Dos Inma­du­ros Policías

21 Jump Street. Esta­dos Uni­dos, 2012. Un film de Phil Lord y Chris­topher Miller. Elen­co: Jonah Hill, Chan­ning Tatum, Ice Cube 

DOS INMADUROS POLICÍAS

Basa­do en las series tele­vi­si­vas de 1987 que sir­vie­ra para el lan­za­mien­to de la carre­ra de Johny Depp, 21 Jump Street lle­ga aho­ra al cine como vehícu­lo para demos­trar una face­ta dife­ren­te de Chan­ning Tatum; en esta opor­tu­ni­dad, al ascen­den­te actor no le toca ani­mar un nue­vo papel román­ti­co sino actuar en un rol cómi­co jun­to a Jonah Hill. Con­for­man­do una buddy movie, es decir un dúo con per­so­na­li­da­des opues­tas, ambos acto­res dina­mi­zan una extra­ña come­dia que por un lado recon­for­ta par­cial­men­te con su comi­ci­dad, pero por otra par­te no pue­de des­pren­der­se de los cli­sés que la debilitan. 

En 2005 Schi­midt (Hill) y Jen­ko (Tatum) fue­ron com­pa­ñe­ros de estu­dio don­de el pri­me­ro aun­que inte­li­gen­te se carac­te­ri­za­ba como un tími­do mar­gi­na­do del gru­po que lo rodea­ba, en tan­to que Jen­ko era un des­pis­ta­do sin muchas luces per­so­ni­fi­can­do al atlé­ti­co mucha­cho segu­ro de sí mismo. 

Aho­ra, sie­te años des­pués, el des­tino vuel­ve a reu­nir­los toman­do cur­sos en una aca­de­mia poli­cial; des­pués de la gra­dua­ción, ambos son asig­na­dos para cum­plir una pri­me­ra misión com­pro­ban­do que lo apren­di­do en cla­se no es sufi­cien­te para desem­pe­ñar­se en la prác­ti­ca: así ambos demues­tran una fran­ca incom­pe­ten­cia en la pri­me­ra misión que les es enco­men­da­da. Inme­dia­ta­men­te des­pués son des­ti­na­dos a tra­ba­jar bajo las órde­nes del poco agra­da­ble Capi­tán Dick­son (Ice Cube). Como con­se­cuen­cia de la muer­te de un ado­les­cen­te de una escue­la secun­da­ria a cau­sa de dro­gas, ambos deben des­cu­brir al res­pon­sa­ble de sumi­nis­trar­las en dicho esta­ble­ci­mien­to. Apro­ve­chan­do el sem­blan­te juve­nil de sus ros­tros, los dos se infil­tran en dicha escue­la como alum­nos que son a la vez her­ma­nos. Con la nue­va iden­ti­dad adqui­ri­da, esta pare­ja des­pa­re­ja deja de lado la riva­li­dad de otros tiem­pos y comien­za a for­jar una cáli­da amis­tad revi­vien­do invo­lun­ta­ria­men­te sus años de ado­les­cen­cia al tener que con­vi­vir con sus com­pa­ñe­ros de clase. 

Nada de lo que se apre­cia en el rela­to es creí­ble, aun­que en este caso eso poco impor­ta dado que el pro­pó­si­to es ofre­cer una come­dia luná­ti­ca que haga reír a cual­quier pre­cio. Has­ta don­de eso se logra depen­de de la acti­tud de cada espec­ta­dor; cier­ta­men­te hay algu­nos momen­tos risue­ños bien tra­ba­ja­dos pero tam­bién hay muchas situa­cio­nes don­de la risa es pro­vo­ca­da en for­ma for­za­da ape­lan­do a un humor vul­gar y gro­se­ro de esca­so buen gusto. 

Sin mayor inge­nio­si­dad ni ori­gi­na­li­dad, lo más des­ta­ca­ble de este film es la pre­sen­cia de Tatum y Hill; los dos acto­res salen airo­sos en su come­ti­do, des­per­tan­do amplia sim­pa­tía como los natu­ra­les ado­les­cen­tes que deben saber adap­tar­se a sus nue­vos roles así como resul­ta agra­da­ble la quí­mi­ca exis­ten­te entre ellos. 

Con­clu­sión: Un entre­te­ni­mien­to menor para un públi­co no dema­sia­do exi­gen­te. Jor­ge Gutman