Un Via­je Inconcluso

AN UNFI­NISHED JOUR­NEY. Cana­dá-Fran­cia, 2024. Un docu­men­tal de Aey­li­ya Husain y Amie Williams. 75 minu­tos. Pro­gra­ma­do en el Fes­ti­val Hot Docs.

Un deta­lla­do y cla­ri­fi­ca­dor recuen­to de las con­se­cuen­cias que espe­cial­men­te ha sufri­do el sec­tor feme­nino de Afga­nis­tán es con­si­de­ra­do en An Unfi­nished Journey.

El aire fres­co y reno­va­dor dis­fru­ta­do por Afga­nis­tán duran­te dos déca­das se esfu­mó el 15 de agos­to de 2021 con el retorno de los tali­ba­nes apo­de­rán­do­se del poder. Ese dra­má­ti­co acon­te­ci­mien­to echó por tie­rra toda espe­ran­za de una vida mejor; así, súbi­ta­men­te 20 millo­nes de muje­res vie­ron sus dere­chos civi­les anu­la­dos, como el de pro­se­guir su edu­ca­ción en las escue­las, man­te­ner sus empleos, o bien tran­si­tar libre­men­te en la vía púbi­ca. Esa fría esta­dís­ti­ca es la más alta regis­tra­da en la his­to­ria moderna.

Como con­se­cuen­cia del con­trol de Tali­bán algu­nas muje­res estu­vie­ron for­za­das a aban­do­nar su país logran­do exi­lar­se en dife­ren­tes paí­ses. Cua­tro de ellas encon­tra­ron en Cana­dá el nue­vo hogar tra­tan­do de ajus­tar­se al pano­ra­ma exis­ten­te y es así que las docu­men­ta­lis­tas Aey­li­ya Husain y Amie Williams han podi­do contactarlas.

Una de ellas es Homai­ra Ayu­bi (53 años), quien fue una res­pe­ta­da inte­gran­te del par­la­men­to de la pro­vin­cia de Farah y que nun­ca habría desea­do dejar su tie­rra; en sus cua­tro perío­dos de par­la­men­ta­ria luchó con­tra la corrup­ción de los mafio­sos. Des­de el momen­to de su lle­ga­da con­vi­vien­do con su mari­do, dos adul­tos hijos y una nue­ra en un peque­ño depar­ta­men­to, ade­más de apo­yar a otros com­pa­trio­tas exila­dos, ella sale al encuen­tro de polí­ti­cos cana­dien­ses a su vez que asis­te a las pro­tes­tas públi­cas con­tra lo que está acon­te­cien­do en su país.

Otra pro­mi­nen­te mujer es Zef­noon Safi (52 años), igual­men­te ex miem­bro par­la­men­ta­ria, ori­gi­na­ria de la pro­vin­cia de Lagh­man. A tra­vés de su carre­ra polí­ti­ca pudo supe­rar el obs­tácu­lo de los más radi­ca­les líde­res tali­ba­nes y de la inten­sa comu­ni­dad patriar­cal, al haber logra­do el apo­yo de sus elec­to­res. Agra­de­ci­da por encon­trar exi­lio en Cana­dá, tra­ta de ambien­tar­se a la nue­va vida jun­to con su mari­do y cin­co de sus hijos. Con todo, la liber­tad logra­da tie­ne un alto cos­to, dado que dos de sus hijas y sus res­pec­ti­vas fami­lias per­ma­ne­cen atra­pa­das en Afga­nis­tán. Hablan­do fre­cuen­te­men­te con ellas y nie­tos, Safi anhe­la de que algún día pue­da traer­los a Canadá.

Por su par­te Nilo­far Mora­di (27 años), ex repor­te­ra y perio­dis­ta de la tele­vi­sión, al prin­ci­pio se radi­có en Gre­cia para final­men­te ins­ta­lar­se en Otta­wa con su mari­do quien ha con­se­gui­do un empleo esta­ble y su hiji­to de 6 años ini­cian­do la escue­la. En su nue­vo hogar es otra de las muje­res que como fir­me acti­vis­ta par­ti­ci­pa en demos­tra­cio­nes y fórums inter­na­cio­na­les que cen­tran la aten­ción en el legí­ti­mo dere­cho que asis­te a las muje­res afganas.

Nar­gis Nehan

Por últi­mo el docu­men­tal intro­du­ce a Nar­gis Nehan (46 años), una ex minis­tra que tra­ba­jó muy de cer­ca con el depues­to pre­si­den­te Ash­raf Gha­ni. Radi­ca­da en Toron­to y gra­cias a su gran flui­dez en inglés, a tra­vés de los medios de difu­sión enfa­ti­za la dura situa­ción vivi­da en Afga­nis­tán a la vez que ejer­ce pre­sión para que los líde­res mun­dia­les se pro­nun­cien sobre la deni­gran­te con­di­ción de la mujer vivien­do bajo la sinies­tra opre­sión del régi­men afgano.

Las cineas­tas han logra­do un impor­tan­te docu­men­to des­ta­can­do la resi­lien­cia, crea­ti­vi­dad y visión de muje­res que no se dan por ven­ci­das y cons­cien­tes de estar rea­li­zan­do un via­je aún no con­clui­do cuyo pro­pó­si­to fun­da­men­tal es res­tau­rar la dig­ni­dad de la mujer afga­na. Asi­mis­mo cabe des­ta­car la remar­ca­ble foto­gra­fía de Mri­nal Des­ai cap­tan­do la nos­tal­gia de las cua­tro damas entre­vis­ta­das quie­nes no obs­tan­te la tran­qui­li­dad que les ofre­ce el país anfi­trión per­du­ra la año­ran­za y el deseo de poder regre­sar algu­na vez a Afga­nis­tán. Jor­ge Gutman