Bue­nos Docu­men­ta­les en RIDM

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

Ade­más del exce­len­te docu­men­tal City Hall comen­ta­do días atrás, he aquí otros títu­los inclui­dos en la pro­gra­ma­ción de Ren­con­tres Inter­na­tio­na­les du docu­men­tai­re de Mon­tréal (RIDMque mere­cen ser considerados.

Peti­te Fille (Fran­cia-Dina­mar­ca), 2020.

Un tema deli­ca­do como la dis­fo­ria de géne­ro es ana­li­za­do con minu­cio­so deta­lle por Sebas­tien Lifshitz en este con­mo­ve­dor documental.

La dis­cor­dan­cia exis­ten­te entre la iden­ti­dad de géne­ro y el sexo físi­co al momen­to de nacer es lo que acon­te­ce con Sasha de 8 años de edad vivien­do con sus padres y her­ma­nos en una peque­ña ciu­dad pro­vin­cial del nor­des­te de Fran­cia. Habien­do naci­do con el cuer­po de un ser mas­cu­lino, a los 3 años mani­fies­ta a su madre Kari­ne Novak que cuan­do crez­ca él será una chi­ca; si bien al prin­ci­pio sus padres lo atri­bu­ye­ron como una gra­cia del peque­ño al año siguien­te Kari­ne evi­den­cia que no se tra­ta de un mero capri­cho sino de algo real en la medi­da que Sacha se iden­ti­fi­ca por com­ple­to como mujercita.

Esta mujer no pue­de ocul­tar la angus­tia que la afli­ge al recor­dar que duran­te su emba­ra­zo fer­vien­te­men­te aspi­ra­ba a tener una niña y que a lo mejor eso pudo haber influi­do en la iden­ti­fi­ca­ción sexual de su hijo. Pero lo que más preo­cu­pa a estos padres es la situa­ción que Sasha atra­vie­sa en la escue­la al ser mar­gi­na­do por sus com­pa­ñe­ros de cla­se. La ten­sión se inten­si­fi­ca aún más cuan­do la ins­ti­tu­ción esco­lar acu­sa a Kari­ne de pre­sio­nar a Sacha para ser una niña.

Des­pués de una visi­ta al doc­tor local que no es enten­di­do en la mate­ria, con todo el ímpe­tu y deter­mi­na­ción de una madre cora­je, Kari­ne jun­to con Sacha via­jan a París; allí se diri­gen a un cen­tro hos­pi­ta­la­rio don­de reci­ben la aten­ción de una abne­ga­da doc­to­ra espe­cia­li­za­da en psi­co­pa­to­lo­gía infan­til y ado­les­cen­te. Con­la gran ayu­da reci­bi­da de dicha facul­ta­ti­va, Kari­ne obtie­ne una car­ta ofi­cial del hos­pi­tal don­de se cer­ti­fi­ca el sexo feme­nino de Sacha para que la escue­la la regis­tre como tal.

Ade­más del inte­rés didác­ti­co que ofre­ce este film, mere­ce des­ta­car la saga­ci­dad del rea­li­za­dor en retra­tar a esta uni­da fami­lia y sobre todo el pro­fun­do amor y com­pren­sión de los padres hacia su que­ri­da hiji­ta. La muy bue­na narra­ción de Lifshitz se com­ple­men­ta con la mag­ní­fi­ca labor del direc­tor de foto­gra­fía Paul Ghilhau­me cap­tan­do en pri­me­ros pla­nos el sen­ti­mien­to tra­sun­ta­do por la niña y su pro­ge­ni­to­ra atra­ve­san­do esta difi­cul­to­sa odisea.

Pleno de emo­ción y ter­nu­ra este impe­ca­ble docu­men­tal adquie­re espe­cial reso­nan­cia al abo­gar por la tole­ran­cia y la no dis­cri­mi­na­ción, alber­gan­do la espe­ran­za de que casos simi­la­res sean tra­ta­dos con la defe­ren­cia, con­si­de­ra­ción y huma­ni­dad debida.

Priè­re pour une mitai­ne per­due (Cana­dá)

Este docu­men­tal del direc­tor cana­dien­se Jean Fra­nçois Lesa­ge se cen­tra en los obje­tos que un ser humano posee y los recuer­dos que los mis­mos generan.

La acción se desa­rro­lla en Mon­treal don­de se ve a dife­ren­tes per­so­nas acu­dien­do a la ven­ta­ni­lla de obje­tos per­di­dos de una esta­ción de metro a fin de inda­gar sobre cier­tas per­te­nen­cias que extra­via­ron tran­si­tan­do fue­ra de sus hoga­res, como pasa­por­tes, lla­ves, car­pe­tas, etc. En algu­nos casos la recu­pe­ra­ción de lo extra­via­do pro­du­ce ali­vio en sus pro­pie­ta­rios, mien­tras que otros no tie­nen la mis­ma suer­te al no haber sido loca­li­za­da la pérdida.

Como com­ple­men­to del tema cen­tral el rela­to se nutre de una serie de viñe­tas don­de se ve a algu­nas de estas per­so­nas en la inti­mi­dad de sus hoga­res comen­tan­do lo que sig­ni­fi­ca para ellas haber reco­bra­do lo per­di­do; así, una mujer se refie­re al valor sen­ti­men­tal de su gorro por ella teji­do, en tan­to que otra reve­la la impor­tan­cia que tie­ne la foto de un ser muy que­ri­do guar­da­da en el inte­rior de su tar­je­ta de transporte.

A todo ello el direc­tor expan­de su narra­ción hacien­do refe­ren­cia a otro tipo de pér­di­das, como la de un hom­bre de media­na edad que mucho sien­te la muer­te de su pare­ja a cau­sa del SIDA, así como otro indi­vi­duo lamen­ta haber sido aban­do­na­do por su mujer debi­do a su des­leal conducta.

Como esce­na­rio de fon­do, la foto­gra­fía de Marian­ne Plos­ka ofre­ce la visión de una ciu­dad cubier­ta de nie­ve en pleno perío­do inver­nal, lo que otor­ga un aire nos­tál­gi­co aso­cia­do a la natu­ra­le­za del relato.

Bien fil­ma­do y carac­te­ri­za­do por su sen­ci­llez, Lesa­ge ofre­ce en este film una visión huma­na y a la vez ori­gi­nal sobre cómo valo­rar lo que uno posee o deja de tener.

The Ame­ri­can Sec­tor (Esta­dos Unidos)

Duran­te 28 años el muro de Ber­lín con­tro­la­do por la Unión Sovié­ti­ca sepa­ró el este del oes­te de la actual capi­tal de Ale­ma­nia; su demo­ra­do des­man­te­la­mien­to en 1989 sig­ni­fi­có para los habi­tan­tes de Ber­lín Orien­tal haber logra­do la ansia­da liber­tad que les había sido nega­da para acce­der al sec­tor occi­den­tal de la divi­di­da ciu­dad como así tam­bién a los res­tan­tes paí­ses de Euro­pa. Ins­pi­ra­do por ese impor­tan­te acon­te­ci­mien­to los docu­men­ta­lis­tas Court­ney Stephens y Pacho Vélez siguie­ron duran­te tres años las hue­llas de 60 inmen­sos seg­men­tos de esa pared que han sido des­ple­ga­dos en Esta­dos Unidos.

Cier­tos peda­zos en esta­do natu­ral y otros ador­na­dos con pin­tu­ras de artis­tas se encuen­tran ubi­ca­dos en sitios tan disí­mi­les como museos, biblio­te­cas pre­si­den­cia­les, cam­pus uni­ver­si­ta­rios, esta­cio­nes de metros, una cade­na de hote­les en Dallas, así como en la sede de gran­des corporaciones.

Aun­que en algu­nos casos Stephens y Vélez han cap­ta­do sola­men­te las imá­ge­nes, en otros ofre­cen la pala­bra a mora­do­res cer­ca­nos, tran­seún­tes, turis­tas y artis­tas para que expre­sen sus opi­nio­nes al res­pec­to: en ese sen­ti­do el docu­men­tal adquie­re rele­van­cia al refle­jar de qué mane­ra estos inter­lo­cu­to­res vin­cu­lan los frag­men­tos del muro con expe­rien­cias his­tó­ri­cas vivi­das, como en el caso de un hom­bre que com­pa­ra la infa­me pared con la polí­ti­ca sus­ten­ta­da por el gobierno de Trump en lo con­cer­nien­te a la sepa­ra­ción de fami­lias de inmi­gran­tes. Como excep­ción a la regla, dos estu­dian­tes de la Uni­ver­si­dad de Vir­gi­nia obje­tan el cri­te­rio moral de la ins­ta­la­ción de esa pie­za argu­men­tan­do que en su lugar debe­ría exis­tir otro sím­bo­lo que expre­sa­se la dis­cri­mi­na­ción racial que per­ma­nen­te­men­te carac­te­ri­zó al país.

Con un buen mon­ta­je de Stephens y Dou­nia Sichov, este atrac­ti­vo docu­men­tal en sus esca­sos 70 minu­tos per­mi­te vis­lum­brar la reso­nan­cia per­sis­ten­te del des­apa­re­ci­do muro en la his­to­ria polí­ti­ca de la nación americana.

Pie­dra Sola (Argen­ti­na-Méxi­co-Qatar-Gran Bretaña)

Des­pués de haber rea­li­za­do varios cor­to­me­tra­jes, el direc­tor Ale­jan­dro Telé­ma­co Tarraf ofre­ce un docu­men­tal antro­po­ló­gi­co don­de esta­ble­ce la rela­ción del hom­bre con la natu­ra­le­za a tra­vés de un sub­yu­gan­te via­je de enso­ña­ción en una Argen­ti­na no muy conocida.

La acción se desa­rro­lla en la Puna del nor­te argen­tino, pró­xi­ma a la fron­te­ra boli­via­na, don­de a 4000 metros de altu­ra resi­de una peque­ña pobla­ción rural. Valién­do­se de acto­res no pro­fe­sio­na­les, el argu­men­to recrea la vida de una fami­lia humil­de lide­ra­da por su patriar­ca Fidel (Ricar­do Fidel Tola­ba). Él es uno de los pas­to­res que habi­ta en la zona quien se ocu­pa de ven­der en el mer­ca­do car­nes y pie­les pro­ve­nien­tes de su gana­do de lla­mas. Pare­ce ser que un puma al que no se le pue­de ver hace pre­sa de los ani­ma­les, a pesar de que no se lle­ga a saber si ese ani­qui­la­dor real­men­te exis­te; esa es la excu­sa para que el guión del rea­li­za­dor y Lucas Dis­té­fano ilus­tre las cos­tum­bres de una comu­ni­dad aten­dien­do al ritual de cier­tas cere­mo­nias en las que se obe­de­ce los man­da­tos de la pacha­ma­ma (madre-tie­rra); en este caso con­sis­te en ofren­dar un par de lla­mas al felino depre­da­dor para saciar su vora­ci­dad. Una nota adi­cio­nal tie­ne lugar casi al final del metra­je don­de se obser­va a un gru­po de extra­ños por­tan­do una pesa­da pla­ta­for­ma de made­ra con la efi­gie de un jine­te y Fidel ayu­dan­do a ubi­car dicha car­ga al tope de una mon­ta­ña en don­de será quemada.

Tenien­do en cuen­ta que esta explo­ra­ción mís­ti­ca no ofre­ce res­pues­tas a lo que su tra­ma plan­tea, que­da cla­ro que el rea­li­za­dor no se preo­cu­pa por ofre­cer una narra­ti­va con­ven­cio­nal sino que su pro­pó­si­to es ofre­cer un esplen­dor visual del medio natu­ral logran­do un fas­ci­nan­te resul­ta­do. Con una exce­len­te foto­gra­fía de Alber­to Balazs refle­jan­do los dife­ren­tes aspec­tos que adop­ta la natu­ra­le­za, des­de una noc­tur­na tor­men­ta eléc­tri­ca has­ta un cla­ro ama­ne­cer nubla­do, com­ple­men­ta­do con los efec­tos sono­ros de Leo­nar­do Cau­te­ruc­cio, el rea­li­za­dor ‑quien tam­bién tuvo a su car­go la edi­ción- obtie­ne un váli­do docu­men­to etno­grá­fi­co resal­tan­do el sóli­do lazo exis­ten­te entre la cul­tu­ra y el medio ambiente.

.

Los Ecos de una Tragedia

COLLEC­TI­VE Ruma­nia-Luxem­bur­go, 2019. Un film deA­le­xan­der Nanau 109 minu­tos. Dis­po­ni­ble en las pla­ta­for­mas iTu­nes y Apple TV

Si bien la mayo­ría de las salas de cine en Cana­dá per­ma­ne­cen cerra­das, afor­tu­na­da­men­te median­te las varia­das pla­ta­for­mas de strea­ming exis­ten­tes es posi­ble tener acce­so a obras de gran valor artís­ti­co como es el caso de Collec­ti­ve. Pala­bras como “abe­rran­te”, “repug­nan­te”, “atroz” no alcan­zan a expre­sar total­men­te la desa­zón que pro­du­ce el com­por­ta­mien­to de seres des­pro­vis­tos de huma­ni­dad que cega­dos por la codi­cia del dine­ro pue­den cons­cien­te­men­te cau­sar daños fata­les a sus con­ciu­da­da­nos. A la vez en esta tris­te épo­ca en que la expre­sión “fake news” está en boga, pue­de com­pro­bar­se cómo la his­to­ria ofi­cial difie­re de la ver­da­de­ra en el mar­co de lo expues­to en este valio­so documental.

Una esce­na de COLLECTIVE

El 30 de octu­bre de 2015, un incen­dió irrum­pió en el club noc­turno Colec­tiv de Buca­rest duran­te un con­cier­to de rock cobran­do la vida de 27 per­so­nas e hirien­do gra­ve­men­te a 100 más; con­se­cuen­te­men­te el enton­ces Minis­tro de Salud Nico­lae Băni­cioiu garan­ti­zó a la pobla­ción que el sis­te­ma hos­pi­ta­la­rio brin­da­ría a todos los afec­ta­dos el tra­ta­mien­to ade­cua­do para su recu­pe­ra­ción; sin embar­go en las sema­nas sub­si­guien­tes se pro­du­jo la muer­te de 40 per­so­nas inter­na­das como con­se­cuen­cia de gra­ves infecciones.

Si bien el des­gra­cia­do epi­so­dio pudo así haber con­clui­do, cier­tos indi­cios exis­ten­tes indu­je­ron a que el perio­dis­ta Cătă­lin Tolon­tan del dia­rio rumano Gaze­ta Spor­tu­ri­lor comen­za­ra a inda­gar en el asun­to y en ese accio­nar abrió una inima­gi­na­ble Caja de Pan­do­ra. El audaz e inqui­si­ti­vo perio­dis­ta jun­to con su efi­caz equi­po logró des­cu­brir que a pesar que Băni­cioiu ase­gu­ra­ra que los desin­fec­tan­tes uti­li­za­dos para el tra­ta­mien­to de los pacien­tes tenían un 95% de efec­ti­vi­dad, la inves­ti­ga­ción rea­li­za­da deter­mi­nó lo con­tra­rio; eso ha sido como con­se­cuen­cia de haber­se des­cu­bier­to que Dan Con­drea, el due­ño de la com­pa­ñía ruma­na Hexi Phar­ma que ela­bo­ra­ba desin­fec­tan­tes diluía las solu­cio­nes antes de ser entre­ga­das a los hos­pi­ta­les; para peor, los res­pon­sa­bles sani­ta­rios las disol­vían aún más lo que con­tri­bu­yó a que estos desin­fec­tan­tes no pudie­sen eli­mi­nar las bacterias.

El escán­da­lo pro­du­jo el cie­rre de la com­pa­ñía como asi­mis­mo un cam­bio de gobierno don­de Vlad Voi­cu­les­cu, el nue­vo Minis­tro de Salud cono­ci­do por su deno­da­do acti­vis­mo por el bien­es­tar de los pacien­tes, reve­ló has­ta qué pun­to toda la indus­tria de la medi­ci­na hos­pi­ta­la­ria esta­ba corrup­ta; así, este devo­to fun­cio­na­rio tra­tó de que exis­tie­ra una total trans­pa­ren­cia duran­te su ges­tión. Otra figu­ra des­ta­ca­ble del film es Tedy Ursu­lea­nu, una joven arqui­tec­ta sobre­vi­vien­te del nefas­to incen­dio, quien habien­do sufri­do la que­ma­zón en varias par­tes de su cuer­po y per­di­do una mano, posan­do para un fotó­gra­fo se ha con­ver­ti­do en un sím­bo­lo de la tragedia.

En su ter­cer tra­ba­jo como docu­men­ta­lis­ta, Ale­xan­der Nanau ha logra­do un remar­ca­ble dra­ma en el que sin efec­tuar repor­ta­je alguno con­si­guió que su cáma­ra tes­ti­mo­nia­ra los acon­te­ci­mien­tos des­crip­tos por Vio­cu­les­cu. El docu­men­to adquie­re reso­nan­cia uni­ver­sal, tenien­do en cuen­ta que la denun­cia de la corrup­ción exis­ten­te en el ejer­ci­cio de la fun­ción públi­ca no es un mal endé­mi­co por­que lamen­ta­ble­men­te afec­ta a nume­ro­sos sitios del mun­do; afor­tu­na­da­men­te, la exis­ten­cia de ínte­gros repor­te­ros dis­pues­tos a des­en­te­rrar la ver­dad per­mi­ten que la mis­ma se impon­ga. Cier­ta­men­te, el rea­li­za­dor ofre­ce un mere­ci­do tri­bu­to a esta noble y dig­na pro­fe­sión que muchas veces es ata­ca­da por difun­dir lo que real­men­te está acon­te­cien­do. Jor­ge Gutman

Un Memo­ra­ble Cuaderno

EL CUA­DERNO DE TOMY. Argen­ti­na, 2020. Un film escri­to y diri­gi­do por Car­los Sorín. 84 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Netflix

Por pri­me­ra vez en su apre­cia­ble fil­mo­gra­fía el vete­rano rea­li­za­dor Car­los Sorín enca­ra un tema que no le per­te­ne­ce sino que está ins­pi­ra­do en un caso real.

El 21 de abril de 2015 murió en Bue­nos Aires María (Marie) Váz­quez de 43 años des­pués de haber bata­lla­do dura­men­te con­tra el cán­cer de ova­rio. Si bien el tris­te epi­so­dio podría haber sido un caso más de las innu­me­ra­bles víc­ti­mas de esta cruel enfer­me­dad, la situa­ción atra­ve­sa­da por esta arqui­tec­ta y dibu­jan­te se dis­tin­gue por haber com­par­ti­do su expe­rien­cia a tra­vés de las redes socia­les a medi­da que su esta­do físi­co se iba dete­rio­ran­do. Ade­más, hay algo que para ella adquie­re tras­cen­den­tal impor­tan­cia: sabien­do que Tomy, su úni­co hijo de 3 años, ya no la vería más a medi­da que segui­ría cre­cien­do, deci­dió escri­bir­le en un cua­derno lo que ella esta­ba atra­ve­san­do como asi­mis­mo expre­sar­le el inmen­so amor que sen­tía por él; des­pués de su dece­so, ese dia­rio publi­ca­do en un libro deno­mi­na­do El Cua­derno de Nip­pur logró un enor­me suce­so editorial.

Vale­ria Ber­tuc­ce­lli y Julián Sorin

Fil­ma­do casi en su mayor par­te en el ámbi­to de la habi­ta­ción de la clí­ni­ca don­de Marie (Vale­ria Ber­tu­ce­lli) se halla inter­na­da la narra­ción de Sorín se cen­tra en las últi­mas sema­nas de su vida cuan­do su cán­cer es ter­mi­nal y las opcio­nes de ope­ra­ción y/o de qui­mio­te­ra­pia han que­da­do des­car­ta­das. Es así que sólo res­tan los cui­da­dos palia­ti­vos a fin de redu­cir los dolo­res y evi­tar su ago­nía. Fren­te a ese cua­dro, esta mujer due­ña de una sin­gu­lar for­ta­le­za no se deses­pe­ra como tam­po­co se auto-com­pa­de­ce, sino que por el con­tra­rio tra­ta de trans­mi­tir lo que está vivien­do tui­tean­do como así tam­bién acu­dien­do al cua­derno men­cio­na­do para que ella per­ma­nez­ca pre­sen­te en la memo­ria de Tomy (Julián Sorín). En tan­to, a su lado casi per­ma­nen­te­men­te se halla su ama­do mari­do Fede­ri­co (Este­ban Lamothe) tra­tan­do de ani­mar­la y evi­tan­do que las lágri­mas le pue­dan trai­cio­nar en ese enco­mia­ble esfuerzo.

En otras ins­tan­cias del rela­to, se refle­ja el cui­da­do pro­por­cio­na­do por los médi­cos (Mau­ri­cio Dayub, Bea­triz Spel­zi­ni) y enfer­me­ras de la clí­ni­ca (Ele­na Nor­te, Nata­lia Mos­chet­to­ni) para per­mi­tir que Marie pue­da sen­tir­se lo más con­for­ta­ble aten­dien­do a las cir­cuns­tan­cias exis­ten­tes. Tam­bién se encuen­tran las ami­gas de Marie (Ana Katz, Pao­la Barrien­tos, Ani­ta Pauls, Móni­ca Anto­nó­pu­los, Romi­na Ric­chi, Cata­ri­na Spi­net­ta, Male­na Pichot, Car­la Que­ve­do) y en espe­cial su esti­ma­do ami­go Char­lie (Die­go Gen­ti­le) que lle­gan a visi­tar­la e inclu­so a fes­te­jar su cua­dra­gé­si­mo ter­cer cum­plea­ños, pocas sema­nas antes de fallecer.

Sorín ha logra­do que esta his­to­ria tan den­sa­men­te con­mo­ve­do­ra no se con­vier­ta en un melo­dra­ma sen­si­ble; así, la emo­ción de su tema se refle­ja de mane­ra natu­ral sin que el espec­ta­dor se sien­ta mani­pu­la­do. Ate­nuan­do el cli­ma dra­má­ti­co del rela­to, se asis­te a momen­tos pro­vis­tos de un humor cíni­co y soca­rrón fren­te a situa­cio­nes que la pro­ta­go­nis­ta man­tie­ne con la gen­te que la rodea.

El cli­max de este dra­ma se pro­du­ce cuan­do el dolor físi­co y el sobre­pe­so psi­co­ló­gi­co de Marie alcan­zan una dimen­sión inaguan­ta­ble. Es allí que fren­te al impe­ra­ti­vo deseo de la enfer­ma de poner fin a su situa­ción el film abor­da con suma deli­ca­de­za el dile­ma sobre cómo con­cluir su vida y has­ta qué pun­to una inten­si­fi­ca­da seda­ción pue­de dife­ren­ciar­se de la euta­na­sia como pro­ce­di­mien­to médico.

Sorín ofre­ce un rela­to de fic­ción que más se ase­me­ja al de un docu­men­tal por la for­ma en que está con­ce­bi­do y en espe­cial por haber logra­do con­vo­car a un elen­co inte­gra­do por remar­ca­bles acto­res que viven con com­ple­ta con­vic­ción los roles que les han sido asig­na­do. Indu­da­ble­men­te quien se lle­va las pal­mas es Ber­tu­ce­lli que deja de ser la actriz para con­ver­tir­se en la rapa­da y des­gas­ta­da Marie; quie­nes hayan teni­do la des­afor­tu­na­da opor­tu­ni­dad de asis­tir a un ser que­ri­do en seme­jan­te situa­ción apre­cia­rán cómo la actriz logra una com­ple­ta meta­mor­fo­sis con su per­so­na­je. Elo­cuen­te y com­ple­ta­men­te con­vin­cen­te es el desem­pe­ño de Lamothe como el mari­do de Marie trans­mi­tien­do en su ros­tro la enor­me con­go­ja de asis­tir a su desin­te­gra­ción físi­ca. Por últi­mo men­ción espe­cial mere­ce Julián, el nie­to de Sorín, como el niño a quien el libro le es dedi­ca­do; la esce­na que man­tie­ne con su madre en el momen­to del adiós adquie­re una indes­crip­ti­ble ternura.

Aun­que esta refle­xión de la muer­te como par­te final de la vida pue­da resul­tar algo incó­mo­da tenien­do en cuen­ta la cruel pan­de­mia que se está vivien­do, de todos modos la exce­len­cia de este ínti­mo y cáli­do film logra­rá el amplio apo­yo del públi­co. Jor­ge Gutman

Un Verano Diferente

ÉTÉ 85. Fran­cia-Bél­gi­ca, 2020. Un film escri­to y diri­gi­do por Fra­nçois Ozon. 100 minu­tos. Dis­po­ni­ble en cinemaduparc.com 

Des­pués de haber ofre­ci­do con Grâ­ce à Dieu 2019) uno de sus más logra­dos tra­ba­jos, el rea­li­za­dor Fra­nçois Ozon retor­na con Été 85, un film lumi­no­so que des­cri­be un roman­ce homo­se­xual de dos jóve­nes en una ciu­dad cos­te­ra de Nor­man­dia en el verano de 1985, como lo anti­ci­pa su títu­lo. En una libre adap­ta­ción de la nove­la La dan­se du coucou de Aidan Cham­bers escri­ta en 1982, Ozon intro­du­ce aspec­tos de su expe­rien­cia per­so­nal de ado­les­cen­te de esa época.

Félix Lefeb­vre y Ben­ja­min Voisin

La pri­me­ra esce­na del film pre­sen­ta a Ale­xis Robin (Félix Lefeb­vre) un ado­les­cen­te de 16 años que está a pun­to de ser juz­ga­do por haber esta­do vin­cu­la­do con su aman­te David Gor­man (Ben­ja­min Voi­sin) de 18 años que aca­ba de morir. De allí en más, la acción retro­ce­de al pasa­do a par­tir del momen­to en que David habien­do zozo­bra­do con su vele­ro en pleno mar es res­ca­ta­do por Ale­xis un des­co­no­ci­do para él has­ta ese enton­ces. De allí en más sur­ge entre ambos una apa­sio­na­da rela­ción que no dura­rá más que 6 sema­nas don­de para Ale­xis su pare­ja cons­ti­tu­ye su pri­mer gran amor y la mayor feli­ci­dad que ha goza­do en su vida; sin embar­go esa rela­ción peli­gra cuan­do él es inva­di­do por los celos al ver que David flir­tea con Kate (Phi­lip­pi­ne Vel­ge), una atrac­ti­va joven de Ingla­te­rra que visi­ta el lugar. Sin entrar a deve­lar lo que suce­de pos­te­rior­men­te y la razón por la que Ale­xis es some­ti­do a jui­cio, pue­de ade­lan­tar­se que éste es uno de los mejo­res fil­mes del rea­li­za­dor quien lo dota de una exqui­si­ta sen­sua­li­dad narran­do una bella his­to­ria de amor no exen­ta de suspenso.

Ade­más de su exce­len­te pues­ta escé­ni­ca, el direc­tor ha real­za­do su tra­ba­jo al haber con­vo­ca­do a un cali­fi­ca­do elen­co, sobre todo en sus dos pro­ta­go­nis­tas. .Lefeb­vre con­mue­ve pro­fun­da­men­te como el cán­di­do y leal joven que sien­te las pri­me­ras emo­cio­nes del amor; por su par­te, Voi­sin es muy per­sua­si­vo ani­man­do a un mucha­cho mani­pu­la­dor e inca­paz de man­te­ner una rela­ción esta­ble que no obs­tan­te demos­trar segu­ri­dad en lo que hace no pue­de ocul­tar su face­ta vul­ne­ra­ble. En un rol de apo­yo se des­ta­ca Vale­ria Bru­ni-Tedes­chi como la absor­ben­te y un tan­to excén­tri­ca madre de David.

Final­men­te tan­to los dise­ños de pro­duc­ción de Benoît Barouh así como las atrac­ti­vas can­cio­nes como la músi­ca de Jean-Benoît Dunc­kel trans­mi­tien­do el cli­ma román­ti­co y nos­tál­gi­co de la épo­ca refuer­zan los valo­res de este vibran­te dra­ma de amor.
Jor­ge Gutman

El Dra­ma de una Adolescente

VACAR­ME. Cana­dá, 2020. Un film de Nee­gan Tru­del 77 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Crave

En su pri­mer film como rea­li­za­dor Nee­gan Tru­del enfo­ca la ado­les­cen­cia en un dra­ma social que trans­cu­rre en Mon­treal. Si bien el tema dis­ta de ser nove­do­so, lo que dis­tin­gue a Vacar­me es uti­li­zar a la músi­ca como medio efi­caz de sobre­lle­var los pro­ble­mas que aca­rrea su protagonista.

Rosa­lie Pépin y Kelly Depeault

El guión del rea­li­za­dor y Jonathan Lemi­re pre­sen­ta a Émi­lie (Rosa­lie Pépin), una joven de 13 años que sin haber goza­do de una infan­cia feliz tam­po­co lo logra en esta eta­pa de su vida. Eso se debe a que su irres­pon­sa­ble madre Kari­ne (Sophie Des­ma­rais), una mujer diso­lu­ta, de reac­cio­nes impre­vi­si­bles y no exen­ta de mani­fes­ta­cio­nes vio­len­tas, la ha expul­sa­do del hogar. Median­te la asis­ten­cia de los ser­vi­cios socia­les, ella es alber­ga­da en un hogar gru­pal a car­go de la Direc­ción de la Pro­tec­ción Juve­nil; no obs­tan­te la bue­na dis­po­si­ción de la edu­ca­do­ra de la resi­den­cia (Rosa­lie Julien) y de Ariel (Kelly Depeault), su com­pa­ñe­ra de cuar­to, el máxi­mo deseo de Émi­lie es retor­nar a su hogar en pro­cu­ra de afec­to y amor mater­nal aun­que en su inten­to fra­ca­sa. Fren­te a este des­con­so­la­dor pano­ra­ma, su úni­co solaz lo encuen­tra en la músi­ca a tra­vés del víncu­lo esta­ble­ci­do con Renaud (Rudi Loup Dupe­rre), uno de los ex aman­tes de su madre, quien le sumi­nis­tra lec­cio­nes de guitarra.

El novel direc­tor median­te un enfo­que rea­lis­ta que adop­ta un tono cua­si docu­men­tal ofre­ce una ade­cua­da pin­tu­ra del pro­ce­so de tran­si­ción que atra­vie­sa Émi­lie quien con­tra vien­to y marea desea recu­pe­rar a su pro­ge­ni­to­ra. Aun­que el pano­ra­ma resul­te depri­men­te, el rela­to deja cier­ta aper­tu­ra de lumi­no­si­dad para que even­tual­men­te esta ado­les­cen­te pue­da encau­zar su vida.de mane­ra positiva.

La natu­ra­li­dad con que Pépin dota al per­so­na­je pro­ta­gó­ni­co así como la satis­fac­to­ria pres­ta­ción del res­to del elen­co con­tri­bu­yen a real­zar los valo­res de este peque­ño pero efec­ti­vo rela­to humano. Esta ópe­ra pri­ma del novel cineas­ta cons­ti­tu­ye una bue­na car­ta de pre­sen­ta­ción para futu­ros pro­yec­tos. Jor­ge Gutman