Fes­ti­val RIDM

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

El Reen­cuen­tro Inter­na­cio­nal del Docu­men­tal de Mon­treal (RIDM) cele­bra­rá su 23ª edi­ción en línea debi­do a la pan­de­mia que afli­ge al mun­do. Este año se desa­rro­lla­rá duran­te tres sema­nas, des­de el 12 de Noviem­bre has­ta el 2 de Diciem­bre, con 109 fil­mes, de los cua­les 48 son lar­go­me­tra­jes pro­ve­nien­tes de 45 paí­ses. La pro­gra­ma­ción inclu­ye 18 ópe­ras pri­mas como así tam­bién títu­los de pres­ti­gio­sos direc­to­res ya esta­ble­ci­dos, como Fre­de­rick Wise­man, Clai­re Simon, Kasuhi­ro Soda, Lau­ra Huer­tas Millán y Dieu­do Hamadi.

Es impor­tan­te des­ta­car que los docu­men­ta­les de la pre­sen­te edi­ción están estruc­tu­ra­dos temá­ti­ca­men­te. Los tópi­cos con­si­de­ra­dos están vin­cu­la­dos con epi­so­dios his­tó­ri­cos, la con­fron­ta­ción de la natu­ra­le­za y el medio ambien­te y su impac­to socio-cul­tu­ral, el encuen­tro comu­ni­ta­rio des­de la mira polí­ti­ca y la rein­te­gra­ción social, refle­xio­nes sobre la dis­to­pía, per­fi­les y bos­que­jos sobre nues­tra rela­ción con el mun­do, el desa­fío al poder en la con­fron­ta­ción con pasa­das y pre­sen­tes injus­ti­cias, la explo­ra­ción de la inti­mi­dad aten­dien­do a las rela­cio­nes fami­lia­res así como a los víncu­los sen­ti­men­ta­les y al esta­do del cui­da­do de la salud; el últi­mo de los aspec­tos con­si­de­ra­dos es el de cómo sobre­vi­vir a la violencia.

Dado que la difu­sión del Fes­ti­val se rea­li­za­rá de mane­ra vir­tual, el mis­mo podrá ser apre­cia­do en toda la pro­vin­cia de Que­bec a tra­vés de enligne.ridm.ca, la pla­ta­for­ma strea­ming impul­sa­da por Cine­Send. Para infor­ma­ción sobre la com­ple­ta pro­gra­ma­ción pre­sio­ne aquí

A con­ti­nua­ción se anti­ci­pa el comen­ta­rio de 4 fil­mes que serán pre­sen­ta­dos y que este cro­nis­ta tuvo opor­tu­ni­dad de ver.

499 (Esta­dos Unidos-México)

Tenien­do en cuen­ta que en 2021 se con­me­mo­ra el medio mile­nio de la con­quis­ta espa­ño­la de Méxi­co, el direc­tor mexi­cano Rodri­go Reyes deci­dió rea­li­zar este docu­men­tal que per­mi­te refle­xio­nar sobre qué es lo que cam­bió des­de ese enton­ces con lo que aho­ra es el país azteca.

En un guión que le per­te­ne­ce el rea­li­za­dor ade­cua­da­men­te entre­mez­cla estu­pen­da­men­te la reali­dad con la fic­ción. A tra­vés de un fan­tas­ma­gó­ri­co con­quis­ta­dor la pelí­cu­la recrea dra­má­ti­ca­men­te el via­je de un des­pla­za­do sol­da­do (Eduar­do San Juan Bre­ña) siguien­do la mis­ma ruta de Her­nán Cor­tez des­de la cos­ta de Vera­cruz has­ta Tenoch­titlan, que es hoy la ciu­dad de Méxi­co. En un tras­la­do hacia la épo­ca actual, el alu­di­do per­so­na­je va reco­gien­do tes­ti­mo­nios de migran­tes y fami­lia­res de víc­ti­mas de un país azo­ta­do por un corrup­to car­tel domi­nan­do el trá­fi­co de dro­gas con la con­se­cuen­te vio­len­cia impe­ran­te y el con­si­de­ra­ble núme­ro de jóve­nes muje­res vio­la­das y tor­tu­ra­das has­ta morir. Que­da flo­tan­do la pre­gun­ta si el saqueo sufri­do por la pobla­ción autóc­to­na que tuvo lugar con el colo­nia­lis­mo espa­ñol es dife­ren­te a las atro­ci­da­des de la cri­sis huma­ni­ta­ria actual.

Este remar­ca­ble docu­men­tal cui­da­do­sa­men­te cons­trui­do que obtu­vo el pri­mer pre­mio en el Fes­ti­val de Tri­be­ca, cons­ti­tu­ye una bue­na opor­tu­ni­dad para que el públi­co de Que­bec pue­da juzgarlo.

Sof­tie (Kenia-Cana­dá)

En este docu­men­tal el rea­li­za­dor Sam Soko con­cen­tra su aten­ción en Boni­fa­ce Mwan­gi, un exce­len­te fotó­gra­fo perio­dis­ta de Kenia quien duran­te varios años repor­tó los vio­len­tos suce­sos polí­ti­cos acae­ci­dos en su país, sobre todo median­te las dra­má­ti­cas imá­ge­nes que cap­tó des­pués de las elec­cio­nes de 2007 en don­de par­te de la pobla­ción había sido aba­ti­da por las fuer­zas del orden. Al alu­dir a esos lamen­ta­bles inci­den­tes el direc­tor ofre­ce una lec­ción de his­to­ria del país afri­cano demos­tran­do los resa­bios del colo­nia­lis­mo colo­nial bri­tá­ni­co al haber implan­ta­do el sis­te­ma social del tri­ba­lis­mo que divi­dió radi­cal­men­te a sus habi­tan­tes crean­do a su vez dinas­tías políticas.

Diez años des­pués, Mwan­gi con 30 años de edad, casa­do y padre de 3 niños, deci­de pre­sen­tar­se como can­di­da­to en las elec­cio­nes guber­na­men­ta­les de 2017 a fin de lograr un sitio en el par­la­men­to y de ese modo luchar por la injus­ti­cia impe­ran­te en Kenia. Como idea­lis­ta y apa­sio­na­do acti­vis­ta social reci­be con­ti­nuas ame­na­zas que ponen en serio ries­go a su fami­lia, por la que su devo­ta espo­sa y sus hijos se exi­lian por 8 meses en New Jer­sey. El film evi­den­cia que el fer­vor impues­to por Boni­fa­ce a su carre­ra polí­ti­ca pro­du­ce roces en la rela­ción con­yu­gal, aun­que que­dan supe­ra­dos por el sóli­do lazo que une a la pareja.

A tra­vés de un impor­tan­te mate­rial de archi­vo sobre suce­sos del pasa­do uni­do a la cáma­ra que per­ma­nen­te­men­te sigue las alter­na­ti­vas que vive el pro­ta­go­nis­ta de este rela­to el direc­tor refle­ja los vai­ve­nes emo­cio­na­les de un hom­bre ínte­gro y puro que imbui­do de pro­fun­dos valo­res mora­les con­ti­núa bata­llan­do para cam­biar el corrup­to sis­te­ma ins­ti­tu­cio­nal; en ese queha­cer debe man­te­ner el deli­ca­do equi­li­brio de su apa­sio­na­mien­to polí­ti­co y el amor que pro­di­ga y reci­be de su núcleo familiar.

En los cré­di­tos fina­les se seña­la que la pelí­cu­la está dedi­ca­da a todos los acti­vis­tas y sus fami­lias que ofren­da­ron sus vidas pelean­do por la demo­cra­cia en Kenia, en tan­to que la lucha con­ti­núa. Igual­men­te se infor­ma que duran­te el pro­ce­so de fil­ma­ción del docu­men­tal se ha repor­ta­do la muer­te o des­apa­ri­ción de 30 activistas.

Niña Mamá / Mother Child (Argen­ti­na)

El abor­to es con­si­de­ra­do en el docu­men­tal diri­gi­do y escri­to por Andrea Tes­ta. La direc­to­ra lle­vó su cáma­ra a los con­sul­to­rios de un hos­pi­tal públi­co del conur­bano de la ciu­dad de Bue­nos Aires para con­si­de­rar algu­nos casos de jóve­nes muje­res que ya son madres o que están pró­xi­mas a serlo.

Median­te entre­vis­tas rea­li­za­das por visi­ta­do­ras socia­les y a veces por enfer­me­ras a quie­nes nun­ca se les ve el ros­tro se sabe de la suer­te corri­da por las entre­vis­ta­das que en gene­ral pro­vie­nen de sec­to­res humil­des. En este docu­men­tal fil­ma­do en blan­co y negro, pro­ba­ble­men­te para la lograr una expre­sión más natu­ral y rea­lis­ta de las muje­res, se lle­ga a saber de una varie­dad de casos vin­cu­la­dos con la mater­ni­dad así como la pro­vo­ca­ción del abor­to. Entre algu­nos de los mis­mos se encuen­tran el de una futu­ra mamá que a las 38 sema­nas de emba­ra­zo ha sido obje­to de crue­les ata­ques por su pare­ja; la situa­ción de una madre de 4 hijos que no pue­de afron­tar a tener otro más o bien quien ha que­da­do emba­ra­za­da por haber sido vio­la­da. En las mani­fes­ta­cio­nes de estas muje­res que­da refle­ja­do el des­cui­do de no uti­li­zar anti­con­cep­ti­vos o bien la ausen­cia de edu­ca­ción sexual como en el caso de una futu­ra mamá de tan solo 12 años de edad.

Es alec­cio­na­dor el pro­pó­si­to de Tes­ta en mos­trar cómo la vul­ne­ra­bi­li­dad, el aban­dono así como el ende­ble con­tex­to fami­liar pue­den ori­gi­nar emba­ra­zos no desea­dos. Sin embar­go, su enfo­que no resul­ta del todo satis­fac­to­rio por care­cer de la pro­fun­di­dad nece­sa­ria en la inter­ac­ción esta­ble­ci­da entre las visi­ta­do­ras socia­les y las entre­vis­ta­das; eso moti­va a que cada entre­vis­ta fina­li­ce de mane­ra incon­clu­sa. Con todo es loa­ble la con­duc­ta asu­mi­da por las entre­vis­ta­do­ras al tra­tar de ofre­cer a estas “niñas madres” el estí­mu­lo nece­sa­rio para que a pesar de todo pue­dan avi­zo­rar un hala­güe­ño porvenir.

Sta­te­less / Apá­tri­das Cana­dá-Esta­dos Unidos)

En este pene­tran­te docu­men­tal escri­to y diri­gi­do Michè­le Stephen­son la rea­li­za­do­ra de raza negra Michè­le Stephen­son, oriun­da de Hai­tí per­mi­te que el públi­co conoz­ca algo no muy difun­di­do que acon­te­ce en la Repú­bli­ca Dominicana.

En el ini­cio de Sta­te­less se infor­ma que Hai­tí y la Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na que com­par­ten la isla Espa­ño­la han esta­do suje­tos a ten­sio­nes racia­les des­de la épo­ca colo­nial. Así, en 1937 como medio de con­tro­lar la fron­te­ra domi­ni­ca­na y “emblan­que­cer” a Domi­ni­ca­na, el dic­ta­dor Rafael Tru­ji­llo orde­nó una masa­cre geno­ci­da de miles de hai­tia­nos vivien­do en dicho país, medi­da que inclu­yó a los domi­ni­ca­nos de piel oscura.

En fun­ción de lo que ante­ce­de Stephen­son abor­da esta com­ple­ja situa­ción enfo­can­do prin­ci­pal­men­te a tres per­so­nas vivien­do en la Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na. Una de ellas es Rosa Iris Dien­do­mi-Álva­rez, que como abo­ga­da y acti­vis­ta defen­so­ra de los dere­chos huma­nos lucha deno­da­da­men­te para rever­tir esta avie­sa deci­sión polí­ti­ca que injus­ta­men­te afec­ta a los domi­ni­ca­nos de ascen­den­cia haitiana.

En este queha­cer, Rosa Iris tra­ta de ayu­dar a su pri­mo Juan Teó­fi­lo Murat quien es una de las per­so­nas que han sido per­ju­di­ca­das por la deci­sión de 2013; en tal sen­ti­do, al ser con­si­de­ra­do extran­je­ro en su tie­rra él pre­sen­ta su cer­ti­fi­ca­do de naci­mien­to domi­ni­cano a la auto­ri­dad com­pe­ten­te a fin de otor­gar­le su ciu­da­da­nía, pero lamen­ta­ble­men­te se enfren­ta a esco­llos buro­crá­ti­cos don­de siem­pre fal­ta algún dato adi­cio­nal para solu­cio­nar su sta­tu quo.

Empeo­ran­do la situa­ción, en 2013 la cor­te cons­ti­tu­cio­nal domi­ni­ca­na dis­pu­so la revo­ca­ción de la ciu­da­da­nía a los domi­ni­ca­nos des­cen­dien­tes de hai­tia­nos retro­ac­ti­va­men­te a 1929, con­vir­tién­do­los de este modo en apátridas.

El ter­cer per­so­na­je de esta his­to­ria es Gladys Feliz, una per­so­na que per­te­ne­ce al par­ti­do nacio­na­lis­ta y sos­tie­ne que el gobierno debe­ría cons­truir un muro fron­te­ri­zo a fin de evi­tar que los migran­tes hai­tia­nos lle­guen y se ins­ta­len en el país. Lo curio­so del caso es que esta mujer admi­te que tan­to sus hijos como su ex mari­do son negros y al pro­pio tiem­po reco­no­ce la con­tri­bu­ción impor­tan­te apor­ta­da por los hai­tia­nos a la socie­dad dominicana.

El remar­ca­ble tra­ba­jo de cáma­ra de la rea­li­za­do­ra y su ade­cua­do mon­ta­je per­mi­ten que la narra­ción de esta his­to­ria real resul­te flui­da y man­ten­ga per­ma­nen­te­men­te la aten­ción del espec­ta­dor. Así en los cré­di­tos fina­les el docu­men­tal seña­la que debi­do a la acti­vi­dad des­ple­ga­da por Rosa Iris ella es obje­to de con­ti­nuas ame­na­zas de vio­len­cia; tam­bién acla­ra que la situa­ción de Juan Teó­fi­lo per­ma­ne­ce irre­suel­ta en tan­to que Gladys con­ti­núa su tra­ba­jo con el movi­mien­to nacio­na­lis­ta de dis­cri­mi­na­ción y segre­ga­ción de las 200 mil per­so­nas que a pesar de ser domi­ni­ca­nas son con­si­de­ra­das apátridas.

A tra­vés de este cua­dro opre­si­vo la direc­to­ra demues­tra cómo está arrai­ga­da la cas­ta racial en la comu­ni­dad lati­na. Al hacer­lo, denun­cia las con­se­cuen­cias de un sis­te­ma que sub­yu­ga y divi­de a la pobla­ción domi­ni­ca­na debi­do a los efec­tos noci­vos de la supre­ma­cía blan­ca y del racismo.

Este enco­mia­ble docu­men­to de Stephen­son no pue­de ser más opor­tuno y alec­cio­na­dor tenien­do en cuen­ta que el mun­do ente­ro se encuen­tra cons­ter­na­do por el horren­do homi­ci­dio de Geor­ge Floyd acae­ci­do en mayo de este año por el úni­co “deli­to” de haber sido negro.