La Ruta del Che

JOUR­NAL DE BOLI­VIE. Cana­dá (Quebec)-Bolivia, 2019. Un film de Jules Falar­deau y Jean-Phi­lip­pe Nadeau Mar­coux. 90 minutos

Resul­ta intere­san­te apre­ciar cómo el cine cana­dien­se y sobre todo el de Que­bec se intere­san por lo que acon­te­ce en Amé­ri­ca Lati­na; así, una vez más eso que­da demos­tra­do en el atrac­ti­vo docu­men­tal Jour­nal de Boli­vie, pri­mer lar­go­me­tra­je de Jules Falar­deau y Jean Phi­lip­pe Nadeau Mar­coux que tuvo su estreno mun­dial en el Fes­ti­val Inter­na­cio­nal del Nue­vo Cine Lati­no­ame­ri­cano de La Habana.de 2019.

Jules Falar­deau y un mili­tan­te gue­va­ris­ta (Foto de K‑Films Amérique)

Falar­deau, que ya había teni­do opor­tu­ni­dad de visi­tar Boli­via en 2014 como pro­fe­sor de cine, a raíz de haber for­ja­do bue­nas rela­cio­nes con la gen­te que le cupo alter­nar, que­dó impre­sio­na­do por la impac­tan­te gra­vi­ta­ción que ejer­ce la figu­ra del Che (Ernes­to Gue­va­ra) y es así que cuan­do el país se dis­po­nía a con­me­mo­rar el quin­cua­gé­si­mo ani­ver­sa­rio de su ase­si­na­to pro­pu­so a Nadeau Mar­coux rea­li­zar un docu­men­tal sobre el acontecimiento.

El film está estruc­tu­ra­do en dos par­tes que se van desa­rro­llan­do simul­tá­nea­men­te. Así a tra­vés del dia­rio regis­tra­do por el Che, Falar­deau va leyen­do en off extrac­tos de su con­te­ni­do des­de su lle­ga­da clan­des­ti­na en 1966 a Boli­via para crear un movi­mien­to de gue­rri­lla has­ta el momen­to en que es cap­tu­ra­do. Lo esen­cial del docu­men­tal resi­de en 2017 cuan­do varias gene­ra­cio­nes de boli­via­nos gue­va­ris­tas que inte­gran el movi­mien­to Juven­tud Libre se reúnen para ren­dir­le home­na­je; el mis­mo con­sis­te en vol­ver a efec­tuar con los rea­li­za­do­res, esta vez en un ómni­bus de turis­mo, la ruta empren­di­da por el emble­má­ti­co gue­rri­lle­ro a tra­vés de las mon­ta­ñas boli­via­nas, según lo que se des­pren­de de su dia­rio, des­de que ingre­sa a Boli­via en 1966 has­ta lle­gar al pue­blo de La Higue­ra don­de es ajus­ti­cia­do el 9 de octu­bre de 1967.

Antes que retra­tar al Che el docu­men­tal pre­fie­re refle­jar su memo­ria a tra­vés de las opi­nio­nes expre­sa­das por quie­nes le rin­den tri­bu­to, como por ejem­plo la de Jor­ge Anto­nio Muñoz, un joven ferre­te­ro que se vol­vió gue­va­ris­ta por las impre­sio­nes trans­mi­ti­das por su padre. Otro comen­ta­ris­ta es el autor San­dro Iba­rra Cama­cho quien des­ta­ca la impor­tan­cia del no tener mie­do y afron­tar la adver­si­dad a fin de con­cre­tar los idea­les per­se­gui­dos por Gue­va­ra. Entre los inte­gran­tes de Juven­tud Libre se encuen­tra Sera­fi­na Picha quien mani­fies­ta que el pro­pó­si­to de haber rea­li­za­do en 2005 ese lar­go camino de 800 kiló­me­tros a tra­vés del Cha­co Boli­viano expe­ri­men­tan­do las altas tem­pe­ra­tu­ras, la fal­ta de agua y ali­men­ta­ción así como la de otros serios obs­tácu­los, era el de sen­tir en car­ne pro­pia el inmen­so sacri­fi­cio rea­li­za­do por el Che y sus hom­bres en pos de sus idea­les. Asi­mis­mo, otros mili­tan­tes como Mario Bus­ta­man­te, Sera­fín Gallar­do, Víc­tor Manuel Miran­da, Pas­tor Pérez Rojas, Nelly Toro Mar­tí­nez, Said Cor­tez, Éberth Day­ler Gon­zá­lez y varios más expre­san ese mis­mo sen­ti­mien­to al pro­pio tiem­po que reafir­man la nece­si­dad de luchar con­tra la pobre­za, la injus­ti­cia social y la corrup­ción que se está viviendo.

El pro­pó­si­to de man­te­ner vigen­te a un Che que siga hablan­do se mani­fies­ta en los mura­les don­de jóve­nes mura­lis­tas le rin­den tri­bu­to pin­tan­do su ros­tro al mis­mo tiem­po que agre­gan­do alu­si­vas leyendas.

Resul­ta de inte­rés apre­ciar cómo los inte­gran­tes de Juven­tud Libre que duran­te 4 días via­ja­ron con los rea­li­za­do­res des­de Sucre has­ta La Higue­ra, les agra­de­cen por haber cap­ta­do la reali­dad actual boli­via­na y el sen­tir de su pue­blo hacia la figu­ra míti­ca del ex líder. Pre­ci­sa­men­te en el tra­yec­to de retorno, Falar­deau y Nadeau Mar­coux se aso­cian al gru­po al com­pás de una can­ción cuya letra expre­sa: “Que viva mi patria Boli­via / una gran nación / por ella doy mi vida / y tam­bién mi cora­zón / esta can­ción que yo can­to / la lle­vo con amor / a mi patria Boli­via / que la quie­ro con pasión”.

El docu­men­tal cons­ti­tu­ye una bue­na lec­ción de his­to­ria para quie­nes no estén com­pe­ne­tra­dos del no muy lejano pasa­do boli­viano al ilus­trar la visión del gue­rri­lle­ro en su con­tras­te con la per­cep­ción de la actual gene­ra­ción. Con un esti­lo que en par­te se ase­me­ja al ciné­ma veri­té, este docu­men­to, flui­da­men­te diri­gi­do y edi­ta­do, se bene­fi­cia de la remar­ca­ble foto­gra­fía de Nadeau Mar­coux trans­mi­tien­do vívi­da­men­te las expre­sio­nes, emo­cio­nes y el espí­ri­tu de soli­da­ri­dad y cama­ra­de­ría del gru­po que par­ti­ci­pó en la ruta del Che.

Final­men­te cabe des­ta­car el impor­tan­te mate­rial de archi­vo pro­ve­nien­te de Juven­tud Libre y de videos de la ONU, exi­to­sa­men­te inter­ca­la­do en el rela­to del film. Jor­ge Gutman

Con­mo­ve­dor Drama

AU NOM DE LA TERRE / IN THE NAME OF THE LAND. Fran­cia, 2019. Un film de Edward Ber­geon. 103 minutos

A mane­ra de saga fami­liar el rea­li­za­dor Edward Ber­geon abor­da una pal­pi­tan­te a la vez que tris­te his­to­ria don­de hones­tas per­so­nas que se dedi­can con toda su ener­gía a tra­ba­jar dig­na­men­te pue­den ver sus vidas des­trui­das. En tal sen­ti­do cabe des­ta­car la remar­ca­ble madu­rez del direc­tor en su pri­mer film de fic­ción al haber logra­do un con­mo­ve­dor dra­ma en el que vuel­ca su expe­rien­cia de haber cre­ci­do en un ambien­te rural don­de su padre ha sido agricultor.

Gui­llau­me Canet

El rela­to basa­do en el guión del novel cineas­ta escri­to con Bruno Ulmer y Emma­nuel Cour­co, enfo­ca a Pie­rre Jar­jeau (Gui­llau­me Canet) quien des­de Wyo­ming retor­na a Fran­cia para casar­se con su ama­da Clai­re (Veer­le Bae­tens) y tomar a su car­go el mane­jo de la explo­ta­ción de la gran­ja de su fami­lia. Para ello y valién­do­se de un prés­ta­mo ban­ca­rio com­pra el pre­dio agrí­co­la a su padre (Jac­ques Rufus), quien no está con­ven­ci­do de que Pie­rre pue­da mane­jar la empre­sa exitosamente

En una pri­me­ra eta­pa la suer­te pare­ce son­reír al joven pai­sano. Así, su inme­jo­ra­ble rela­ción matri­mo­nial con una com­pa­ñe­ra que le brin­da su pro­fun­do amor y amis­tad más la lle­ga­da de dos hijos con­tri­bu­yen a que Pie­rre se con­si­de­re un hom­bre rea­li­za­do. En el aspec­to pro­fe­sio­nal no tie­ne moti­vos para alar­mar­se; así, la explo­ta­ción del pre­dio mar­cha sobre rie­les con la cola­bo­ra­ción de su espo­sa en la par­te con­ta­ble, la ayu­da de su hijo Tho­mas (Anthony Bajon) en sus ratos libres y la asis­ten­cia de un fiel emplea­do (Samir Gues­mi), per­mi­tien­do a la fami­lia vivir decentemente.

Sin embar­go Pie­rre verá su idí­li­ca exis­ten­cia tras­to­ca­da a tra­vés de los años; eso es debi­do por haber aumen­ta­do su nivel endeu­da­mien­to para ampliar el nego­cio uni­do al hecho de que el tra­di­cio­nal méto­do de explo­ta­ción de la tie­rra y la crian­za de pollos han esta­do suje­tos a cam­bios tec­no­ló­gi­cos al que no ha podi­do o sabi­do adaptarse.

El apre­cia­ble guión ilus­tra el via cru­cis de este hom­bre fren­te a la inca­pa­ci­dad de sal­dar sus deu­das y com­pro­bar cómo su duro tra­ba­jo de sol a sol ya no resul­ta pro­duc­ti­vo arro­jan­do con­si­de­ra­bles pér­di­das. A la mar­ca­da depre­sión que lo aco­sa se une la des­gra­cia de un incen­dio don­de todo que­da redu­ci­do a escombros.

La sobria y puli­da pues­ta escé­ni­ca de Ber­geon per­mi­te que la tra­ma adquie­ra un deli­ca­do equi­li­brio entre la vida fami­liar y el exi­gen­te tra­ba­jo que deman­da la labor del gran­je­ro. En tal sen­ti­do, el dete­rio­ro moral de Pie­rre al ver cómo la pasión vol­ca­da a su tra­ba­jo ha ido soca­van­do la uni­dad fami­liar cun­de hon­da­men­te en el áni­mo del espectador.

La inter­pre­ta­ción es otro de los ele­men­tos enri­que­ce­do­res del film. Canet en el mejor papel de su carre­ra de actor trans­mi­te ple­na­men­te el des­cen­so a los infier­nos del per­so­na­je pro­ta­gó­ni­co en medio de un mun­do rural olvi­da­do. Bae­tens cau­ti­va demos­tran­do la for­ta­le­za y empe­ño de una mujer dis­pues­ta a apo­yar a su mari­do en los momen­tos más difí­ci­les y al pro­pio tiem­po adop­tar la for­ta­le­za nece­sa­ria para sos­te­ner a la fami­lia; igual­men­te des­ta­ca­ble es la pres­ta­ción de Bajon como el hijo que aun­que tra­ta de com­pla­cer a su padre no desea con­ti­nuar la tra­di­ción familiar.

En los fac­to­res téc­ni­cos de pro­duc­ción la foto­gra­fía de Eric Dumont cap­ta los bellos pai­sa­jes en que trans­cu­rre la acción en tan­to que la ban­da sono­ra de Tho­mas Dap­pe­lo es fun­cio­nal al desa­rro­llo del relato.

A pesar de su estre­me­ce­dor des­en­la­ce dejan­do un peno­so sin­sa­bor, Ber­geon ofre­ce un remar­ca­ble dra­ma humano que des­ti­lan­do abso­lu­ta auten­ti­ci­dad per­mi­te que el públi­co se invo­lu­cre ple­na­men­te en el mis­mo. Jor­ge Gutman

Una Psi­co­ana­lis­ta en Túnez

UN DIVAN À TUNIS / ARAB BLUES. Fran­cia-Túnez, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Manè­le Labi­di. 88 minutos

Inda­gan­do sobre algu­nas de las moda­li­da­des adop­ta­das por Túnez con moti­vo de los cam­bios que se pro­du­je­ron duran­te el perío­do de la “Pri­ma­ve­ra Ára­be”, la direc­to­ra fran­co-tune­ci­na Manè­le Labi­di ofre­ce una livia­na come­dia cos­tum­bris­ta que trans­cu­rre en la capi­tal de Túnez.

Golshif­teh Farahani

A tra­vés del guión de la rea­li­za­do­ra se siguen las peri­pe­cias de Sel­ma (Golshif­teh Faraha­ni) una inte­li­gen­te psi­co­ana­lis­ta que en 2012 retor­na de Fran­cia don­de esta­ba resi­dien­do des­de los 10 años de edad para afin­car­se en su ciu­dad natal y prac­ti­car su profesión.

A pesar de dejar entre­ver algu­nos aspec­tos de una socie­dad machis­ta y la influen­cia ejer­ci­da por radi­ca­les reli­gio­sos islá­mi­cos, el rela­to nun­ca adquie­re un cariz dra­má­ti­co; por el con­ta­rio, Labi­di ha pre­fe­ri­do adop­tar un tono liviano ilus­tran­do las peri­pe­cias que atra­vie­sa esta mujer en un medio cul­tu­ral dife­ren­te al que trans­cu­rrió gran par­te de su vida.

Resi­dien­do con sus tíos, su ado­les­cen­te pri­ma Olfa (Aïcha Ben Miled) le pre­gun­ta por­qué regre­só de París cuan­do por el con­tra­rio ella lo que más anhe­la es vivir en la bella capi­tal de Fran­cia; la razón es que Sel­ma desea brin­dar apo­yo psi­co­ló­gi­co a su gen­te como con­se­cuen­cia de los drás­ti­cos cam­bios polí­ti­cos que afec­tan al país.

De mane­ra risue­ña el rela­to expo­ne las vici­si­tu­des de Sel­ma esta­ble­cien­do una espe­cie de pro­to­co­lo sobre la mane­ra en que se rea­li­za­rán las con­sul­tas, la reser­va pre­via de las mis­mas y el estric­to hora­rio que se debe res­pe­tar; den­tro de la varie­dad de casos que atien­de, sus pacien­tes se sor­pren­den cuan­do la tera­pia requie­re que deban acos­tar­se en el diván del con­sul­to­rio, situa­ción que se pres­ta a gra­cio­sos equívocos.

El nudo con­flic­ti­vo del rela­to se pro­du­ce cuan­do Naïm (Majd Mas­tou­ra), el poli­cía local, a pesar de sen­tir­se atraí­do por Sel­ma, le comu­ni­ca que no pue­de con­ti­nuar su prác­ti­ca sin poseer el per­mi­so per­ti­nen­te. Este incon­ve­nien­te sir­ve como excu­sa para ilus­trar todas las com­pli­ca­cio­nes buro­crá­ti­cas que la psi­co­ana­lis­ta debe atra­ve­sar a fin de obte­ner la licen­cia profesional.

Un Divan à Tunis se apo­ya en las inter­ac­cio­nes que Sel­ma man­tie­ne con sus pin­to­res­cos pacien­tes así como en la bue­na ilus­tra­ción que efec­túa Labi­di de las tra­di­cio­nes reli­gio­sas del país que en su imple­men­ta­ción se tra­du­cen en com­por­ta­mien­tos disí­mi­les. De todos modos lo que más tras­cien­de es la muy bue­na carac­te­ri­za­ción que Faraha­ni logra de su per­so­na­je en el mar­co de esta come­dia satí­ri­ca que a pesar de cier­tos este­reo­ti­pos con­si­gue entre­te­ner gra­ta­men­te a la audien­cia. Jor­ge Gutman

La Pro­gra­ma­ción del TIFF 2020

Los co-direc­to­res del TIFF, Came­ron Bai­ley y Joa­na Vicen­te, anun­cia­ron 50 pelí­cu­las que serán pre­sen­ta­das en la 45ª edi­ción que se desa­rro­lla­rá des­de el 10 has­ta el 19 de sep­tiem­bre de 2020.

Debi­do a las cir­cuns­tan­cias dra­má­ti­cas que vive el mun­do el núme­ro de fil­mes que serán pre­sen­ta­dos este año es con­si­de­ra­ble­men­te menor al de otras edi­cio­nes. De todos modos cabe remar­car que una bue­na par­te de la pro­gra­ma­ción inclu­ye títu­los de pres­ti­gio­sos rea­li­za­do­res como lo son Wer­ner Her­zog, Tho­mas Vin­ter­berg, Gian­fran­co Rosi, Nao­mi Kawa­se­la y Fra­nçois Ozon, entre otros. Es igual­men­te impor­tan­te seña­lar que hay 9 títu­los que fue­ron selec­cio­na­dos por el Fes­ti­val de Can­nes así como algu­nos otros que se verán en el Fes­ti­val de Venecia.

El cine de Amé­ri­ca Lati­na esta­rá pre­sen­te con Fau­na (Méxi­co-Cana­dá) de Nico­lás Pere­da, Casa de Anti­gui­da­des (Bra­sil-Fran­cia) de João Pau­lo Miran­da Maria y Nue­vo Orden (Méxi­co) de Michel Franco.

Como ya se anun­ció pre­via­men­te la pelí­cu­la de aper­tu­ra de la mues­tra es David Byr­ne’s Ame­ri­can Uto­pia de Spi­ke Lee. El Fes­ti­val fina­li­za­rá con la pro­yec­ción de los dos pri­me­ros epi­so­dios de A Sui­ta­ble Boy, una serie de seis par­tes de la direc­to­ra Mira Nair.

He aquí la lis­ta de las 50 pelí­cu­las del Festival.

180 Degree Rule Far­noosh Sama­di | Irán

76 Days Hao Wu, Anony­mous, Wei­xi Chen | Esta­dos Unidos

Ammo­ni­te Fran­cis Lee | Gran Bretaña

Another Round (Druk) Tho­mas Vin­ter­berg | Dinamarca

Ban­dar Band Mani­jeh Hek­mat | Irán-Alemania

Beans Tra­cey Deer | Canadá

Begin­ning (Dasats­ki­si) Dea Kulum­be­gash­vi­li | Geor­gia- Francia

The Best is Yet to Come (Bu Zhi Bu Xiu) Wang Jing | China

Brui­sed Halle Berry | Esta­dos Unidos

City Hall Fre­de­rick Wise­man | Esta­dos Unidos

Con­cre­te Cow­boy Ricky Staub | Esta­dos Unidos

David Byrne’s Ame­ri­can Uto­pia Spi­ke Lee | Esta­dos Uni­dos (Film de Aper­tu­ra)

The Dis­ci­ple Chai­tan­ya Tamha­ne | India

Enemies of the Sta­te Sonia Ken­ne­beck | Esta­dos Unidos

Falling Vig­go Mor­ten­sen | Cana­dá-Gran Bretaña

The Father Flo­rian Zeller | Gran Bretaña-Francia

Fau­na Nico­lás Pere­da | México-Canadá

Fire­ball: Visi­tors from Dar­ker Worlds Wer­ner Her­zog, Cli­ve Oppenhei­mer | Gran Bre­ta­ña-Esta­dos Unidos

Gaza mon amour Tar­zan Nas­ser, Arab Nas­ser | Palestina-Francia-Alemania-Portugal-Qatar

Get the Hell Out (Tao Chu Li Fa Yuan) I‑Fan Wang | Taiwán

Good Joe Bell Rei­nal­do Mar­cus Green | Esta­dos Unidos

I Care A Lot J Bla­ke­son | Gran Bretaña

Incon­ve­nient Indian Miche­lle Lati­mer | Canadá

The Inhe­ri­tan­ce Eph­raim Asi­li | Esta­dos Unidos

Lift Like a Girl (Ash Ya Cap­tain) May­ye Zayed | Egipto-Alemania-Dinamarca

Lim­bo Ben Sha­rrock | Gran Bretaña

Memory Hou­se (Casa de Anti­gui­da­des) João Pau­lo Miran­da Maria | Brasil-Francia

MLK/FBI Sam Pollard | Esta­dos Unidos

The New Cor­po­ra­tion: The Unfor­tu­na­tely Neces­sary Sequel Joel Bakan, Jen­ni­fer Abbott | Canadá

New Order (Nue­vo orden) Michel Fran­co | México

Night of the Kings (La Nuit des Rois) Phi­lip­pe Lacô­te | Cos­ta de Marfil-Francia-Canadá-Senegal

Nomad­land Chloé Zhao | Esta­dos Unidos

No Ordi­nary Man Ais­ling Chin-Yee, Cha­se Joynt | Canadá

Not­turno Gian­fran­co Rosi | Italia-Francia-Alemania

One Night in Mia­mi Regi­na King | Esta­dos Unidos

Pen­guin Bloom Glendyn Ivin | Australia

Pie­ces of a Woman Kor­nél Mun­druc­zó | Esta­dos Unidos-Canadá-Hungría

Pre­pa­ra­tions to Be Together For an Unk­nown Period of Time Lili Hor­vát | Hungría

Quo Vadis, Aïda? Jas­mi­la Žba­nić | Bos­nia y Herzegovina-Noruega-Holanda-Austria-Rumania-Francia-Alemania-Polonia-Turquía

Sha­dow In The Cloud Rosean­ne Liang | Esta­dos Uni­dos-Nue­va Zelanda

Shi­va Baby Emma Selig­man | Esta­dos Unidos-Canadá

Spring Blos­som Suzan­ne Lin­don | Francia

A Sui­ta­ble Boy Mira Nair | Gran Bre­ta­ña-India (Film de Clau­su­ra)

Sum­mer of 85 (Été 85) Fra­nçois Ozon | Francia

The Third Day Felix Barrett, Den­nis Kelly | Gran Bretaña

Tricks­ter Miche­lle Lati­mer | Canadá

True Mothers (Asa Ga Kuru) Nao­mi Kawa­se | Japón

Under the Open Sky (Subarashi­ki Sekai) Miwa Nishi­ka­wa | Japón

Vio­la­tion Made­lei­ne Sims-Fewer, Dusty Man­ci­ne­lli | Canadá

Wild­fi­re Cathy Brady | Gran Bretaña-Irlanda

Por un Mun­do Más Sano

2040. Aus­tra­lia, 2019. Un docu­men­tal escri­to y diri­gi­do por Damon Gameau. 92 minutos

Varias veces el cine ha abor­da­do el pro­ble­ma de la cri­sis cli­má­ti­ca que afec­ta al mun­do, como por ejem­plo lo ha sido el mag­ní­fi­co docu­men­tal An Incon­ve­nient Truth (2005) de David Gug­genheim don­de el ex vice­pre­si­den­te Al Gore advier­te sobre el peli­gro en que la huma­ni­dad se halla por el peli­gro­so reca­len­ta­mien­to terres­tre. Aho­ra es el turno del docu­men­ta­lis­ta aus­tra­liano Damon Gameau quien aden­trán­do­se en el tema pro­po­ne algu­nas solu­cio­nes al pro­ble­ma para que las gene­ra­cio­nes futu­ras habi­ten en un mun­do más auspicioso.

Damon Gameau

En un rela­to ágil y ameno median­te una narra­ti­va basa­da en par­te en efec­ti­vas téc­ni­cas de ani­ma­ción, Gameau se ubi­ca en dos momen­tos del tiem­po, el actual y en 2040. Así basán­do­se en las tec­no­lo­gías ya exis­ten­tes tra­ta de ima­gi­nar cómo en 20 años tan­to su hiji­ta de 4 años como los niños de su gene­ra­ción les será posi­ble vivir en un medio ambien­te don­de ya no exis­tan las dañi­nas emi­sio­nes de car­bono que afec­tan a la atmós­fe­ra. Es así que efec­túa un via­je a tra­vés de varios paí­ses inclu­yen­do el suyo, Esta­dos Uni­dos, Gran Bre­ta­ña, Sue­cia, Ban­gla­desh y Sin­ga­pur tes­ti­mo­nian­do cuá­les son las medi­das que cier­tos sec­to­res pro­duc­ti­vos están adop­tan­do para reme­diar el problema.

En todo el peri­plo, el direc­tor se valió de la expli­ca­ción sumi­nis­tra­da por varias per­so­nas invo­lu­cra­das en el tema; entre ellas se encuen­tran las opi­nio­nes ver­ti­das por Gene­viè­ve Bell (antro­pó­lo­ga), Neel Tamha­ne (espe­cia­lis­ta en ener­gía reno­va­ble), Kate Raworth (eco­no­mis­ta) John Peter­son (pro­fe­sor de estu­dios ambien­ta­les), Paul Haw­ken (ambien­ta­lis­ta), Tony Seba (autor y con­fe­ren­cis­ta) Fra­ser y Lean­ne Pogue (gran­je­ros), Hele­na Nor­berg-Hod­ge (acti­vis­ta).

En su visi­ta a una región humil­de de Ban­gla­desh com­prue­ba cómo sus habi­tan­tes sin tener acce­so a la elec­tri­ci­dad han resuel­to el pro­ble­ma obte­nién­do­la a tra­vés de la ener­gía solar median­te la apli­ca­ción de un sis­te­ma de pane­les inter­co­nec­ta­das entre un gru­po de viviendas.

Otros medios apro­pia­dos radi­can en adop­tar cier­tas prác­ti­cas rege­ne­ra­ti­vas de la agri­cul­tu­ra que absor­ben el car­bón atmos­fé­ri­co; así, evi­tan­do la ero­sión del sue­lo se pue­den cul­ti­var ali­men­tos más nutri­ti­vos. El rea­li­za­dor cons­ta­ta cómo la per­ma­cul­tu­ra mari­na en el este de Esta­dos Uni­dos pue­de con­tri­buir a revi­ta­li­zar los océa­nos para eli­mi­nar la polu­ción de las aguas y mejo­rar en con­se­cuen­cia el hábi­tat de la flo­ra y fau­na marina.

Tenien­do en cuen­ta la con­ges­tión del trá­fi­co auto­mo­triz en cier­tas ciu­da­des de Esta­dos Uni­dos, como Nue­va York y Los Ánge­les, Gameau avi­zo­ra la mane­ra en que el pano­ra­ma actual podría modi­fi­car­se con el empleo de vehícu­los eléc­tri­cos sin con­duc­to­res don­de la socie­dad com­par­te los via­jes a tra­vés de pedi­dos, evi­tan­do así tener un auto pro­pio; ade­más de eli­mi­nar los obs­tácu­los de par­queo, esta medi­da con­tri­bui­ría a redu­cir el aire con­ta­mi­na­do por la ema­na­ción de gases tóxi­cos de los medios de trans­por­te ali­men­ta­dos a combustible.

El docu­men­tal igual­men­te inclu­ye el encuen­tro del direc­tor con niños y pre­ado­les­cen­tes de dife­ren­tes luga­res del mun­do para que ellos den su opi­nión y las solu­cio­nes que pro­po­nen para resol­ver el problema.

Demos­tran­do ser un efi­caz comu­ni­ca­dor de ideas, Gameau prue­ba que exis­ten los medios para recom­po­ner las difi­cul­ta­des atmos­fé­ri­cas que se están vivien­do. En tal sen­ti­do, el men­sa­je opti­mis­ta de su docu­men­tal no es mera­men­te utó­pi­co o idea­lis­ta; sola­men­te se nece­si­ta una fir­me deter­mi­na­ción del espec­tro polí­ti­co para imple­men­tar las medi­das nece­sa­rias a fin de que en 2040 la huma­ni­dad pue­da dis­fru­tar mejor de la vida en el pla­ne­ta Tie­rra. Jor­ge Gutman