Los Mejo­res Fil­mes de 2017

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

Como se ha veni­do rea­li­zan­do a tra­vés de los años, en esta pri­me­ra edi­ción de 2018 se pasa­rá revis­ta a las pelí­cu­las de 2017 que más me han impre­sio­na­do. Sola­men­te con­si­de­ro los fil­mes estre­na­dos comer­cial­men­te duran­te el año que aca­ba de fina­li­zar; por lo tan­to he exclui­do aqué­llos títu­los que aun­que apre­cia­dos en fes­ti­va­les, serán dados a cono­cer en el trans­cur­so de este año.

He aquí las pelí­cu­las lis­ta­das alfabéticamente.

120 BAT­TE­MENTS PAR MINU­TE (Fran­cia).

A tra­vés de un lúci­do rela­to el direc­tor y guio­nis­ta Robin Cam­pi­llo con­si­de­ra la lucha empren­di­da por un gru­po de mili­tan­tes del Act Up-Paris en los ini­cios de la déca­da del 90 con­tra las auto­ri­da­des de Fran­cia y los labo­ra­to­rios far­ma­céu­ti­cos fren­te a la pasi­vi­dad e indi­fe­ren­cia adop­ta­da en momen­tos en que el SIDA azo­ta en for­ma des­pia­da­da. Si bien el film man­tie­ne en su mayor par­te una estruc­tu­ra coral, en los tra­mos fina­les adquie­re con­si­de­ra­ble fuer­za ilus­tran­do la rela­ción sen­ti­men­tal de un joven del gru­po no afec­ta­do por el virus con otro miem­bro sero­po­si­ti­vo que se encuen­tra en esta­do de agonía.

CALL ME BY YOUR NAME (Ita­lia-Fran­cia).

Esta subli­me pelí­cu­la de Luca Gua­dag­nino abor­da la rela­ción amo­ro­sa de un pre­coz y eru­di­to ado­les­cen­te con un joven mayor que él duran­te las vaca­cio­nes esti­va­les en el mar­co de un majes­tuo­so para­je ita­liano. Des­de el prin­ci­pio al fin el rela­to sedu­ce, entre otras razo­nes, por la suti­le­za emplea­da por el rea­li­za­dor en la des­crip­ción de ese víncu­lo homo­se­xual y por la ter­nu­ra que ema­na del mis­mo en la pro­fun­di­za­ción de los sen­ti­mien­tos humanos.

DUN­KIRK (Esta­dos Uni­dos-Gran Bretaña).

Una estu­pen­da proeza es la logra­da por Chris­topher Nolan en este épi­co dra­ma his­tó­ri­co recons­tru­yen­do la eva­cua­ción de más de 300 mil sol­da­dos de las fuer­zas alia­das atra­pa­dos en las pla­yas fran­ce­sas de Dun­ker­que duran­te la Segun­da Gue­rra Mun­dial. El direc­tor con­ci­bió un film de reso­nan­cia uni­ver­sal que con­mue­ve pro­fun­da­men­te por la huma­ni­dad que esbo­za dejan­do al espec­ta­dor la sen­sa­ción de haber vis­to una obra maes­tra del cine.

FRANTZ (Fran­cia-Ale­ma­nia).

Este impe­ca­ble melo­dra­ma es uno de los más bellos y román­ti­cos que haya rea­li­za­do el ver­sá­til direc­tor y escri­tor Fra­nçois Ozon. Ambien­ta­do poco des­pués de haber con­clui­do la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial, su tema gira en torno a un joven fran­cés que fue gran ami­go de un mucha­cho ale­mán muer­to en com­ba­te y la rela­ción que man­tie­ne con sus padres y en espe­cial con la joven novia del des­apa­re­ci­do. Con una minu­cio­sa obser­va­ción de los deta­lles de épo­ca den­tro del mar­co de una inta­cha­ble narra­ción, Ozon ofre­ce un film inte­li­gen­te que gra­ti­fi­ca al espectador.

GLORY (Bul­ga­ria-Gre­cia).

Las injus­ti­cias socio eco­nó­mi­cas exis­ten­tes en la Bul­ga­ria post comu­nis­ta así como la corrup­ción e inmo­ra­li­dad pre­va­le­cien­tes en cier­tos sec­to­res de la esfe­ra polí­ti­ca es lo que se apre­cia en esta muy buen pelí­cu­la de los direc­to­res Kris­ti­na Gro­ze­va y Petar Val­cha­nov. La his­to­ria que está basa­da en un epi­so­dio acon­te­ci­do en Bul­ga­ria hace cier­to tiem­po se cen­tra en un humil­de tra­ba­ja­dor ferro­via­rio que en un acto de extra­or­di­na­ria hon­ra­dez entre­ga a la poli­cía el con­te­ni­do de una millo­na­ria suma de dine­ro encon­tra­da en las vías férreas; sin embar­go, des­pués de vivir su momen­to de glo­ria al ser cata­pul­ta­do como un héroe, cae en des­gra­cia cuan­do ino­cen­te­men­te en un repor­ta­je tele­vi­si­vo pone en evi­den­cia algu­nos tra­pos sucios de los fun­cio­na­rios del minis­te­rio de trans­por­te. En esta tra­gi­co­me­dia muy bien narra­da que­da en cla­ro que en un medio social don­de los valo­res mora­les dejan que desear es pre­fe­ri­ble ocul­tar la ver­dad para no ser castigado.

I, DANIEL BLA­KE (Gran Bretaña-Francia).

Como es habi­tual en su fil­mo­gra­fía, Ken Loach siem­pre com­pro­me­ti­do con un cine social, nue­va­men­te mani­fies­ta su preo­cu­pa­ción por los sec­to­res más inde­fen­sos de la socie­dad en la que vive. Con el exce­len­te guión de su habi­tual libre­tis­ta Paul Laverty, el rea­li­za­dor brin­da una pelí­cu­la que con­mue­ve por su hones­ti­dad y abso­lu­ta sin­ce­ri­dad demos­tran­do cómo el engra­na­je buro­crá­ti­co de los orga­nis­mos esta­ta­les pue­de humi­llar y desin­te­grar moral­men­te a ino­cen­tes individuos.

I AM NOT YOUR NEGRO (Esta­dos Unidos-Francia-Bélgica-Suiza).

El remar­ca­ble direc­tor Raoul Peck logra un exce­len­te docu­men­tal abor­dan­do el can­den­te pro­ble­ma del racis­mo en Esta­dos Uni­dos a tra­vés de James Bald­win (1924 – 1967), un emi­nen­te escri­tor e inte­lec­tual afro­ame­ri­cano que dedi­có impor­tan­tes años de su vida ana­li­zan­do este urti­can­te tema.

LA TOR­TUE ROU­GE (Fran­cia-Bél­gi­ca-Japón).

El encan­to del cine se hace pre­sen­te con esta joya de la ani­ma­ción rea­li­za­da por Michael Dudok de Wit. Si aca­so el sép­ti­mo arte ha sido con­ce­bi­do para que con solo imá­ge­nes des­pro­vis­tas de dia­lo­go se pue­da trans­mi­tir una his­to­ria de con­si­de­ra­ble sig­ni­fi­ca­ción huma­na, este her­mo­so cuen­to para adul­tos lo con­fir­ma ple­na­men­te. Por su alta crea­ti­vi­dad el públi­co asis­te a una obra maes­tra del géne­ro que resal­ta el poder de la natu­ra­le­za y las impor­tan­tes eta­pas de la vida..

MUD­BOUND. (Esta­dos Uni­dos). Un film de Dee Rees

Des­pués de haber­se exhi­bi­do exi­to­sa­men­te en los fes­ti­va­les de Sun­dan­ce y Toron­to, este vigo­ro­so dra­ma de la direc­to­ra Dee Rees, adap­ta­do de la nove­la de Hillary Jor­dan, es alta­men­te con­mo­ve­dor enfo­can­do una vez más el espi­no­so tópi­co del racis­mo en la zona rural del del­ta del Mis­sis­sip­pi ‑esta­do de Lui­sia­na- duran­te la déca­da del 40. El guión de la rea­li­za­do­ra y de Vir­gil Williams narra la his­to­ria de dos núcleos fami­lia­res inter­re­la­cio­na­dos por tener que com­par­tir un terreno para la explo­ta­ción del algo­dón. En una de ellas está la fami­lia McA­llan cuyos inte­gran­tes son blan­cos y due­ños de la tie­rra; a cer­ca­na dis­tan­cia resi­de la fami­lia afro­ame­ri­ca­na Jack­son que alqui­la de los McA­llan una par­te de la tie­rra que ha sido cul­ti­va­da por sus ances­tros a lo lar­go de varias gene­ra­cio­nes. Cuan­do Jamie ‑el hijo menor de los McAllan‑, regre­sa al hogar des­pués de haber par­ti­ci­pa­do en la Segun­da Gue­rra, e igual­men­te se pro­du­ce el retorno de Ron­sel — pri­mo­gé­ni­to de los Jack­son- quien actuó en Euro­pa sir­vien­do a su patria, se for­ja entre ambos un víncu­lo amis­to­so a pesar de la dife­ren­cia en el color de la piel. Esa fra­ter­ni­dad inter­ra­cial reper­cu­ti­rá dra­má­ti­ca­men­te en ambas fami­lias debi­do a la mar­ca­da dis­cri­mi­na­ción exis­ten­te en la región.

La visión de esta remar­ca­ble his­to­ria pro­du­ce un sen­ti­mien­to entre­mez­cla­do de tris­te­za e ira al com­pro­bar cómo el fana­tis­mo del racis­mo, pre­sen­ta­do en varia­das for­mas a tra­vés de sus per­so­na­jes, pro­du­ce una pro­fun­da humi­lla­ción de la pobla­ción negra; sus inte­gran­tes some­ti­dos a las órde­nes de los blan­cos prác­ti­ca­men­te pare­cen ser sus escla­vos, a pesar de que teó­ri­ca­men­te la escla­vi­tud fue abo­li­da en la segun­da mitad del siglo XIX. La exce­len­te inter­pre­ta­ción de su elen­co y los mag­ní­fi­cos dise­ños de pro­duc­ción revi­vien­do el perío­do y los luga­res en que la tra­ma se desa­rro­lla, otor­gan com­ple­ta auten­ti­ci­dad a este rela­to que lamen­ta­ble­men­te man­tie­ne vigen­cia en la actua­li­dad con solo recor­dar las nefas­tas mar­chas de los supre­ma­cis­tas blan­cos que tuvie­ron lugar en Char­lot­tes­vi­lle en agos­to del año pasado.

Por lo que ante­ce­de, el ciné­fi­lo asis­te a un vigo­ro­so dra­ma que des­cri­be de mane­ra vis­ce­ral al infa­me racismo.

PATER­SON (Esta­dos Unidos).

Una pro­fun­da y con­mo­ve­do­ra his­to­ria sobre las peque­ñas cosas del dia­rio vivir es lo que se con­tem­pla en esta melan­có­li­ca come­dia escri­ta y diri­gi­da por Jim Jar­mush. La vida de un apo­ca­do cho­fer de auto­bús que lle­va una exis­ten­cia metó­di­ca y cro­no­me­tra­da al lado de su ama­da y dul­ce com­pa­ñe­ra está rela­ta­da con un tono líri­co sor­pren­den­te. Sin recu­rrir a vio­len­cia algu­na, acción des­me­su­ra­da o al empleo de efec­tos espe­cia­les, Jar­mush ha obte­ni­do un exce­len­te film impreg­na­do de opti­mis­mo al exal­tar el amor por la poe­sía y la mara­vi­lla de vivir.

POE­SÍA SIN FIN (Chi­le).

Como su títu­lo lo indi­ca este film escri­to y diri­gi­do por Ale­jan­dro Jodo­rowsky es poe­sía pura. Lejos de con­ver­tir­se en una tra­di­cio­nal auto­bio­gra­fía, el vete­rano rea­li­za­dor ape­la a dife­ren­tes recur­sos no con­ven­cio­na­les para trans­mi­tir sus memo­rias e impre­sio­nes expe­ri­men­ta­das duran­te la déca­da del 40, con espe­cial refe­ren­cia a su padre machis­ta y cas­tra­dor que qui­so cer­ce­nar­le sus ambi­cio­nes inte­lec­tua­les y su incli­na­ción a la lite­ra­tu­ra poé­ti­ca. En esen­cia, ésta es una vibran­te y con­mo­ve­do­ra pelí­cu­la chi­le­na que enal­te­ce al cine de Amé­ri­ca Latina.

SIE­RA­NE­VA­DA (Ruma­nia-Fran­cia-Bos­nia Herzegovina-Macedonia-Croacia).

El direc­tor y guio­nis­ta Cris­ti Puiu con­ci­bió una absor­ben­te come­dia dra­má­ti­ca de una fami­lia dis­fun­cio­nal ruma­na don­de que­dan expues­tos los varia­dos sen­ti­mien­tos de frus­tra­ción, angus­tia des­en­ga­ño y ani­mo­si­dad de sus miem­bros inte­gran­tes. Lo que acon­te­ce en el seno de ese núcleo fami­liar es una metá­fo­ra emplea­da por el rea­li­za­dor sobre la situa­ción que se vive en la Ruma­nia actual; en tal sen­ti­do, esta pro­pues­ta es muy váli­da dan­do como resul­ta­do un remar­ca­ble film.

THE FLO­RI­DA PRO­JECT (Esta­dos Unidos).

Sean Baker ofre­ce un per­tur­ba­dor dra­ma sobre la infan­cia des­con­tro­la­da, la pobre­za y la degra­da­ción que sufren cier­tos sec­to­res des­fa­vo­re­ci­dos de Esta­dos Uni­dos, en este caso ambien­ta­do en Orlan­do, en una zona peri­fé­ri­ca de Dis­ney­world. Por su con­te­ni­do social, su sóli­da narra­ción y la excep­cio­nal actua­ción que el direc­tor obtu­vo de los niños par­ti­ci­pan­tes, este valien­te docu­men­to se des­ta­ca como uno de los admi­ra­bles fil­mes del año.

THE OTHER SIDE OF HOPE (Fin­lan­dia-Ale­ma­nia).

El can­den­te tema de los refu­gia­dos es abor­da­do por Aki Kau­ris­ma­ki a tra­vés de una sen­si­ble his­to­ria. El rea­li­za­dor pre­sen­ta la odi­sea de un joven sirio que habien­do esca­pa­do de la bom­bar­dea­da ciu­dad de Ale­po arri­ba ile­gal­men­te a Hel­sin­ki en pro­cu­ra de asi­lo polí­ti­co; simul­tá­nea­men­te se asis­te a la cri­sis exis­ten­cial de un ciu­da­dano fin­lan­dés que deci­de comen­zar una nue­va vida ins­ta­lan­do un res­tau­ran­te. El cir­cuns­tan­cial encuen­tro entre ambos indi­vi­duos demues­tra cómo a pesar de la frial­dad de las auto­ri­da­des ofi­cia­les del país que nie­gan el asi­lo a quie­nes real­men­te lo nece­si­tan, exis­te un sen­ti­mien­to de noble­za y soli­da­ri­dad por par­te de sus ciu­da­da­nos como lo prue­ba la ayu­da que el fin­lan­dés ofre­ce al refu­gia­do. Ape­lan­do en cier­tas ins­tan­cias a un humor cáus­ti­co y absur­do, Kau­ris­ma­ki brin­da un noble y humano rela­to muy bien cons­trui­do e inter­pre­ta­do por un cali­fi­ca­do elenco.

THE SALES­MAN (Irán-Fran­cia).

El pres­ti­gio­so direc­tor ira­ní Asghar Farha­di depa­ra un nota­ble dra­ma psi­co­ló­gi­co des­cri­bien­do las carac­te­rís­ti­cas que asu­me un víncu­lo con­yu­gal como con­se­cuen­cia de un acon­te­ci­mien­to incon­tro­la­ble. Con su acos­tum­bra­da meticu­losi­dad el rea­li­za­dor sabe muy bien cómo crear un cli­ma de ten­sión como así tam­bién intro­du­cir cier­tos giros ‑siem­pre con­vin­cen­tes- que dan como resul­ta­do un film don­de la ven­gan­za, la cul­pa, la pie­dad y el per­dón están expues­tos brillantemente.

TONI ERD­MAN (Ale­ma­nia-Aus­tria).

Abor­dan­do la rela­ción exis­ten­te entre un excén­tri­co padre y su hija adul­ta, la direc­to­ra Maren Ade con un guión que le per­te­ne­ce reali­zó una ado­ra­ble y absur­da come­dia; la mis­ma refle­ja la impor­tan­cia de la comu­ni­ca­ción social como medio de revi­ta­li­zar los valo­res huma­nos que en últi­ma ins­tan­cia otor­gan sen­ti­do a la vida.

VISA­GES VILLA­GES (Fran­cia).

La emble­má­ti­ca rea­li­za­do­ra Agnes Var­da cau­ti­va con este emo­ti­vo y her­mo­so retra­to de la vida real. En un via­je que ella rea­li­za a tra­vés del cora­zón de la Fran­cia acom­pa­ña­da de su ami­go, el exce­len­te fotó­gra­fo y gran mura­lis­ta JR, el públi­co va con­tem­plan­do el pai­sa­je del camino, los ros­tros de las per­so­nas que ambos encuen­tran aza­ro­sa­men­te así como sus viven­cias y expe­rien­cias per­so­na­les. Al salir de la pro­yec­ción, uno que­da con­ta­gia­do de la cali­dez ema­na­da de la amis­tad de Var­da ‑89 años- y JR ‑34 años- no obs­tan­te la dife­ren­cia de edad, como así tam­bién por la huma­ni­dad que des­ti­la la gen­te que ellos lle­gan a cono­cer en este mara­vi­llo­so documental.