Un Buen Thriller

BEASTS CLA­WING AT STRAWS. Corea del Sur, 2020. Un film escri­to y diri­gi­do por Kim Yong-hoon. 109 minu­tos. Dis­po­ni­ble en la pla­ta­for­ma cinemaduparc.com

Ya no resul­ta nove­do­so des­cu­brir la vita­li­dad del cine coreano a juz­gar por los títu­los que se dan a cono­cer en Nor­te­amé­ri­ca. Ade­más de haber cobra­do noto­rie­dad mun­dial por Para­si­te (2019), hay nue­vos valo­res que sur­gen en la cine­ma­to­gra­fía de ese país como es el caso de Kim Yong-hoon ubi­cán­do­se por pri­me­ra vez detrás de la cáma­ra con Beasts Cla­wing at Straws.

Aun­que influi­do por algu­nos de los fil­mes de Quen­tin Taran­tino, los her­ma­nos Coen y Danny Boy­le, el rea­li­za­dor valién­do­se de su pro­pio guión, basa­do en una nove­la de Kei­su­ke Sone, demues­tra poseer un esti­lo pro­pio al narrar una diná­mi­ca his­to­ria circular.

Bae Sung-woo

El comien­zo del rela­to es pro­mi­so­rio crean­do la intri­ga sobre lo que suce­de­rá cuan­do Jung-man (Bae Sung-woo), un humil­de emplea­do per­ci­bien­do un modes­to ingre­so en el hotel don­de tra­ba­ja des­cu­bre en un casi­lle­ro una lujo­sa vali­ja reple­ta de dine­ro; sin pose­sio­nar­se de la mis­ma resuel­ve dejar­la ‑al menos por el momen­to- en el depó­si­to del esta­ble­ci­mien­to. Que­da por saber qué es lo que hará este hom­bre que por diver­sas razo­nes se encuen­tra en una difí­cil situa­ción financiera.

Inme­dia­ta­men­te, se sale al encuen­tro de Tae-young (Jeong Woo-sung), un agen­te de migra­cio­nes, quien se encuen­tra fuer­te­men­te endeu­da­do y retar­da­do en la devo­lu­ción del prés­ta­mo obte­ni­do de su peli­gro­so usu­re­ro (Jung Man-sik); nada bueno le augu­ra si no cum­ple con su obli­ga­ción en el pla­zo de una semana.

La ter­ce­ra sub­tra­ma intro­du­ce a Mi-ran (Shin Hyun-been), una emplea­da de un bar que ade­más de haber per­di­do una cuan­tio­sa suma de dine­ro en el mer­ca­do bur­sá­til es víc­ti­ma de vio­len­cia con­yu­gal. Cuan­do Jin-tae (Jung Ga-ram), uno de sus clien­tes, se ena­mo­ra de ella y pro­me­te matar a su mari­do a tra­vés de un simu­la­cro de acci­den­te para que ella pue­da cobrar el segu­ro de vida, nada resul­ta­rá de acuer­do a lo pre­vis­to; a todo ello la acti­tud que adop­ta Yeon-hee (Jeon Do-yeon), la geren­te del local, pro­du­ci­rá con­se­cuen­cias impre­vis­tas que no con­vie­ne mencionar.

A pesar de cier­tos meno­res des­ni­ve­les, el enma­ra­ña­do guión es lo sufi­cien­te­men­te inge­nio­so para per­mi­tir que las tres sub­tra­mas de este thri­ller lle­guen a entre­la­zar­se con un des­en­la­ce que retro­trae la acción a su comienzo.

Bien diri­gi­da y nota­ble­men­te actua­da, esta amo­ral his­to­ria cri­mi­nal pla­ga­da de acción no lle­ga a revo­lu­cio­nar al géne­ro, pero es lo sufi­cien­te­men­te diná­mi­ca para man­te­ner una per­ma­nen­te ten­sión que en últi­ma ins­tan­cia resul­ta gra­ti­fi­can­te. Jor­ge Gutman

Una Corro­si­va Secuela

BORAT SUB­SE­QUENT MOVIE FILM. Gran Bre­ta­ña-Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de Jason Woli­ner95 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Ama­zon Pri­me Video 

Sacha Baron Cohen que fue con­sa­gra­do inter­na­cio­nal­men­te con el per­so­na­je de Borat en el film homó­ni­mo de 2006, aho­ra retor­na con esta pro­vo­ca­ti­va secue­la polí­ti­ca diri­gi­da por ason Woli­ner. Si en ese enton­ces el fal­so docu­men­tal lan­za­ba espi­no­sos dar­dos a la admi­nis­tra­ción Bush, esta pelí­cu­la igual­men­te de pseu­do fic­ción sati­ri­za de mane­ra impla­ca­ble al actual gobierno ame­ri­cano y a la gen­te que com­par­te su ideología.

Sacha Baron Cohen

El libre­to de Baron Cohen escri­to con otros 7 guio­nis­tas pre­sen­ta a Borat Sag­di­yev, el ex impor­tan­te perio­dis­ta de Kaza­jis­tán caí­do en des­gra­cia por haber deni­gra­do la ima­gen del país. Para recu­pe­rar su res­pe­to, el fic­ti­cio dic­ta­dor que lo gobier­na y fer­vien­te admi­ra­dor de Trump, le enco­mien­da a Borat una misión espe­cial: él debe­rá via­jar a Esta­dos Uni­dos y sobor­nar a su vice­pre­si­den­te ofre­cién­do­le como obse­quio a Johnny, un chim­pan­cé de ele­va­do nivel de inte­li­gen­cia que ocu­pa el car­go de minis­tro de cul­tu­ra. Sin embar­go, cuan­do el mono es eli­mi­na­do del esce­na­rio es su hija Tutar (Maria Baka­lo­va) de 15 años que Borat deci­de entre­gar­le a Mike Pen­ce; en últi­ma ins­tan­cia el valio­so rega­lo feme­nino ten­drá como des­ti­na­ta­rio a Rudolph Giu­lia­ni, el ex inten­den­te de Nue­va York y actual abo­ga­do del pre­si­den­te americano.

Des­pués del tra­yec­to rea­li­za­do vía marí­ti­ma, una vez lle­ga­dos a des­tino Borat y su hija salen al encuen­tro de una gale­ría de per­so­na­jes que son, fie­les repre­sen­tan­tes de la Amé­ri­ca ultra­con­ser­va­do­ra. Polí­ti­ca­men­te inco­rrec­to, de mane­ra demo­le­do­ra y ape­lan­do a un sal­va­je humor, el film ilus­tra dife­ren­tes aspec­tos que afec­tan al país como la miso­gi­nia, el racis­mo, el anti­se­mi­tis­mo, la nega­ción del Holo­caus­to, el des­pre­cio al trai­dor Oba­ma y a la chu­pa san­gre de Hillary Clin­ton, los acti­vis­tas que se mani­fies­tan con­tra­rios al abor­to y la exis­ten­cia de supues­tas teo­rías cons­pi­ra­ti­vas. Como el roda­je de la pelí­cu­la film se efec­tuó duran­te la épo­ca de la pan­de­mia, el rela­to igual­men­te des­ta­ca las mani­fes­ta­cio­nes con­tra­rias a la cua­ren­te­na así como el vili­pen­dio a los cien­tí­fi­cos que ase­so­ran “equi­vo­ca­da­men­te” a la población.

De lo que ante­ce­de que­da resal­ta­do el sec­ta­ris­mo e into­le­ran­cia que pre­do­mi­na en un impor­tan­te seg­men­to de la pobla­ción que ‑se qui­sie­ra supo­ner- de mane­ra invo­lun­ta­ria gene­ra el odio que agrie­ta a la nación más pode­ro­sa del mun­do. En sus res­pec­ti­vos per­so­na­jes, el estu­pen­do Baron Cohen y la exce­len­te Baka­lo­va pro­vo­can ince­san­te risa a tra­vés de los innu­me­ra­bles gags que ofre­ce el guión; sin embar­go el corro­si­vo humor que se des­pren­de de la sar­ta de dis­pa­ra­tes con­tem­pla­dos, deja en el áni­mo del espec­ta­dor un sabor agri­dul­ce al saber que lo exhi­bi­do no es pro­duc­to de un rela­to utó­pi­co sino el refle­jo de una lamen­ta­ble realidad.

Des­de la ópti­ca estric­ta­men­te cine­ma­to­grá­fi­ca, el film de Woli­ner es ágil y sufi­cien­te­men­te flui­do, aun­que algu­nas esce­nas podrían haber sido más suti­les en mate­ria del buen gus­to; sin embar­go, lo que aquí tras­cien­de es su men­sa­je y en tal sen­ti­do esta secue­la logra ple­na­men­te su obje­ti­vo. Jor­ge Gutman

Un Remar­ca­ble Neurólogo

OLI­VER SACKS: HIS OWN LIFE. Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de Ric Burns. 111 minu­tos. Dis­po­ni­ble en la pla­ta­for­ma cinemaduparc.com

El rea­li­za­dor Ric Burns ofre­ce un mere­ci­do tri­bu­to al renom­bra­do neu­ró­lo­go y autor Oli­ver Sacks en este nota­ble docu­men­tal refle­jan­do su excep­cio­nal huma­ni­dad en el víncu­lo man­te­ni­do con sus pacientes.

OLI­VER SACKS

En 2015, pocos meses antes de su muer­te por cán­cer, Sacks reúne a sus más cer­ca­nos ami­gos y cole­gas a mane­ra de des­pe­di­da don­de pasa revis­ta a su inten­sa vida pla­ga­da de infor­tu­nios y satis­fac­cio­nes. Naci­do en Lon­dres en 1933 en el seno de una orto­do­xa fami­lia judía, el dece­so de uno de sus her­ma­nos debi­do a la esqui­zo­fre­nia moti­vó su inte­rés en abor­dar la com­ple­ji­dad de la men­te a tra­vés de los estu­dios de medicina.

Uno de los gran­des gol­pes de su vida fue cuan­do su madre con quien man­tu­vo un lazo muy estre­cho lo cali­fi­có de “abo­mi­na­ble” al ente­rar­se de su con­di­ción homo­se­xual; ésa ha sido una de las razo­nes que en 1960 lo sus­ci­tó a dejar Ingla­te­rra para radi­car­se en Cali­for­nia. Mien­tras com­ple­ta­ba una resi­den­cia médi­ca en el hos­pi­tal Mt. Zion de San Fran­cis­co, al pro­pio tiem­po se vio afec­ta­do por su adic­ción a las anfe­ta­mi­nas ade­más de sufrir una decep­ción sentimental.

Cuan­do en 1965 se tras­la­da a Nue­va York, su natu­ra­le­za auto­des­truc­ti­va que lo esta­ba con­su­mien­do lo moti­vó a some­ter­se a un tra­ta­mien­to psi­quiá­tri­co con el Dr. Leo­nard Shen­gold quien lo ayu­dó a salir del pan­tano; asi­mis­mo, en su espe­cia­li­dad neu­ro­ló­gi­ca se dedi­có estoi­ca­men­te a esta­ble­cer una comu­ni­ca­ción sin­gu­lar con cada uno de sus pacien­tes, inclu­yen­do los que se encon­tra­ban en esta­do vege­ta­ti­vo, en sus esfuer­zos de escru­di­ñar qué es lo que esta­ba afec­tan­do a sus cere­bros. La meto­do­lo­gía por él sus­ten­ta­da no fue al prin­ci­pio apre­cia­da por sus cole­gas pero a tra­vés de los años curan­do a nume­ro­sos enfer­mos, su tra­ba­jo obtu­vo pleno reco­no­ci­mien­to en el cam­po de la medi­ci­na al gene­rar cam­bios en la for­ma tra­di­cio­nal en que se abor­da­ba las enfer­me­da­des neurológicas.

Dada su incli­na­ción a la pala­bra escri­ta, Sacks trans­mi­tió su expe­rien­cia pro­fe­sio­nal en perió­di­cos y revis­tas ade­más de ser el autor de varios libros que se con­vir­tie­ron en best sellers. Uno de los mis­mos es Awa­ke­nings,  un rela­to auto­bio­grá­fi­co sobre sus des­ve­los en ayu­dar a los enfer­mos de ence­fa­li­tis letár­gi­ca para que pudie­sen recu­pe­rar sus fun­cio­nes neu­ro­ló­gi­cas; en 1990 dicho libro fue exi­to­sa­men­te adap­ta­do al cine con Robert De Niro y Robin Williams en los roles protagónicos.

Valién­do­se de foto­gra­fías, extrac­tos de pelí­cu­las y espe­cial­men­te de entre­vis­tas rea­li­za­das entre otras per­so­nas al pro­pio Sacks, el fotó­gra­fo Bill Hayes que fue su que­ri­da pare­ja en sus últi­mos años, el perio­dis­ta Robert Krul­wich y la edi­to­ra Kate Edgar, Burns ofre­ce un con­mo­ve­dor retra­to de este extra­or­di­na­rio astró­no­mo del cere­bro que encau­zó su vida des­ti­lan­do amor, ter­nu­ra y com­pa­sión a sus enfer­mos. Jor­ge Gutman

La Mani­pu­la­ción de la Justicia

THE TRIAL OF THE CHICA­GO 7. Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film escri­to y diri­gi­do por Aaron Sor­kin. 130 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Net­flix 

Nue­va­men­te el gigan­te del mains­tream demues­tra que más allá de asu­mir pro­yec­tos de mero entre­te­ni­mien­to popu­lar tam­bién es capaz de brin­dar pelí­cu­las de ambi­ción supe­rior enca­ra­dos por equi­pos artís­ti­cos de inme­jo­ra­ble cali­dad. Ése es el caso de este exce­len­te film diri­gi­do por el guio­nis­ta Aaron Sor­kin. No obs­tan­te que ésta es su segun­da expe­rien­cia como rea­li­za­dor des­pués de Moll­y’s Game (2017) tie­ne en su haber inol­vi­da­bles libre­tos como los de The Social Net­work (2010) que fue pre­mia­do con un Oscar y Ste­ve Jobs (2015), entre otros títu­los; por lo tan­to no resul­ta extra­ño que en The Trial of the Chica­go 7 vuel­va a reafir­mar sus con­di­cio­nes de feno­me­nal dialoguista.

La his­to­ria que aquí se rela­ta está basa­da en el jui­cio de 1969 al que fue­ron some­ti­dos varios mani­fes­tan­tes acu­sa­dos de haber cons­pi­ra­do e inci­ta­do la vio­len­cia con­tra la poli­cía en la mar­cha orga­ni­za­da para opo­ner­se a la gue­rra de Viet­nam ante la con­ven­ción del par­ti­do demó­cra­ta desa­rro­lla­da del 26 al 29 de agos­to de 1968 rea­li­za­da en Chicago.

Frank Lan­ge­lla

Entre los acu­sa­dos se encuen­tran el idea­lis­ta estu­dian­te Tom Hay­den (Eddie Red­may­ne) y su ami­go acti­vis­ta Ren­nie Davis (Alex Sharp), los repre­sen­tan­tes de la con­tra­cul­tu­ra Abbie Hoff­man (Sacha Baron Cohen) y Jerry Rubin (Jeremy Strong), el paci­fis­ta David Dellin­ger (John Carroll Lynch), el co-fun­da­dor de Black Pan­ter Bobby Sea­le (Yah­ya Abdul Mateen II), John Froi­nes (Daniel Flaherty) y Lee Wei­ner (Noah Rob­bins). Por el lado de la defen­sa se hallan el abo­ga­do William Kunstler (Mark Rylan­ce) y Leo­nard Wein­glass (Ben She­rik­man) y por la fis­ca­lía par­ti­ci­pa el letra­do Richard Schultz (Joseph Gor­don-Levitt), sien­do el jui­cio pre­si­di­do por el ses­ga­do juez Julius Hoff­man (Frank Languella).

El cas­ting es inme­jo­ra­ble don­de cada uno de los acto­res está ple­na­men­te invo­lu­cra­do en el rol que le ha sido asig­na­do. Entre los mis­mos cabe des­ta­car el exce­len­te desem­pe­ño de Baron Cohen en el fogo­so inter­cam­bio que su per­so­na­je sos­tie­ne con el juez Hoff­man, asi­mis­mo Lan­gue­lla des­cue­lla como el pre­jui­cio­so e into­le­ran­te magis­tra­do, igual­men­te mpre­sio­na Gor­don-Levitt en un per­so­na­je que cla­ra­men­te alu­de a su con­cien­cia moral y en un peque­ño papel Michael Kea­ton se luce como el anti­guo pro­cu­ra­dor gene­ral Ram­sey Clark quien como tes­ti­go res­pon­sa­bi­li­za a la poli­cía en los tumul­tos pro­du­ci­dos duran­te la convención.

Sor­kin logra un film mag­ní­fi­ca­men­te cons­trui­do en el que los mor­da­ces diá­lo­gos de su rela­to per­mi­ten cap­tar la ple­na aten­ción del espec­ta­dor. Pero lo más impor­tan­te es que asis­tien­do a la recons­truc­ción de este paró­di­co jui­cio mucho de lo obser­va­do adquie­re hoy día vigen­cia, en lo refe­ren­te a la vio­len­cia polí­ti­ca, la corrup­ción del poder tra­tan­do de aca­llar las voces de la opo­si­ción y sobre todo en lo que con­cier­ne a la dis­cri­mi­na­ción racial; en tal sen­ti­do, la estre­me­ce­do­ra esce­na en la que el juez orde­na amor­da­zar al desa­fian­te afro­ame­ri­cano Bobby Sea­le refle­ja un pro­fun­do sen­ti­mien­to de repug­nan­cia que en la actua­li­dad sigue latente.

El men­sa­je que pue­de extraer­se de esta lamen­ta­ble mani­pu­la­ción de la jus­ti­cia es lo que se enun­cia en un momen­to del rela­to: “aqué­llos que no pue­den recor­dar el pasa­do están con­de­na­dos a repetirlo”.

Por sus méri­tos no es difí­cil pre­de­cir que este apa­sio­nan­te dra­ma judi­cial será nomi­na­do por la Aca­de­mia de Holly­wood en varios rubros, inclu­yen­do el de mejor film, direc­ción y guión. Jor­ge Gutman

Fes­ti­val RIDM

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

El Reen­cuen­tro Inter­na­cio­nal del Docu­men­tal de Mon­treal (RIDM) cele­bra­rá su 23ª edi­ción en línea debi­do a la pan­de­mia que afli­ge al mun­do. Este año se desa­rro­lla­rá duran­te tres sema­nas, des­de el 12 de Noviem­bre has­ta el 2 de Diciem­bre, con 109 fil­mes, de los cua­les 48 son lar­go­me­tra­jes pro­ve­nien­tes de 45 paí­ses. La pro­gra­ma­ción inclu­ye 18 ópe­ras pri­mas como así tam­bién títu­los de pres­ti­gio­sos direc­to­res ya esta­ble­ci­dos, como Fre­de­rick Wise­man, Clai­re Simon, Kasuhi­ro Soda, Lau­ra Huer­tas Millán y Dieu­do Hamadi.

Es impor­tan­te des­ta­car que los docu­men­ta­les de la pre­sen­te edi­ción están estruc­tu­ra­dos temá­ti­ca­men­te. Los tópi­cos con­si­de­ra­dos están vin­cu­la­dos con epi­so­dios his­tó­ri­cos, la con­fron­ta­ción de la natu­ra­le­za y el medio ambien­te y su impac­to socio-cul­tu­ral, el encuen­tro comu­ni­ta­rio des­de la mira polí­ti­ca y la rein­te­gra­ción social, refle­xio­nes sobre la dis­to­pía, per­fi­les y bos­que­jos sobre nues­tra rela­ción con el mun­do, el desa­fío al poder en la con­fron­ta­ción con pasa­das y pre­sen­tes injus­ti­cias, la explo­ra­ción de la inti­mi­dad aten­dien­do a las rela­cio­nes fami­lia­res así como a los víncu­los sen­ti­men­ta­les y al esta­do del cui­da­do de la salud; el últi­mo de los aspec­tos con­si­de­ra­dos es el de cómo sobre­vi­vir a la violencia.

Dado que la difu­sión del Fes­ti­val se rea­li­za­rá de mane­ra vir­tual, el mis­mo podrá ser apre­cia­do en toda la pro­vin­cia de Que­bec a tra­vés de enligne.ridm.ca, la pla­ta­for­ma strea­ming impul­sa­da por Cine­Send. Para infor­ma­ción sobre la com­ple­ta pro­gra­ma­ción pre­sio­ne aquí

A con­ti­nua­ción se anti­ci­pa el comen­ta­rio de 4 fil­mes que serán pre­sen­ta­dos y que este cro­nis­ta tuvo opor­tu­ni­dad de ver.

499 (Esta­dos Unidos-México)

Tenien­do en cuen­ta que en 2021 se con­me­mo­ra el medio mile­nio de la con­quis­ta espa­ño­la de Méxi­co, el direc­tor mexi­cano Rodri­go Reyes deci­dió rea­li­zar este docu­men­tal que per­mi­te refle­xio­nar sobre qué es lo que cam­bió des­de ese enton­ces con lo que aho­ra es el país azteca.

En un guión que le per­te­ne­ce el rea­li­za­dor ade­cua­da­men­te entre­mez­cla estu­pen­da­men­te la reali­dad con la fic­ción. A tra­vés de un fan­tas­ma­gó­ri­co con­quis­ta­dor la pelí­cu­la recrea dra­má­ti­ca­men­te el via­je de un des­pla­za­do sol­da­do (Eduar­do San Juan Bre­ña) siguien­do la mis­ma ruta de Her­nán Cor­tez des­de la cos­ta de Vera­cruz has­ta Tenoch­titlan, que es hoy la ciu­dad de Méxi­co. En un tras­la­do hacia la épo­ca actual, el alu­di­do per­so­na­je va reco­gien­do tes­ti­mo­nios de migran­tes y fami­lia­res de víc­ti­mas de un país azo­ta­do por un corrup­to car­tel domi­nan­do el trá­fi­co de dro­gas con la con­se­cuen­te vio­len­cia impe­ran­te y el con­si­de­ra­ble núme­ro de jóve­nes muje­res vio­la­das y tor­tu­ra­das has­ta morir. Que­da flo­tan­do la pre­gun­ta si el saqueo sufri­do por la pobla­ción autóc­to­na que tuvo lugar con el colo­nia­lis­mo espa­ñol es dife­ren­te a las atro­ci­da­des de la cri­sis huma­ni­ta­ria actual.

Este remar­ca­ble docu­men­tal cui­da­do­sa­men­te cons­trui­do que obtu­vo el pri­mer pre­mio en el Fes­ti­val de Tri­be­ca, cons­ti­tu­ye una bue­na opor­tu­ni­dad para que el públi­co de Que­bec pue­da juzgarlo.

Sof­tie (Kenia-Cana­dá)

En este docu­men­tal el rea­li­za­dor Sam Soko con­cen­tra su aten­ción en Boni­fa­ce Mwan­gi, un exce­len­te fotó­gra­fo perio­dis­ta de Kenia quien duran­te varios años repor­tó los vio­len­tos suce­sos polí­ti­cos acae­ci­dos en su país, sobre todo median­te las dra­má­ti­cas imá­ge­nes que cap­tó des­pués de las elec­cio­nes de 2007 en don­de par­te de la pobla­ción había sido aba­ti­da por las fuer­zas del orden. Al alu­dir a esos lamen­ta­bles inci­den­tes el direc­tor ofre­ce una lec­ción de his­to­ria del país afri­cano demos­tran­do los resa­bios del colo­nia­lis­mo colo­nial bri­tá­ni­co al haber implan­ta­do el sis­te­ma social del tri­ba­lis­mo que divi­dió radi­cal­men­te a sus habi­tan­tes crean­do a su vez dinas­tías políticas.

Diez años des­pués, Mwan­gi con 30 años de edad, casa­do y padre de 3 niños, deci­de pre­sen­tar­se como can­di­da­to en las elec­cio­nes guber­na­men­ta­les de 2017 a fin de lograr un sitio en el par­la­men­to y de ese modo luchar por la injus­ti­cia impe­ran­te en Kenia. Como idea­lis­ta y apa­sio­na­do acti­vis­ta social reci­be con­ti­nuas ame­na­zas que ponen en serio ries­go a su fami­lia, por la que su devo­ta espo­sa y sus hijos se exi­lian por 8 meses en New Jer­sey. El film evi­den­cia que el fer­vor impues­to por Boni­fa­ce a su carre­ra polí­ti­ca pro­du­ce roces en la rela­ción con­yu­gal, aun­que que­dan supe­ra­dos por el sóli­do lazo que une a la pareja.

A tra­vés de un impor­tan­te mate­rial de archi­vo sobre suce­sos del pasa­do uni­do a la cáma­ra que per­ma­nen­te­men­te sigue las alter­na­ti­vas que vive el pro­ta­go­nis­ta de este rela­to el direc­tor refle­ja los vai­ve­nes emo­cio­na­les de un hom­bre ínte­gro y puro que imbui­do de pro­fun­dos valo­res mora­les con­ti­núa bata­llan­do para cam­biar el corrup­to sis­te­ma ins­ti­tu­cio­nal; en ese queha­cer debe man­te­ner el deli­ca­do equi­li­brio de su apa­sio­na­mien­to polí­ti­co y el amor que pro­di­ga y reci­be de su núcleo familiar.

En los cré­di­tos fina­les se seña­la que la pelí­cu­la está dedi­ca­da a todos los acti­vis­tas y sus fami­lias que ofren­da­ron sus vidas pelean­do por la demo­cra­cia en Kenia, en tan­to que la lucha con­ti­núa. Igual­men­te se infor­ma que duran­te el pro­ce­so de fil­ma­ción del docu­men­tal se ha repor­ta­do la muer­te o des­apa­ri­ción de 30 activistas.

Niña Mamá / Mother Child (Argen­ti­na)

El abor­to es con­si­de­ra­do en el docu­men­tal diri­gi­do y escri­to por Andrea Tes­ta. La direc­to­ra lle­vó su cáma­ra a los con­sul­to­rios de un hos­pi­tal públi­co del conur­bano de la ciu­dad de Bue­nos Aires para con­si­de­rar algu­nos casos de jóve­nes muje­res que ya son madres o que están pró­xi­mas a serlo.

Median­te entre­vis­tas rea­li­za­das por visi­ta­do­ras socia­les y a veces por enfer­me­ras a quie­nes nun­ca se les ve el ros­tro se sabe de la suer­te corri­da por las entre­vis­ta­das que en gene­ral pro­vie­nen de sec­to­res humil­des. En este docu­men­tal fil­ma­do en blan­co y negro, pro­ba­ble­men­te para la lograr una expre­sión más natu­ral y rea­lis­ta de las muje­res, se lle­ga a saber de una varie­dad de casos vin­cu­la­dos con la mater­ni­dad así como la pro­vo­ca­ción del abor­to. Entre algu­nos de los mis­mos se encuen­tran el de una futu­ra mamá que a las 38 sema­nas de emba­ra­zo ha sido obje­to de crue­les ata­ques por su pare­ja; la situa­ción de una madre de 4 hijos que no pue­de afron­tar a tener otro más o bien quien ha que­da­do emba­ra­za­da por haber sido vio­la­da. En las mani­fes­ta­cio­nes de estas muje­res que­da refle­ja­do el des­cui­do de no uti­li­zar anti­con­cep­ti­vos o bien la ausen­cia de edu­ca­ción sexual como en el caso de una futu­ra mamá de tan solo 12 años de edad.

Es alec­cio­na­dor el pro­pó­si­to de Tes­ta en mos­trar cómo la vul­ne­ra­bi­li­dad, el aban­dono así como el ende­ble con­tex­to fami­liar pue­den ori­gi­nar emba­ra­zos no desea­dos. Sin embar­go, su enfo­que no resul­ta del todo satis­fac­to­rio por care­cer de la pro­fun­di­dad nece­sa­ria en la inter­ac­ción esta­ble­ci­da entre las visi­ta­do­ras socia­les y las entre­vis­ta­das; eso moti­va a que cada entre­vis­ta fina­li­ce de mane­ra incon­clu­sa. Con todo es loa­ble la con­duc­ta asu­mi­da por las entre­vis­ta­do­ras al tra­tar de ofre­cer a estas “niñas madres” el estí­mu­lo nece­sa­rio para que a pesar de todo pue­dan avi­zo­rar un hala­güe­ño porvenir.

Sta­te­less / Apá­tri­das Cana­dá-Esta­dos Unidos)

En este pene­tran­te docu­men­tal escri­to y diri­gi­do Michè­le Stephen­son la rea­li­za­do­ra de raza negra Michè­le Stephen­son, oriun­da de Hai­tí per­mi­te que el públi­co conoz­ca algo no muy difun­di­do que acon­te­ce en la Repú­bli­ca Dominicana.

En el ini­cio de Sta­te­less se infor­ma que Hai­tí y la Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na que com­par­ten la isla Espa­ño­la han esta­do suje­tos a ten­sio­nes racia­les des­de la épo­ca colo­nial. Así, en 1937 como medio de con­tro­lar la fron­te­ra domi­ni­ca­na y “emblan­que­cer” a Domi­ni­ca­na, el dic­ta­dor Rafael Tru­ji­llo orde­nó una masa­cre geno­ci­da de miles de hai­tia­nos vivien­do en dicho país, medi­da que inclu­yó a los domi­ni­ca­nos de piel oscura.

En fun­ción de lo que ante­ce­de Stephen­son abor­da esta com­ple­ja situa­ción enfo­can­do prin­ci­pal­men­te a tres per­so­nas vivien­do en la Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na. Una de ellas es Rosa Iris Dien­do­mi-Álva­rez, que como abo­ga­da y acti­vis­ta defen­so­ra de los dere­chos huma­nos lucha deno­da­da­men­te para rever­tir esta avie­sa deci­sión polí­ti­ca que injus­ta­men­te afec­ta a los domi­ni­ca­nos de ascen­den­cia haitiana.

En este queha­cer, Rosa Iris tra­ta de ayu­dar a su pri­mo Juan Teó­fi­lo Murat quien es una de las per­so­nas que han sido per­ju­di­ca­das por la deci­sión de 2013; en tal sen­ti­do, al ser con­si­de­ra­do extran­je­ro en su tie­rra él pre­sen­ta su cer­ti­fi­ca­do de naci­mien­to domi­ni­cano a la auto­ri­dad com­pe­ten­te a fin de otor­gar­le su ciu­da­da­nía, pero lamen­ta­ble­men­te se enfren­ta a esco­llos buro­crá­ti­cos don­de siem­pre fal­ta algún dato adi­cio­nal para solu­cio­nar su sta­tu quo.

Empeo­ran­do la situa­ción, en 2013 la cor­te cons­ti­tu­cio­nal domi­ni­ca­na dis­pu­so la revo­ca­ción de la ciu­da­da­nía a los domi­ni­ca­nos des­cen­dien­tes de hai­tia­nos retro­ac­ti­va­men­te a 1929, con­vir­tién­do­los de este modo en apátridas.

El ter­cer per­so­na­je de esta his­to­ria es Gladys Feliz, una per­so­na que per­te­ne­ce al par­ti­do nacio­na­lis­ta y sos­tie­ne que el gobierno debe­ría cons­truir un muro fron­te­ri­zo a fin de evi­tar que los migran­tes hai­tia­nos lle­guen y se ins­ta­len en el país. Lo curio­so del caso es que esta mujer admi­te que tan­to sus hijos como su ex mari­do son negros y al pro­pio tiem­po reco­no­ce la con­tri­bu­ción impor­tan­te apor­ta­da por los hai­tia­nos a la socie­dad dominicana.

El remar­ca­ble tra­ba­jo de cáma­ra de la rea­li­za­do­ra y su ade­cua­do mon­ta­je per­mi­ten que la narra­ción de esta his­to­ria real resul­te flui­da y man­ten­ga per­ma­nen­te­men­te la aten­ción del espec­ta­dor. Así en los cré­di­tos fina­les el docu­men­tal seña­la que debi­do a la acti­vi­dad des­ple­ga­da por Rosa Iris ella es obje­to de con­ti­nuas ame­na­zas de vio­len­cia; tam­bién acla­ra que la situa­ción de Juan Teó­fi­lo per­ma­ne­ce irre­suel­ta en tan­to que Gladys con­ti­núa su tra­ba­jo con el movi­mien­to nacio­na­lis­ta de dis­cri­mi­na­ción y segre­ga­ción de las 200 mil per­so­nas que a pesar de ser domi­ni­ca­nas son con­si­de­ra­das apátridas.

A tra­vés de este cua­dro opre­si­vo la direc­to­ra demues­tra cómo está arrai­ga­da la cas­ta racial en la comu­ni­dad lati­na. Al hacer­lo, denun­cia las con­se­cuen­cias de un sis­te­ma que sub­yu­ga y divi­de a la pobla­ción domi­ni­ca­na debi­do a los efec­tos noci­vos de la supre­ma­cía blan­ca y del racismo.

Este enco­mia­ble docu­men­to de Stephen­son no pue­de ser más opor­tuno y alec­cio­na­dor tenien­do en cuen­ta que el mun­do ente­ro se encuen­tra cons­ter­na­do por el horren­do homi­ci­dio de Geor­ge Floyd acae­ci­do en mayo de este año por el úni­co “deli­to” de haber sido negro.