De la tinie­bla hacia la luminosidad

HŌTEL SILEN­CE. Cana­dá-Sui­za, 2024. Un film escri­to y diri­gi­do por Léa Pool. 100 minutos

Basa­do en la nove­la Ör de la escri­to­ra islan­de­sa Audur Ava Ólafs­dót­tir, la cineas­ta Léa Pool ofre­ce en Hôtel Silen­ce un buen film que cen­tra la aten­ción en una per­so­na que atra­vie­sa una cri­sis existencial.

Sébas­tien Ricard

En la adap­ta­ción rea­li­za­da por la rea­li­za­do­ra, el pro­ta­go­nis­ta es Jean (Sébas­tien Ricard), un hom­bre de 52 años resi­dien­do en Que­bec, quien se encuen­tra pro­fun­da­men­te depri­mi­do por su recien­te divor­cio; en con­se­cuen­cia no atis­ba otra solu­ción que la de poner fin a su exis­ten­cia. Des­pués de des­pe­dir­se de su ancia­na madre (Loui­se Tur­cot), su adul­ta hija Rose (Cas­san­dre Latrei­lle) y su buen ami­go (Paul Ahma­ra­ni), iem­pren­de un via­je a un país euro­peo que ha sufri­do los emba­tes de una gue­rra que aca­ba de fina­li­zar y que ha deja­do mar­ca­das hue­llas en su población.

Lle­ga­do a des­tino Jean se alo­ja en el hôtel Silen­ce a car­go del joven Zoran (Jules Poi­rier) y de su pri­ma Ana (Lore­na Hands­chin) quen es madre del niño Adam (Sacha Semis Barthes) que a cau­sa del con­flic­to béli­co per­dió el habla. Sin haber­lo ima­gi­na­do la vida de Jean adquie­re un nue­vo sen­ti­do ayu­dan­do a la reno­va­ción del hotel a fin de poder atraer a poten­cia­les turis­tas. Ade­más el depri­mi­do indi­vi­duo sien­te afec­to por el niño a quien ense­ña a dibu­jar y gra­dual­men­te el peque­ño recu­pe­ra su habla. Entre otros aspec­tos, ya más ani­ma­do Jean logra comu­ni­car­se vía inter­net con su hija deján­do­le la impre­sión que habrá de retor­nar a Quebec.

En la rela­ción afec­ti­va man­te­ni­da espe­cial­men­te con Ana, así como el víncu­lo ínti­mo con la repor­te­ra Kris­ti­na (Irè­ne Jacob) y en gene­ral con la gen­te del pue­blo, se obser­va a Jean salir de la tinie­bla para vis­lum­brar la lumi­no­si­dad que habrá de ofre­cer un nue­vo y posi­ti­vo rum­bo a su vida.

Si bien tan­to la nove­la ori­gi­nal como esta ver­sión cine­ma­to­grá­fi­ca no se cen­tran fun­da­men­tal­men­te en la gue­rra, indi­rec­ta­men­te que­da refle­ja­do cómo su secue­la pue­de afec­tar dra­má­ti­ca­men­te a su pobla­ción. Sin duda, este aspec­to tie­ne reso­nan­cia actual si se pien­sa en el con­flic­to béli­co que por más de dos años sufre Ucra­nia, así como la dolo­ro­sa situa­ción que expe­ri­men­ta la pobla­ción de Gaza como con­se­cuen­cia del van­da­lis­mo pro­vo­ca­do por Hamas en Israel.

Glo­bal­men­te con­si­de­ra­do Léa Pool brin­da un sen­si­ble dra­ma valo­ri­za­do por su efi­caz elen­co don­de se des­ta­ca la exce­len­te carac­te­ri­za­ción que Sébas­tien Ricard logra de su con­flic­tua­do per­so­na­je, como asi­mis­mo Lore­na Hands­chin se dis­tin­gue trans­mi­tien­do la cáli­dez de Ana. A ello se agre­ga la bue­na foto­gra­fía de Denis Jutze­ler cap­ta­da en la loca­li­dad de Cer­bè­re, al sur de Fran­cia, don­de trans­cu­rre la acción, así como la agra­da­ble músi­ca del com­po­si­tor Mario Bat­ko­vic. Jor­ge Gutman

Sobre­vi­vir la Vio­len­cia Conyugal

SHAY­DA. Aus­tra­lia, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Noo­ra Nia­sa­ri. 117 minutos

Median­te un rela­to de fic­ción semi auto­bio­grá­fi­co la novel direc­to­ra aus­tra­lia­na-ira­ní Noo­ra Nia­sa­ri abor­da el angus­tio­so pro­ble­ma de sobre­vi­vir la vio­len­cia conyugal.

Seli­na Zahed­nia y Zar Amir Ebrahimi

En un guión que le per­te­ne­ce Nia­sa­ri ambien­ta el rela­to en 1995 pre­sen­tan­do a Shay­da (Zar Amir Ebrahi­mi), una mujer naci­da en Tehe­rán que jun­to con su mari­do Hos­sein (Osa­mah Sami) y su hiji­ta Mona (Seli­na Zahed­nia) están resi­dien­do en Aus­tra­lia; eso es debi­do a que Hos­sein allí estu­dia medi­ci­na y una vez gra­dua­do tie­ne la inten­ción de retor­nar con su fami­lia a Irán. Sin embar­go, Shay­da no pue­de con­ti­nuar tole­ran­do los abu­sos vio­len­tos de su espo­so con vio­la­ción inclui­da y por esa razón ha soli­ci­ta­do el divor­cio que él no le ha concedido.

Esca­pan­do del hogar, madre e hija han logra­do alo­jar­se en un alber­gue de pro­tec­ción para muje­res en don­de Shay­da tra­ta de adap­tar­se a las cos­tum­bres pro­pias de Aus­tra­lia; para ello eli­mi­na el típi­co velo que cubre la cabe­za de las muje­res musul­ma­nas, man­tie­ne suel­to su cabe­llo, deci­de por sí mis­ma cómo ves­tir y en gene­ral aspi­ran­do a una natu­ral inde­pen­den­cia, sin estar suje­ta a la sumi­sión de su dés­po­ta mari­do autoritario.

En el nue­vo hogar super­vi­sa­do por Joy­ce (Leah Pur­cell) Shay­da com­par­te su esta­día con otras muje­res resi­den­tes (Jillian Ngu­yen, Lucin­da Arms­trong Hall, Ev Morey, Bev Killick), quie­nes atra­vie­san pro­ble­mas simi­la­res. Entre­tan­to, debi­do a una deci­sión judi­cial, a Hos­sein le es per­mi­ti­do visi­tar a su hiji­ta y que al no saber el lugar don­de resi­de, Mona es entre­ga­da a su padre en un cen­tro comer­cial don­de Shay­da vive en ten­sión temien­do que su mari­do no devuel­va a la niña.

En el dia­rio vivir, Shay­da man­tie­ne bue­nas migas con Elly (Rina Mou­sav) una com­pa­trio­ta suya que le hace cono­cer a su pri­mo ira­ní Farhad (Mojean Aria) con quien podría atis­bar la posi­bi­li­dad de un víncu­lo román­ti­co, aun­que el incon­ve­nien­te estri­ba en que ella y muy a su pesar, legal­men­te sigue casada.

Intere­san­te obser­var que a pesar de la absor­ción de la cul­tu­ra occi­den­tal, la nos­tal­gia envuel­ve a la comu­ni­dad ira­ní de Aus­tra­lia que inclu­yen­do a Shay­da, sigue man­te­nien­do la iden­ti­dad del país de ori­gen. Así, uno de los momen­tos más ale­gres del rela­to se cen­tra en la cele­bra­ción del año nue­vo per­sa (Now­ruz) con sus dan­zas, can­cio­nes y comi­das típi­cas de Irán.

Con todo, Shay­da no pue­de des­li­gar­se de la ten­sión crea­da por el aco­so de su mari­do que insis­te a que ella vuel­va a estar con él y que pron­to retor­nen a Irán; de nin­gún modo su espo­sa acep­ta esa idea como tam­po­co lo desea Mona que entra­ña­ble­men­te ado­ra a su madre y desea estar jun­to a ella en Australia.

De acuer­do a las mani­fes­ta­cio­nes de pren­sa for­mu­la­das por la cineas­ta, todo su rela­to está ins­pi­ra­do en su pro­pia niñez; naci­da en Irán, a los cin­co años de edad (al igual que el per­so­na­je fic­ti­cio de Mona) vivien­do en Aus­tra­lia pudo apre­ciar la resi­lien­cia y cora­je de su madre, que al igual que muchas muje­res de Irán con­de­na­das al ostra­cis­mo, tra­tó siem­pre de defen­der los dere­chos inhe­ren­tes a todo ser humano.

Resul­ta admi­ra­ble apre­ciar el talen­to de Nia­sa­ri en su ópe­ra pri­ma en la que a tra­vés de una narra­ti­va sen­ci­lla a la vez que atra­pan­te gene­ra un dra­ma alta­men­te sen­si­ble y con­mo­ve­dor. Para ello encon­tró en Ebrahi­mi a la intér­pre­te ideal; tal como lo demos­tró en Holy Spi­der por la que obtu­vo en 2022 el pre­mio de inter­pre­ta­ción feme­ni­na en el fes­ti­val de Can­nes, aquí inclu­so se supera carac­te­ri­zan­do intré­pi­da­men­te a Shay­da. En gene­ral es inob­je­ta­ble la labor de todo el res­to del elen­co, don­de sobre­sa­le la peque­ña Zahed­nia, quien logran­do una total com­pli­ci­dad con Ebrahi­mi des­ti­la sim­pa­tía y ter­nu­ra ani­man­do a la hiji­ta de la protagonista.

En los cré­di­tos fina­les la direc­to­ra dedi­ca la pelí­cu­la a su madre y a todas las valien­tes muje­res y jóve­nes de Irán. Jor­ge Gutman

Un Efi­caz Dra­ma Policial

L’ULTIMA NOT­TE DI AMO­RE. Ita­lia, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Andrea Di Ste­fano. 124 minutos.

Des­pués de haber diri­gi­do dos pelí­cu­las en inglés, Esco­bar: Para­di­se Lost (2014) y The Infor­mer (2019), en L’Ultima Not­te di Amo­re el direc­tor ita­liano Andrea Di Ste­fano lo efec­túa en su país natal y en el idio­ma de Dan­te incur­sio­nan­do en un dra­ma policial.

Pier­fran­ces­co Favino

El pro­ta­go­nis­ta de esta his­to­ria es Fran­co Amo­re (Pier­fran­ces­co Favino), quien se desem­pe­ñó como un cabal poli­cía de Milán duran­te 35 años, man­te­nién­do­se siem­pre lim­pio y sin haber dis­pa­ra­do un solo tiro, jun­to con su cole­ga y gran ami­go Dino (Fran­ces­co Di Leva). En las pri­me­ras esce­nas se ven los pre­pa­ra­ti­vos de una fies­ta sor­pre­sa orga­ni­za­da por su espo­sa Vivia­na (Lin­da Cari­di) para cele­brar esa noche su jubi­la­ción que comen­za­rá al día siguien­te. Cuan­do emo­cio­na­do lle­ga a su casa y se encuen­tra con fami­lia­res y ami­gos don­de inclu­so es salu­da­do a tra­vés del video por su hija mayor que se halla fue­ra del país, Fran­co reci­be un ines­pe­ra­do lla­ma­do tele­fó­ni­co de su supe­rior debi­do a un gra­ve inci­den­te que cobró la vida de Dino.

De inme­dia­to la acción retro­ce­de 10 días don­de se sabrá cuá­les han sido los acon­te­ci­mien­tos que han con­du­ci­do al momen­to actual. Que­da cla­ro que este abne­ga­do poli­cía así como todos sus com­pa­ñe­ros de tra­ba­jo están suje­to a sala­rios bajos, lo que obli­ga a que se deba recu­rrir a labo­res com­ple­men­ta­rias para nive­lar el ingre­so. En el caso de Amo­re se agre­ga el hecho de que a pesar de haber sido hones­to a car­ta cabal, no fue obje­to de pro­mo­ción algu­na en su carre­ra, debi­do a que Cosi­mo (Anto­nio Gerar­di), el pri­mo de su mujer, man­tie­ne nego­cios con per­so­nas vin­cu­la­das con una orga­ni­za­ción cri­mi­nal. Es así que Vivia­na ins­ti­ga a su espo­so para que acep­te una ofer­ta de Cosi­mo para rea­li­zar en esca­sos minu­tos un peque­ño tra­ba­jo ilí­ci­to para unos mafio­sos chi­nos, a cam­bio de una impor­tan­te remu­ne­ra­ción monetaria.

Debi­do a la pre­sión ejer­ci­da por su mujer, con el ries­go de per­der su pen­sión y la de los suyos si se lle­ga a des­cu­brir que está come­tien­do algo ile­gal, Amo­re que­da envuel­to en la mara­ña de un ope­ra­ti­vo que no resul­ta de acuer­do a lo planeado.

Si bien el rea­li­za­dor ha mani­fes­ta­do que no es muy adic­to a las pelí­cu­las de acción, aquí uti­li­za este géne­ro como un medio que per­mi­te gene­rar un thri­ller de con­te­ni­do social. Insu­flan­do una narra­ti­va diná­mi­ca a su rela­to, Di Ste­fano crea la sufi­cien­te ten­sión y sus­pen­so logran­do man­te­ner la intri­ga a lo lar­go de su desarrollo.

En el mar­co de un cali­fi­ca­do elen­co neta­men­te sobre­sa­le la soli­dez inter­pre­ta­ti­va de Favino quien expre­sa con elo­cuen­cia el con­flic­to moral del hones­to guar­dián del orden que por impe­rio de las cir­cuns­tan­cias vul­ne­ra su estric­ta con­duc­ta pro­fe­sio­nal. A su lado, igual­men­te se luce Cari­di ani­man­do a una vivaz mujer cere­bral aun­que no exen­ta de ter­nu­ra y amor hacia su espo­so en quien deci­di­da­men­te influ­ye en las deci­sio­nes que adopta.

La mag­ní­fi­ca foto­gra­fía de Gui­do Miche­lo­ti que median­te un ade­cua­do con­tras­te de luz y som­bra cap­ta las horas noc­tur­nas de Milán así como la per­cu­tan­te músi­ca de San­ti Pul­vi­ren­ti., son ele­men­tos que resal­tan los valo­res del film.

En suma, con una mag­ní­fi­ca pues­ta escé­ni­ca, un efi­cien­te cons­trui­do guión y un com­pe­ten­te elen­co, se apre­cia un efi­caz thri­ller capaz de satis­fa­cer a los cinéfilos.
Jor­ge Gutman

La Rei­na de Mis Sueños

THE QUEEN OF MY DREAMS. Cana­dá 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Faw­zia Mir­za. 97 minutos

La direc­to­ra Faw­zia Mir­za rea­li­za en The Queen of My Dreams su pri­mer lar­go­me­tra­je que está basa­do en su homó­ni­mo cor­to de 2012. Esta come­dia con­tem­pla varios aspec­tos den­tro de los cua­les el tema de la rela­ción con­flic­ti­va entre una madre y su hija adquie­re mayor gravitación.

El guión de Mir­za comien­za en 1999 pre­sen­tan­do a Azra (Amrit Kaur), de 22 años naci­da en Pakis­tán y resi­dien­do en Toron­to. Vivien­do en com­pa­ñía con su ena­mo­ra­da Rachel (Kya Mosey); a ella le mues­tra el film Aradhana, que es su pelí­cu­la favo­ri­ta de Bollywood.

Ham­za Haq y Amrit Kaur

La ambi­ción de Azra es lle­gar a ser actriz, aspec­to que des­agra­da a su madre Mariam (Nim­ra Bucha) quien tam­bién vive en la mis­ma ciu­dad jun­to con su mari­do Has­san (Ham­za Haq); Mariam que es musul­ma­na y estric­ta­men­te con­ser­va­do­ra, cree que su hija debe seguir la tra­di­ción reli­gio­sa y por lo tan­to ser una bue­na pro­fe­san­te de dicha fe, aspec­to que no con­di­ce con el modo de vida libe­ral asu­mi­do por Azra.

Des­pués de cier­to tiem­po de no haber visi­ta­do la tie­rra natal, Mariam y Has­san resuel­ven via­jar a Kara­chi a fin de visi­tar a sus fami­lia­res. Al poco tiem­po sur­ge la nota dra­má­ti­ca cuan­do Azra reci­be la noti­cia de que su padre, con quien siem­pre man­tu­vo un exce­len­te víncu­lo, falle­ció súbi­ta­men­te; en con­se­cuen­cia ella y su her­mano Zahid (Ali A. Kaz­mi) de inme­dia­to par­ten a Pakis­tán para salir al encuen­tro de su madre. Es allí don­de Azra con­fron­ta cos­tum­bres y ritos pro­pios de un país musul­mán que obvia­men­te difie­ren de la cul­tu­ra de la cual ella se impreg­nó en Canadá.

Súbi­ta­men­te el rela­to se tras­la­da a 1969 don­de la joven Mariam (inter­pre­ta­da igual­men­te por Kaur) man­tie­ne una ten­sa rela­ción con su madre Ami­ra (Gul-e-Rana). Eso se pro­du­ce cuan­do ella cono­ce a Has­san y la inten­ción de ambos es la de even­tual­men­te emi­grar a Cana­dá; con lo que Ami­ra no está de acuer­do por­que desea que su hija siga per­ma­ne­cien­do en Pakis­tán, cer­ca de ella. Es así como la difí­cil comu­ni­ca­ción de Azra con Mariam se ase­me­ja a la que su madre expe­ri­men­tó con su abue­la mater­na en el pasado.

La acción aho­ra se des­pla­za a 1989, año en que los padres de Azra se mudan a Cana­dá, resi­dien­do en prin­ci­pio en Nova Sco­tia, don­de la fami­lia debe adap­tar­se a una nue­va for­ma de vida y lograr ser acep­ta­da por una comu­ni­dad emi­nen­te­men­te blan­ca y cris­tia­na. A todo ello la situa­ción entre madre e hija se com­pli­ca más cuan­do Mariam des­cu­bre la orien­ta­ción sexual de Azra, situa­ción que ella rehú­sa acep­tar. En todo caso, no obs­tan­te las dife­ren­cias materno-filial exis­ten­tes, las mis­mas no des­me­dran el amor que en últi­ma ins­tan­cia las une.

La estruc­tu­ra del film es un tan­to caó­ti­ca don­de los sal­tos tem­po­ra­les des­en­fo­can su narra­ti­va dis­mi­nu­yen­do de este modo el impac­to emo­cio­nal. Que­da como sal­do un imper­fec­to aun­que acep­ta­ble rela­to sobre iden­ti­dad cul­tu­ral, reli­gión y el pro­ce­so de madu­rez vivi­do por sus pro­ta­go­nis­tas; a ello se agre­ga algu­nos temas de músi­ca y dan­za que dis­fru­ta­rán los afi­cio­na­dos a los fil­mes de Bolly­wood. Otro de los ele­men­tos favo­ra­bles del film resi­de en la caris­má­ti­ca y genui­na actua­ción de Kaur y de la vete­ra­na Bucha carac­te­ri­zan­do acer­ta­da­men­te sus com­ple­jos per­so­na­jes. Jor­ge Gutman

Un Gran Arqui­tec­to Italiano

BORRO­MI­NI AND BER­NI­NI. THE CHA­LLEN­GE FOR PERFECTION

El docu­men­tal Ita­liano Borro­mi­ni y Ber­ni­ni. El Desa­fío por la Per­fec­ción del rea­li­za­dor Gio­van­ni Troi­lo per­mi­te aden­trar­se en la per­so­na­li­dad del gran arqui­tec­to ita­liano Fran­ces­co Borro­mi­ni (1599 – 1667), con­si­de­ra­do como uno de los máxi­mos expo­nen­tes del barro­co romano.

Con el libre­to de Luca Lan­ci­se, el docu­men­ta­lis­ta rela­ta la revo­lu­ción arqui­tec­tó­ni­ca lle­va­da a cabo por este genio que cam­bió para siem­pre la fiso­no­mía de la ciu­dad de Roma.

Borro­mi­ni adop­ta un desa­fío per­so­nal tenien­do la humil­dad de apren­der del pasa­do para rein­ven­tar el futu­ro y la valen­tía de lle­var a cabo una idea a cual­quier pre­cio con tal de con­cre­tar su sue­ño de con­quis­tar artís­ti­ca­men­te a la ciu­dad eter­na. El esti­lo de este soli­ta­rio maes­tro se carac­te­ri­za por ser dife­ren­te de sus con­tem­po­rá­neos, des­ti­lan­do una auto­ri­dad de aus­te­ra espi­ri­tua­li­dad con alu­sio­nes evo­can­do el infinito.

A su vez el film con­si­de­ra la extre­ma riva­li­dad exis­ten­te entre Borro­mi­ni y el escul­tor, arqui­tec­to, y pin­tor ita­liano Gian Loren­zo Ber­ni­ni (1598 – 1680), que si bien en un comien­zo Borro­mi­ni fue su asis­ten­te al poco tiem­po se gene­ró una ene­mis­tad que dura­ría toda la vida. Lo curio­so es que Borro­mi­ni fue asi­mis­mo el rival de sí mis­mo en la medi­da que estan­do pro­fun­da­men­te invo­lu­cra­do en su arte, su demo­nio inte­rior lo devo­ró pre­fi­rien­do optar por la muer­te, a fin de ganar eternidad.

El film se valo­ri­za con la par­ti­ci­pa­ción de Jaco­po Olmo Anti­no­ri, Pie­ran­ge­lo Men­ci, Anto­nio Lan­ni y Vale­ria Cavaliere.

Este docu­men­tal de 105 minu­tos será exhi­bi­do en su ver­sión ori­gi­nal ita­lia­na con sub­tí­tu­los en inglés en selec­tas salas de Cine­plex el 24 y el 25 de mar­zo de 2024.