si­ción de entra­das pue­de visi­tar­se el sitio placedesarts.com y/o tele­fó­ni­ca­men­te al 514 – 842-2112.

TIFF 2017. Comen­ta­rios de Films (4)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

El docu­men­tal Ex Libris ‑The New York Public Library (Esta­dos Uni­dos), del octo­ge­na­rio rea­li­za­dor Fre­de­rick Wise­man es una obra de arte que sin duda satis­fa­rá al públi­co más exi­gen­te. A pesar de sus 3 horas y 17 minu­tos de dura­ción no hay un solo momen­to en que el inte­rés decai­ga debi­do al tra­di­cio­nal esme­ro del excep­cio­nal docu­men­ta­lis­ta cui­dan­do de que no exis­tan tiem­pos muer­tos. Como su títu­lo lo indi­ca, el docu­men­tal se refie­re a la gran biblio­te­ca públi­ca neo­yor­ki­na ubi­ca­da en el 476 de la 5ta. Ave­ni­da de Manhat­tan como así tam­bién a las múl­ti­ples face­tas que se apre­cian en algu­nas de sus 87 sucur­sa­les ubi­ca­das en la ciu­dad; al hacer­lo, como ya es su nor­ma, Wise­man impri­me una gran huma­ni­dad a lo que expone.

Tenien­do en cuen­ta que esta biblio­te­ca ‑la cuar­ta más gran­de del mun­do- está al ser­vi­cio de la cul­tu­ra públi­ca, su fun­ción no se limi­ta a per­mi­tir que el públi­co acu­da a sus salo­nes para la lec­tu­ra, prés­ta­mo de libros, CDs y mate­rial de video. A tra­vés de lo que se apre­cia, la ins­ti­tu­ción rea­li­za una labor didác­ti­ca, alta­men­te edu­ca­cio­nal y pro­fun­da­men­te social obser­van­do las acti­vi­da­des vin­cu­la­das con infan­tes, chi­cos, ado­les­cen­tes y adul­tos de toda edad inclu­yen­do a los invi­den­tes con las cla­ses impar­ti­das para que pue­dan leer en Brai­lle. A todo ello es extra­or­di­na­ria­men­te meri­to­rio que la aso­cia­ción de esta ins­ti­tu­ción con otros orga­nis­mos cul­tu­ra­les, como lo es por ejem­plo el Lin­coln Cen­ter, per­mi­ta que el públi­co pue­da asis­tir a con­cier­tos gra­tui­tos, o bien par­ti­ci­par en mesas redon­das ana­li­zan­do los méri­tos del rea­lis­mo mági­co a tra­vés de la nove­la de Gabriel Gar­cía Már­quez “El Amor en los Tiem­pos del Cólera”.

La rique­za del film igual­men­te se debe a las visi­tas rea­li­za­das por un buen núme­ro de expo­si­to­res don­de a tra­vés de sus con­fe­ren­cias, el púbi­co tie­ne la opor­tu­ni­dad de apre­ciar temas de indis­cu­ti­ble inte­rés, como es el caso del renom­bra­do bió­lo­go evo­lu­ti­vo Richard Daw­kins expo­nien­do su pun­to de vis­ta crí­ti­co sobre la teo­ría crea­cio­nis­ta. No menos atrac­ti­va es la par­ti­ci­pa­ción del músi­co Elvis Cos­te­llo, así como la del poe­ta Miles Hodges.

El docu­men­tal mues­tra algu­nas de las con­ver­sa­cio­nes que tie­nen lugar entre los miem­bros del con­se­jo de admi­nis­tra­ción de la ins­ti­tu­ción en rela­ción al finan­cia­mien­to del sec­tor púbi­co que alcan­za a un 60% y a la posi­bi­li­dad de aumen­tar las dona­cio­nes pri­va­das; otro tema de dis­cu­sión está refe­ri­do a la mejor for­ma de satis­fa­cer a la nue­va gene­ra­ción de lec­to­res de la era digi­tal median­te el empleo de libros electrónicos.

Wise­man no inter­vie­ne en momen­to alguno, dejan­do que su cáma­ra y el direc­tor de foto­go­ra­fía John Davey cap­ten las imá­ge­nes de los libros, de la gen­te ávi­da de cono­ci­mien­tos y en gene­ral de sus dife­ren­tes acti­vi­da­des cul­tu­ra­les, como medio con­tun­den­te para soli­di­fi­car la demo­cra­ti­za­ción de la sociedad.

Gra­cias a este gran maes­tro del cine el espec­ta­dor acce­de a un docu­men­tal fas­ci­nan­te y absor­ben­te que le hace cono­cer valio­sos aspec­tos iné­di­tos de esta mag­na ins­ti­tu­ción pública.

El cele­bra­do rea­li­za­dor y guio­nis­ta Hiro­ka­zu Kore-eda por pri­me­ra vez incur­sio­na en un tema poli­cial con The Third Mur­der (Japón) que en cier­tos momen­tos pare­ce remon­tar­se a algu­nos de los rela­tos de Agatha Chris­tie, aun­que de nin­gún modo alcan­za el nivel de exce­len­cia de la extra­or­di­na­ria nove­lis­ta bri­tá­ni­ca. No es indis­cre­ción algu­na reve­lar que en la pri­me­ra esce­na se con­tem­pla a Misu­mi (Köji Yakusho), un cri­mi­nal que en un lugar des­cam­pa­do roba y mata a un indus­trial. Como lo indi­ca su títu­lo se tra­ta de un ter­cer ase­si­na­to por­que en el pasa­do ya había regis­tra­do otros dos crí­me­nes que le valió 30 años de pri­sión. No hay en prin­ci­pio intri­ga algu­na ya que Misu­mi con­fie­sa ante la auto­ri­dad poli­cial que él ha sido el ase­sino y la audien­cia no duda de tal hecho.

Masaha­ru Fuku­ya­ma en THE THIRD MURDER

La zona nebu­lo­sa comien­za a sur­gir cuan­do el abo­ga­do Shi­ge­mo­ri (Masaha­ru Fuku­ya­ma), encar­ga­do de su defen­sa al entre­vis­tar a su clien­te duda sobre la real moti­va­ción que le con­du­jo a come­ter el ase­si­na­to. Al avan­zar la inves­ti­ga­ción que rea­li­za van sur­gien­do ele­men­tos con­tra­dic­to­rios como los rumo­res de que la seño­ra del occi­so había encar­ga­do a Misu­mi que eje­cu­ta­ra a su mari­do, o bien que fue la ado­les­cen­te hija de la víc­ti­ma que pidió que lo mata­ra por haber­la vio­la­do. A medi­da que el rela­to avan­za las con­ti­nua­das vuel­tas de giro ter­mi­nan exte­nuan­do en la medi­da que los per­so­na­jes dicen y se des­di­cen en sus afir­ma­cio­nes don­de pare­ce­ría que todo el mun­do está min­tien­do con­ti­nua­da­men­te. Si aca­so el pro­pó­si­to del rea­li­za­dor es demos­trar cómo en cier­tas cir­cuns­tan­cias resul­ta difí­cil dic­ta­mi­nar dón­de resi­de la ver­dad, las incon­sis­ten­cias del rela­to moti­van a que decai­ga su inte­rés des­pués de un cier­to tre­cho. A la pos­tre, poco impor­ta saber si como resul­ta­do del jui­cio el reo será sen­ten­cia­do a pri­sión per­pe­tua o en cam­bio con­de­na­do a la pena capi­tal. En resu­men, éste es un film que aun­que no dese­cha­ble care­ce de los sufi­cien­tes ingre­dien­tes para con­fi­gu­rar un buen thriller.