INTO THE WOODS. Estados Unidos, 2014. Un film de Rob Marshall
“Había una vez” es la famosa frase con la que generalmente los cuentos clásicos de niños suelen comenzar y es la que precisamente utiliza el narrador de Into the Woods para introducir al espectador en un mundo mágico donde la música es el factor movilizador de lo que allí acontece. Basado en la comedia musical de Stephen Sondheim y James Lepine que se dio a conocer en Broadway en 1987 y con algunas leves modificaciones introducidas en el guión escrito por Lepine, el realizador Rob Marshall ha logrado un espectáculo de calidad superior.
La originalidad de este film es el haber considerado varios célebres cuentos infantiles como Caperucita Roja, Rapunzel, Jack y las Habichuelas Mágicas y La Cenicienta, donde sus personajes se van entremezclando a fin de ver satisfechos sus deseos. El punto de partida es la preocupación de un panadero (James Corden) y su esposa (Emily Blunt) quienes están descorazonados por no poder concebir hijos a causa de una maldición echada por la bruja local (Meryl Streep); sin embargo la hechicera les promete anular el hechizo siempre y cuando sean capaces de procurar en el período de 3 días una capa roja (la de Caperucita), una mecha de pelo rubio (como la de Rapunzel), un zapatito tan puro como oro (el de Cenicienta) y una vaca tan blanca como la leche (la que pertenece a Jack).
Dispuestos a lograr su objetivo el matrimonio se interna en un espeso bosque donde confluyen Caperucita Roja (Lilla Crawford), el lobo (Johnny Depp), Cenicienta (Anna Kendrick), su pérfida madrastra (Christine Baranski) y malévolas hijas (Tammy Blanchard y Lucy Punch), el príncipe de Cenicienta (Chris Pine), Rapunzel (MacKenzie Mauzy), el príncipe de Rapunzel (Billy Magnussen), Jack (Daniel Huttlestone) y su mamá (Tracey Ullman). Sin entrar en más detalles, se puede anticipar que la primera parte del film constituye una bella fantasía donde Sondheim y Lepine supieron combinar la música con un nuevo cuento agrupado en base a los ya mencionados, donde los personajes principales arribarán a un final feliz. Es en su segundo acto donde el relato adopta un giro dramático al ilustrar lo que acontece posteriormente con los caracteres descriptos; al así hacerlo, el público asiste a una desmitificación de los cuentos de hadas donde la supuesta felicidad eterna (“happily ever after”) está lejos de existir en la vida real, ya que todos quedamos expuestos a problemas de diferente envergadura no siempre previsibles aunque humanamente se realice todo lo posible por superarlos. El mensaje del film es ciertamente aleccionador al demostrar que a pesar de todos los tropiezos u obstáculos que surgen en el camino, nadie llega a estar solo en el mundo porque predomina el espíritu de solidaridad humana para ayudarse unos a otros.
En esta adaptación, el realizador ha cuidado de aunar el delirante relato de Lepine con la música de Sondheim tal como prevalece en la obra original. Como acontece en la mayoría de las piezas musicales del compositor, los temas no son precisamente pegadizos como para que el público pueda cantarlos o tararearlos con relativa facilidad; con todo, eso no va en detrimento de su riqueza auditiva donde varias canciones, como Agony, Moments In The Woods, Stay With Me, Last Midnight y No One Is Alone, son altamente expresivas y agradables de escuchar.
Esta producción esta realzada por un competente elenco, tanto en lo que a actuación estrictamente se refiere como en lo que atañe a la vocalización de las canciones. Entre algunos nombres para destacar figura el de Streep quien como la malévola bruja ofrece otra prueba de su extraordinario talento de actriz; también resulta valiosa la contribución de Pine animando al príncipe conquistado por Cenicienta así como las de Corden y Blunt como el matrimonio que anhela la paternidad.
Para finalizar cabe resaltar la buena fotografía de Dion Beebe y el diseño de producción de Dennis Gassner dotando al film de un magnífico esplendor visual.
Conclusión: Respetando el espíritu de la obra original Rob Marshall permite que el público disfrute de un film musical atractivamente encantador. Jorge Gutman