AMOUR. Austria-Francia-Alemania, 2012. Dirección: Michael Haneke. Distribución: Sony Pictures Home Entertainment (2013)
El director austríaco Michael Haneke cuya filmografía hasta el presente se ha caracterizado por un cine que enfatiza la violencia de lo cotidiano con diferentes matices, retorna con una película completamente diferente que sin duda constituye su creación más bella y conmovedora. No son muchas las veces que la cinematografía aborda el amor en la vejez y si bien hubo un logrado acierto en el film japonés Tokyo Story (1953), Haneke incursiona en Amour en una temática parecida, haciéndolo con máxima sutileza, sobriedad y refinamiento. Para ello ha contado con la valiosísima colaboración de dos leyendas vivientes del cine francés como lo son Jean-Louis Tringtinant y Emmanuelle Riva.
Como su título lo indica, el film cuenta una historia que refleja la emoción del amor en toda la dimensión y riqueza que este sentimiento puede producir a través de un sincero y profundo afecto, bondad, comprensión y compasión que dos seres experimentan en forma recíproca el uno hacia el otro. Eso es lo que se ve reflejado en el anciano matrimonio de clase media que Haneke ilustra maravillosamente en las personas de George (Trintignant) y Anne (Riva).
Con una puesta en escena remarcable, es posible que el film pueda incomodar a algunos espectadores, pero nunca le tenderá la trampa del sentimentalismo barato o de caer en el facilismo melodramático, a pesar de que cada escena penetra hondamente por su fuerza emocional. Como en todos sus filmes, el realizador desarrolla la acción comenzándola en forma apacible y tranquila; así se aprecia a George y Anne, dos profesores de música retirados desde hace tiempo, asistiendo a un concierto en el Théâtre des Champs-Elysées de París donde el solista es uno de sus ex alumnos. Cuando retornan al departamento en que habitan rodeados de un gran piano, libros, discos, cuadros y otros detalles que destilan cultura y calidez, podemos contemplar cómo George mirando fijamente a Anne le manifiesta lo bonita que la encuentra, como un gesto de profundo cariño hacia ella después de una convivencia en común de 60 años. Prontamente, a la mañana siguiente Anne experimenta ciertos gestos de extravío como síntomas de una embolia; después de una primera operación a la que es sometida, queda parcialmente paralizada, debiendo movilizarse con una silla de ruedas. De aquí en más su cuerpo va sufriendo una lenta y progresiva decadencia que pone a prueba el amor inconmensurable que une al matrimonio en la forma cómo George se preocupa al máximo para asistir a su querida esposa. Cuando su situación se agrava después de otro derrame cerebral, la atención de su marido prosigue intensamente, ya no solo para alimentarla sino también tendiéndole su valiosa ayuda en el cuarto de baño y en la cama; tarea, como se puede apreciar se trata de una tarea nada sencilla teniendo en cuenta que George respeta los deseos de Anne en no querer retornar al hospital y además realiza todos los esfuerzos posibles para que su mujer conserve intacta su dignidad.
En lo que constituye una verdadera pieza de cámara, con excepción de las primeras secuencias el film no se aparta del gran departamento como escenario exclusivo y prácticamente tiene a la pareja como los únicos personajes en la mayor parte de su desarrollo.
Si el escenario resulta un tanto opresivo, Trintignant y Riva lo iluminan permanentemente a través de interpretaciones antológicas, en donde uno no los ve como actores sino como personajes verdaderos que actúan con la mayor naturalidad sin reparar que hay una cámara por detrás que los está filmando. Debe destacarse también la breve participación de Isabelle Huppert como la distante hija del matrimonio que efectúa algunas visitas formales a sus padres y que por estar demasiado involucrada con su carrera musical no llega a tener completa idea de la situación que ellos atraviesan; a ello se agrega que su madre prefiere no ser vista para no sentirse humillada por su enfermedad.
Ciertamente, Amour es un film duro, sin concesiones que deslumbra por su lucidez y por la forma de reflejar el dolor que puede aparejar los últimos estadios de vida, presidido en este caso por la existencia de un profundo sentimiento que le da sentido y la real razón de ser a nuestra transitoria existencia. Como es sabido, esta película recibió múltiples honores a nivel internacional, entre ellos el Oscar a la Mejor Película Extranjera de 2012.
EL DVD presentado en su versión original francesa con subtítulos en inglés, contiene dos importantes extras. Uno de ellos es Making of Amour (25 minutos) que es el “detrás de la escena” que tuvo lugar durante el rodaje del film; aquí se puede apreciar la forma en que Haneke conduce a sus actores (Trintignant, Riva y Huppert) hasta lograr el efecto exactamente deseado por él; otro aspecto destacable es cómo la filmación de varias escenas afectó en forma traumática a Riva al vivir con completo abandono de su persona el personaje de Anne; por su parte, Trintignant señala que después de 15 años de ausencia resolvió retornar al cine dada la envergadura del dramático rol asignado por el guión del realizador. El segundo corto es Q and A with Director Michael Haneke (38 minutos) donde se reproduce un reportaje que Elvis Mitchell –ex critico de cine del New York Times y actual curador de Los Angeles County Museum of Art (LACMA)- le efectua a Haneke; entre otros aspectos, las preguntas y respuestas se refieren al presente film, a algunos de los actores con quien el realizador trabajó en su carrera profesional (Trintignant, Huppert, Daniel Auteuil, Juliette Binoche) y a otros aspectos vinculados con su larga trayectoria de cineasta. Jorge Gutman