CAKE. Estados Unidos, 2014. Un film de Daniel Barnz
Hay películas que aunque muy sombrías por lo que acontece con sus personajes pueden despertar alguna conmiseración; éste no es el caso con Cake donde por más esfuerzo que se haga por querer asociarse con el problema serio que afronta su protagonista, el mismo resulta inútil. El film de Daniel Barnz podrá ser bien intencionado pero no permite que el público se involucre en el mismo a pesar de la buena actuación de Jennifer Aniston.
Dejando de lado los papeles de comedias cómicas o románticas que suele interpretar, Anniston asume aquí un rol dramático animando a Claire Simmons. Ella sufre de dolor crónico y para atenuarlo acude a una reunión de terapia de grupo; precisamente en la primera escena se ve a sus integrantes recordando a Nina (Anne Hendrick), una de las participantes que acaba de suicidarse.
Lo primero que uno podría asumir es que Claire sufre enormemente por ese suicidio que no puede sustraer de su mente. Pero en todo caso y al ignorar hasta bien entrado el metraje sobre cuál es la causa de su angustia, el espectador se ve obligado a enfrentarse con esta mujer que resulta absolutamente insoportable por su antipatía, egoísmo, sarcasmo y en general por una conducta de poco respeto hacia la gente que la rodea; la sola persona que llega a tolerarla es Silvana (Adriana Barraza), su fiel empleada doméstica mexicana quien la cuida con devoción a pesar de tener que aceptar sus exabruptos.
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Anniston, con su rostro demacrado y agobiado capta el sufrimiento físico y emocional de su personaje que se la pasa durante todo el metraje ingiriendo calmantes y drogas antidepresivas. Sin embargo, como ya se mencionó, las características poco agradables de esta antiheroína impiden que uno se asocie a ella, hecho agravado por el poco satisfactorio guión de Patrick Tobin quien introduce elementos a la historia central que poco tienen que ver con el tema de fondo. Así, por ejemplo, uno se pregunta cuál es la razón que motiva a Claire inmiscuirse en el hogar del marido de Nina, o bien porque se remarca insistentemente su estado de delirio con el fantasma de la suicida. Cuando al final se aclara la causa que ha conducido a la depresión de Claire, ya es demasiado tarde para que el público se apiade de ella.
En los aspectos favorables de este film, además de la destacada interpretación de Aniston, cabe destacar a Adriana Barraza quien además de caracterizar excelentemente a Silvana, constituye el personaje más interesante y atractivo de este relato.
Conclusión: Un relato deprimente sin mayor envergadura emocional. Jorge Gutman