ROOM 237. Estados Unidos, 2012. Un film de Rodney Ascher
El gran director Stanley Kubrick filmó en 1980 The Shining (El Resplandor), una película de horror psicológico que es una de las mejores del género que el cine haya brindado, llegando a convertirse con el transcurso de los años en un “film de culto”. De un guión que Kubrick co-adaptó en base a la novela homónima de Stephen King, el tema gira en torno a Jack Torrance (extraordinaria caracterización de Jack Nicholson) quien llega con su mujer (Shelley Duvall) y pequeño hijo (Danny Lloyd) a un elegante y solitario hotel ubicado en una región montañosa para hacerse cargo del mismo, durante la época invernal en que el establecimiento se encuentra cerrado y aislado por la nieve. Lentamente y a medida que progresan los días, debido a la incomunicación y agravado por el insomnio que sufre, este hombre debe luchar con sus fantasmas interiores lo que lo lleva a trastornarse mentalmente, convirtiéndose en un ser violento que termina atentando contra su esposa e hijo.
El film que se presta a más de una lectura, ha generado interesantes debates sobre su contenido. En base a lo que antecede, el realizador Rodney Ascher, influido por el hálito de misterio del film, decidió realizar Room 237, un documental donde cede la palabra a cinco entrevistados que exploran y elaboran diferentes teorías sobre las referencias simbólicas subyacentes en el film de Kubrick.
Observar el documental y seguir el razonamiento de estas personas constituye una experiencia sumamente divertida porque muchas de las opiniones emitidas, por más respetables que sean, carecen de real fundamento para convertirse en especulaciones verdaderamente rebuscadas. Vale mencionar algunos ejemplos; está quien afirma que el uso de una máquina de escribir alemana o repetidas secuencias aludiendo al número “42” (año en que comenzó el holocausto) implicaría que Kubrick deseaba ofrecer una parábola sobre el genocidio nazi; también está el entrevistado que cree que Kubrick quiso aludir a la matanza de la población nativa americana enterrada en el predio donde el suntuoso hotel del film ha sido construido, hecho que quedaría ratificado por varias escenas en que se aprecian decoraciones indias; más extravagante resulta la teoría que vincula al film con la NASA donde Kubrick habría contribuido a poner en escena el descenso del hombre en la luna; finalmente resulta graciosa la opinión de quien sostiene que para comprender el film es necesario ir recorriéndolo hacia atrás y hacia adelante en forma simultánea.
Teniendo en cuenta la rigurosidad y el considerable tiempo que Kubrick dedicaba a sus filmes es muy posible que gran parte de lo que se observa en The Shining responda a intenciones bien guardadas por el realizador, estimulando de este modo al espectador cinéfilo para que se apreste a dilucidarlas; pero en todo caso, la mayor parte de las teorías propuestas aquí caen dentro del terreno de meras suposiciones difíciles de admitir.
Conclusión: Este subjetivo documental está adecuadamente realizado y si bien las elucubraciones de los entrevistados distan de convencer, al menos divierten y demuestran el apasionamiento y la obsesión de esta gente por el film de Kubrick. Es posible que el desaparecido realizador también se habría regocijado con las conjeturas planteadas. Jorge Gutman