EL 77º Fes­ti­val de Cannes

Cró­ni­ca de José Ridoutt Polar

Des­pués de un año en el que batió todos los récords con su pelí­cu­la Bar­bie, la direc­to­ra, guio­nis­ta y actriz esta­dou­ni­den­se Gre­ta Ger­wig pre­si­di­rá el jura­do del 77º Fes­ti­val de Can­nes, que se cele­bra­rá del 14 al 25 de mayo de 2024.

Gre­ta Ger­wig, una heroí­na de nues­tros tiem­pos moder­nos, revo­lu­cio­na el sta­tus quo entre una indus­tria cine­ma­to­grá­fi­ca alta­men­te codi­fi­ca­da y una era que exi­ge una mayor expansión.

Grea­ta Gerwig

Me encan­tan las pelí­cu­las, me encan­ta hacer­las, me encan­ta ver­las, me encan­ta hablar de ellas. Como ciné­fi­lo, Can­nes siem­pre ha sido el pinácu­lo de lo que pue­de ser el len­gua­je uni­ver­sal del cine. Estar en un lugar vul­ne­ra­ble, en un cine oscu­ro lleno de extra­ños, ver una pelí­cu­la nue­va es mi lugar favo­ri­to. Me sien­to ató­ni­to, emo­cio­na­do y hon­ra­do de ser pre­si­den­te del jura­do del Fes­ti­val de Cine de Can­nes. ¡No pue­do espe­rar a ver qué via­jes nos depa­ran a todos!”.

En menos de quin­ce años, Gre­ta Ger­wig ha gana­do reco­no­ci­mien­to en el cine ame­ri­cano y mun­dial. Ori­gi­na­ria de Sacra­men­to, Cali­for­nia, pero neo­yor­qui­na de adop­ción, ella, que soña­ba con ser dra­ma­tur­ga, ha tra­za­do su pro­pio camino, con cohe­ren­cia y gus­to por el ries­go, hacia las cimas de la brillantez.

Ayer, emba­ja­do­ra del cine inde­pen­dien­te esta­dou­ni­den­se, hoy en la cima del éxi­to de taqui­lla mun­dial, Gre­ta Ger­wig logra com­bi­nar lo que antes se con­si­de­ra­ba incom­pa­ti­ble: ofre­cer super­pro­duc­cio­nes de autor, redu­cir la bre­cha entre el arte y la indus­tria, explo­rar temas con­tem­po­rá­neos con habi­li­dad como así como pro­fun­di­dad, y decla­ran­do su exi­gen­te ambi­ción artís­ti­ca des­de den­tro de un mode­lo eco­nó­mi­co que abra­za para apro­ve­char­lo mejor.

Ya sea actuan­do, escri­bien­do o diri­gien­do, su queha­cer artís­ti­co tie­ne leit­mo­tiv recu­rren­tes, como la agi­ta­ción fami­liar, los ritos de ini­cia­ción ado­les­cen­tes, el mie­do a la pér­di­da de esta­tus social o la emer­gen­cia de una voca­ción artís­ti­ca a tra­vés de per­so­na­jes libres, a veces frá­gi­les y mar­gi­na­les, pero tam­bién feroz.

Gre­ta Ger­wig comen­zó como actriz y se trans­for­mó en guio­nis­ta tra­ba­jan­do en una varie­dad de pro­yec­tos. Coes­cri­bió Han­nah Takes the Stairs (2007) y Nights and Wee­kends (2008), que tam­bién codi­ri­gió, lue­go Fran­ces Ha (2012), Mis­tress Ame­ri­ca (2015) y, por supues­to, Bar­bie con Noah Baum­bach, su cóm­pli­ce en el arte.

Su pri­mer tra­ba­jo en soli­ta­rio, Lady Bird (2017), un retra­to sor­pren­den­te, tierno y melan­có­li­co de los tor­men­tos de la ado­les­cen­cia, fue nomi­na­do a cin­co pre­mios de la Aca­de­mia, inclui­do el de Mejor Director.

Para su segun­da pelí­cu­la, Gre­ta Ger­wig reto­mó ambi­cio­sa­men­te el clá­si­co de la lite­ra­tu­ra esta­dou­ni­den­se de 1868 de Loui­sa May Alcott, Mujer­ci­tas, de nue­vo con la inten­ción de dar una nue­va mira­da a todas las pro­ta­go­nis­tas feme­ni­nas de la his­to­ria, para exa­mi­nar mejor su eman­ci­pa­ción en un mun­do domi­na­do por los hom­bres. En una doble lec­tu­ra, la direc­to­ra tam­bién empren­de un sutil examen de su pro­pio lugar den­tro del sis­te­ma cine­ma­to­grá­fi­co y de los com­pro­mi­sos nece­sa­rios en tér­mi­nos de éxi­to comer­cial para atraer a un públi­co masivo.

Final­men­te, su últi­mo lar­go­me­tra­je, estre­na­do en julio de 2023, el tor­na­do que es Bar­bie, abre el mis­mo sur­co de mane­ra aún más espec­ta­cu­lar, al enfren­tar­se a ese ído­lo ambi­va­len­te de las niñas peque­ñas, sím­bo­lo de la mujer-obje­to, pero tam­bién de mujer eman­ci­pa­da. En esta feroz sáti­ra sobre la con­di­ción huma­na, Gre­ta Ger­wig abor­da el sexis­mo coti­diano y los este­reo­ti­pos con ale­gre inten­ción. Bar­bie, un fenó­meno cul­tu­ral inter­na­cio­nal, es el mayor éxi­to del año y ha con­ver­ti­do a Gre­ta Ger­wig en la direc­to­ra de cine más ren­ta­ble de la historia.

La pri­me­ra direc­to­ra esta­dou­ni­den­se en asu­mir el car­go de pre­si­den­ta del jura­do del Fes­ti­val de Can­nes, Gre­ta Ger­wig, a los 40 años, aña­de otro récord a su con­si­de­ra­ble pal­ma­rés: el de con­ver­tir­se en la per­so­na más joven en asu­mir esa tarea des­de Sofia Loren solo tenía 31 años en 1966 y la segun­da direc­to­ra des­de Jane Cam­pion en 2014; y la segun­da mujer esta­dou­ni­den­se des­pués de Oli­via de Havi­lland y la pri­me­ra mujer pre­si­den­ta del jura­do en 1965.

Es una elec­ción obvia, ya que Gre­ta Ger­wig encar­na con tan­ta auda­cia la reno­va­ción del cine mun­dial, del que Can­nes es cada año pre­cur­sor y caja de reso­nan­cia”, afir­ma­ron Iris Kno­bloch, pre­si­den­ta del fes­ti­val, y Thierry Fré­maux, dele­ga­do gene­ral. “Más allá del Sép­ti­mo Arte, ella es tam­bién la repre­sen­tan­te de una épo­ca que está rom­pien­do barre­ras y mez­clan­do géne­ros, ele­van­do así los valo­res de la inte­li­gen­cia y el humanismo”.

Cine­ma­nia 2023

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

He aquí los comen­ta­rios de 7 fil­mes vis­tos en el fes­ti­val Cine­ma­nia que tie­ne lugar en Mon­treal has­ta el 12 de noviembre.

Hors Sai­son /Out of Sea­son (Fran­cia)

Dejan­do esta vez de lado el cine social que Stépha­ne Bri­zé muy bien ha tra­ta­do en varias de sus pelí­cu­las, aho­ra cam­bia de tono abor­dan­do una nos­tál­gi­ca come­dia román­ti­ca basa­da en el guión que com­par­te con Marie Drucker.

Hors Sai­son /Out of Season

El rela­to pre­sen­ta a Mathieu (Gui­llau­me Canet) un repu­tado actor de cine que habien­do deci­di­do actuar por pri­me­ra vez como pro­ta­go­nis­ta en una pro­duc­ción tea­tral en París, a cua­tro sema­nas antes del estreno deja el ensa­yo en ban­da para alo­jar­se por una sema­na en un hotel spa ubi­ca­do en una ciu­dad cos­te­ra de la Bre­ta­ña fran­ce­sa. Dado su esta­do de exte­nua­ción y con­si­de­ra­ble ansie­dad, allí espe­ra bene­fi­ciar­se con la tala­so­te­ra­pia, un espe­cial méto­do tera­péu­ti­co que el hotel le ofrece.

El áni­mo de Mathieu se res­ta­ble­ce cuan­do reci­be la ines­pe­ra­da visi­ta de Ali­ce (Alba Rohr­wa­cher) que habi­ta en esa región don­de 16 años atrás exis­tió entre ambos una bre­ve aun­que inten­sa rela­ción sen­ti­men­tal cuan­do él estu­vo allí y todo aca­bó cuan­do dejó el lugar para pro­se­guir su carre­ra cinematográfica.

En el pri­mer reen­cuen­tro cada uno se impo­ne de la vida del otro y así se sabe que Ali­ce está casa­da con un médi­co y con­se­je­ro local (Sha­rif Andou­ra), en tan­to que ella tra­ba­ja en una resi­den­cia de ancia­nos y tie­ne una hija ado­les­cen­te (Emma Bois­sard Pau­me­lle). Por su par­te él le cuen­ta que está casa­do con su mujer perio­dis­ta (Marie Duc­ker) que no pudo acom­pa­ñar­lo por razo­nes de tra­ba­jo y que es igual­men­te padre de un hijo.

No es nece­sa­rio ser cla­ri­vi­den­te para ima­gi­nar que don­de hubo fue­go ceni­zas que­dan y que el amor de anta­ño será revi­vi­do. No obs­tan­te la pre­vi­si­bi­li­dad de la his­to­ria, Bri­zé la tra­ta con afec­to y ter­nu­ra y al hacer­lo trae el recuer­do de otros fil­mes de simi­lar temá­ti­ca como por ejem­plo lo ha sido Un hom­me et une fem­me (1966) de Clau­de Lelouch.

Esen­cial­men­te esta pelí­cu­la está cen­tra­da en sus dos per­so­na­jes pro­ta­gó­ni­cos y en ese aspec­to tan­to Canet como Rohr­wa­cher se des­ta­can por la auten­ti­ci­dad que brin­dan a sus per­so­na­jes per­mi­tien­do que resul­te creí­ble el amor rena­ci­do entre ellos. Sin pre­ten­cio­si­dad algu­na, Bri­zé logra que este melo­dra­ma con sabor agri­dul­ce resul­te agra­da­ble de contemplar.

Rien à per­dre (Fran­cia)

En su debut como rea­li­za­do­ra Delphi­ne Delo­get demues­tra un talen­to inusual abor­dan­do el deli­ca­do tema de una madre luchan­do por la tenen­cia de su hijo.

Aso­cian­do ese film a los muchos que el gran direc­tor Ken Loach ha ofre­ci­do en su com­pro­me­ti­do cine social, la novel direc­to­ra con­mue­ve en la his­to­ria que rela­ta basa­da en su guión con­ce­bi­do con Cami­lle Fon­tai­ne y Oli­vier Demangel.

Rien à perdre

La acción que trans­cu­rre en Brest pre­sen­ta a Syl­vie (Vir­gi­nie Efi­ra), una mujer viu­da y madre de Jean-Jac­ques (Felix Léfeb­vre) de 15 años y Sofia­ne (Ale­xis Tonet­ti) de 8 años quie­nes con­for­man una fami­lia uni­da. Tra­ba­jan­do en horas noc­tur­nas en un bar, duran­te el día debe ocu­par­se de sus hijos así como a veces de su her­mano Her­vé (Arieh Worthal­ter) poco responsable.

El dra­ma se pre­sen­ta cuan­do estan­do ella ausen­te, Jean-Jac­ques tras­la­da al hos­pi­tal a su her­mano Sofia­ne al haber sufri­do que­ma­du­ras mien­tras pre­pa­ra­ba papas fri­tas en la coci­na, cau­san­do asi­mis­mo un peque­ño incen­dio. De inme­dia­to la noti­cia tras­cien­de y en con­se­cuen­cia se hace pre­sen­te el ser­vi­cio de pro­tec­ción al menor repre­sen­ta­do por una insen­si­ble ofi­cial (India Hair); eso moti­va a que el niño sea des­ti­na­do a vivir en un hogar de aco­gi­da. No vale la súpli­ca de Syl­vie demos­tran­do cuan­to quie­re y cui­da de sus hijos, no obs­tan­te el acci­den­te cita­do; pero cuan­to más per­sis­te las cosas se com­pli­can para ella a pesar de estar auxi­lia­da por una abo­ga­da (Audrey Mikon­do) y de su otro her­mano Alain (Mathieu Demy) a fin de recu­pe­rar la cus­to­dia de Sofiane.

Sin ape­lar a sen­si­ble­ros recur­sos emo­cio­na­les, Delo­get per­mi­te que su film tras­cien­da fuer­te­men­te en la crí­ti­ca que efec­túa al sis­te­ma judi­cial impe­ran­te en la medi­da que la buro­cra­cia ins­ti­tu­cio­nal per­ma­ne­ce cie­ga e igno­ran­te de cuá­les son los ver­da­de­ros intere­ses del niño.

Si el con­te­ni­do de este dra­ma es deci­di­da­men­te atrac­ti­vo, su valor se enri­que­ce por la des­ta­ca­da inter­pre­ta­ción de Vir­gi­nie Efi­ra; la actriz que hoy día es una de las más renom­bra­das de la cine­ma­to­gra­fía fran­ce­sa al supe­rar­se a sí mis­ma en cada una de sus apa­ri­cio­nes. Aquí trans­mi­te con elo­cuen­cia el tre­men­do esfuer­zo rea­li­za­do por una madre que has­ta lle­ga a per­der el con­trol de sí mis­ma al tra­tar de tener nue­va­men­te al peque­ño en su hogar.

En suma, esta pelí­cu­la de pro­fun­do con­te­ni­do huma­nis­ta cala hon­do en el áni­mo del espec­ta­dor y por su remar­ca­ble rea­li­za­ción cons­ti­tu­ye una exce­len­te car­ta de pre­sen­ta­ción para nue­vos pro­yec­tos de la novel cineasta.

Un Silen­ce (Bél­gi­ca)

El rea­li­za­dor Joa­chim Lafos­se que en su fil­mo­gra­fía ha con­si­de­ra­do las com­ple­jas rela­cio­nes que se esta­ble­cen en el seno de una fami­lia, aquí vuel­ve a con­si­de­rar este tópi­co a tra­vés de una narra­ción frag­men­ta­da aun­que a la pos­tre muy bien estructurada.

Un Silen­ce

La his­to­ria de Lafos­se y Tho­mas van Zuy­len está basa­da en la ver­da­de­ra tra­ge­dia acon­te­ci­da en Bél­gi­ca en la déca­da del 90 cuan­do Marc Paul Alain Dutroux adqui­rió tris­te noto­rie­dad como vio­la­dor de meno­res y en don­de el abo­ga­do Vic­tor His­sel gra­vi­tó para que el impla­ca­ble pede­ras­ta fue­se condenado.

En esta fic­ción el rela­to comien­za cuan­do Astrid Schaar (Emma­nue­lle Devos) se encuen­tra en una esta­ción poli­cial sien­do inte­rro­ga­da por una ins­pec­to­ra (Jean­ne Cherhal) debi­do a que Raphaël (Matthieu Galo­ux), el hijo adop­ti­vo de la fami­lia, tra­tó de matar a su mari­do abo­ga­do Fra­nçois Schaar (Daniel Auteuil). De aquí en más, se pasa revis­ta a lo que Astrid rela­ta; así se sabe que ella ha esta­do uni­da con su mari­do por espa­cio de tres déca­das y que al igual que el real His­sel él se dedi­ca a defen­der a los padres de meno­res que han sido víc­ti­mas de ines­cru­pu­lo­sos asal­tan­tes sexua­les; ade­más del hijo adop­ti­vo la pare­ja tie­ne la adul­ta hija bio­ló­gi­ca Caro­li­ne (Loui­se Che­vi­llot­te), la hija bio­ló­gi­ca que no vive en el hogar y man­tie­ne dis­tan­cia de los suyos por un omi­no­so silen­cio man­te­ni­do en el seno familiar.

Al pro­me­diar el rela­to, se va des­cu­brien­do el moti­vo que impul­só a Raphaël para aten­tar con­tra la vida de su pro­ge­ni­tor. Por razo­nes de dis­cre­ción es mejor no reve­lar­lo sal­vo seña­lar cómo los abu­sos de padres hacia hijos inde­fen­sos pue­den reper­cu­tir dejan­do lesio­nes trau­má­ti­cas a tra­vés de los años.

Median­te la diná­mi­ca inter­re­la­ción entre los miem­bros de la fami­lia Schaar, se asis­te a un esca­bro­so dra­ma fami­liar en don­de una vez más el talen­to­so Lafos­se demues­tra su nota­ble domi­nio en la narra­ción de una his­to­ria que con el res­pal­do de su impe­ca­ble elen­co man­tie­ne una apa­sio­nan­te intri­ga has­ta la esce­na final.

Making of (Fran­cia)

Las vici­si­tu­des que acon­te­cen duran­te la fil­ma­ción de una pelí­cu­la es lo que Cedric Kahn tra­ta en esta alo­ca­da comedia.

Making of

Simon (Denis Podaly­des) es un reco­no­ci­do cineas­ta que está diri­gien­do una pelí­cu­la de carác­ter social; su tema se cen­tra en la huel­ga de obre­ros ocu­pan­do la fábri­ca en que tra­ba­jan por­que la mis­ma está a pun­to de cerrar. El cli­ma crea­do entre los tra­ba­ja­do­res asu­me un carác­ter caó­ti­co y no se dife­ren­cia mucho con res­pec­to a la situa­ción real que viven en el set de fil­ma­ción los inte­gran­tes del elenco.

El roda­je alcan­za un momen­to ten­so cuan­do los finan­cis­tas del film acom­pa­ña­dos de un cola­bo­ra­dor pro­duc­tor (Xavier Beau­vois) no están de acuer­do con el des­en­la­ce del film y deci­den reti­rar su apo­yo si Simon no lo modi­fi­ca, aspec­to al cual él se opo­ne por­que no está dis­pues­to a efec­tuar cam­bio alguno.

Para­le­la­men­te el cineas­ta de la fic­ción debe sopor­tar a Alain (Jonathan Cohen), el inso­por­ta­ble y arro­gan­te pro­ta­go­nis­ta del film quien riva­li­za con Nadia (Souhei­la Yacoub), una talen­to­sa nue­va actriz que par­ti­ci­pa en la pelí­cu­la; ade­más Simon debe enfre­nar los pro­ble­mas per­so­na­les con su espo­sa Ali­ce (Valé­rie Donzelli).

A todo ello, lle­ga al set de fil­ma­ción Joseph (Ste­fan Cre­pon) un aspi­ran­te a cineas­ta que vive en la región a quien Simon le da la opor­tu­ni­dad de que fil­me el “making of” que impli­ca todo lo que acon­te­ce detrás de la cáma­ra mien­tras se efec­túa el rodaje.

Dada la situa­ción impe­ran­te urge encon­trar nue­vas fuen­tes de finan­cia­mien­to, en tan­to que la pro­duc­to­ra Vivian (Emma­nue­lle Ber­cot) debe hacer mila­gros para que el roda­je pro­si­ga recor­tan­do esce­nas y man­te­nien­do atra­sa­dos los sala­rios de las per­so­nas invo­lu­cra­das en el equi­po de filmación.

Si bien resul­ta intere­san­te la pre­mi­sa de Making of, ilus­tran­do el caos que acon­te­ce duran­te el roda­je del film, suce­de que resul­ta difí­cil dis­tin­guir en cier­tas secuen­cias la fic­ción de la real anar­quía sus­ci­ta­da entre los miem­bros del elenco.

Más allá de algu­nas secuen­cias secun­da­rias inne­ce­sa­rias, como es el caso del roman­ce que sur­ge entre Nadia y Joseph, la come­dia de Kahn resul­ta entre­te­ni­da a la vez que per­mi­te apre­ciar los pro­ble­mas que van sur­gien­do duran­te el pro­ce­so de crea­ción de un film, sobre todo cuan­do se pre­sen­tan los emba­ra­zo­sos pro­ble­mas de financiamiento.

La fian­cée du poè­te (Bél­gi­ca-Fran­cia)

La apre­cia­da actriz bel­ga Yolan­de Moreau se ubi­ca por ter­ce­ra vez detrás de la cáma­ra para ofre­cer una encan­ta­do­ra come­dia don­de tam­bién asu­me el rol pro­ta­gó­ni­co. Con sen­ci­llez y sin gran­di­lo­cuen­cia algu­na resul­ta muy fácil empa­ti­zar con los per­so­na­jes que ema­nan del guión escri­to por ella jun­to con Fré­dé­ri­que Moreau.

La fian­cée du poète

El rela­to pre­sen­ta a Mirei­lle (Moreau), una aman­te de la pin­tu­ra y la poe­sía, quien des­pués de una lar­ga ausen­cia retor­na a su hogar natal don­de se hace car­go de la vetus­ta man­sión fami­liar que ella ha here­da­do encon­trán­do­la muy aban­do­na­da y con la nece­si­dad de refac­cio­nar­la. Con un modes­to tra­ba­jo en la cafe­te­ría del museo de Char­le­vi­lle, ella tra­ta de aumen­tar su pre­su­pues­to con la reven­ta de paque­tes de ciga­rri­llos y de papel higié­ni­co que a veces sus­trae de los baños públicos.

A suge­ren­cia del afa­ble clé­ri­go local (William She­ller) ella sigue su con­se­jo de alqui­lar algu­nas de las habi­ta­cio­nes de su casa para con el dine­ro obte­ni­do poder vivir con mayor con­fort. Es así que su vida soli­ta­ria ten­de­rá a cam­biar con la lle­ga­da de tres loca­ta­rios. Uno de ellos es Ber­nard (Gré­gory Gade­bois), el jar­di­ne­ro muni­ci­pal que lle­va una doble vida; otro es Elvis (Esté­ban), un refu­gia­do que Mirei­lle encuen­tra en su jar­dín y el ter­ce­ro es el joven Cyril (Tho­mas Guy) quien ella lo ubi­có en la escue­la de bellas artes don­de él como afi­cio­na­do pin­tor se dedi­ca a efec­tuar repro­duc­cio­nes de con­sa­gra­dos maes­tros del arte.

De esta mane­ra Mirei­lle logra con­for­mar una fami­lia sin­gu­lar que le ofre­ce nue­vo alien­to en su vida. Lo intere­san­te es que sus inqui­li­nos asu­men per­so­na­li­da­des dife­ren­tes don­de cada uno de los mis­mos con­ser­va secre­tos. En todo caso, lo cier­to es que las situa­cio­nes gra­cio­sas a la vez que excén­tri­cas que se pro­du­cen duran­te esa con­vi­ven­cia fami­liar gene­ran un buen humor capaz de ele­var el áni­mo de Mirei­lle. A todo ello, para su gran sor­pre­sa ines­pe­ra­da­men­te arri­ba Fer­nan­do (Ser­gi López), un anti­guo amor que la había trai­cio­na­do al asu­mir la iden­ti­dad de un famo­so poeta.

Como si se tra­ta­ra de una fan­ta­sía nutri­da de ver­da­des y men­ti­ras, lo cier­to es que Moreau ha logra­do una encan­ta­do­ra fábu­la que des­ti­la con­si­de­ra­ble ter­nu­ra resal­tan­do el espí­ri­tu de con­fra­ter­ni­dad y soli­da­ri­dad que se esta­ble­ce entre sus per­so­na­jes; ese aspec­to es alta­men­te recon­for­tan­te den­tro de un mun­do pre­do­mi­nan­te­men­te individualista.

Les Âmes sœurs (Fran­cia)

El renom­bra­do cineas­ta André Téchi­ne quien en gran par­te de su fil­mo­gra­fía ha abor­da­do auda­ces temas, en su recien­te tra­ba­jo nue­va­men­te con­si­de­ra un dra­ma des­es­ta­bi­li­za­dor a tra­vés de la espe­cial rela­ción que se esta­ble­ce entre dos hermanos.

Les Âmes sœurs

La his­to­ria idea­da por Téchi­ne y Cédric Anger comien­za con una bre­ve esce­na de gue­rra en Mali don­de par­ti­ci­pa el sol­da­do fran­cés David (Ben­ja­min Voi­sin). Lue­go de una seve­ra explo­sión del vehícu­lo en que se encuen­tra, de inme­dia­to se lo ve repa­tria­do a un hos­pi­tal de París en esta­do de coma. Es allí don­de acu­de su her­ma­na Jean­ne (Noé­mie Mer­lant), que vive en la zona de los Piri­neos, para estar en los pri­me­ros días jun­to a él. Es asom­bro­so apre­ciar la minu­cio­si­dad de la aten­ción médi­ca dedi­ca­da al pacien­te en las mar­ca­das heri­das sufri­das en su cuer­po como asi­mis­mo para que pue­da emer­ger de su coma. Pasa­do varios meses de hos­pi­ta­li­za­ción el pacien­te des­pier­ta pero sin poder acce­der a la memo­ria con ante­la­ción a su accidente.

Con inmen­sa pacien­cia y devo­ción, una vez que David retor­na al lugar don­de habi­ta su her­ma­na, Jean­ne tra­ta de ir des­per­tan­do en él los hechos que vivió en el pasa­do como asi­mis­mo actúa a modo de enfer­me­ra a fin de cica­tri­zar sus heri­das duran­te su convalecencia.

A medi­da que el tiem­po trans­cu­rre, David par­cial­men­te retor­na a su pre­via exis­ten­cia así como se pro­du­ce un sen­ti­mien­to que exce­de lo mera­men­te fra­ter­nal. Mien­tras que en prin­ci­pio él igno­ra que se tra­ta de su her­ma­na, ella es cons­cien­te de la situa­ción y es allí don­de se lle­ga a des­cu­brir que ambos man­tu­vie­ron en el pasa­do una situa­ción inces­tuo­sa. En con­se­cuen­cia, mien­tras que Jean­ne tra­ta de repri­mir sus deseos, su her­mano desea con­su­mar nue­va­men­te el prohi­bi­do amor.

El octo­ge­na­rio rea­li­za­dor logra infun­dir con­si­de­ra­ble ten­sión a la rela­ción inces­tuo­sa, la cual es favo­re­ci­da por la auten­ti­ci­dad en que Mer­lant y Voi­sin trans­mi­ten el sen­ti­mien­to de amor de sus per­so­na­jes. Entre otros acto­res del repar­to par­ti­ci­pan en roles de apo­yo André Mar­con ani­man­do al pro­pie­ta­rio de la casa que Jean­ne arrien­da y Audrey Dana como la alcal­de­sa local.

Entre los fac­to­res téc­ni­cos de pro­duc­ción cabe des­ta­car la logra­da foto­gra­fía de Geor­ges Lechap­tois cap­tan­do la belle­za de las mon­ta­ñas y lagos de los Pirineos.

Sien­do el inces­to un tópi­co urti­can­te es loa­ble la for­ma en que Téchi­ne lo enca­ra en la medi­da que su narra­ti­va per­mi­te gene­rar legí­ti­ma emo­ción sin des­bor­dar en un gra­tui­to sensacionalismo.

Il pleut dans la mai­son (Bél­gi­ca-Fran­cia)

Con el ante­ce­den­te de su muy buen docu­men­tal Petit Same­di (2017), la cineas­ta bel­ga Palo­ma Ser­mon-Daî debu­ta en el lar­go­me­tra­je de fic­ción con este film enfo­can­do la situa­ción vivi­da por dos adolescentes.

Il pleut dans la maison

El guión de la direc­to­ra ambien­ta la acción en un lugar turís­ti­co de la pro­vin­cia de Wallo­nia don­de en una casa bas­tan­te veni­da a menos habi­tan Pur­dey (Pur­dey Lom­bet) pró­xi­ma a cum­plir 18 años, su her­mano menor, Makenzy (Makenzy Lam­bet) de 15 años y la madre Ley­la (Loui­se Man­teau). El cua­dro fami­liar no es muy armo­nio­so en la medi­da que Ley­la es una mujer adic­ta al alcohol y con fre­cuen­cia se ausen­ta del hogar dejan­do a sus hijos a la deri­va dado que no hay un padre que se res­pon­sa­bi­li­ce por ellos.

Lejos de la segu­ri­dad y pro­tec­ción mater­nal, los her­ma­nos tra­tan de apro­ve­char sus vaca­cio­nes esti­va­les de la mejor for­ma posi­ble, en tan­to que entre ellos exis­te un sóli­do lazo fra­ter­nal. Tra­tan­do de dejar de lado la vida poco exci­tan­te que atra­vie­san, Pur­dey que tra­ba­ja como emplea­da de lim­pie­za para obte­ner un míse­ro ingre­so, avi­zo­ra la idea de alqui­lar un lugar don­de alo­jar­se para vivir con su her­mano y apar­tar­se de su madre; cla­ro está que para Pur­ley no resul­ta fácil deci­dir en tener que dejar sus estu­dios de lado y pos­ter­gar su sue­ños de lle­gar a ser enfermera.

Con mucha suti­le­za, la rea­li­za­do­ra abor­da deli­ca­da­men­te ese perío­do de tran­si­ción de la ado­les­cen­cia hacia la vida adul­ta y en tal sen­ti­do ha con­ta­do como pro­ta­go­nis­tas a dos her­ma­nos de la vida real, por lo que obvia­men­te no han teni­do difi­cul­tad para carac­te­ri­zar con total auten­ti­ci­dad sus res­pec­ti­vos per­so­na­jes. En el bre­ve repar­to par­ti­ci­pan ade­más Ami­ne Habi­dou como el inte­rés román­ti­co de Pur­dey y Dono­van Nizet como el ami­go de corre­rías de Makenzy.

Cier­ta­men­te el tema abor­da­do por Ser­mon-Daî no es nove­do­so pero lo que dis­tin­gue a este film es el retra­to rea­lis­ta que ella efec­túa de dos seres que deben con­vi­vir en un medio pre­ca­rio y sin mucho ali­cien­te de que la situa­ción tien­da a mejorar.

.

Fes­ti­val de Cine Francófono

UNA NUE­VA EDI­CIÓN DE CINEMANIA

Resal­tan­do una vez más la impor­tan­cia de la fran­co­fo­nía inter­na­cio­nal en Que­bec, la cual se refle­ja per­ma­nen­te­men­te en la cine­ma­to­gra­fía de esta pro­vin­cia, se ini­cia la 29ª edi­ción de CINE­MA­NIA con una atrac­ti­va selec­ción ecléc­ti­ca de 101 fil­mes habla­dos en fran­cés y sub­ti­tu­la­dos en inglés, ade­más de 15 even­tos especiales..

La mues­tra que se desa­rro­lla­rá des­de el 1 has­ta el 12 de noviem­bre se inau­gu­ra con Le Pro­cès Gold­man que ha sido el film de aper­tu­ra de la Quin­ce­na de Cineas­tas de Can­nes; esta pelí­cu­la que gira en torno del cri­mi­nal Pie­rre Gold­man juz­ga­do en 1976 será exhi­bi­da con la pre­sen­cia de su rea­li­za­dor Cédric Kahn. El film que clau­su­ra­rá el Fes­ti­val es Second tour, come­dia dra­má­ti­ca diri­gi­da e inter­pre­ta­da por Albert Dupon­tel cuyo tema se cen­tra en torno de una perio­dis­ta (Céci­le de Fran­ce) en des­gra­cia que es soli­ci­ta­da para seguir la cam­pa­ña pre­si­den­cial del can­di­da­to favo­ri­to (Dupoin­tel) quien es un novi­cio en mate­ria política.

SECOND TOUR

La des­ta­ca­da actriz Emma­nue­lle Béart esta­rá pre­sen­te en el fes­ti­val pre­si­dien­do con el renom­bra­do rea­li­za­dor Phi­lip­pe Falar­deau el jura­do de la com­pe­ten­cia ofi­cial Visa­ges de la fran­copho­nie, en la que par­ti­ci­pan 10 títu­los. Ade­más de Le Pro­cès Gold­man, figu­ran, Àma Glo­ria ( Marie Amma­chou­ke­li), Ani­ma­lia (Sofia Alaoui), Fou­dre (Car­men Jaquier), Il pleut dans la mai­son (Palo­ma Ser­mon Dai), L’île rou­ge (Robin Cami­llo), Lais­sez-moi (Maxi­me Rap­paz), Quit­ter la nuit (Delphi­ne Girard), Rosa­lie (Stépha­nie Di Gius­to) y Sages-fem­mes (Léa Fehner).

ANI­MA­LIA

Cine de Quebec

La remar­ca­ble cine­ma­to­gra­fía de Que­bec esta­rá repre­sen­ta­da por ocho fil­mes en com­pe­ti­ción sien­do algu­nos de los mis­mos Kana­val (Hen­ri Par­do), Le Suc­ces­seur (Xavier Legrand) con la pre­sen­cia del equi­po del film, Quit­ter la nuit (Délphi­ne Girard), y Tu ne sau­rais jamais (Robin Aubert).

Docu­men­ta­les.

En el cine de no fic­ción se des­ta­ca Sur l’Adamant (Nico­las Phi­lli­bert) que ha sido galar­do­na­do con el Oso de Oro en el Fes­ti­val de Ber­lín; asi­mis­mo se verá Par couers (Benoît Jac­quot) con la par­ti­ci­pa­ción de Isa­be­lle Hup­pert y Fabri­ce Luchi­ni, así como Viva Var­da! (Pie­rre-Hen­ri Gibert) que cons­ti­tu­ye un home­na­je a la gran cineas­ta des­apa­re­ci­da Agnès Var­da, enfo­ca­da a tra­vés de valio­sos mate­ria­les de archi­vo y entre­vis­tas con miem­bros de su fami­lia, ami­gos y cola­bo­ra­do­res. Otros títu­los inclu­yen Chien­ne de rou­ge (Yami­na Zou­lat) con la pre­sen­cia del equi­po del docu­men­tal y Je suis la Fran­ce (Sarah El Attar) que tam­bién con­ta­rá con la pre­sen­cia de los miem­bros que han par­ti­ci­pa­do en el film.

VIVA VAR­DA!

Pri­mi­cias

Casi la mitad de los fil­mes pro­gra­ma­dos serán pre­sen­ta­dos en pri­mi­cia cana­dien­se. Den­tro de los mis­mos figu­ran Ber­na­det­te (Léa Dome­nach) pro­ta­go­ni­za­do por la vete­ra­na Cathe­ri­ne Denue­ve, Bon­ne Con­dui­te (Jonathan Barré) con Lau­ra Calamy, Cap­ti­ves (Arnaud Des Palliè­res) con Méla­nie Thierry, Com­plè­te­ment cra­mé (Gilles Legar­di­nier) con John Malko­vich y Fanny Ardant, La Nuit du verre d’eau (Car­los Chahi­ne) con Natha­lie Bayé, Le Livre des solu­tions (Michel Gondry) con Pie­rre Niney y Blan­che Gar­din, Le Temps d’aimer (Katell Qui­llé­vé­ré) con Anais Dem­mous­tier y Vin­cent Lacos­te, Un silen­ce (Joa­chim Lafos­se) con Émma­nue­lle Devos y Daniel Auteuil y Toni en fami­lle (Nathan Ambro­sio­ni) con Cami­lle Cot­tin, Léa Lopez y Tho­mas Gloria.

TONI EN FAMILLE

Artis­tas Invitados

Ade­más de Emma­nue­lle Béart y Cédric Kahn, esta­rá en Mon­treal la direc­to­ra Cathe­ri­ne Cor­si­ni con el film Le Retour que tuvo su estreno mun­dial en Can­nes, así como la cineas­ta Valé­rie Don­ze­lli para la pre­sen­ta­ción de su film L’amour et les forêts. Se aguar­da tam­bién a la direc­to­ra bel­ga Yolan­de Moreau para la exhi­bi­ción de La Fian­cée du poè­te que ella asi­mis­mo pro­ta­go­ni­za jun­to con Ser­gi López y Gré­gory Gadebois.

El direc­tor Stépha­ne Bri­zé asis­ti­rá a la pro­yec­ción de su recien­te film Hors sai­son con un elen­co inte­gra­do por Gui­llau­me Canet, Alba Rohr­wa­cher y She­rif Andou­ra. Por su par­te Vin­cent Pérez pre­sen­ta­rá Une affai­re d’honneur en su doble con­di­ción de direc­tor y actor. La muy cono­ci­da actriz Kari­ne Viard esta­rá pre­sen­te en la exhi­bi­ción de tres pelí­cu­las por ella pro­ta­go­ni­za­das: Mag­ni­fi­cat de Vir­gi­nie Sau­veur, Nou­veau départ de Phi­lip­pe Lefeb­vre y Une Nuit de Alex Lutz.

KARI­NE VIARD

Sui­za, País Honorado

Así como en la edi­ción ante­rior lo fue Luxem­bur­go, este año Cine­ma­nia dedi­ca­rá una sec­ción espe­cial a Sui­za, reci­bien­do una impor­tan­te dele­ga­ción de dicho país pre­si­di­da por el Pre­si­den­te de la Con­fe­de­ra­ción Sui­za Alan Ber­set. Para tal oca­sión el fes­ti­val pre­sen­ta­rá nue­ve lar­go­me­tra­jes y seis cor­to­me­tra­jes de Sui­za, efec­tua­rá una expo­si­ción foto­grá­fi­ca, habrá tres mesas redon­das , una jor­na­da pro­fe­sio­nal y una ins­ta­la­ción espe­cial en la Pla­ce des Fes­ti­val. Asi­mis­mo se exhi­bi­rá un docu­men­tal espe­cial­men­te pro­du­ci­do por el fes­ti­val en el que se rin­de tri­bu­to a Lea Pool, la gran cineas­ta de Que­bec naci­da en Suiza.

Salas de Exhibición 

Los fil­mes serán pro­yec­ta­dos en el Ciné­ma Impe­rial, Ciné­mathè­que Qué­bé­coi­se, Ciné­ma du Musée, Ciné­ma du Parc y Ciné­ma Moderne.

Para una infor­ma­ción deta­lla­da sobre los fil­mes pro­gra­ma­dos, hora­rios, salas de exhi­bi­ción y acti­vi­da­des vin­cu­la­das con el fes­ti­val pre­sio­ne aquí

FNC 2023 (Ter­ce­ra Parte)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

He aquí otros tres comen­ta­rios de pelí­cu­las vis­tas en el Fes­ti­val du Nou­veau Ciné­ma (FNC) 

Per­di­dos en la Noche (Méxi­co-Paí­ses Bajos-Alemania)

Enmar­ca­do en el cli­ma vio­len­to don­de las des­apa­ri­cio­nes en Méxi­co no resul­tan epi­so­dios ais­la­dos, Amat Esca­lan­te en prin­ci­pio con­si­de­ra ese tema para pos­te­rior­men­te con­ver­tir­lo en un thri­ller sin mayor vuelo.

PER­DI­DOS EN LA NOCHE

La his­to­ria del rea­li­za­dor basa­da en su guión com­par­ti­do con su her­mano Mar­tin Esca­lan­te y Pau­li­na Men­do­za trans­cu­rre en un peque­ño pue­blo rural de Gua­na­jua­to don­de en su pró­lo­go se obser­va a un redu­ci­do núme­ro de acti­vis­tas pro­tes­tan­do con moti­vo del pro­yec­to de una explo­ta­ción mine­ra cana­dien­se que allí ten­drá lugar. En horas noc­tur­nas Palo­ma (Vicky Arai­co), una de las muje­res que habían par­ti­ci­pa­do en la asam­blea, es asal­ta­da bru­tal­men­te por cier­tos indi­vi­duos no identificados.

Tras una elip­sis, tres años des­pués el joven Emi­liano (Juan Daniel Gar­cia Tre­vino) que es el hijo de la mujer que había sido ata­ca­da, al no tener noti­cias de su madre des­apa­re­ci­da y sin reci­bir apo­yo por par­te de las auto­ri­da­des loca­les resuel­ve enca­rar el asun­to por su cuen­ta con la cola­bo­ra­ción de su novia Jaz­mín (María Fer­nan­da Oslo). A tra­vés de un dato pro­vis­to por un mori­bun­do poli­cía, Emi­liano logra emplear­se en el hogar de una influ­yen­te y adi­ne­ra­da fami­lia que estu­vo invo­lu­cra­da con las des­apa­ri­cio­nes; la mis­ma está inte­gra­da por Rigo (Fer­nan­do Boni­lla), un artis­ta con­cep­tual, su pare­ja Car­men (Bár­ba­ra Mori), una can­tan­te pop, y su hija Móni­ca (Ester Expó­si­to), con quien Emi­liano esta­ble­ce una espe­cial relación.

No con­vie­ne ade­lan­tar cómo cada uno de estos per­so­na­jes per­mi­ti­rá des­en­tra­ñar el mis­te­rio en torno de la suer­te corri­da por Palo­ma; pero lo cier­to es que el rela­to se nutre de una serie de situa­cio­nes que sin estar cla­ra­men­te cohe­sio­na­das son abor­da­das superficialmente.

En su inten­to de denun­ciar las falen­cias de un sis­te­ma judi­cial insu­fi­cien­te­men­te capa­ci­ta­do para resol­ver los innu­me­ra­bles casos de per­so­nas injus­ta­men­te borra­das del mapa, Esca­lan­te ofre­ce un dra­ma cri­mi­nal tibia­men­te acep­ta­ble que care­ce del vigor nece­sa­rio capaz de conmover.

Bet­ween Revo­lu­tions (Ruma­nia-Croa­cia-Qatar-Irán)

Com­pro­me­ti­do en temas de natu­ra­le­za polí­ti­ca y social, el rea­li­za­dor rumano Vlad Petri, bien recor­da­do por Whe­re are you, Bucha­rest? (2014), pre­sen­ta algo simi­lar en este híbri­do docu­men­tal refle­jan­do qué es lo que ha acon­te­ci­do cuan­do dos revo­lu­cio­nes popu­la­res cam­bia­ron el rum­bo polí­ti­co de Ruma­nia e Irán.

El argu­men­to está cen­tra­do en la rela­ción per­so­nal y pos­te­rior­men­te epis­to­lar exis­ten­te entre la ruma­na María y la ira­ní Zah­ra quie­nes en la déca­da del 70 ambas efec­tua­ron sus estu­dios en la Escue­la de Medi­ci­na de la Uni­ver­si­dad de Bucarest.

En ese enton­ces, Ruma­nia esta­ba gober­na­da por el repre­si­vo régi­men de Nico­lae Ceaușes­cu y cuan­do en 1978 se pro­du­ce la revo­lu­ción ira­ní con la fuga del sha Moham­mad Reza Pah­le­vi, Zah­ra retor­na a Irán alber­gan­do la espe­ran­za de vivir en un país dife­ren­te bajo un cli­ma más libe­ral. Es así que Maria envi­dia la situa­ción que acon­te­ce en Irán has­ta que en 1989 se pro­du­ce la caí­da de Ceau­ses­cu y en este caso ella se sola­za pen­san­do que ven­drán mejo­res tiempos.

A tra­vés de los años Zah­ra y María siguen comu­ni­ca­das median­te el inter­cam­bio de car­tas en las que que­da refle­ja­da la des­es­pe­ran­za de ambas; en un caso por la revo­lu­ción islá­mi­ca que tra­jo con­si­go un esta­do teo­crá­ti­co amor­da­zan­do la liber­tad de expre­sión y por el lado rumano la caí­da de su dic­ta­dor es reem­pla­za­da por gobier­nos incom­pe­ten­tes implan­tan­do un capi­ta­lis­mo de máxi­ma dureza.

Tan­to María como Zah­ra son per­so­na­jes fic­ti­cios y el con­te­ni­do de las car­tas está escri­to por Lavi­nia Bra­niş­te que es la auto­ra del guión com­par­ti­do con Petri. Lo más impor­tan­te es que la corres­pon­den­cia epis­to­lar sir­ve de excu­sa para refle­jar lo acon­te­ci­do entre las dos revo­lu­cio­nes de Irán y Ruma­nia y que están expues­tas en el valio­so mate­rial de archi­vo de los dos paí­ses duran­te los años 70 y 80 obte­ni­dos por el rea­li­za­dor. Si bien ambas revo­lu­cio­nes han sido dife­ren­tes, tie­nen en común el de haber decep­cio­na­do las expec­ta­ti­vas de la pobla­ción de lograr un cam­bio positivo.

Muy bien rea­li­za­do por Petri y agra­cia­do por su bue­na edi­ción efec­tua­da con la cola­bo­ra­ción de Dra­gos Ape­tri y Cata­lin Cris­tu­tiu se asis­te a un satis­fac­to­rio docu­men­to explo­ran­do los tur­bu­len­tos momen­tos del no muy lejano pasa­do his­tó­ri­co de Ruma­nia e Irán a tra­vés de la visión de dos ínti­mas amigas.

Retra­tos Fan­tas­mas (Bra­sil)

Retra­tan­do a su que­ri­da ciu­dad natal de Reci­fe y evi­den­cian­do su pasión por el cine en este docu­men­tal Kle­ber Men­do­nça Filho trans­por­ta al espec­ta­dor en un emo­ti­vo via­je hacia el pasa­do impreg­na­do de melancolía.

RETRA­TOS FANTASMAS

El rea­li­za­dor estruc­tu­ra su rela­to en tres par­tes. En la pri­me­ra se asis­te a la casa en don­de trans­cu­rrió su infan­cia, que adqui­ri­da por su madre his­to­ria­do­ra cuan­do se divor­ció de su padre fue obje­to de varias refor­mas des­pués de su muer­te en 1994; en ese hogar con­ver­ti­do en par­te en un set de fil­ma­ción es don­de él rodó más de una dece­na de cor­to­me­tra­jes y par­te de su exce­len­te pri­mer lar­go­me­tra­je O Som ao Redor (2012). Asi­mis­mo el cineas­ta nos hace cono­cer el vecin­da­rio y algu­nas vis­tas de Reci­fe inclu­yen­do un puen­te muy con­cu­rri­do que según pare­ce des­pren­de una varie­dad de olores.

Si bien resul­ta gra­to echar un vis­ta­zo a lo que hoy día es la moder­na ciu­dad que arqui­tec­tó­ni­ca­men­te está nutri­da de gran­des ras­ca­cie­los, lo más des­ta­ca­ble del docu­men­tal es lo que se ilus­tra en su segun­da y ter­ce­ra par­te que cons­ti­tu­ye un home­na­je a las salas de cine ya des­apa­re­ci­das. Las mis­mas esta­ban ubi­ca­das en el cen­tro de la ciu­dad que en la actua­li­dad está en deca­den­cia y sin el ful­gor y dina­mis­mo de anta­ño. Allí se encon­tra­ban los vie­jos cines don­de des­de los 13 has­ta los 25 años Men­do­nça Filho solía asis­tir varias veces por sema­na. Entre algu­nas de esas salas se halla­ba el cine Sāo Luiz que duran­te sus 70 años de exis­ten­cia fue visi­ta­do por 50 millo­nes de espectadores.

Otro mag­ní­fi­co cine ha sido el Art Palá­cio en don­de en un encuen­tro con el pro­yec­cio­nis­ta Ale­xan­dre (falle­ci­do en 2003), él reme­mo­ra cómo des­de su calu­ro­sa sala de pro­yec­ción sin aire acon­di­cio­na­do se pasa­ban algu­nos de los gran­des éxi­tos como lo ha sido El Padrino que se man­tu­vo 4 meses en car­tel; tam­bién el pro­yec­cio­nis­ta recuer­da que en cier­tas oca­sio­nes tuvo que lidiar con la cen­su­ra del gobierno mili­tar vigen­te en ese enton­ces; resul­ta con­mo­ve­dor cuan­do men­cio­na las lágri­mas sali­das de su ros­tro al cerrar­se defi­ni­ti­va­men­te sus puer­tas; sin duda esas esce­nas traen a la memo­ria el her­mo­so film Cine­ma Para­di­so de Gui­sep­pe Tor­na­to­re. Otro momen­to que des­ta­ca el cineas­ta ha sido la inau­gu­ra­ción en 1970 del lujo­so cine Vene­za con la pro­yec­ción de Air­port en don­de asis­tie­ron varias per­so­na­li­da­des del cine y el gober­na­dor de Pernambuco.

Ple­na nos­tal­gia pro­du­ce obser­var las mar­que­si­nas de los cines anun­cian­do Bar­ba­re­lla, Jaws y Hair, entre otros títu­los. Esas míti­cas salas que con­for­ma­ban una espe­cie de con­vi­ven­cia huma­na, son en algu­nos casos rui­nas gene­ra­das por la mudan­za urba­na que se pro­du­jo con el paso del tiem­po. En su seg­men­to final el docu­men­tal mues­tra cómo los edi­fi­cios de algu­nos cines han sido trans­for­ma­dos en igle­sias evangélicas.

Para lograr este retra­to de los fan­tas­mas de un bello pasa­do, el rea­li­za­dor se ha vali­do de su archi­vo per­so­nal, foto­gra­fías y clips de nume­ro­sos fil­mes inclu­yen­do algu­nos de su fil­mo­gra­fía y muy bien edi­ta­dos por Matheus Farias. En suma, a todas luces este es un remar­ca­ble docu­men­tal que sin reser­va algu­na ame­ri­ta su visión.

FNC 2023 (Segun­da Parte)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

He aquí el comen­ta­rio de tres fil­mes vis­tos en el Fes­ti­val du Nou­veau cine­ma (FNC) que pro­si­gue has­ta el 15 de octubre.

Totem (Méxi­co-Dina­mar­ca-Fran­cia)

En oca­sión del Fes­ti­val de Toron­to de 2018 se tuvo la opor­tu­ni­dad de des­cu­brir a Lila Avi­lés quien en su pri­mer lar­go­me­tra­je La Cama­ris­ta, demos­tró poseer un sin­gu­lar talen­to. En esta oca­sión vuel­ve a con­fir­mar­lo en este bello film que con suma deli­ca­de­za retra­ta a una niña obser­van­do el medio que la rodea en oca­sión de cele­brar­se un espe­cial evento.

TOTEM

La direc­to­ra ambien­ta la his­to­ria duran­te el perío­do de una jor­na­da en una zona rural de Méxi­co en don­de la niña Sol (Nai­ma Sen­ties) lle­ga con su madre Lucía (Lazua Larios) al case­rón de su joven padre Tona (Mateo Gar­cía Eli­zon­do) quien ese día cum­ple 27 años. El pro­pó­si­to del via­je es ofre­cer­le una fies­ta sor­pre­sa, a pesar de que se encuen­tra gra­ve­men­te enfer­mo de cán­cer y solí­ci­ta­men­te aten­di­do por Cruz (Tere­si­ta Sán­chez), una afa­ble mujer. Sol desea de inme­dia­to abra­zar a su pro­ge­ni­tor pero por el momen­to se le impi­de que entre a su cuar­to debien­do aguar­dar para ver­lo cuan­do Tona sal­ga del mis­mo para su festejo.

Es así que la peque­ña pres­ta cui­da­do­sa aten­ción a los pre­pa­ra­ti­vos en don­de la orga­ni­za­do­ra de la fies­ta es la tía Ale­jan­dra (Mari­sol Gasé) y la tía Nuri (Mon­tse­rrat Mara­ñon) quien se ocu­pa de la coci­na y estan­do tam­bién su hija Esther (Sao­ri Gur­za) quien es menor que Sol. Entre otros per­so­na­jes se encuen­tra el patriar­cal abue­lo (Alber­to Ama­dor) con pro­ble­mas voca­les, la bre­ve pre­sen­cia de una curio­sa hechi­ce­ra que vie­ne a des­pe­jar la vivien­da de los malos espí­ri­tus y res­tan­tes fami­lia­res y ami­gos par­tí­ci­pes de la celebración.

Sol no pier­de de vis­ta todo lo que acon­te­ce a su alre­de­dor evi­den­cian­do en su tris­te mira­da que lo que se está cele­bran­do es a la vez una des­pe­di­da de su muy que­ri­do padre.

Con sen­ci­llez y evi­tan­do caer en un arti­fi­cial sen­ti­men­ta­lis­mo Avi­lés logra un melo­dra­má­ti­co rela­to coral don­de ade­más de la logra­da inter­re­la­ción que se pro­du­ce entre los varios per­so­na­jes del film, a su vez impri­me una remar­ca­ble mira­da al mun­do de la infan­cia. En el mar­co de un muy buen elen­co resal­ta la exce­len­te actua­ción de Sen­ties, quien en su debut para el cine con­vin­cen­te­men­te trans­mi­te el sen­ti­mien­to de dolor de la niña que intu­ye la inmi­nen­te pér­di­da de Tona. En esen­cia, sin sal­ve­dad algu­na esta mag­ní­fi­ca pelí­cu­la ame­ri­ta su visión.

Do Not Expect Too Much From the End of the World (Ruma­nia-Luxem­bur­go-Fran­cia-Croa­cia)

Entre los más des­ta­ca­dos rea­li­za­do­res del cine rumano se encuen­tra Radu Jude quien en éste su octa­vo tra­ba­jo reafir­ma su con­di­ción de cineas­ta audaz, des­pre­jui­cia­do, nada con­ven­cio­nal y menos aún com­pla­cien­te para rela­tar aspec­tos inhe­ren­tes a su país aun­que tam­bién pue­den ser atri­bui­dos a otras regio­nes del agi­ta­do y revuel­to mun­do actual.

DO NOT EXPECT TOO MUCH FROM THE END OF THE WORLD

En un guión que le per­te­ne­ce, Jude pre­sen­ta a Ange­la Radu­ca­nu (Ilin­ca Mano­la­che), una acti­va y diná­mi­ca mujer que tra­ba­ja como asis­ten­te de pro­duc­ción para una com­pa­ñía y que dia­ria­men­te le aguar­da una jor­na­da ago­ta­do­ra debi­do a las exi­gen­cias deman­da­das por sus supe­rio­res a quie­nes poco les impor­ta el exce­so de horas que ella des­ti­na al mis­mo. En la actua­li­dad debe cum­plir con los reque­ri­mien­tos de una com­pa­ñía aus­tría­ca que enco­men­dó a su empre­sa la pro­duc­ción de un video comer­cial sobre acci­den­tes labo­ra­les. Para ello, esta mujer mane­jan­do un auto reco­rre las rutas de Buca­rest para loca­li­zar a per­so­nas que han sufri­do tales peri­pe­cias. Simul­tá­nea­men­te, Jude uti­li­za extrac­tos del film rumano de 1981 Ange­la mere mai depar­te diri­gi­do por Lucian Bra­tu en el que su pro­ta­go­nis­ta (Dori­na Lazar) es una taxis­ta que con­vi­ve en un medio patriar­cal duran­te la épo­ca del dic­ta­dor Ceaușes­cu; esa expo­si­ción adquie­re rele­van­cia para ana­li­zar en qué se dife­ren­cia o se igua­la la épo­ca ya ida con el mar­co social con­tem­po­rá­neo en don­de Ange­la no está exen­ta del machis­mo vigente.

Duran­te el día en que se desa­rro­lla el rela­to ella reco­ge en el aero­puer­to a Doris Goethe (Nina Hoss) quien es la repre­sen­tan­te de la empre­sa aus­tría­ca en don­de en el tras­la­do hacia el hotel la con­duc­to­ra le comen­ta cómo las cor­po­ra­cio­nes extran­je­ras abu­san de las com­pa­ñías loca­les, a lo que Doris repli­ca seña­lan­do que el pro­ble­ma radi­ca más bien por par­te de quie­nes se dejan explotar.

Pro­si­guien­do con su misión de ubi­car a sobre­vi­vien­tes de acci­den­tes en luga­res de tra­ba­jo, des­pués de encon­trar a posi­bles pos­tu­lan­tes Ange­la final­men­te ubi­ca al can­di­da­to ideal en la per­so­na de Ovi­diu Buca (Ovi­diu Pir­san). En un remar­ca­ble plano secuen­cia de apro­xi­ma­da­men­te 30 minu­tos se asis­te a la fil­ma­ción del cor­to “For­bid­den Pla­net” en el que Ovi­diu a cam­bio de los 500 euros que habrá de reci­bir se apres­ta a ser fil­ma­do rodea­do por sus fami­lia­res. Es allí que él deta­lla lo ocu­rri­do el 24 de noviem­bre de 2020 cuan­do des­pués de una inten­sa jor­na­da de tra­ba­jo de 17 horas al fina­li­zar la mis­ma y cuan­do se dis­po­ne a reti­rar su coche del apar­ca­mien­to del esta­ble­ci­mien­to es atro­pe­lla­do por otro vehícu­lo; como con­se­cuen­cia de ese cho­que él per­ma­ne­ce en esta­do de coma duran­te 13 meses y al des­per­tar des­cu­bre que está para­li­za­do de la cin­tu­ra has­ta las extre­mi­da­des infe­rio­res por lo que de por vida debe des­pla­zar­se en silla de rue­das. Sin embar­go el direc­tor del equi­po de fil­ma­ción le hace repe­tir las tomas varias veces seña­lán­do­le que no men­cio­ne las horas extras de labor rea­li­za­das con el pro­pó­si­to de que su tes­ti­mo­nio resul­te acep­ta­ble para la com­pa­ñía austríaca.

A todas luces esta come­dia en par­te satí­ri­ca refle­ja las irre­gu­la­ri­da­des de cor­po­ra­cio­nes que en pro­cu­ra del lucro y des­po­ja­das de con­te­ni­do humano explo­tan a sus emplea­dos afec­tan­do su salud por el exce­so de horas tra­ba­ja­das sin adi­cio­nal remu­ne­ra­ción; cla­ra­men­te que­da expues­ta una crí­ti­ca cla­ra y pre­ci­sa a los males que engen­dra el sis­te­ma capitalista.

Dicho lo que ante­ce­de, esta radi­cal, inte­lec­tual y ori­gi­nal come­dia dra­má­ti­ca imbui­da de nota­ble fran­que­za fas­ci­na­rá al ciné­fi­lo ávi­do de apre­ciar el alto nivel de cali­dad que acos­tum­bra ofre­cer el gran direc­tor rumano.

In Our Day (Corea del Sur)

Del pro­lí­fi­co rea­li­za­dor sur­co­reano Hong Sang-soo lle­ga este film que cier­ta­men­te divi­di­rá a la audien­cia tenien­do en cuen­ta que no exis­te un argu­men­to pre­ci­so ni tam­po­co cone­xión algu­na entre las dos his­to­rias narra­das que trans­cu­rren en Seúl.

IN OUR DAY

En una de las his­to­rias se obser­va a Sang­won (Kim Min-hee) una actriz que recién retor­nó a Seúl des­pués de haber tra­ba­ja­do fue­ra del país y que atra­vie­sa una cri­sis en su carre­ra al no tener mayor inte­rés en su pro­fe­sión. Alo­ján­do­se en lo de su ami­ga Jung-soo (Song Sun-mi) que vive con su gato, ambas muje­res reci­ben la visi­ta de Jisoo (Park Misoo), una joven parien­te de Sang­won, quien como aspi­ran­te actriz quie­re que le acon­se­jen sobre cier­tos aspec­tos de esta profesión.

En las tres esce­nas que con­for­man esta par­te del rela­to, lo más dis­tin­ti­vo es la des­apa­ri­ción del gato y los esfuer­zos para ubi­car­lo y traer­lo al hogar, así como la pro­po­si­ción de Jisoo de comer ram­yeon, una típi­ca comi­da sur­co­rea­na de fideos riza­dos sazo­na­dos con sal­sa picante.

Simul­tá­nea­men­te el direc­tor inter­ca­la tres esce­nas que con­for­man la otra his­to­ria; la mis­ma trans­cu­rre en el hogar del anciano poe­ta Hong Uiji (Ki Joo-bong) en don­de se halla Kijoo (Park Miso), una joven estu­dian­te de cine que lo está fil­man­do para su pro­yec­to de gra­dua­ción; Al poco tiem­po lle­ga el joven Jae­won (Ha Seong-guk) quien es un admi­ra­dor del poe­ta y el pro­pó­si­to de su visi­ta es for­mu­lar­le algu­nas pre­gun­tas filo­só­fi­cas sobre el sig­ni­fi­ca­do de la vida, como así tam­bién acer­ca de la impor­tan­cia de la poe­sía en la era actual. Por estar afec­ta­do de una enfer­me­dad car­día­ca Hong Uiji debe abs­te­ner­se de fumar y evi­tar la bebi­da alcohó­li­ca; sin embar­go no pue­de resis­tir la ten­ta­ción de beber de la bote­lla de soju (licor coreano) que le obse­quia el visitante.

En la ausen­cia de un sig­ni­fi­ca­do pre­ci­so de estas dos inde­pen­dien­tes his­to­rias narra­das, el film se deja ver pero con­fi­gu­ra una obra infe­rior de la fil­mo­gra­fía de Sang-soo. A su favor, se des­ta­ca la natu­ral actua­ción de sus seis intér­pre­tes y la ajus­ta­da pues­ta escé­ni­ca del rea­li­za­dor, con­si­de­ran­do las limi­ta­cio­nes de espa­cio en que trans­cu­rren los dos esce­na­rios de su trama.