Por Amor A Un Padre Senil

NEBRAS­KA. Esta­dos Uni­dos, 2013. Un film de Ale­xan­der Payne 

Des­pués de su exi­to­so film The Des­cen­dants (2011), Ale­xan­der Pay­ne retor­na detrás de la cáma­ra para ofre­cer otro afec­ti­vo rela­to pero en este caso valién­do­se de un guión ajeno per­te­ne­cien­te a Bob Nel­son. Así como en su film pre­ce­den­te abor­da­ba la rela­ción entre padres e hijos, aquí Pay­ne vuel­ve a con­si­de­rar­lo así como tam­bién con­si­de­ra aspec­tos rea­lis­tas de la gen­te de la ter­ce­ra edad como lo había hecho en About Sch­midt (2002). 

El film roda­do en un exce­len­te blan­co y negro tie­ne como esce­na­rio el medio oes­te ame­ri­cano, ver­da­de­ro cora­zón de los Esta­dos Uni­dos, don­de su pobla­ción mani­fies­ta carac­te­rís­ti­cas cul­tu­ra­les que difie­ren de las que se mani­fies­tan en las gran­des ciu­da­des como Nue­va York, Chica­go y Los Ánge­les; de algún modo, a tra­vés de sus per­so­na­jes el rela­to cons­ti­tu­ye un reco­no­ci­mien­to a la gen­te que allí habi­ta y que en la eta­pa del cre­púscu­lo de su exis­ten­cia sien­te que des­pués de una vida de inten­so tra­ba­jo muchos de los sue­ños no se han vis­to cumplidos. 

Bruce Dern y Will Forte

Bru­ce Dern y Will Forte

Bru­ce Dern, en la mejor actua­ción de su carre­ra, inter­pre­ta a Woody Grant, un anciano cas­ca­rra­bias que pade­ce de demen­cia senil; vivien­do en Billings, esta­do de Mon­ta­na, man­tie­ne una rela­ción un tan­to dis­tan­te con su seño­ra (June Squibb) quien pare­ce no haber sido muy feliz en su matri­mo­nio. Cuan­do Woody reci­be por correo un cer­ti­fi­ca­do por valor de 1 millón de dóla­res, un ardid publi­ci­ta­rio don­de se indi­ca que para hacer­lo efec­ti­vo debe ser cobra­do en Lin­coln, Nebras­ka, él se mues­tra deci­di­do a efec­tuar un tra­yec­to de más de 1300 kiló­me­tros, aun­que sea cami­nan­do para lograr su pro­pó­si­to; de algún modo el supues­to “pre­mio” tie­ne un valor espe­cial como reco­no­ci­mien­to que le da sen­ti­do a su vida. Al no poder ser disua­di­do por sus fami­lia­res de que el docu­men­to care­ce de valor alguno, su hijo menor David (Will For­te) deci­de acom­pa­ñar­lo en coche para empren­der ese lar­go tra­yec­to aun­que obvia­men­te se sabe que el via­je resul­ta­rá inútil. 

Lo que con­ti­núa con­fi­gu­ra una típi­ca pelí­cu­la de camino don­de el rela­to per­mi­te al espec­ta­dor entrar en con­tac­to con colo­ri­dos per­so­na­jes que van sur­gien­do duran­te el reco­rri­do. Así via­jan­do a tra­vés de Wyo­ming y Dako­ta del Sur, padre e hijo lle­gan al hogar natal del anciano en Hawthorn don­de tie­ne lugar una excén­tri­ca reu­nión fami­liar con seis de sus her­ma­nos sobre­vi­vien­tes; otra de las notas colo­ri­das se pro­du­ce cuan­do la noti­cia de que Woody es millo­na­rio se difun­de rápi­da­men­te entre los vie­jos ami­gos y cono­ci­dos de la zona, don­de entre ellos se encuen­tra un ex socio de nego­cios (Stacy Keach) que apro­ve­cha para recla­mar­le una deu­da anti­gua no can­ce­la­da. Ese via­je a la Amé­ri­ca pro­fun­da, con resa­bios de la cri­sis eco­nó­mi­ca que afec­ta a sus habi­tan­tes, ser­vi­rá para que Woody y David ten­gan la opor­tu­ni­dad de cono­cer­se mejor así como para que el hijo tra­te de que su padre reco­bre su dignidad. 

Pay­ne logra esen­cial­men­te un rela­to agri­dul­ce que des­ti­la un genuino humor a tra­vés de algu­nas situa­cio­nes, a veces absur­das, que se gene­ran en el mis­mo. A tra­vés de un film cáli­do y de nobles sen­ti­mien­tos, el públi­co per­mi­te iden­ti­fi­car­se con sus per­so­na­jes ade­más de apre­ciar la mag­ní­fi­ca com­po­si­ción que Dern logró del suyo y que mere­ci­da­men­te le ha vali­do el pre­mio al mejor actor en el últi­mo fes­ti­val de Cannes. 

Con­clu­sión: Una afec­ti­va come­dia huma­na que genui­na­men­te logra la adhe­sión del espec­ta­dor. Jor­ge Gutman