Film de Aper­tu­ra de Can­nes 2016

LA NUE­VA REA­LI­ZA­CIÓN DE WOODY ALLEN

Deci­di­da­men­te el Fes­ti­val de Can­nes sien­te un gran entu­sias­mo por Woody Allen a juz­gar por las cator­ce veces en que sus pelí­cu­las par­ti­ci­pa­ron en el Fes­ti­val, a par­tir de Manhat­tan en 1979 has­ta Irra­tio­nal Man exhi­bi­da el año pasa­do. Esta 69ª edi­ción de la mues­tra más impor­tan­te de cine mun­dial será inau­gu­ra­da el 11 de mayo con el recien­te tra­ba­jo de Allen Cafe Society; en tal sen­ti­do, el que­ri­do rea­li­za­dor ha logra­do un récord en la mate­ria por­que dos de sus fil­mes, Holly­wood Ending y Mid­night in París, tuvie­ron el honor de abrir el cer­ta­men en 2002 y 2011 respectivamente.

Cafe Society (Foto de Sabrina Lantos)

Kris­ten Ste­wart y Jes­se Eisen­berg en Cafe Society (Foto de Sabri­na Lantos)

A tra­vés de una pro­lí­fi­ca carre­ra que inclu­ye 46 títu­los, Allen es mun­dial­men­te cono­ci­do como actor, rea­li­za­dor y guio­nis­ta, don­de algu­nas de sus rea­li­za­cio­nes logra­ron un apre­cia­ble éxi­to de públi­co y crí­ti­ca. Tam­bién fue obje­to del reco­no­ci­mien­to de la Aca­de­mia de Holly­wood que lo dis­tin­guió en Annie Hall en 1978, Han­nah and his Sis­ters en 1987 y Mid­night in París en 2012, ade­más de haber reci­bi­do una vein­te­na de nominaciones.

Con res­pec­to a Cafe Society es muy escue­ta la infor­ma­ción que se tie­ne sobre su con­te­ni­do. Solo se sabe que el rela­to que trans­cu­rre en la déca­da del 30 del pasa­do siglo se cen­tra en un joven que encon­trán­do­se en Holly­wood aspi­ra a tra­ba­jar en el mun­do del cine, se ena­mo­ra y al pro­pio tiem­po que­da sumer­gi­do en la efer­ves­cen­cia inte­lec­tual de un café lite­ra­rio que da el títu­lo al film. El elen­co está enca­be­za­do por Jes­se Eisen­berg y Kris­ten Ste­wart quie­nes están rodea­dos por un cali­fi­ca­do repar­to que inclu­ye a Ste­ve Carell, Par­ker Posey y Bla­ke Lively. El renom­bra­do direc­tor de foto­gra­fía ita­liano Vit­to­rio Sto­ra­ro ha cola­bo­ra­do con Allen repro­du­cien­do el ambien­te de épo­ca en que se desa­rro­lla la acción.

El Fes­ti­val dará a cono­cer la com­ple­ta pro­gra­ma­ción de la selec­ción ofi­cial el 14 de abril. Como ya se anti­ci­pó, el cer­ta­men se desa­rro­lla­rá entre el 11 y 22 de mayo, sien­do pre­si­den­te del jura­do de los fil­mes com­pe­ti­ti­vos el direc­tor de cine aus­tra­liano Geor­ge Miller.

Los Ver­du­gos

HANG­MEN

En una nue­va pre­sen­ta­ción del Natio­nal Thea­tre Live, se podrá apre­ciar otra de las impor­tan­tes obras de la car­te­le­ra del West End lon­di­nen­se. Se tra­ta de la pie­za Hang­men del cono­ci­do dra­ma­tur­go, rea­li­za­dor y guio­nis­ta anglo irlan­dés Mar­tin McDo­nagh.

Foto de Simon Annand

Foto de Simon Annand

Si bien el públi­co ciné­fi­lo tuvo oca­sión de apre­ciar su pri­mer film In Bru­ges (2008) y pos­te­rior­men­te Seven Psy­co­paths (2012), tam­bién es reco­no­ci­do inter­na­cio­nal­men­te por su des­ta­ca­da tra­yec­to­ria tea­tral. Entre sus impor­tan­tes obras figu­ran su ópe­ra pri­ma The Beauty Queen of Lee­nan (1996), The Crip­ple of Irish­man (1997), The Lieu­te­nant of Irish­mo­re (2001) y The Pillow­man (2003) que le ha vali­do los pre­mios Lau­ren­ce Oli­vier de Lon­dres, el de la Crí­ti­ca de Nue­va York y el Tony de Broad­way en 2005 a la mejor obra tea­tral; hoy día es el autor anglo­sa­jón más repre­sen­ta­do en los esce­na­rios de Amé­ri­ca del Norte.

En Hang­men (Los Ver­du­gos), su más recien­te tra­ba­jo, la acción se desa­rro­lla en la nor­te­ña ciu­dad ingle­sa de Hold­man en 1965, el año en que Gran Bre­ta­ña abo­lió la pena de muer­te. En ese con­tex­to y ape­lan­do a un espe­cial humor negro, el autor lan­za una mira­da diver­ti­da a quie­nes pro­fe­sio­nal­men­te tie­nen como misión eje­cu­tar a los sen­ten­cia­dos con­de­na­dos a la hor­ca. El elen­co es pro­ta­go­ni­za­do por David Morris­sey ani­man­do al ver­du­go Harry Wade y entre otros acto­res del cali­fi­ca­do elen­co figu­ran Johnny Flynn y Andy Nyman.

Estre­na­da en sep­tiem­bre de 2015 en el tea­tro Royal Court, la pie­za diri­gi­da por Matthew Duns­ter ha sido obje­to de exce­len­tes comen­ta­rios crí­ti­cos. De este modo, sin nece­si­dad de des­pla­zar­se a Lon­dres, el públi­co cana­dien­se tie­ne la opor­tu­ni­dad de asis­tir a esta pro­duc­ción tea­tral que será difun­di­da direc­ta­men­te en las salas de CINE­PLEX el jue­ves 7 de abril y retrans­mi­ti­da el sába­do 21 de mayo.

Para infor­ma­ción sobre los cines de Cana­dá que ofre­ce­rán Hang­men y los res­pec­ti­vos hora­rios loca­les, pre­sio­ne aquí.

Una Fábu­la Surrealista

THE LOBS­TER. Gre­cia-Irlan­da-Gran Bre­ta­ña-Holan­da-Fran­cia, 2015. Un film de Yor­gos Lanthimos.

Des­pués de la des­apa­ri­ción del gran direc­tor grie­go Theo Ange­lo­pou­los, Gre­cia tie­ne en Yor­gos Lanthi­mos otro rea­li­za­dor que ha logra­do reco­no­ci­mien­to inter­na­cio­nal. Así, en el Fes­ti­val de Can­nes de 2009 su film Dog­tooth fue dis­tin­gui­do como el mejor en la sec­ción ofi­cial Un Cer­tain Regard, en tan­to que el año pasa­do vol­vió a des­ta­car­se en Can­nes al reci­bir el Pre­mio del Jura­do por The Lobs­ter que aca­ba de estre­nar­se en Canadá.

Carac­te­ri­za­do por un cine extra­va­gan­te, pro­vo­ca­dor y agre­si­vo, no exen­to de cruel­dad y vio­len­cia que va crean­do un cli­ma angus­tian­te, en este film el direc­tor cam­bia de tono; aquí adop­ta una vía rela­ti­va­men­te más con­ven­cio­nal uti­li­zan­do como pun­to de par­ti­da una hipó­te­sis absur­da­men­te rea­lis­ta pero pro­me­te­do­ra, sobre todo por el humor negro que exuda.

Colin Farrell

Colin Farrell

El libre­to con­ce­bi­do por Lanthi­mos con la cola­bo­ra­ción de Efthy­mis Filip­pou ubi­ca la acción en un mun­do futu­ris­ta don­de la sole­dad indi­vi­dual no está per­mi­ti­da, de allí que el ser humano debe encon­trar a otra per­so­na como pare­ja con quien com­par­tir su vida. El rela­to se cen­tra en David (Colin Farrell) un arqui­tec­to soli­ta­rio a quien su mujer lo ha aban­do­na­do y que deci­de recluir­se en un hotel don­de debe aco­ger­se a pro­ce­di­mien­tos rigu­ro­sa­men­te regla­men­ta­dos. Los códi­gos de con­vi­ven­cia que rigen en el esta­ble­ci­mien­to deter­mi­nan que en 45 días como máxi­mo él, como todos los otros hués­pe­des en su mis­ma situa­ción, deben encon­trar su alma geme­la por­que en caso con­tra­rio que­da­rán con­ver­ti­dos en ani­ma­les; si eso lle­ga­ra a ocu­rrir, David comu­ni­ca su volun­tad de trans­for­mar­se en lan­gos­ta por­que le apa­sio­na el mar.

Tan­to los diá­lo­gos como varias situa­cio­nes joco­sas que se pro­du­cen duran­te la esta­día en el hotel con­fie­ren a esta pri­me­ra par­te del rela­to un aire surrea­lis­ta a la vez que fres­co y reno­va­dor. Sin embar­go, los acon­te­ci­mien­tos pos­te­rio­res fre­nan el impul­so ini­cial; vien­do que no podrá cum­plir con el man­da­to impues­to, David esca­pa del hotel. Su huí­da lo con­du­ce a un bos­que don­de se encuen­tra con un movi­mien­to mili­tan­te de opo­si­ción lide­ra­do por una anar­quis­ta (Lea Sey­doux) cuyas reglas son dia­me­tral­men­te opues­tas a las del hotel dado que que­da estric­ta­men­te prohi­bi­do el man­te­ni­mien­to de rela­cio­nes román­ti­cas y/o sexuales.

Con esce­nas que devie­nen repe­ti­ti­vas, las extra­va­gan­cias de la segun­da mitad del rela­to no per­mi­ten infe­rir cuál es el men­sa­je que ofre­ce el film; más aún, en ausen­cia de un des­en­la­ce cli­má­ti­co –como lle­gar a cono­cer lo que aguar­da a un hom­bre con­ver­ti­do en langosta‑, la pro­pues­ta audaz de la pre­mi­sa ini­cial del rela­to que­da incumplida.

Un buen elen­co don­de ade­más de Farrell y Sey­doux lo inte­gran Rachel Weisz, John C. Reilly, Oli­via Col­man, Jes­sic Bar­den, Ange­li­ki Papou­lia, Michael Smi­ley y Ben Whishaw, así como los logra­dos dise­ños de pro­duc­ción de Jac­que­li­ne Abrahams, cons­ti­tu­yen los valo­res más impor­tan­tes del film. Jor­ge Gutman

El Gran Tramposo

THE PRO­GRAM. Gran Bre­ta­ña, 2015. Un film de Stephen Frears

Hace poco más de dos años, el públi­co tuvo opor­tu­ni­dad de juz­gar The Arms­trong Lie, un exce­len­te docu­men­tal de Alex Gib­ney sobre la carre­ra del ciclis­ta ame­ri­cano Lan­ce Arms­trong. Aho­ra es el turno del direc­tor bri­tá­ni­co Stephen Frears en abor­dar su con­tro­ver­ti­da tra­yec­to­ria depor­ti­va vol­cán­do­lo en un rela­to de fic­ción que si bien atrae por su tema, en gran par­te repi­te lo ya visto.

Ben Foster

Ben Fos­ter

El guión de John Hod­ge, ins­pi­ra­do en el libro Seven Deadly Sins del perio­dis­ta irlan­dés David Walsh, rela­ta los comien­zos de Arms­trong (Ben Fos­ter) en 1993 como ciclis­ta pro­fe­sio­nal, efec­tuan­do su debut en el Tour de Fran­ce. Has­ta 1996 obtie­ne un nota­ble éxi­to que se ve inte­rrum­pi­do cuan­do es afec­ta­do por un seve­ro cán­cer tes­ti­cu­lar; aun­que pro­nos­ti­ca­do como fatal, mila­gro­sa­men­te logra recu­pe­rar­se. Con su res­ta­ble­ci­mien­to crea la Fun­da­ción Lan­ce Arms­trong dedi­ca­da a asis­tir a otros sobre­vi­vien­tes de cán­cer para la cual apor­tó con­si­de­ra­ble dinero.

Recién en 1998 reanu­da su entre­na­mien­to como ciclis­ta y es enton­ces cuan­do al vin­cu­lar­se con el tur­bio médi­co ita­liano Miche­le Ferra­ri (Gui­llau­me Canet), éste lo intro­du­ce a un sofis­ti­ca­do pro­gra­ma de dopa­je con trans­fu­sio­nes de san­gre rea­li­za­das con la dro­ga EPO. Con la ayu­da de Ferra­ri y la del entre­na­dor del equi­po US Pos­tal (Denis Meno­chet) al cual se inte­gró como miem­bro, por 7 años con­se­cu­ti­vos – des­de 1999 has­ta 2005- obtu­vo el títu­lo de cam­peón de ciclis­mo en la com­pe­ten­cia del Tour de Fran­ce. Esa admi­ra­ble proeza que no ha teni­do has­ta la fecha pre­ce­den­te alguno con­vier­te al imba­ti­ble triun­fa­dor en el pri­mer ciclis­ta del mun­do y le brin­da una gran popu­la­ri­dad internacional.

Lo que este film intro­du­ce como nove­dad es la exhaus­ti­va labor de inves­ti­ga­ción rea­li­za­da por el perio­dis­ta David Walsh (Chris O’Dowd) quien tra­ba­jan­do para el perió­di­co bri­tá­ni­co The Sun­day Times comien­za a sos­pe­char sobre la hones­ti­dad pro­fe­sio­nal del depor­tis­ta al estar con­ven­ci­do que para lograr sus vic­to­rias podía valer­se del con­su­mo de dro­gas. En últi­ma ins­tan­cia su per­sis­ten­te tarea que se pro­lon­gó duran­te 13 años pro­du­jo la estruen­do­sa caí­da en des­gra­cia de Arms­trong al haber sido des­en­mas­ca­ra­do; ese hecho ori­gi­nó el escán­da­lo más gran­de que se haya regis­tra­do en la his­to­ria del deporte.

Tan­to la obs­ti­na­da labor detec­ti­ves­ca de Walsh así como lo con­cer­nien­te al pro­gra­ma emplea­do por Arms­trong y otros miem­bros de su equi­po modo para embau­car a casi todo el mun­do y pasar satis­fac­to­ria­men­te los tests de dopa­je rea­li­za­dos, cons­ti­tu­yen los aspec­tos más atra­yen­tes del relato.

Si bien el film man­tie­ne inte­rés, no pro­fun­di­za dema­sia­do en la per­so­na­li­dad de Arms­trong al no inda­gar sobre su com­pli­ca­da men­ta­li­dad de acé­rri­mo tram­po­so a la vez que gran men­ti­ro­so por haber nega­do reite­ra­da­men­te su con­su­mo de dro­gas. En otros aspec­tos hay esce­nas que nada agre­gan al tema cen­tral; por ejem­plo, en for­ma fugaz se sabe que se casó con Kris­tin Richard (Chloe Hay­ward) pero no hay indi­cios que per­mi­tan supo­ner en qué medi­da su rela­ción con­yu­gal pudo o no haber influi­do en su con­duc­ta depor­ti­va; tam­bién resul­ta pres­cin­di­ble la secuen­cia de los avi­sos publi­ci­ta­rios que rea­li­za Arms­trong en sus años de retiro.

A nivel de actua­ción, Fos­ter ade­más de guar­dar un nota­ble pare­ci­do físi­co con el ciclis­ta brin­da una muy bue­na com­po­si­ción de este per­so­na­je. Tam­bién se des­ta­can O’Dowd como el empe­der­ni­do perio­dis­ta dis­pues­to a que la ver­dad se impon­ga, y Jes­se Ple­mons ani­man­do al meno­ni­ta ciclis­ta Floyd Lan­dis que que­da mar­gi­na­li­za­do del equi­po de Armstrong.

En los nive­les téc­ni­cos, se apre­cian el buen tra­ba­jo de edi­ción de Vale­rio Bone­lli y la foto­gra­fía de Danny Cohen cap­tan­do con gran inten­si­dad las secuen­cias de las carre­ras ciclis­tas a tra­vés de empi­na­das montañas.

Tal como acon­te­ció con el docu­men­tal de Gib­ney, The Pro­gram ofre­ce impor­tan­te mate­rial para refle­xio­nar acer­ca de la com­pe­ti­ti­vi­dad del depor­te, qué es lo que se escon­de detrás del mis­mo, las cons­pi­ra­cio­nes de silen­cio exis­ten­tes para evi­tar que la ver­dad sal­ga a relu­cir y el cues­tio­na­mien­to moral sobre si la noble tarea de bene­fi­cen­cia rea­li­za­da por la fun­da­ción de Arms­trong pue­de jus­ti­fi­car su bochor­no­so com­por­ta­mien­to. Jor­ge Gutman

Sui­ci­dio Asistido

LA VANI­TÉ. Sui­za-Fran­cia, 2015. Un film de Lio­nel Baier

En esca­sos 75 minu­tos, el direc­tor Lio­nel Baier con­si­de­ra un tema urti­can­te y amplia­men­te deba­ti­do como es el de la euta­na­sia; a pesar de su dra­má­ti­co tras­fon­do lo trans­for­ma en una come­dia negra bien lograda.

Patrice Lapp y Carmen Maura

Patri­ce Lapp y Car­men Maura

El rela­to trans­cu­rre en Sui­za, don­de la muer­te asis­ti­da es legal­men­te per­mi­ti­da. En una noche neva­da del mes de diciem­bre, el arqui­tec­to David Miller (Patrick Lapp), que se encuen­tra muy ape­na­do por la muer­te de su espo­sa y ade­más pade­ce de un cán­cer ter­mi­nal, está pre­pa­ra­do para poner pun­to final a su exis­ten­cia. Sien­do un hom­bre metó­di­co y habien­do orga­ni­za­do todos los deta­lles para cum­plir su pro­pó­si­to, se alo­ja en un motel ubi­ca­do en los subur­bios de Lau­san­ne espe­ran­do a una per­so­na que lo asis­ta en el sui­ci­dio. Pron­ta­men­te lle­ga Espe­ran­za (Car­men Mau­ra), una mujer espa­ño­la que tra­ba­ja para una aso­cia­ción espe­cia­li­za­da en la pres­ta­ción de esta cla­se de ser­vi­cios; pre­via­men­te, ella debe apli­car el pro­to­co­lo de euta­na­sia. Como legal­men­te es nece­sa­rio que haya otra per­so­na para actuar como tes­ti­go del ritual a cum­plir, ambos acu­den a la ayu­da de un sin­gu­lar per­so­na­je; se tra­ta de Tre­plev (Ivan Geor­giev), un joven homo­se­xual ruso que ejer­ce la pros­ti­tu­ción en un cuar­to pró­xi­mo al que se encuen­tra David.

En base a lo que ante­ce­de el espec­ta­dor se encuen­tra con tres per­so­nas extra­ñas cuyas con­ver­sa­cio­nes adquie­ren por momen­tos con­no­ta­cio­nes absur­das pero que en todo caso cons­ti­tu­yen un ingre­dien­te impor­tan­te para man­te­ner la intri­ga sobre lo que habrá de acon­te­cer; en tal sen­ti­do hay una bue­na pin­tu­ra de estos per­so­na­jes tan dife­ren­tes en per­so­na­li­dad y con­di­ción social pero uni­dos por la sole­dad y una caren­cia afec­ti­va. Más allá del tono liviano adop­ta­do con sus momen­tos de humor siem­pre tra­ta­dos con máxi­ma sobrie­dad, el rela­to no elu­de con­si­de­rar asun­tos rela­ti­vos a los aspec­tos éti­cos o mora­les de la acti­tud de David o de los inten­tos de inte­rrum­pir su deci­sión por par­te de las otras dos per­so­nas que lo acompañan.

Lio­nel Baier logra un film melan­có­li­co, sen­sual e intri­gan­te don­de abor­dan­do un tema deli­ca­do per­mi­te al pro­pio tiem­po mos­trar los deseos, volun­ta­des e impul­sos que se mani­fies­tan en sus per­so­na­jes y la com­ple­ja e ines­pe­ra­da rela­ción que se esta­ble­ce entre los mismos.

A nivel de actua­ción sus intér­pre­tes con­tri­bu­yen a real­zar la cali­dad del film. Resul­ta muy gra­to con­tem­plar a la exce­len­te Mau­ra como el ángel de la muer­te, apre­ciar la con­vic­ción de Lapp en el papel del sui­ci­da y la posi­ti­va sor­pre­sa de juz­gar a Geor­giev quien en su debut para el cine per­mi­te la empa­tía del espec­ta­dor a pesar de carac­te­ri­zar a un indi­vi­duo de dis­cu­ti­ble per­so­na­li­dad. Jor­ge Gutman