Rela­to Autobiógráfico

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

AT THE BEGIN­NING OF TIME: Autor: Ste­ve Galluc­cio — Direc­ción: Peter Hin­ton-Davis — Elen­co: Richard Jutras, Stephen Law­son, Michael Miran­da y Nadia Verruc­ci — Esce­no­gra­fía y Dise­ño de Ves­tua­rio: Michael Gian­fran­ces­co – Dise­ño de Ilu­mi­na­ción: Andrea Lundy — Dise­ño de Sonido:Troy Slo­cum – Asis­ten­te de Direc­ción: Adam Caprio­lo — Dura­ción: 95 minu­tos (sin entre­ac­to) — Repre­sen­ta­cio­nes: has­ta el 12 de mar­zo de 2023 en el Cen­taur Thea­tre (http://www.centaurtheatre.com)

El popu­lar dra­ma­tur­go Ste­ve Galluc­cio quien en 2001 alcan­zó noto­rie­dad con su cele­bra­da pie­za Mam­bo Ita­liano, que a su vez ha sido tras­la­da­da al cine retor­na aho­ra con esta obra que deci­di­da­men­te adquie­re un tono per­so­nal. La pie­za está ambien­ta­da en Mon­treal y sus per­so­na­jes per­te­ne­cen a la comu­ni­dad ita­lia­na de esta ciudad.

Richard Jutras y Nadia Verruc­ci (Foto: Andrée Lanthier)

El autor que nun­ca ocul­tó su orien­ta­ción sexual vuel­ve nue­va­men­te a mani­fes­tar­lo a tra­vés de un rela­to de fic­ción auto­bio­grá­fi­co. La his­to­ria gira en torno de Michael (Richard Jutras) ‑su alter ego- quien se halla hos­pi­ta­li­za­do debi­do a una peque­ña infec­ción renal. Es allí aten­di­do por Nelia (Nadia Verruc­ci) quien ama­ble­men­te sabe cómo tra­tar al pacien­te que se encuen­tra repo­san­do en su cama.

La acción cobra impul­so con la visi­ta que Michael reci­be de dos ami­gos de lar­ga data, Lou (Michael Miran­da) y Pat (Stephen Law­son), que al igual que él son homo­se­xua­les de apro­xi­ma­da­men­te 60 años.

Duran­te esa visi­ta se gene­ra un diá­lo­go en el que los tres pasan revis­ta a expe­rien­cias vivi­das en el pasa­do des­de que eran estu­dian­tes de la edu­ca­ción secun­da­ria has­ta el pre­sen­te; en esa inin­te­rrum­pi­da con­ver­sa­ción la memo­ria reme­mo­ra aspec­tos de sus pro­pias vidas en rela­ción con sus res­pec­ti­vas fami­lias y en gene­ral los momen­tos de ale­gría com­par­ti­dos como tam­bién los de tris­te­za vivi­dos indi­vi­dual­men­te por dife­ren­tes razo­nes. Así Michael no pue­de dejar de expre­sar su aflic­ción por el esta­do de demen­cia senil de su pare­ja, Lou expe­ri­men­ta enor­me pena por la muer­te de su que­ri­do com­pa­ñe­ro víc­ti­ma de un cán­cer y Pat, el más extra­ver­ti­do del trío, admi­te no haber sido capaz de lograr una esta­ble rela­ción sen­ti­men­tal duran­te su vida.

Michael Miran­da, Richard Jutras y Stephen Law­son (Foto: Andrée Lanthier)

Entre los tópi­cos con­si­de­ra­dos en la char­la man­te­ni­da no fal­ta el tema de lo que sig­ni­fi­ca ser gay en la actua­li­dad tenien­do en cuen­ta la homo­fo­bia y el racis­mo pre­va­le­cien­te en el mundo.

En líneas gene­ra­les, la obra trans­cu­rre entre situa­cio­nes de eufo­ria sal­pi­ca­das de cor­tan­te comi­ci­dad a tra­vés de chis­tes no muy refi­na­dos con otros momen­tos de intros­pec­ción en el que estos per­so­na­jes adquie­ren con­cien­cia del pau­la­tino enve­je­ci­mien­to. El rela­to no está exen­to de cier­ta ten­sión como cuan­do Pat crí­ti­ca seve­ra­men­te a Michael por sus inten­tos de ini­ciar una nue­va rela­ción sen­ti­men­tal; con todo, pre­va­le­ce el pro­fun­do sen­ti­mien­to de amis­tad, capaz de supe­rar cual­quier discordancia.

A tra­vés de la expo­si­ción rea­li­za­da, Galluc­cio tra­ta de exor­ci­zar sus demo­nios inter­nos admi­tien­do que aún en los momen­tos más trá­gi­cos de la vida es posi­ble avi­zo­rar un futu­ro más pro­mi­so­rio impul­san­do la nece­si­dad de seguir ade­lan­te y no doblegar.

Si bien que­da cla­ro el men­sa­je del autor, la narra­ción se tor­na dema­sia­do repe­ti­ti­va y eso moti­va a que la pie­za expe­ri­men­te un letar­go que ami­no­ra en par­te su inte­rés. De todos modos, a su favor cabe reco­no­cer la bue­na pues­ta escé­ni­ca del direc­tor Peter Hin­ton-Davis así como la irre­pro­cha­ble actua­ción del homo­gé­neo elenco.

Las Bru­jas de Salem

THE CRU­CI­BLE

En otra pre­sen­ta­cion de Natio­nal Thea­tre Live se verá una nue­va ver­sión de la obra de Arthur Miller The Cru­ci­ble cuya repre­sen­ta­ción tuvo lugar en el esce­na­rio Oli­vier de Lon­dres des­de el 21 de sep­tiem­bre has­ta el 5 de noviem­bre de 2022.

Esta extra­or­di­na­ria pie­za con­ce­bi­da por el gran dra­ma­tur­go ame­ri­cano Arthur Miller en 1953 ha sido repre­sen­ta­da mun­dial­men­te ade­más de su tras­la­do al cine en varias ocasiones.

Bren­dan-Cowell. (Foto: Johan Persson)

Miller escri­bió esta obra como con­se­cuen­cia de las fal­sas acu­sa­cio­nes y dela­cio­nes que tuvie­ron lugar en la déca­da de 1950 con­tra las per­so­nas de ideo­lo­gía izquier­dis­ta, cali­fi­ca­das de comu­nis­tas por el sena­dor Joseph McCarthy duran­te la gue­rra fría de Esta­dos Uni­dos y la Unión Sovié­ti­ca. Para ello se basó en los inci­den­tes que tuvie­ron lugar en Salem, Mas­sa­chu­setts, en 1692, don­de cen­te­na­res de per­so­nas fue­ron acu­sa­das de bru­je­ría y algu­nas de las mis­mas juz­ga­das y con­de­na­das a muerte.

El con­flic­to cen­tral de la tra­ma se cen­tra en Abi­gail Williams (Erin Doherty), una joven de 17 años que tra­ba­jan­do como domés­ti­ca en el hogar del res­pe­ta­ble gran­je­ro y padre de fami­lia John Proc­tor (Bren­dan Cowell) man­tie­ne secre­ta­men­te con él una ínti­ma rela­ción. Al ser des­cu­bier­ta por Eli­za­beth (Eileen Walsh), la mujer de Proc­tor, Abi­gail es des­pe­di­da; como acto de ven­gan­za la des­pe­cha­da mucha­cha inven­ta la his­to­ria de que Eli­za­beth tie­ne tra­tos con el dia­blo y está impli­ca­da en bru­je­ría, lo que gene­ra la inme­dia­ta reac­ción del clero.

Erin Doherty en pri­mer plano. (Foto: Johan Persson)

En esta estu­pen­da pie­za tea­tral, Miller efec­túa una devas­ta­do­ra crí­ti­ca al fana­tis­mo y la into­le­ran­cia del poder teo­crá­ti­co de la igle­sia puri­ta­na de Salem del siglo 17 como metá­fo­ra del lamen­ta­ble macar­tis­mo. En todo caso, la obra tie­ne amplia reso­nan­cia actual a tra­vés de la divul­ga­ción de las fal­sas noti­cias (fake news) y su lamen­ta­ble efec­to social.

Esta ver­sión ha sido diri­gi­da por Lynd­sey Tur­ner con un cali­fi­ca­do elen­co inte­gra­do por Bren­dan Cowell, Erin Doherty, Eileen Walsh, David Ahmad, Fisa­yo Aki­na­de, Zoë Aldrich, Nathan Amzi, Stepha­nie Beat­tie, Sophia Brown Raphael Bushay, Anush­ka Cha­kra­var­ti, Rache­lle Die­de­ricks, Henry Eve­rett, Nick Flet­cher, Colin Haigh, Karl John­son, Gra­cie McGo­ni­gal, Matthew Marsh, Alis­tair Par­ker, Tilly Tre­may­ne, Halle Brown, Gra­ce Cooper Mil­ton, Hero Dou­glas, Aoi­fe Haa­ken­son, Mar­tin Johns­ton, Betty Paris, Joy Tan, Ami Tredre.

La obra será exhi­bi­da en selec­tas salas de Cine­plex el 2 de mar­zo de 2023

Una Céle­bre Escritora

EMILY. Gran Bre­ta­ña-Esta­dos Uni­dos, 2022. Un film escri­to y diri­gi­do por Fran­ces O’Connor. 130 minutos.

Emily Bron­te ha sido la poe­ti­sa bri­tá­ni­ca que logró su fama gra­cias a la exce­len­te nove­la Wuthe­ring Heights (Cum­bres Borras­co­sas) escri­ta en 1847 un año antes de su tem­pra­na muer­te. Si bien tan­to su vida como la de sus her­ma­nas han sido con­si­de­ra­das por el cine, la actriz Fran­ces O’Connor en su debut como rea­li­za­do­ra y guio­nis­ta deci­dió enca­rar a la céle­bre escri­to­ra en un rela­to bio­grá­fi­co de fic­ción con­si­de­ra­ble­men­te ale­ja­do de la realidad.

Emma Mac­key

La his­to­ria comien­za cuan­do Emily (Emma Mac­key) se halla pró­xi­ma a morir de tubercu­losis; su her­ma­na Char­lot­te (Ale­xan­dra Dow­ling) que le hace com­pa­ñía le pre­gun­ta con cier­ta ani­mo­si­dad cómo escri­bió la famo­sa nove­la a lo que Emily le res­pon­de que tomó su plu­ma y vol­có su con­te­ni­do al papel. De allí en más a tra­vés de flash­backs se pasa revis­ta a la eta­pa juve­nil de su existencia.

Vivien­do en una parro­quia de Yorkshi­re Emily, que sien­te enor­me­men­te la ausen­cia de su madre falle­ci­da, inte­gra el gru­po fami­liar con sus her­ma­nas Char­lot­te, Anne (Ame­lia Gething), su her­mano Bran­well (Fionn Whi­tehead) y su ecle­siás­ti­co padre Patrick (Adrian Dunbar).

Aun­que reser­va­da, repri­mi­da y soli­ta­ria, esta chi­ca carac­te­ri­za­da por su vívi­da ima­gi­na­ción man­tie­ne una ambi­gua rela­ción impreg­na­da de afec­to, riva­li­dad y celos con Char­lot­te, una muy bue­na con­vi­ven­cia con Anne y un ínti­mo lazo fra­ter­nal con su dile­tan­te her­mano. Es pre­ci­sa­men­te él quien en prin­ci­pio ayu­da­rá a reani­mar­la al exis­tir una evi­den­te afi­ni­dad inte­lec­tual; lamen­ta­ble­men­te Bran­well no pue­de desa­rro­llar su talen­to como debie­ra al no lograr sus­traer­se de su incli­na­ción hacia el alcohol y el opio.

Reac­cio­nan­do fren­te al medio machis­ta impe­ran­te con algu­nos actos de rebel­día, Emily comien­za a desa­rro­llar su apti­tud lite­ra­ria escri­bien­do en hojas de papel lo que en el futu­ro deven­drá su obra cumbre.

Ade­más de su her­mano, otra per­so­na que gra­vi­ta­rá en la vida de Emily es el apues­to cura William Weigh­man (Oli­ver Jack­son-Cohen) quien lle­ga a la parro­quia como asis­ten­te de su padre y a la vez es su ins­truc­tor de fran­cés. Si bien en un comien­zo la rela­ción entre ambos dis­ta de ser armo­nio­sa, pron­ta­men­te se des­ata­rá un tórri­do víncu­lo pasio­nal; el ilí­ci­to affai­re con el joven vica­rio abar­ca una impor­tan­te par­te del rela­to y si bien nada indi­ca que en la reali­dad Emily haya man­te­ni­do ese víncu­lo, la rea­li­za­do­ra lo incor­po­ra ins­pi­rán­do­se en Cathe­ri­ne Earnshaw y Heath­cliff, los per­so­na­jes pro­ta­gó­ni­cos de Cum­bres Borras­co­sas. El des­en­la­ce de la his­to­ria, cier­ta­men­te pre­vi­si­ble, hará que la heroí­na de esta his­to­ria sea encum­bra­da con la publi­ca­ción de su nove­la y que su padre lle­gue a reco­no­cer en ella su lite­ra­ria lucidez.

Si bien en un rela­to basa­do en un per­so­na­je real es admi­si­ble cier­ta licen­cia, el dis­cu­ti­ble guión de la rea­li­za­do­ra se ale­ja dema­sia­do de lo que la nove­lis­ta atra­ve­só en su vida, sin cap­tar cabal­men­te su pro­fun­da emo­ción huma­na; así a pesar de que Mac­key brin­da una muy expre­si­va com­po­si­ción de Emily, no resul­ta fácil empa­ti­zar con su per­so­na­li­dad y algo simi­lar acon­te­ce con los per­so­na­jes carac­te­ri­za­dos por el res­to del idó­neo elen­co. Aun­que la pues­ta escé­ni­ca de O’Connor resul­te ade­cua­da, el film ado­le­ce de un irre­gu­lar rit­mo gene­ra­do por cier­tas secuen­cias que se alar­gan innecesariamente.

Las obje­cio­nes apun­ta­das son ate­nua­das por sus logra­dos efec­tos visua­les. A la pon­de­ra­ble repro­duc­ción de épo­ca mer­ced al dise­ño de pro­duc­ción de Ste­ve Sum­mers­gill, es asi­mis­mo impor­tan­te des­ta­car la exce­len­te foto­gra­fía de Nanu Segal, refle­jan­do los deso­la­dos pára­mos de Yorkshi­re como así tam­bién los cam­bios cli­má­ti­cos de la zona con sus inten­sas llu­vias e inso­len­tes vien­tos que en cier­to modo se aso­cian con la melan­co­lía de Emily. Jor­ge Gutman

Un Home­na­je a la Vida Agrícola

ALCA­RRÀS. Espa­ña-Ita­lia, 2022. Un film de Car­la Simón. 120 minutos

La exce­len­te direc­to­ra espa­ño­la Car­la Simón quien se con­sa­gró inter­na­cio­nal­men­te en 2017 con su pri­mer remar­ca­ble lar­go­me­tra­je Verano 1993 aho­ra repi­te su éxi­to en este film que fue dis­tin­gui­do con el Oso de Oro en el fes­ti­val de Ber­lín de 2022. En esta semi auto­bio­gra­fía la cineas­ta abor­da aspec­tos de su pro­pia fami­lia a tra­vés de un rela­to de fic­ción escri­to por ella con la cola­bo­ra­ción de la guio­nis­ta Arnau Vilaró.

El elen­co de ALCARRÀS

El esce­na­rio es Alca­rràs, un peque­ño pue­blo de 9000 habi­tan­tes quie­nes viven de la acti­vi­dad agrí­co­la cul­ti­van­do fru­tas de mane­ra arte­sa­nal. Es allí don­de se sale al cru­ce de tres gene­ra­cio­nes de la fami­lia Sole en un fun­do cuya tie­rra tra­ba­ja­da duran­te 80 años ha sido cedi­da por los inte­gran­tes de la acau­da­la­da fami­lia Pin­yol al bisa­bue­lo por haber­los pro­te­gi­do duran­te la cruen­ta gue­rra civil; es aho­ra que el anciano abue­lo admi­te que no ha habi­do nin­gún docu­men­to o con­tra­to escri­to. Ese hecho aca­rrea con­se­cuen­cias nega­ti­vas cuan­do los here­de­ros del clan Pin­yol deci­den implan­tar pla­cas sola­res que si bien cons­ti­tu­yen una impor­tan­te fuen­te de ener­gía pue­de en cam­bio impli­car la des­apa­ri­ción del mun­do rural.

Con gran sen­si­bi­li­dad la rea­li­za­do­ra median­te su pro­pia expe­rien­cia refle­ja qué es lo que impli­ca vivir en el cam­po y cómo los inte­gran­tes de esa gran fami­lia inte­gra­da por el abue­lo, la tía abue­la, los padres, hijos mayo­res y los más peque­ños com­par­ten con amor y ter­nu­ra su exis­ten­cia en momen­tos de ale­gría como así tam­bién las penas que emer­gen al afron­tar sus dificultades.

Para narrar esta emo­ti­va his­to­ria Simón se ha vali­do de un con­jun­to de acto­res no pro­fe­sio­na­les de la zona, entre otros, Jor­di Pujol Dol­cet, Anna Otín, Xenia Roset, Albert Bosch, Ainet Jou­nou, Josep Abad, Mon­tse Oró, Car­les Cabós y Ber­ta Pipó; todos ellos trans­mi­ten com­ple­ta auten­ti­ci­dad a los roles asig­na­dos per­mi­tien­do que el espec­ta­dor se iden­ti­fi­que con sus per­so­na­jes. Desem­bo­can­do en un cli­max deci­di­da­men­te emo­cio­nal, la direc­to­ra ha logra­do un mag­ní­fi­co retra­to de un pue­blo como así tam­bién resal­tan­do el sóli­do lazo de la fami­lia a tra­vés de esta bella pelí­cu­la que sin recu­rrir a gol­pes bajos lle­ga a con­mo­ver.  Jor­ge Gutman

Oscars Nomi­na­dos a Mejor Cor­to­me­tra­je de Ficción

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

He aquí los cin­co cor­to­me­tra­jes de fic­ción nomi­na­dos para el Oscar de 2023

1. Le Pupi­lle (Ita­lia). 37 minutos

Con el ante­ce­den­te de haber sido acla­ma­do en Can­nes y pos­te­rior­men­te en el TIFF 2022, la direc­to­ra ita­lia­na Ali­ce Rohr­wa­cher ofre­ce una tier­na fábu­la navideña.

El guión de la rea­li­za­do­ra escri­to con Car­me­la Covino rela­ta las peri­pe­cias de un gru­po de pupi­las huér­fa­nas a lo lar­go de la vís­pe­ra de Navi­dad y la jor­na­da siguien­te en un inter­na­do cató­li­co de niñas, duran­te un ima­gi­na­rio perío­do de gue­rra. En ese lugar la seve­ra Madre Supe­rio­ra (Alba Rohr­wa­cher, her­ma­na de la cineas­ta) tra­ta de impo­ner la dis­ci­pli­na a estas ado­ra­bles y un tan­to tra­vie­sas chi­qui­llas. Mien­tras tan­to se rea­li­zan los pre­pa­ra­ti­vos de un sim­bó­li­co pese­bre navi­de­ño que per­mi­ti­rá recau­dar fon­dos para la ins­ti­tu­ción en don­de una de las donan­tes es una aris­tó­cra­ta (Vale­ria Bru­ni-Tedes­chi) de sin­gu­lar per­so­na­li­dad. A fin de satis­fa­cer al obis­po local, el con­ven­to le tie­ne pre­pa­ra­do un gigan­tes­co pos­tre (zup­pe ingle­se) que trae­rá apa­re­ja­do algu­nas de las hila­ran­tes esce­nas que ani­man al relato.

Com­bi­nan­do humor, fan­ta­sía, reli­gio­si­dad y poder, el resul­ta­do es un ópti­mo cor­to pleno de emo­cio­nes que per­mi­te el luci­mien­to de las niñas par­ti­ci­pan­tes, espe­cial­men­te la exce­len­te Melis­sa Falas­co­ni, cuyos per­so­na­jes can­tan y bai­lan animadamente.

2. An Irish Goodb­ye (Irlan­da-Gran Bre­ta­ña) 23 minutos

Los direc­to­res Tom Ber­ke­ley y Ross Whi­te, asi­mis­mo auto­res del guión, ubi­can el rela­to en la zona rural del nor­te de Irlan­da enfo­can­do a dos her­ma­nos dis­tan­cia­dos que se reúnen como con­se­cuen­cia de la muer­te de la madre.

Uno de ellos es Lor­can (James Mar­tín), el her­mano menor que pade­ce del sín­dro­me Down, en tan­to que el otro es Tur­lough (Sea­mus O’Hara) que no con­ge­nia en abso­lu­to con él. En ese encuen­tro, Tur­lough desea ven­der la fin­ca de su madre pro­po­nien­do a su her­mano que vaya a vivir a la casa de un fami­liar; esa idea es dia­me­tral­men­te recha­za­da por Lor­can. A todo ello Lor­can posee una lis­ta deja­da por su madre (en la voz de Miche­lle Fair­ley) de 100 cosas que ella habría que­ri­do rea­li­zar antes de su muer­te; es así que sus hijos, dejan­do de lado la ani­mo­si­dad que los sepa­ra, tra­ta­rán de satis­fa­cer el deseo mater­nal. A tra­vés de esa expe­rien­cia cada uno de ellos ter­mi­na­rá cono­cien­do mejor al otro, abrien­do el camino para que se gene­re un sin­ce­ro afec­to fraternal.

Aun­que bien rea­li­za­do e irre­pro­cha­ble­men­te inter­pre­ta­do por Mar­tin y O’Hara, la his­to­ria no encuen­tra el foco pre­ci­so para gene­rar una autén­ti­ca emo­ción; de todos modos, aten­dien­do a su bre­ve­da, la pelí­cu­la se deja ver aun­que sin conmover.

3. The Red Suit­ca­se (Luxem­bur­go) 18 minutos

Con gran suti­le­za el rea­li­za­dor ira­ní Cyrus Nesh­vad rela­ta una his­to­ria que gene­ra ten­sión a lo lar­go de su bre­ve desa­rro­llo. La pro­ta­go­nis­ta es Aria­ne (Nawe­lle Edad), una joven de 16 años que arri­ba al aero­puer­to de Luxem­bur­go pro­ce­den­te de Irán.

Sin­tién­do­se frá­gil y des­am­pa­ra­da tra­ta de no sepa­rar­se de su male­ta roja ponien­do obs­tácu­los a los res­pon­sa­bles de la adua­na (Jero­me Funk y Anne Klein) para que revi­sen su con­te­ni­do. Des­pués del con­trol efec­tua­do, ella se des­pren­de del velo que por­ta­ba y asi­mis­mo obser­va que en el ves­tí­bu­lo del aero­puer­to hay un hom­bre (Sar­kaw Gorany) que la espe­ra con un ramo de flo­res a quien ella tra­ta de evi­tar. En una comu­ni­ca­ción que ese indi­vi­duo man­tie­ne tele­fó­ni­ca­men­te con el padre de Aria­ne se deja enten­der que él la aguar­da para casar­se con ella. Pero Aria­ne rea­li­za­rá lo impo­si­ble para elu­dir­lo, así como tam­bién no res­pon­de a las comu­ni­ca­cio­nes que por tex­to su padre le envía para tra­tar de ubicarla.

Den­tro de un cli­ma de inusi­ta­do sus­pen­so, este cor­to mini­ma­lis­ta resal­ta la volun­tad de la joven de encon­trar la inde­pen­den­cia que no ha podi­do lograr en Irán como tam­po­co desea some­ter­se a un matri­mo­nio arre­gla­do que como espo­sa pue­da coar­tar su libertad.

Como un home­na­je a la mujer y los dere­chos que la asis­ten, este cor­to pon­de­ra­ble­men­te rea­li­za­do adquie­re ple­na vigen­cia tenien­do en cuen­ta la difí­cul­to­sa situa­ción feme­ni­na que impe­ra en el régi­men teo­crá­ti­co de Irán.

4. Iva­lu (Dina­mar­ca). 17 minutos

Pre­ce­di­do por el buen ante­ce­den­te de haber obte­ni­do en 2014 el Oscar al mejor cor­to­me­tra­je por “Helium”, el cineas­ta Anders Wal­ter retor­na con este film rea­li­za­do con la cola­bo­ra­ción de Pipa­luk Jorgensen.

La acción se desa­rro­lla en una ale­ja­da aldea de Groen­lan­dia en don­de la joven Pipa­luk (Mila Heil­mann Kreutz­mann) des­pier­ta una maña­na para impo­ner­se que su muy que­ri­da her­ma­na Iva­lu (Nivi Lar­sen) ha hui­do del hogar, en tan­to que su padre mono­pa­ren­tal (Angunn­guaq Lar­sen) pare­cie­ra no atri­buir mayor impor­tan­cia a su des­apa­ri­ción. En con­se­cuen­cia, Pipa­luk deses­pe­ra­da­men­te tra­ta de ubi­car su paradero.

Median­te flash­backs se apre­cia los agra­da­bles momen­tos vivi­dos por estas her­ma­nas has­ta lle­gar al des­en­la­ce del rela­to don­de se deve­la el moti­vo que impul­só a Iva­lu para haber deja­do a los suyos.

El tema del abu­so fami­liar es sin duda impor­tan­te aun­que la bre­ve dura­ción de la pelí­cu­la impi­de que se logre la enver­ga­du­ra dra­má­ti­ca capaz de impac­tar. No obs­tan­te, la enco­mia­ble rea­li­za­ción de Wal­ter y Jor­gen­sen así como la mag­ní­fi­ca foto­gra­fía de Ras­mus Hei­se cap­tan­do la atmós­fe­ra y la belle­za pano­rá­mi­ca de la región ame­ri­tan su visión.

5. Night Ride / Nat­trik­ken (Norue­ga). 16 minutos

A todas luces ima­gi­na­ti­va es la his­to­ria pro­pues­ta por el rea­li­za­dor norue­go Eirik Tvei­ten en este cor­to en don­de el rela­to humo­rís­ti­co esbo­za­do al prin­ci­pio pos­te­rior­men­te cede paso a un even­to dramático.

El inge­nio­so guión del direc­tor se desa­rro­lla en Norue­ga en una neva­da noche inver­nal don­de Ebba (Sigrid Kan­dal Hus­jord) está espe­ran­do un tran­vía; cuan­do el vehícu­lo lle­ga a la para­da el con­duc­tor no la deja entrar y ale­ján­do­se del lugar le dice que debe­rá aguar­dar media hora para que reanu­de su reco­rri­do. En ausen­cia del cho­fer, tra­tan­do de pro­te­ger­se del frío Ebba logra abrir la puer­ta del tran­vía y al no poder cerrar­la, sin sen­ti­do lógi­co pone en mar­cha el vehícu­lo; así, en carác­ter de con­duc­to­ra efec­túa varias para­das para que la gen­te que aguar­da el vehícu­lo pue­da subir. Duran­te el reco­rri­do una joven (Ola Hoems­nes San­dum)  es abor­da­da por un hom­bre que se sien­ta a su lado y comien­za a flir­tear. Cuan­do al poco tiem­po Ebba fre­na repen­ti­na­men­te el tran­vía, el brus­co movi­mien­to moti­va que la pelu­ca de la pasa­je­ra se des­pren­da de su cabe­za; al des­cu­brir su iden­ti­dad gené­ri­ca, este indi­vi­duo vio­len­ta­men­te la aco­sa. Como con­se­cuen­cia de la situa­ción caó­ti­ca gene­ra­da en el inte­rior del tran­vía, la cons­ter­na­da Ebba se ve obli­ga­da a actuar de inme­dia­to para pro­te­ger a la inde­fen­sa muchacha.

Aunan­do la come­dia con el dra­ma Twei­ten efec­túa una con­tun­den­te crí­ti­ca de los pre­jui­cios, la trans­fo­bia rei­nan­te y la indi­fe­ren­cia social. Por sus inne­ga­bles méri­tos, el film obtu­vo el pre­mio al mejor cor­to­me­tra­je en el fes­ti­val de Tri­be­ca 2022.