Un Remar­ca­ble Western

HOS­TI­LES. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film escri­to y diri­gi­do por Scott Cooper

La expan­sión de la fron­te­ra ame­ri­ca­na ha sido un tópi­co que el cine esta­dou­ni­den­se lo ha con­si­de­ra­do en nume­ro­sas opor­tu­ni­da­des y en cier­tos casos con pelí­cu­las de gran cali­dad. En Hos­ti­les se vuel­ve a abor­dar­lo a tra­vés del intere­san­te rela­to del rea­li­za­dor Scott Cooper don­de deja abier­ta la posi­ble recon­ci­lia­ción entre los blan­cos que migra­ron hacia el Oes­te y los ame­rin­dos que habi­ta­ban la región vien­do sucum­bir sus cos­tum­bres ancestrales.

Chris­tian Bale

La acción trans­cu­rre en 1892 don­de Joseph Bloc­ker (Chris­tian Bale), un legen­da­rio capi­tán de caba­lle­ría del ejér­ci­to de los Esta­dos Uni­dos, reci­be la orden de trans­por­tar des­de New Mexi­co has­ta las tri­ba­les zonas de Mon­ta­na al recien­te­men­te libe­ra­do Yellow Hawk (Wes Stu­di), jefe de gue­rra de los Che­yen­ne, y a los suyos. Bloc­ker, un hom­bre taci­turno y de muy pocas pala­bras, guar­da un pro­fun­do odio y resen­ti­mien­to hacia la pobla­ción indí­ge­na y muy espe­cial­men­te a Hawk que fue su gran enemi­go. Aho­ra que el autóc­tono se encuen­tra en esta­do mori­bun­do el capi­tán no tie­ne otra opción que obe­de­cer la deci­sión adop­ta­da por el pre­si­den­te Ben­ja­min Harri­son para que el Che­yen­ne satis­fa­ga su deseo de morir en su sue­lo natal.

Así comien­za el lar­go via­je de Bloc­ker jun­to con un séqui­to de sol­da­dos mon­ta­dos a caba­llo escol­tan­do a Hawk y su fami­lia a tra­vés de vas­tas zonas desér­ti­cas; pos­te­rior­men­te se aña­di­rá al redu­ci­do gru­po Rosa­lie Quaid (Rosa­mund Pike), una deso­la­da viu­da que recien­te­men­te ha per­di­do a su fami­lia ase­si­na­da por los indios coman­ches. La tra­ve­sía no esta­rá libre de peli­gros a medi­da que la expe­di­ción va inter­nán­do­se en terri­to­rio coman­che y debe topar­se con tri­bus hostiles.

Duran­te el trans­cur­so del difi­cul­to­so peri­plo gra­dual­men­te va for­ján­do­se un lazo de soli­da­ri­dad entre el reser­va­do capi­tán y su adver­sa­rio. Bloc­ker, un hom­bre que sir­vien­do a su patria con­ci­bió un esti­lo de vida matan­do al indio enemi­go, va cobran­do huma­ni­dad al admi­tir sus erro­res de faná­ti­co racis­ta; por su par­te Hawk, con poco tiem­po que le res­ta de vida, es cons­cien­te que todos lle­gan a igua­lar­se en el momen­to de morir y es así que tien­de su mano fra­ter­nal a su antagonista.

Cooper logra que este wes­tern adquie­ra pro­fun­di­dad a tra­vés de la dimen­sión psi­co­ló­gi­ca que logran sus per­so­na­jes y al pro­pio tiem­po per­mi­te refle­xio­nar sobre la san­gre derra­ma­da y el odio cimen­ta­do en la odi­sea ame­ri­ca­na empren­di­da para agran­dar el terri­to­rio al alto cos­to de diez­mar a la pobla­ción autóctona.

La inter­pre­ta­ción pro­ta­gó­ni­ca de Bale es mag­ní­fi­ca; con gran con­vic­ción trans­mi­te la gra­dual trans­for­ma­ción de un indi­vi­duo que expe­ri­men­ta un car­go de con­cien­cia por la con­duc­ta asu­mi­da en su vida; su logra­da carac­te­ri­za­ción trae a la memo­ria lo que John Way­ne logró con su per­so­na­je racis­ta en el recor­da­do wes­tern The Sear­chers (1956) de John Ford. Acom­pa­ñan­do a Bale, Pike trans­mi­te con­mo­ve­do­ra emo­ción con su per­so­na­je, Stu­di brin­da cali­dez como el dolien­te indí­ge­na y Adam Beach igual­men­te se des­ta­ca como su hijo.

Visual­men­te, el film impre­sio­na gra­cias a la esplen­do­ro­sa foto­gra­fía de Masa­no­bu Taka­ya­na­gi cap­tan­do la gran­de­za y el cam­bian­te pano­ra­ma ofre­ci­do a tra­vés de las 1500 millas recorridas.

En esen­cia, Cooper demues­tra que aún hoy día el tan fre­cuen­ta­do tema del wes­tern pue­de inte­re­sar e inclu­so a entu­sias­mar siem­pre y cuan­do alcan­ce el nivel de cali­dad logra­do por este dra­má­ti­co rela­to. Jor­ge Gutman

Des­lu­ci­da Comedia

BON­NE POM­ME. Fran­cia, 2017. Un film de Flo­ren­ce Quentin

Hay algu­nas notas des­ta­ca­bles en esta come­dia. En pri­mer lugar la pre­sen­cia de dos leyen­das del cine fran­cés como lo son Gérard Depar­dieu y Cathe­ri­ne Deneu­ve que por déci­ma vez vuel­ven a actuar con­jun­ta­men­te. En segun­do tér­mino es que el mag­ne­tis­mo de ambos acto­res no pue­de en este caso sal­var la media­nía de Bon­ne Pom­me.

Cathe­ri­ne Deneu­ve y Gérard Depardieu

Más acep­ta­ble como un tele­film de menor cate­go­ría, la his­to­ria se cen­tra en torno de Gérard (Depar­dieu), un mecá­ni­co bona­chón ‑tal sería la tra­duc­ción en espa­ñol del tér­mino “bon­ne pon­me”- que deci­de dejar el taller mecá­ni­co de la fami­lia de su adúl­te­ra espo­sa para tras­la­dar­se a un peque­ño pue­blo con el pro­pó­si­to de adqui­rir su pro­pio gara­ge y comen­zar una nue­va vida. Espe­ran­do efec­tuar las ope­ra­cio­nes de com­pra con Rico (Gré­goi­re Ludig), el actual pro­pie­ta­rio del taller que tie­ne en vis­ta, Gérard se alo­ja mien­tras tan­to en una peque­ña posa­da pró­xi­ma al lugar que es mane­ja­da por Bar­ba­ra (Deneu­ve), una due­ña poco res­pon­sa­ble en la aten­ción de sus clientes.

El guión de la rea­li­za­do­ra escri­to con Ale­xis Quen­tin inten­ta ofre­cer una come­dia román­ti­ca a tra­vés de la rela­ción de sim­pa­tía que se esta­ble­ce entre el afa­ble Gérard y la caó­ti­ca Bar­ba­ra; sin embar­go, las situa­cio­nes com­ple­ta­men­te anto­ja­di­zas y sin mayor sen­ti­do que se pre­sen­cian moti­van que el roman­ce en ges­ta­ción carez­ca de alien­to ni que tam­po­co la come­dia pre­sen­te situa­cio­nes risue­ñas como para ame­ni­zar su mono­to­nía. A todo ello y para exten­der la dura­ción del film, el direc­tor intro­du­ce una serie de sub­tra­mas que de nin­gún modo son tras­ce­den­tes; así la pre­sen­cia de un alcal­de (Gui­llau­me de Ton­que­dec) que ofre­ce cla­ses de inglés o bien la inter­ven­ción de la ex sue­gra de Gérard (Chan­tal Lade­sou) no des­pier­tan mayor inte­rés ni gene­ran intri­ga alguna.

En suma, Quen­tin no ha sabi­do apro­ve­char los inne­ga­bles talen­tos de Depar­dieu y Denue­ve ni tam­po­co los del res­to del elen­co que par­ti­ci­pó en este intras­cen­den­te pro­yec­to. Jor­ge Gutman

Medio­cre Rela­to de Acción

DEN OF THIE­VES. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film escri­to y diri­gi­do por Chris­tian Gudegast

La gua­ri­da de ladro­nes ‑al que se refie­re el títu­lo en inglés de este film- es un rela­to de acción que no apor­ta algo nove­do­so o dis­tin­ti­vo que pue­da dife­ren­ciar­lo de otros del géne­ro; a todo ello, su exten­sa dura­ción de 140 minu­tos lo con­vier­te en un rela­to tedio­so y poco atractivo.

Gerard Butler

Al comen­zar el espec­ta­dor que­da adver­ti­do que Los Ánge­les, don­de trans­cu­rre la acción, es la ciu­dad que regis­tra el mayor núme­ro de asal­tos ban­ca­rios de Esta­dos Uni­dos, don­de cada 48 minu­tos hay uno que se pro­du­ce. Eso mar­ca el tono de las pri­me­ras imá­ge­nes don­de una ban­da de delin­cuen­tes capi­ta­nea­da por Merri­man (Pablo Schrei­ber), ata­ca a un camión blin­da­do ori­gi­nan­do esce­nas de cruen­ta vio­len­cia. Estos delin­cuen­tes extre­ma­da­men­te arma­dos, don­de algu­nos de sus inte­gran­tes son ex mili­ta­res muy bien entre­na­dos, demues­tran su expe­rien­cia en robos de ban­cos; es ahí don­de Nick O’Brien (Gerard Butler) como jefe poli­cial de una impor­tan­te éli­te de la escua­dra del cri­men redo­bla sus esfuer­zos para tra­tar de dete­ner a los malhechores.

Den­tro del con­tex­to de este rela­to que­dan evi­den­cia­das las per­so­na­li­da­des com­ple­ta­men­te opues­tas de O’Brien y Merri­man; así el poli­cía res­pon­de al tipo de macho irre­duc­ti­ble, bebe­dor empe­der­ni­do ade­más de pen­den­cie­ro y com­ple­ta­men­te deci­di­do a lle­var a la jus­ti­cia al peli­gro­so delin­cuen­te y sus cóm­pli­ces, en tan­to que éste es un frío cri­mi­nal que sin recu­rrir a mayo­res emo­cio­nes sabe cómo mane­jar a los suyos y enca­rar ambi­cio­sos pla­nes. Pre­ci­sa­men­te, el pró­xi­mo gran pro­yec­to de los ban­di­dos con­sis­te en lograr infil­trar­se en la sucur­sal del Ban­co de la Reser­va de Los Ánge­les y apro­piar­se de 30 millo­nes de dóla­res que la ins­ti­tu­ción está a pun­to de reti­rar de la cir­cu­la­ción antes de ser destruidos.

Si lo que ante­ce­de pare­ce­ría ofre­cer la opor­tu­ni­dad de asis­tir a un thri­ller psi­co­ló­gi­co, la reali­dad lo des­mien­te. Con un guión ané­mi­co pla­ga­do de vacuos diá­lo­gos, el film no es más que una suce­sión de situa­cio­nes implau­si­bles e inusi­ta­da­men­te vio­len­tas, caren­tes de enver­ga­du­ra dra­má­ti­ca don­de el sus­pen­so es prác­ti­ca­men­te imper­cep­ti­ble. Si bien Chris­tian Gude­gast en su pri­me­ra incur­sión como rea­li­za­dor tra­ta de huma­ni­zar a sus per­so­na­jes, el esfuer­zo no alcan­za a fruc­ti­fi­car; así por ejem­plo, la esce­na en que la espo­sa e hiji­ta de O’Brien aban­do­nan el hogar por­que éste ha prio­ri­za­do su tra­ba­jo des­aten­dien­do a su fami­lia, no logra crear la emo­ción pretendida.

Sin apar­tar­se de la fór­mu­la cono­ci­da don­de en el des­en­la­ce debe pro­du­cir­se el enfren­ta­mien­to entre vigi­lan­tes y ladro­nes, aquí poco impor­ta saber si las fuer­zas del orden logra­rán o no impo­ner­se por­que a a esta altu­ra de la his­to­ria el públi­co es indi­fe­ren­te sobre la suer­te corri­da por sus pro­ta­go­nis­tas. He aquí un film caren­te de ten­sión don­de sus acto­res poco pue­den hacer para res­ca­tar­lo de su medio­cri­dad. Jor­ge Gutman

Recor­da­dos Fil­mes en For­ma­to Digital

FLASH­BACK FILM FEST

Por noveno año con­se­cu­ti­vo Cine­plex Events ofre­ce­rá el Gran Fes­ti­val de Fil­mes Digi­ta­les cono­ci­do como Flash­back Film Fest. Este even­to popu­lar pre­sen­ta­rá una pro­gra­ma­ción pre­pa­ra­da por el crí­ti­co Richard Crou­se que inclu­ye 15 fil­mes de cien­cia fic­ción, fan­ta­sía y de otros géne­ros que han sido favo­ri­tos del públi­co en oca­sión de su estreno. Aun­que muchos de los títu­los pue­den ser vis­tos a tra­vés de otros medios en la inti­mi­dad del hogar, no hay nada com­pa­ra­ble con el pla­cer que se sien­te dis­fru­tan­do de un buen film fren­te a la gran pan­ta­lla de una sala de cine.

Entre algu­nos de los impor­tan­tes fil­mes que serán pre­sen­ta­dos se encuen­tra A View to a Kill  de John Glen don­de Roger Moo­re ani­ma al agen­te 007 en otra de sus exci­tan­tes aven­tu­ras, en las cua­les ade­más par­ti­ci­pan Chris­topher Wal­ken, Tan­ya Roberts y Gra­ce Jones, entre otros. De Robert Zemec­kis se verá su cele­bra­da fan­ta­sía Back to the Futu­re con Michael J. Fox, Lea Thom­pson, Bill Zane y Cris­pin Glover.

Del renom­bra­do direc­tor David Lynch se vol­ve­rá a apre­ciar Dune, basa­do en el épi­co rela­to de cien­cia fic­ción de Frank Her­bert; este film que cuen­ta con des­lum­bran­tes efec­tos espe­cia­les y esplen­do­ro­sas imá­ge­nes está pro­ta­go­ni­za­do por Kyle Mac Lachlan, Vir­gi­nia Mad­sen y Fran­ces­ca Annis. De los renom­bra­dos her­ma­nos Joel y Ethan Coen se verán dos impor­tan­tes títu­los; uno de los mis­mos es Rai­sing Ari­zo­na con la inter­pre­ta­ción cen­tral de Nico­las Cage y Holly Hun­ter y el otro film es The Big Lebows­ki con la par­ti­ci­pa­ción de Jeff Brid­ges, John Good­man, Julian­ne Moo­re, Ste­ve Bus­ce­mi y el malo­gra­do actor Phi­lip Sey­mour Hoffman.

Holly Hun­ter y Nico­las Cage en RAI­SING ARIZONA

Una pelí­cu­la que fue muy cele­bra­da en opor­tu­ni­dad de su estreno es Monty Python and the Holy Grail  de los rea­li­za­do­res Terry Jones y Terry Gilliam quie­nes tam­bién actúan acom­pa­ña­dos de Graham Chap­man, John Clee­se y Eric Idle. Igual­men­te des­ta­ca­ble es The Ter­mi­na­tor, el recor­da­do clá­si­co de cien­cia fic­ción de James Came­ron con las actua­cio­nes de Arnold Sch­war­ze­neg­ger, Lin­da Hamil­ton y Michael Biehn 

He aquí la lis­ta com­ple­ta de los fil­mes que serán exhi­bi­dos des­de el 2 al 8 de Febre­ro de 2018. 

Roger Moo­re en A VIEW TO KILL

    • Monty Python and the Holy Grail (1975), a 43 años de su estreno
    • Drun­ken Mas­ter (1978), a 40 años de su estreno
    • War Games (1983), a 35 años de su estreno
    • Dune (1984)
    • Grem­lins (1984)
    • The Ter­mi­na­tor (1984)
    • A View to a Kill (1985)
    • Back to the Futu­re (1985)
    • Rai­sing Ari­zo­na (1987)
    • Ter­mi­na­tor 2: Judg­ment Day 3D (1991/2017)
    • The Big Lebows­ki (1998), a 20 años de su estreno
    • The Iron Giant (1999)

A. Sch­war­ze­neg­ger en THE TERMINATOR.

La Tri­lo­gía de Edgar Wright y Simon Pegg:

      • Shaun of the Dead (2004)
      • Hot Fuzz (2007)
      • The Worl­d’s End (2013)

Los tea­tros par­ti­ci­pan­tes de cada pro­vin­cia son los siguientes:

Bri­tish Columbia

      • Cine­plex Cine­mas Langley
      • Sil­ver­City Vic­to­ria Cinemas
      • The Park Theatre

Alber­ta

      • Cine­plex Odeon Eau Clai­re Mar­ket Cinemas
      • Sco­tia­bank Thea­tre Edmonton

Mani­to­ba

      • Cine­plex Odeon McGi­lli­vray Cine­mas and VIP

Sas­kat­che­wan

      • Cine­plex Cine­mas Normanview
      • Sco­tia­bank Thea­tre Sas­ka­toon and VIP

Onta­rio

      • Cine­plex Odeon Gar­di­ners Road Cinemas
      • Cine­plex Cine­mas Wins­ton Churchill
      • Galaxy Cine­mas Waterloo
      • Galaxy Cine­mas Guelph
      • Galaxy Cine­mas Peterborough
      • Cine­plex Cine­mas Young-Dun­das and VIP
      • Cine­plex Cine­mas Scarborough
      • Sil­ver­City New­mar­ket Cine­mas and XSCA­PE Enter­tain­ment Centre
      • Cine­plex Cine­mas Ancaster
      • Sil­ver­City Lon­don Cinemas
      • Sil­ver­City Wind­sor Cinemas
      • Cine­plex Odeon South Keys Cinemas
      • Sil­ver­City Sud­bury Cinemas
      • Sil­ver­City Thun­der Bay Cinemas

Que­bec

      • Ciné­ma Cine­plex Odeon Quar­tier Latin
      • Ciné­ma Cine­plex Odeon Caven­dish Mall

Pro­vin­cias Atlánticas

      • Cine­plex Cine­mas Tri­nity Drive
      • Sco­tia­bank Thea­tre St. John’s

Este fes­ti­val asu­me un carác­ter popu­lar dado el pre­cio módi­co de $ 8.99 por admi­sión; si se adquie­ren 3 o más entra­das el pre­cio de cada film es de $ 7.99. Para los faná­ti­cos ciné­fi­los exis­te la opor­tu­ni­dad de adqui­rir el Flash­back Film Fes­t’­pass por $ 75.00 lo que resul­ta $ 5.00 por admisión.

Para obte­ner infor­ma­ción adi­cio­nal sobre los fil­mes exhi­bi­dos, los res­pec­ti­vos hora­rios para cada uno de los cines y/o bien para la com­pra de entra­das, pre­sio­ne aquí  

Las Tri­qui­ñue­las de un Sim­pá­ti­co Bribón

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

LES FOUR­BE­RIES DE SCA­PIN.  Autor; Moliè­re – Direc­ción: Carl Béchard – Elen­co: Simon Beau­lé-Bul­man, Marie-Ėve Beau­lieu, Carol Ber­ge­ron, Benoît Briè­re, Patri­ce Coque­reau, Lyndz Dan­tis­te, David-Ale­xan­dre Des­prés, Mar­ce­lle Hudon, Alain Lava­llée, Sébas­tien René, André Robi­tai­lle, Cathe­ri­ne Sénart, Tatia­na Zin­ga Botao – Esce­no­gra­fía; Gene­viè­ve Lizot­te — Ves­tua­rio: Marc Séné­cal – Ilu­mi­na­ción: Erwann Ber­nard – Músi­ca Ori­gi­nal: Carol Ber­ge­ron — Ani­ma­ción Visual: Mar­ce­lle Hudon – Coreo­gra­fía: Ber­nard Bour­gault — Dura­ción: 2 horas con un entre­ac­to de 20 minu­tos. Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 17 de febre­ro de 2018 en el Théâ­tre du Nou­veau Mon­de (www.tnm.qc.ca)

André Robi­tai­lle y Benoît Briè­re (Foto de Yves Renaud)

Tra­tan­do de miti­gar el frío inver­nal de Mon­treal, el TNM no pudo haber sido más opor­tuno al pre­sen­tar una obra que ale­gra los cora­zo­nes a tra­vés de la genui­na risa que aflo­ra per­ma­nen­te­men­te. Den­tro del pro­lí­fi­co reper­to­rio del inmor­tal Moliè­re Les Four­be­ries de Sca­pin estre­na­da en 1671 es posi­ble­men­te la más gra­cio­sa por él con­ce­bi­da ade­más de ser una de las más repre­sen­ta­das en el mun­do. Esta des­en­fa­da­da pie­za ins­pi­ra­da en la com­me­dia dell’ar­te ita­lia­na podrá care­cer de la mor­daz crí­ti­ca social que el autor brin­da, por ejem­plo, en Tar­tuf­fe o Le Misanth­ro­pe; sin embar­go aquí des­ta­ca algu­nos aspec­tos de la con­di­ción huma­na cen­tra­dos en la inter­re­la­ción diná­mi­ca esta­ble­ci­da entre padres e hijos e igual­men­te prue­ba cómo el inge­nio pue­de ven­cer a la imbecilidad.

André Robi­tai­lle y Benoît Briè­re (Foto de Yves Renaud)

Para quie­nes no estén fami­lia­ri­za­dos con su tema bas­ta anti­ci­par que su tra­ma hace refe­ren­cia a dos ami­gos de Nápo­les, que en ausen­cia de sus auto­ri­ta­rios padres que están de via­je se ena­mo­ran per­di­da­men­te de dos chi­cas. Uno de ellos es Léan­dre (Simon Beau­lé-Bul­man) quien está embe­le­sa­do con Zer­bi­net­te (Cathe­ri­ne Sénart) una supues­ta gita­na egip­cia, y el otro joven es Octa­ve (Sébas­tien René) que se ha casa­do a escon­di­das con Hya­cinthe (Marie-Ėve Beau­lieu), una humil­de huér­fa­na. El con­flic­to se pre­sen­ta cuan­do los ricos comer­cian­tes de sus padres retor­nan y desean des­an­dar esos amo­res por­que tie­nen sus pro­pios pro­yec­tos matri­mo­nia­les para sus hijos. Es en este meo­llo don­de entra a jugar Sca­pin (André Robi­tai­lle), el ave­za­do y píca­ro cria­do de Léan­dre, quien es soli­ci­ta­do por los mucha­chos para que les ayu­de a resol­ver el pro­ble­ma con sus res­pec­ti­vos progenitores.

(Foto de Yves Renaud)

Esta exce­len­te far­sa es una demos­tra­ción de la inge­nio­si­dad cómi­ca de Moliè­re; aho­ra bien, como en los gran­des clá­si­cos del tea­tro uni­ver­sal hay que tener en cuen­ta que para su repre­sen­ta­ción es nece­sa­rio con­tar con un sóli­do direc­tor escé­ni­co que mue­va los dis­tin­tos engra­na­jes reque­ri­dos por el tex­to así como con efi­cien­tes acto­res que trans­mi­tan la rique­za del mis­mo. Afor­tu­na­da­men­te Carl Béchard, ha logra­do una pues­ta en esce­na meticu­losa impri­mien­do un rit­mo ágil que nun­ca decae y en don­de nin­gún deta­lle ha que­da­do libra­do al azar; al mis­mo tiem­po, ha sabi­do obte­ner de su homo­gé­neo elen­co el entu­sias­mo, ener­gía y la saga­ci­dad nece­sa­ria para que la gra­cia de sus per­so­na­jes que­da­ra bien resal­ta­da, sobre todo en lo que ata­ñe al due­lo acto­ral de su trío protagónico.

André Robi­tai­lle, casi per­ma­nen­te­men­te en esce­na a lo lar­go de dos horas, ofre­ce el mejor papel de su carre­ra como el héroe popu­lar dota­do de múl­ti­ples recur­sos, quien con su labia es capaz de urdir tre­tas, men­tir, escon­der, mani­pu­lar, y has­ta lle­gar a embau­car a unos para satis­fa­cer a otros, a la mane­ra de un moderno Robin Hood; en todo caso su per­so­na­li­dad siem­pre atra­yen­te per­mi­te que sus peca­di­llos resul­ten per­do­na­bles: Todo eso es trans­mi­ti­do mara­vi­llo­sa­men­te por Robi­tai­lle al sumer­gir­se de lleno en la piel de este per­so­na­je cama­leó­ni­co don­de el espec­ta­dor se olvi­da que está vien­do al actor logran­do en cam­bio una total comu­nión con Scapin.

No menos impor­tan­te es la inter­pre­ta­ción de Benoît Briè­re quien como el obs­ti­na­do y ridícu­lo Géron­te, el padre de Léan­dre, des­plie­ga una ener­gía y des­tre­za admi­ra­ble con sus asom­bro­sas pirue­tas físi­cas y ver­ba­les. En una de las esce­nas más fes­te­ja­das de la obra, se nota la gran com­pli­ci­dad que Briè­re man­tie­ne con Robi­tai­lle cuan­do Sca­pin lo ins­ta a ence­rrar­se en una bol­sa para pro­te­ger­lo de supues­tos enemi­gos y ter­mi­na molién­do­lo a palos. Por su par­te, Patri­ce Coque­reau derro­cha viva­ci­dad ani­man­do a Argan­te, el absur­do y cari­ca­tu­res­co padre de Octave.

Entre otros aspec­tos, el espec­tácu­lo se valo­ri­za por la logra­da coreo­gra­fía de Ber­nard Bour­gault que per­mi­te el luci­mien­to de una dece­na de bai­la­ri­nes dan­zan­do rít­mi­ca­men­te al comien­zo de cada uno de los dos actos de la pie­za. Tan­to la esce­no­gra­fía de Gene­viè­ve Lizot­te, el ves­tua­rio de épo­ca de Marc Séné­cal y la músi­ca de Carol Ber­ge­ron, se aso­cian ade­cua­da­men­te al espí­ri­tu de esta pieza.

Con el men­sa­je brin­da­do por Moliè­re de que el amor juve­nil ter­mi­na triun­fan­te, el públi­co asis­te a una deli­cio­sa fábu­la satí­ri­ca que el TNM ha con­se­gui­do mon­tar magníficamente.